Provocación
Fui gobernador de Zacatecas de 1998 a 2004. En ese entonces, a pesar de que el panorama de la inseguridad pública en el país y, por tanto, en el estado, era deplorable y de alto riesgo, logramos después de los primeros meses dar tranquilidad a las y los habitantes, lo que se refleja en los índices delictivos publicados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Confío plenamente en que sucederá lo mismo en la administración de David Monreal, quien hace medio año gobierna en esa tierra. Él tiene carácter, capacidad e inteligencia para enfrentar todos los retos y desafíos del Zacatecas actual. Cuenta también con aliados en los distintos poderes y órdenes de gobierno, dispuestos a colaborar en beneficio de la población.
Además, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, desde el inicio de su mandato puso en práctica una estrategia para mejorar la seguridad pública en el país, y a partir de entonces se ha actuado de manera responsable, reconociendo que la pacificación aún es el mayor pendiente de la administración, y que brindar apoyo a las entidades más asoladas por la violencia es fundamental para lograr tal objetivo.
Por ello no debe sorprendernos lo que el presidente expresó en su conferencia matutina del 7 de febrero, cuando reconoció que el hecho de que los grupos del crimen organizado publiciten en redes sociales los hechos violentos que realizan es una provocación contra el Estado de derecho, la paz y la tranquilidad, pues se trata de un Ejecutivo federal pendiente, atento y realista respecto a lo que sucede en todo el país.
El primer mandatario advirtió también la voluntad de seguir adelante en el combate sin tregua contra la delincuencia del crimen organizado y de cuello blanco, así como el posible inicio de un proceso para calibrar la estrategia, en el cual se privilegiarán los trabajos de inteligencia, prevención y respuesta para que, atendiendo los factores sociales, no se siga facilitando la germinación de grupos criminales.
Otros países han enfrentado situaciones similares durante décadas. En Colombia se realizan esfuerzos notables por disminuir la violencia, pero aún falta mucho para que el país viva pacíficamente. En 2020, Brasil, un país en donde se han formado numerosos cuerpos de élite para contener la violencia, seguía registrando números elevados de homicidios; y en Honduras, éstos volvieron a aumentar en 2019, después de varios años a la baja.
Los ejemplos anteriores muestran que una vez que la paz se debilita o se fragmenta es sumamente complejo recuperarla. Sin embargo, durante mis visitas a diferentes estados de la República he podido comprobar que, si bien las condiciones de cada lugar son diversas, recobrar la tranquilidad es el mayor anhelo de las mexicanas y los mexicanos.
Por eso, aunque las palabras del Ejecutivo federal se enmarcan en la crisis de violencia que se manifestó cruelmente en Zacatecas el fin de semana pasado —en la que se reportó la presencia de un dron que documentaba los hechos, como muestra de la táctica de propaganda que usa el crimen organizado para infundir temor—, ajustar la estrategia de seguridad es una acción correcta en el camino hacia la pacificación.
En el Senado de la República seguiremos revisando con responsabilidad, sensibilidad y objetividad el plan de seguridad y sus resultados, pero también continuaremos trabajando para brindar al Gobierno de México las herramientas necesarias para combatir la delincuencia. Toda provocación debe tener una solución.
Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA