Versión estenográfica de la participación del senador Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, en el 8º Congreso Latinoamericano de Transformación Digital
Mi felicitación por la celebración, la realización de este Congreso Latinoamericano de Transformación Digital.
Me parece muy importante lo que en la introducción nos comentaba el Presidente y ahora con esta intervención redondea el preámbulo, una buena expectativa en la celebración de este Congreso.
La economía digital es resultado de un proceso de transformación, generado por las tecnologías de la información y las comunicaciones, que han permitido el desarrollo de nuestros servicios. Pero también de nuestras aplicaciones, que reducen costos, fortalecen procesos de negocios e impulsan la innovación de todos los sectores de la economía.
Para aprovechar el potencial del proceso de digitalización del país o de los países de América Latina y del Caribe, y los beneficios que de él se derivan, se requiere promover el desarrollo de la oferta de servicios de conectividad, a partir de las redes e infraestructura y también impulsar la demanda de servicios.
En este sentido, se hace indispensable la inversión en las infraestructuras de red, que soporten servicios y la digitalización de las actividades. La inversión se propicia en los entornos de certeza jurídica y estabilidad macroeconómica; elementos indispensables en un ambiente competido y globalizado.
El rápido dinamismo de los servicios digitales, requerirá ajustes y actualizaciones regulatorias e institucionales. En ese entorno, destaca la relevancia de la regulación colaborativa y el involucramiento de diversos sectores de la sociedad de la industria, en la toma de decisiones, basado en información fidedigna, oportuna y robusta.
Un ejemplo de esto, lo tenemos en la adopción de compromisos concertados de manera colaborativa durante la pandemia, entre la industria, el IFT y el Gobierno de México; que facilitaron el mantenimiento de los servicios de telecomunicaciones al iniciar la contingencia, y permitieron mitigar los efectos negativos del entorno económico.
Esta cooperación y coordinación, se requiere en todos los niveles de gobierno, y se hace igualmente relevante fomentar el diálogo entre los reguladores de los diferentes países y con los organismos internacionales para el desarrollo y difusión de iniciativas, marcos de referencia, disposiciones técnicas y buenas prácticas de la regulación y políticas del sector telecomunicaciones y el ecosistema digital.
En un ambiente tan dinámico, las experiencias de todos pueden ser aprovechadas para maximizar los resultados positivos y evitar prácticas que no hayan funcionado.
Los desafíos, en efecto, que conlleva el proceso de transformación digital en nuestra región, requieren del análisis sobre la reactivación económica de Latinoamérica.
Desde la transformación digital, es un hecho que en todas las industrias que integran nuestras economías se acelera la transformación digital de los negocios para lograr un crecimiento a largo plazo.
Sin embargo, incluso las grandes empresas pueden enfrentar dificultades para llevar a cabo su digitalización, principalmente por la falta de inclinación cultural o la (falla de origen), pues se declara incierto frente a desafíos digitales y donde tenemos un largo camino por recorrer.
Según la CEPAL, la región de América Latina y el Caribe se encuentra posicionada en un nivel de desarrollo intermedio, respecto de otras regiones del mundo, en términos del índice de desarrollo digital.
De ahí la importancia de propiciar la política de inclusión y cobertura de la conectividad universal para que la sociedad aproveche de una manera más rápida los beneficios de la digitalización, se requiere de un tejido de redes colaborativas que involucren varios agentes y particularmente el empoderamiento y habilitación de los usuarios finales, a fin de que adopten los servicios digitales e incorporen en sus vidas cotidianas los beneficios, sobre todo con fines de reactivación económica.
El mundo avanza hacia un proceso acelerado de digitalización que abarca todos los sectores.
A medida que nos conectemos con mayor (falla de origen), aumentan los riesgos inherentes a las nuevas tecnologías, por lo que la ciberseguridad es una herramienta fundamental para proteger y salvaguardar la seguridad dentro del ecosistema digital, así como para promover la confianza de los usuarios.
Debido al amplio rango de actores implicados en la ciberseguridad, es fundamental trabajar en conjunto para fortalecer el intercambio de información, establecer las mejores prácticas y experiencias para atender problemáticas y riesgos de interés para todos los implicados, de modo que podamos aprovechar los beneficios de la digitalización en el desarrollo económico.
Es importante abordar, también, estos temas dentro de la perspectiva correctiva, para mitigar amenazas de la ciberseguridad y las prácticas de consumo ilegal de contenidos, sobre todo los audiovisuales.
Así también, reforzar los vínculos con organismos internacionales en materia de ciberseguridad y con vistas a identificar áreas de acción conjunta y establecer acuerdos de colaboración en la lucha contra los riesgos cibernéticos.
Las nuevas tecnologías también implican retos relevantes de esta materia. En esta medida en que utilizan datos personales para la gestión de la conectividad y la prestación de sus servicios. Actualmente el control y la gestión de los mismos es un tema crítico de la política pública y la regulación a nivel mundial.
En este sentido, la Unión Internacional de Telecomunicaciones ha realizado recomendaciones para la protección de los datos personales y la seguridad en las redes.
Es así que, a lo largo de este proceso y de este Congreso que ahora se está realizando, seguramente se planteará la serie de temas fundamentales para el desarrollo de América Latina.
Los retos que supone el desarrollo del sector de las telecomunicaciones, exigen soluciones concertadas con una muy amplia participación de los expertos, las empresas, los usuarios, y, desde luego, los reguladores, con un diálogo permanente.
Esta exigencia es precisamente, al mismo tiempo, una gran oportunidad de conseguir sinergias, que como resultado tengan mejores servicios, mayor acceso e inclusión, y al final un mayor aprovechamiento de la tecnología y los servicios que prestan, en beneficio de los ciudadanos y la sociedad en que vivimos.
Este encuentro, nos proporciona la oportunidad de plantear evaluaciones sobre la madurez de las economías digitales y abrir alternativas para continuar con la transformación digital, indispensable para posicionar a América Latina como una región de vanguardia.
Deseo mucho éxito a los trabajos. Veo que hay celebridades, científicos, personas con una gran capacidad tecnológica y que van a aportar bastante a este Congreso.
Felicidades a los organizadores y estaremos puntualmente y atentos al desarrollo, en estos días, de este Congreso.
Enhorabuena y muchas gracias.