Cambio climático, energía y transición
El mundo transita por un momento crítico en torno al cambio climático. Cada año se liberan a la atmósfera miles de millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), derivado principalmente de la actividad humana que requiere la combustión del carbón, petróleo y gas para la producción de energía, un insumo clave para todos los sectores productivos y los procesos industriales.[1]
La energía eléctrica es un recurso esencial para el bienestar de los hogares y las actividades comerciales; así como para asegurar el correcto funcionamiento de la mayoría de los servicios públicos, tales como el transporte, la educación y salud, al depender de ella.[2] Sin embargo, la actividad humana es la principal responsable de una cada vez mayor emisión de gases de efecto invernadero (GEI), lo cual está acelerando el calentamiento global.[3]
Un reporte de la Organización Meteorológica Mundial publicado en enero de 2021, menciona que la década de 2011 a 2020 fue la más cálida registrada, lo que muestra una tendencia clara de cambio climático a largo plazo. Asimismo, señala que la temperatura global promedio en 2020 fue de aproximadamente 14.9 °C, al menos 1.2 °C por encima de los niveles preindustriales (1850-1900) y cerca de lo que los científicos advierten que sería “un riesgo catastrófico”.[4]
Si bien en distintas partes del mundo se han instrumentado acciones para mitigar dichos efectos y limitar el calentamiento de la tierra, los datos relevan que aún son insuficientes. Además, la recuperación económica después de la pandemia ha aumentado la demanda de energía, lo que ha provocado una escasez y la alza en los costos de los combustibles. Ello pone en evidencia las limitaciones de la transición energética y la necesidad de una mayor eficiencia en las decisiones de política pública.
El combate al cambio climático como prioridad global
En diciembre de 2015, 197 países, incluido México, se unieron en torno a una causa común: combatir el cambio climático y adaptarse a sus efectos. Como resultado, surgió el Acuerdo de París, un instrumento vinculante que entró en vigor el 4 de noviembre de 2016 y cuyos principales objetivos son encaminar al mundo hacia el desarrollo sostenible y limitar el calentamiento mundial muy por debajo de los 2°C, incluso aumentar los esfuerzos para limitarlo aún más a 1.5 °C, en comparación con los niveles preindustriales.[5]
El Acuerdo funciona mediante medidas climáticas llevadas a cabo por los países que son parte, mismas que cada cinco años deben revisar a fin de consolidarlas. Durante el 2020, los países presentaron sus primeras contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés), que constituyen las medidas y planes de acción climática para reducir sus emisiones y avanzar hacia el cumplimiento de los objetivos del pacto. Las NDC de cada país se inscriben en el “Registro de NDC” que está a disposición del público y en constante actualización.[6]
El 17 de septiembre de 2021 fue publicado un informe con los compromisos de los países parte del Acuerdo de París, incluidas las contribuciones nuevas o actualizadas, tal como se presentaron y incluyeron en el registro provisional de NDC hasta el 30 de julio de 2021. Destaca que la mayoría de los países aumentaron sus niveles de ambición para reducir las emisiones. Próximamente se publicará una actualización de las principales conclusiones del informe, que abarcará las nuevas o actualizadas NDC presentadas entre el 31 de julio y el 12 de octubre de 2021.[7]
Más allá de las aspiraciones, la atención está puesta en un número reducido de países, quienes son los responsables del 60 por ciento del total de GEI. China, Estados Unidos e India ocupan las primeras tres posiciones en términos absolutos, aunque si se considera a la Unión Europea en su conjunto, el bloque ocuparía la tercera posición. En el siguiente gráfico se puede observar la lista de los diez principales emisores y la proporción que representan respecto del total a nivel mundial registradas en 2018. Se muestra el porcentaje de 2015 para ilustrar la variación a partir del año en que se suscribió el Acuerdo de París.[8]
Gráfica: Principales países emisores de gases efecto invernadero (GEI) y su proporción respecto del total de emisiones globales en 2015 y 2018, respectivamente.
Fuente: elaboración propia con información de Climate Watch
Los datos muestran que la variación de las emisiones en un periodo de apenas tres años ha sido mínima e incluso, en la mayoría de los casos siguen en aumento. Ante ese panorama, los países firmantes del Acuerdo se han propuesto metas específicas e incluso periodos de tiempo determinados dentro de los cuales esperan lograr la neutralidad de carbono. China, por ejemplo, se ha propuesto alcanzar el punto más alto de emisiones de carbono antes de 2030 y la neutralidad para el año 2060.[9] El Reino Unido, Estados Unidos, Japón, México y más de 110 países buscan lograr la neutralidad para el 2050.[10]
Sin embargo, alcanzar dichos objetivos implica reducir las emisiones mundiales para 2030 en un 45 por ciento respecto de los niveles de 2010. En preparación a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 26) que se celebrará del 31 de octubre al 2 de noviembre de 2021 en Glasgow, Reino Unido, los países están obligados en virtud del Acuerdo de París a reforzar el compromiso sobre sus NDC, por lo que sus planes de acción deben demostrar una verdadera ambición de alcanzar la neutralidad en carbono y con ello mantener viva la posibilidad limitar la temperatura mundial.[11]
La creciente demanda de energía: ¿un obstáculo?
En un contexto de recuperación económica tras la pandemia, el mundo ha comenzado a experimentar una tendencia al alza en la actividad productiva en amplios sectores de la economía. Ello se ha visto reflejado en el repunte del crecimiento de las principales economías, lo que a su vez impulsará la expansión del producto interno bruto (PIB) global en 5.6 por ciento para 2021.[12] Este dinamismo viene aparejado del incremento en la demanda de energía de al menos 4 por ciento por encima de los niveles prepandemia. Esto ha provocado una escasez generalizada de los energéticos, lo que consecuentemente se ha traducido en el encarecimiento de los precios, principalmente del carbón y gas natural.[13]
Lo anterior está estrechamente vinculado con un mayor consumo de gas natural en la última década debido a los esfuerzos en distintas partes del mundo por abandonar el carbón como combustible, especialmente para la generación de electricidad. Sin embargo, a pesar de los avances logrados por las energías renovables y la movilidad eléctrica, actualmente el mundo experimenta un mayor uso del carbón y petróleo, pues la energía es insuficiente para suplir la demanda que se está acrecentando.[14] Destaca, por ejemplo, que el gobierno de China instruyó a las minas de carbón en todo el país aumentar su capacidad de producción de carbón para aliviar la escasez. Ello va en contrasentido de los esfuerzos por reducir la dependencia de los combustibles fósiles.[15]
Es en buena medida por estas razones que el 2021 experimenta el segundo mayor incremento anual de emisiones de CO2 de la historia, ya que se espera asciendan en 1200 millones de toneladas, eliminando la reducción que se observó durante la pandemia. La mayor demanda de electricidad y del uso de carbón es responsable de casi el 30 por ciento de este aumento. [16]
En ese sentido, las expectativas de la COP26 son altas, especialmente a la luz del más reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, siglas en inglés) titulado “Cambio Climático 2021: Bases físicas” y publicado el 9 de agosto de 2021, el cual señala que es inminente que la temperatura mundial promediada durante los próximos 20 años alcanzará o superará un calentamiento de 1.5°C, con consecuencias tales como las sequías, precipitaciones descontroladas y el descongelamiento, mismas que se intensificarán si se eleva el calentamiento. [17] Ello deja patente la urgencia de reducir de forma sustancial, rápida y sostenida las emisiones de GEI para finalmente lograr cero emisiones netas.
