Encuentro de Biden y Putin: iniciativa de cooperación ante el desacuerdo

Cuando Vladimir Putin llegó al Kremlin hace 21 años, tenía poco tiempo de haber terminado la Guerra Fría y estaba por definirse el orden internacional que seguiría a la bipolaridad. Hoy, Estados Unidos busca fortalecer su alianza con la Unión Europea ante el crecimiento económico y la confrontación con China. Un elemento que ha caracterizado la relación entre Estados Unidos y Rusia es la necesidad de cooperar en medio del desacuerdo y la desconfianza. Así ocurrió tanto con la entonces Unión Soviética en la segunda mitad del siglo XX para mantener la estabilidad nuclear, como en la reunión del 16 de junio en Suiza en el encuentro entre Putin y Joe Biden.

Ambos presidentes son titanes de la política. Putin se convirtió en uno de los hombres más poderosos del mundo y Biden llegó a la cima al final de su carrera. Se conocieron en el 2011 cuando el entonces vicepresidente Biden visitó a Putin en Moscú. Ese también fue un encuentro estratégico, calculado, en el que ambos trataron de entender la personalidad del otro. Biden se refirió entonces a Putin como “El hombre sin alma”. [1]

El propósito del encuentro en Ginebra la semana pasada no era reiniciar la relación entre los dos países sino construir elementos de estabilidad y predictibilidad tras los últimos meses turbulentos y de mucha tensión. Tras la reunión de los dos mandatarios se decidió que los embajadores llamados a consultas regresaran a sus posiciones[2] y se avanzó en el establecimiento de reglas básicas para convivir. Hubo mesura en las declaraciones que ambos hicieron por separado.

Joe Biden es el quinto presidente de Estados Unidos con quien se reúne Putin. Aunque es cierto que las relaciones entre los países van más allá de las personalidades de quienes los dirigen, el jefe del Kremlin ha sido una constante. Otro elemento permanente ha sido el uso de sanciones económicas como instrumento de política exterior de Estados Unidos ante los embates rusos a sus vecinos, las medidas contra su oposición –el más reciente es el arresto de Alexéi Navalni, o los ciberataques atribuidos a Moscú.

Desde el primer encuentro de Putin con Bill Clinton en junio del 2000, la tensión ha caracterizado la relación, pero también la necesidad de cooperar en temas estratégicos. Entre los desacuerdos están el abandono de Estados Unidos al Tratado sobre Misiles Anti-balísticos, su intervención en Irak, el supuesto apoyo a facciones opositoras a Moscú en su territorio y en países vecinos, el intervencionismo regional ruso, el asilo político al antiguo técnico de la Agencia de Seguridad Nacional, Edward Joseph Snowden y la negativa de deportarlo, así como la anexión de Crimea, y los ciberataques atribuidos a Moscú.[3]

 

 

Por otra parte, dado que Estados Unidos y Rusia tienen más del 90% de las armas nucleares,[4] los acuerdos de desarme que han alcanzado han sido fundamentales para la estabilidad global. Al momento está vigente el tratado START III, que terminará en 2026. Este fue uno de los temas de interés común en el encuentro en Ginebra.

Después de varios años en el poder, en el 2008 Putin se convirtió en primer ministro mientras Dmitry Medvedev era presidente. La administración de Barack Obama percibía a Medvedev como reformista y en este contexto se generó el “reinicio” de las relaciones con Rusia. En el 2011 las elecciones legislativas permitieron el regreso de Putin a la presidencia, pero generaron muchos cuestionamientos a su legalidad[5] lo que desencadenó intensas protestas políticas que Putin atribuyó a la influencia de Hillary Clinton, cuando era Secretaria de Estado[6]. Entonces comenzó la suspicacia hacia la candidata presidencial demócrata. En el 2014 la relación alcanzó su punto más álgido por la anexión de Crimea, que generó una respuesta hostil de la comunidad internacional que se reflejó en sanciones económicas difíciles de enfrentar para los rusos.

Putin y Donald Trump se reunieron por primera vez en Helsinki en julio del 2018, con aparente confianza y simpatía. En este caso su personalidad ayudaba a que así fuera. En la opinión pública de Estados Unidos causó mucho desconcierto que Trump declarara que le creía a su homólogo de no haber intervenido en las elecciones internas en contra de Hillary Clinton. Más allá de la afinidad entre los dos líderes, realmente la política hacia Rusia no cambió, de hecho, se incrementaron las sanciones económicas por el ataque atribuido a Rusia contra el exespía Seguéi Skripal en marzo del 2018.[7] En este sentido, pese a la expresada simpatía de Trump por Putin, la presión del Congreso estadounidense contribuyó a que la coerción hacia la economía rusa aumentara.

Varias veces se ha dicho que las relaciones entre Estados Unidos y Rusia están en su punto más bajo desde el fin de la guerra fría. No es la excepción ahora, tras la imposición de nuevas sanciones, la expulsión de diplomáticos y la llamada de los Embajadores a consulta a sus países.[8] La relación siempre se ha caracterizado por acordar en algunos puntos mientras hay conflicto en otros más. Hay temas en común, como la contención de Irán, el futuro de Afganistán tras la retirada de Estados Unidos, la inestabilidad en Siria, el cambio climático, la extensión del acuerdo antimisiles y el Ártico. Hay temas en los que no están de acuerdo, como los derechos humanos, las acusaciones mutuas de interferencia en política interna, la reacción ante la oposición interna rusa o los ciberataques atribuidos a Moscú.

 

 

El encuentro entre Biden y Putin tuvo resultados modestos, pero sentó a la mesa a las potencias nucleares en aras de cooperar en los temas de interés común y señalar los desacuerdos. Se verá en unos meses si este esfuerzo por disminuir las tensiones tuvo éxito y pueden avanzar en la construcción de acuerdos, aunque haya muchos temas en los que tienen posiciones divergentes. De eso se trata la política.

FUENTES:

[1] Amanda R. Sahuquillo y Amanda Mars (16 de junio del 2001). “Hombre sin alma, citas a Tolstoi: Putin y Biden, dos viejos adversarios”. El País. https://elpais.com/internacional/2021-06-16/hombre-sin-alma-citas-a-tolstoi-putin-y-biden-dos-viejos-adversarios.html.

[2] Los embajadores de Rusia y Estados Unidos regresaron a sus países para consultas por la creciente tensión bilateral y por una declaración de Biden al equiparar a Putin con un asesino. US Embassy and Consulates in Russia (20 de abril del 2021). “Ambassador Sullivan is returning to the United States for consultations this week”. https://ru.usembassy.gov/ambassador-sullivan-is-returning-to-the-united-states-for-consultations-this-week/

[3] Congressional Research Service (15 de abril del 2021). Russia: “Foreign Policy and US Relations”. https://crsreports.congress.gov/product/pdf/R/R46761

[4] Federation of American Scientists, Status of World Nuclear Forces (mayo, 2021). https://fas.org/issues/nuclear-weapons/status-world-nuclear-forces

[5] Frida Ghitis (17 de octubre del 2016). “¿Por qué teme Putin que Clinton sea presidenta? https://cnnespanol.cnn.com/2016/10/17/por-que-teme-putin-que-clinton-sea-presidenta/

[6] Miriam Elder (8 de diciembre del 2011). “Vladimir Putin accuses Hillary Clinton of encouraging Russian protests”. The Guardian. “https://www.theguardian.com/world/2011/dec/08/vladimir-putin-hillary-clinton-russia

[7] “Caso Skripal: lo que se sabe un año después” (4 de marzo del 2019). The Guardian. https://www.dw.com/es/caso-skripal-lo-que-se-sabe-un-a%C3%B1o-despu%C3%A9s/a-47760037

[8] Antonio Laborde (20 de junio del 2021). “El embajador ruso viaja de regreso a EE UU tras el acuerdo de Biden y Putin”. El País. https://elpais.com/internacional/2021-06-20/el-embajador-ruso-viaja-de-regreso-a-ee-uu-tras-el-acuerdo-de-biden-y-putin.html