12 de diciembre, fecha para reflexionar
Hoy, en México, tuvo lugar una relevante conmemoración religiosa y de fe, que año con año genera gran afluencia de gente y operativos policíacos para su resguardo. Este acto se desprende de otro que data de hace más de 500 años, de 1531, para ser precisos, cuando, de acuerdo con la tradición, por cuarta vez la Virgen de Guadalupe se apareció ante un humilde muchacho de nombre Juan Diego, en el cerro del Tepeyac, en donde actualmente se ubica la Basílica de Guadalupe, en recuerdo de aquel hecho.
En estas fechas, la Basílica recibe a entre 10 y 12 millones de personas que se movilizan en caravanas y peregrinaciones desde todos los rincones del país, destacando estados como Puebla, Estado de México, Oaxaca, Guerrero y Chiapas. La fe y la sed espiritual logran que estas peregrinaciones vengan desde tan lejos —la mayoría de las veces a pie o bicicleta—, con el único objetivo de llegar puntuales a la cita y cantarle “Las mañanitas” a la Virgen.
Hablando en números económicos y de impacto social, esto representa una derrama económica de 20 mil millones de pesos, así como la movilización de más de 18 mil elementos policíacos para resguardar y cuidar el orden público, todo lo cual se repite cada año, demostrando que México mantiene sus tradiciones y costumbres a través del tiempo.
Para muchas y muchos mexicanos, el 12 de diciembre es tan importante como el 20 de noviembre o el 15 de septiembre; para otros, motivo de celebración y festividad, y para algunos más, la oportunidad para cumplir una manda o pedirle un favor a la Virgen Morena.
México es un país predominantemente católico. A pesar de la formalidad de la separación Iglesia-Estado, el catolicismo aún tiene cierta influencia en la vida pública nacional. Esta relación entre la religión y la política siempre ha sido de una religión participativa y muy activa en la vida política y social del país, contemplando a la sociedad como parte vital de ambos ejercicios, respetando y adaptándose a sus tradiciones y costumbres. De hecho, la relación entre la religión y el populismo mexicano es la de un catolicismo respetuoso y abierto que se entrelaza con la vida cotidiana, sin renunciar a las tradiciones, pero adaptándose a las nuevas realidades políticas.
Para comprender esta relación entre la religión católica y el Estado mexicano es fundamental conocer su origen con la conquista española en 1519. Los misioneros franciscanos, dominicos y agustinos difundieron los principios del catolicismo entre los pueblos indígenas, que replicaron los conceptos fundamentales de esta nueva fe con tal efecto que, a partir de entonces, esa religión ha acompañado a México y sus protagonistas en la escritura de su historia.
Ejemplo de ello fue el inicio de la independencia de México, con el toque de campanas de iglesia que realizó el cura Miguel Hidalgo y Costilla y teniendo como estandarte la imagen de la Virgen de Guadalupe. A esta causa se sumaron gran cantidad de personas con un sentimiento nacionalista y de fe.
Si bien no vivimos en un estado teocrático, la religión católica tiene una importante influencia histórica, cultural y económica en México; la relación entre esta religión y el ejercicio del poder siempre ha sido estrecha, al grado de que en varios episodios de nuestra historia fue propuesta como la oficial por el sector conservador del país. Estos intentos fueron soportados por un Estado laico fuerte y con leyes que lo nutren en esta materia, logrando así que hoy en día cada persona viva en plenitud su libertad de culto.
México fomenta un ambiente de libertad religiosa que ha permitido la llegada de diversas corrientes de pensamiento y creencias, tanto europeas como de otras partes del mundo. La pluralidad religiosa y cultural ha sido un pilar fundamental para el desarrollo de una sociedad inclusiva y abierta, donde se respetan las diferencias y se celebra la riqueza de tradiciones de todas y todos sus habitantes.
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