Hacia una transición sostenible
La urgencia del combate al cambio climático y la crisis energética son reflejo de que la descarbonización no ha sido lo suficientemente fuerte como para mantener su ritmo de crecimiento y atender en paralelo la demanda de energía actual. Al ser el responsable de más del 73% de las emisiones globales, el sector energético requiere de una transformación profunda y acelerada para evitar los peores impactos del cambio climático. [18]
De acuerdo con el World Energy Outlook 2021 publicado por la Agencia Internacional de Energía durante el mes de octubre, alcanzar cero emisiones netas para 2050 requeriría triplicar las inversiones en proyectos e infraestructura de energía limpia durante la próxima década, el 70 por ciento de las cuales debe realizarse en economías emergentes y en desarrollo.[19] No obstante, un desafío importante es el financiamiento para su implementación. Por ello, se espera que las conversaciones en el marco de la COP26 se centren también en las cuestiones relacionadas con los apoyos económicos necesarios para alcanzar las metas planteadas en el Acuerdo de París. En virtud del éste, los países desarrollados deben movilizar 100,000 millones de dólares anuales desde 2020 y por cinco años a los países en desarrollo.[20]
Sin embargo, en una reunión sobre el clima mundial celebrada en julio en Londres, la ministra de Medio Ambiente de Sudáfrica, Barbara Creecy, presentó un proyecto a los países desarrollados, en la que estima que los países con menos recursos necesitarán más de 750,000 millones de dólares anuales para sustituir los combustibles fósiles y protegerse del calentamiento global, lejos del presupuesto previsto en el Acuerdo. India por sí solo asegura que su plan de transición energética costará más de 2.5 billones de dólares hasta 2030.[21]
Ciertamente la transición energética es una oportunidad de desarrollo que promete convertir a las energías verdes en el mayor potencial de inversión a escala global. De esa manera, las soluciones con bajas emisiones de carbono se están volviendo más competitivas en todos los sectores económicos. Esta tendencia destaca más en aquellos como el de la producción de energía y transporte, al crear nuevas oportunidades de negocio para los que se adelantan. En el caso de México, por ejemplo, se espera que el país tenga una participación distinguida en el desarrollo de la industria de vehículos eléctricos a partir de inversiones como la recién anunciada por General Motors, por un monto de más de mil millones de dólares en el complejo de manufactura de Ramos Arizpe, ubicado en Coahuila, para realizar ampliaciones y con ello poder hacer autos eléctricos en México a partir de 2023.[22]
Sin embargo, las transiciones de los países deben ser seguras, asequibles y justas para todos los ciudadanos. Si los gobiernos no se aseguran de que estos elementos clave estén en el centro de la formulación de políticas para la transformación de los sectores energéticos, entonces corren el riesgo de fracasar. Por ello, en México y particularmente en el Senado de la República hemos llevado a cabo esfuerzos legislativos encaminados a crear un ordenamiento jurídico sólido que facilite la transición hacia el aprovechamiento sostenible de los recursos y el cuidado del medio ambiente.
Destaca, por ejemplo, la aprobación del Tratado México-Estados Unidos- Canadá (T-MEC), el cual entró en vigor el 1 de julio de 2020. Este Tratado reconoce un conjunto de acuerdos multilaterales sobre medio ambiente, un paso fundamental e innovador en la perspectiva del desarrollo sustentable asociado al libre comercio. Asimismo, un avance es la Ley General de Economía Circular con la que se busca aprovechar al máximo la reutilización y el reciclaje para convertirnos en un país más sustentable.[23]
Seguirá siendo una prioridad el trabajo legislativo enfocado en identificar alternativas que lleven a México hacia una transición más eficiente, responsable y sostenible. La Iniciativa de reforma constitucional en materia energética enviada por el Ejecutivo al Congreso de la Unión es una buena noticia, pues no solo creará el ambiente propicio para un debate nacional donde se analizarán las necesidades y realidades del país en el sector. También permitirá consensuar las decisiones de política pública que más le convienen al país, sobre todo ante la urgencia de combatir al cambio climático.
ricardomonreala@yahoo.com.mx
Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA
FUENTES:
[1] Michon Scott y Rebecca Lindsey, “¿Qué emite más dióxido de carbono? ¿Los volcanes o la actividad humana?”. Climate.gov (3 de octubre de 2021), sec. Blog [En Línea] https://bit.ly/3b0qrAr [Consulta: 19 de octubre de 2021].
[2]Carlos B. Echeverria, Ariel Yepez y Michelle Hallack, “El sector eléctrico, pilar fundamental en la batalla contra la pandemia del COVID-19”. BID (1 de abril de 2020), sec. Energía para el Futuro [En Línea] https://bit.ly/2Zmjp6T [Consulta:
19 de octubre de 2021].
[3] Comisión Europea, “Causas del cambio climático”. (s.f.), sec. Cambio Climático [En Línea] https://bit.ly/3m5YdLd [Consulta: 19 de octubre de 2021].
[4] Organización Meteorológica Mundial, “2020 was one of three warmest years on record”, (15 de enero de 2021), sec. Comunicado de Prensa. [En Línea] https://bit.ly/3E6Ola3 [Consulta: 19 de cotubre de 2021].
[5] Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, “El Acuerdo de París”, Naciones Unidas (s.f.), sec. Process and Meeting. [En Línea] https://bit.ly/2Z7WoUV [Consulta: 19 de octubre de 2021]
[6] Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, “Registro de NDC”, Naciones Unidas [Octubre, 2021), sec. Todas las NDC. [En Línea] https://bit.ly/2Z7WpYZ [Consulta: 20 de octubre de 2021]
[7] Naciones Unidas, “NDC Synthesis Report”, [17 de septiembre de 2021], sec. Process and Meeting. [En Línea] https://bit.ly/3b2dKoP [Consulta: 19 de octubre de 2021]
[8] Climate Watch, “Historical GHG Emissions”, [2021], sec. GHG Emissiones. [En Línea] https://bit.ly/3CjFIs4 [Consulta: 20 de octubre de 2021]
[9] Naciones Unidas, “China se encamina hacia la neutralidad del carbono en 2060 y a detener la construcción de plantas de carbón en el extranjero”, (21 de septiembre de 2021), sec. Noticias ONU. [En Línea] https://bit.ly/3m82XA2 [Consulta: 20 de octubre de 2021]
[10] António Guterre, “Neutralidad en carbono para 2050: la misión mundial más urgente”, Naciones Unidas (11 de diciembre de 2020), sec. Noticias. [En Línea] https://bit.ly/3GgUbrd [Consulta: 20 de octubre de 2021]
[11] Lisa Friedman, “¿Qué es la COP26? Y otras preguntas sobre la gran cumbre climática de la ONU”, The New York Times (21 de octubre de 2021), [En Línea] https://nyti.ms/3njvbqI [Consultado: 20 de octubre de 2021]
[12] Banco Mundial, “La reactivación mundial es firme aunque desigual, dado que muchos de los países en desarrollo luchan contra los efectos perdurables de la pandemia”, ( 8 de junio de 2021), sec. Comunicado de Prensa. [En Línea] https://bit.ly/3GgqhDo [Consultado el 22 de octubre de 2021]
[13] Agencia Internacional de Energía, “World Energy Outlook 2021”, (Octubre de 2021), pp. 89. [En Línea] https://bit.ly/2ZglJfh [Consultado: 21 de octubre de 2021]
[14] Ídem.
[15] Chuin-Wei Yap, “China Takes the Brakes Off Coal Production to Tackle Power Shortage”, The Wall Street Journal, (20 de octubre de 2021). [En Línea] https://on.wsj.com/3m4rt4Q [Consultado el 21 de octubre de 2021]
[16] Agencia Internacional de Energía, íbid, pp. 96
[17] Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, “El cambio climático es generalizado, rápido y se está intensificando”, (9 de agosto de 2021), sec. Comunicado de Prensa. [En Línea] https://bit.ly/3B52ItK [Consultado el 22 de octubre de 2021]
[18] Hannah Ritchie y Max Roser, “CO₂ and Greenhouse Gas Emissions”, OurWorldInData.org, (2020). [En Línea] https://bit.ly/3njzX7M [Consulta: 22 de octubre de 2021]
[19] Agencia Internacional de Energía, íbid, pp. 263
[20] Matthew Dalton, “To Strike a Climate Deal, Poor Nations Say They Need Trillions From Rich Ones”, The Wall Street Journal, (18 de octubre de 2021). [En Línea] https://on.wsj.com/2ZgnEkg [Consulta: 22 de octubre de 2022]
[21] Ídem.
[22] El Financiero, “General Motors invertirá más de 1,000 mdd en México para armar autos eléctricos”, (29 de abril de 2021). [En Línea] https://bit.ly/3C8WR80 [Consulta: 22 de octubre de 2021]
[23] Silvia Arellano, “Aprueban comisiones del Senado la Ley de Economía Circular”, Milenio Diario, (18 de octubre de 2021. [En Línea] https://bit.ly/2Zj9a3a [Consulta:22 de octubre de 2021].