Versión estenográfica de la participación del senador Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, en el Diálogo entre Senadores de la República y la COPARMEX
Muchas gracias. Primero, muchas gracias a todos.
Déjenme decirles, primero, muy agradecido, muy contento de estar con ustedes. Le agradezco a Manuel Añorve, al senador Añorve, por organizar este diálogo con la COPARMEX, con algunas organizaciones económicas, con empresarios de Guerrero.
Quiero saludar a todos. Me da mucho gusto que esté un grupo representativo de empresarios, de partidos incluso, como Alberto y como el Rector de la Universidad Americana; académicos, empresarios.
Gracias, Luis Faena, que siempre nos permite realizar los eventos de manera libre y sobre todo, con mucha apertura.
A Efrén, me da gusto verte.
Quiero que le den un saludo a Javier Saldaña, el director (inaudible) de la Universidad.
Gracias al Presidente de COPARMEX. También gracias a los consejeros. Y gracias a todos los que han hecho posible y a todos los que han asistido a este lugar.
Miren, yo tengo siempre una gran admiración por Guerrero, incluso le decía hace un rato al senador Mancera, que ahora me he propuesto escribir; tengo 35 libros escritos, pero va a cumplirse los 200 años de la primera Constitución de nuestro país, del México independiente; 1824 fue la Constitución federal, la que por vez primera tuvo nuestro país como nación independiente; 1824 y, en el 2024 cumpliremos 200 años.
Sin embargo antes del 24, antes, en 1813 aquí, en Chilpancingo se dio un hecho trascendental, yo creo que es el más importante hecho del constitucionalismo:
En la Iglesia de Santa María Asunción, que por cierto hay que ir a verla. Santa María Asunción, ahí sesionaron el primer Congreso Nacional Constituyente, en 1813, encabezados por Morelos y un grupo destacado: Andrade, Silva, López Rayón; porque estaban discutiendo lo que todos conocemos en la historia como los Elementos de Rayón.
Después, en el 14 vino Apatzingán, pero el principal, el principal antecedente de nuestra Constitución es Chilpancingo, Congreso de Apatzingán. Y, ahí en la Iglesia de Santa María Asunción se deliberó y se discutió la Constitución, ahí se dio vida al primer Congreso Nacional Constituyente.
Entonces, yo tengo mucha aspiración, incluso hay una anécdota del constituyente, algún diputado de los que participaban, le propuso a Morelos el sobrenombre de Serenísima Majestad. Alteza Serenísima.
Y, Morelos lo rechaza en el debate, dice “no, no puedo aceptar”. Y dice, “en cambio sí acepto el de Ciervo de la Nación”; y por eso a partir de ahí, aquí fue en Chilpancingo.
Entonces siempre he admirado a Chilpancingo. Conozco todo Guerrero, todas las regiones de Guerrero, todos los municipios de Guerrero; tengo una admiración por mi vocación jurídica. Soy maestro en la UNAM y doy en la Maestría clases y, en efecto, ahí nos formamos Manuel y yo, en el Postgrado en la UNAM, en los 80’s, junto con otros grupos. Incluso Miguel Ángel Mancera, nada más que él es más joven que nosotros, se ve, ¿verdad? Pero él estudió el Postgrado también, y fue maestro, ha sido maestro posteriormente.
Entonces, este diálogo, que lo estamos haciendo en varias partes del país, de manera plural, pretende escucharlos y recoger las inquietudes. No es un foro más, no venimos a decir discursos y ya nos vamos; no, lo que intentamos es también escuchar algunas de las propuestas.
Yo sé cómo está Guerrero, sé cómo está, lo conozco bien: sé los problemas de inseguridad, sé los problemas económicos, sé los problemas de desarrollo comunitario, sé los problemas que están padeciendo en este momento la transición política. O sea, estoy muy enterado de cómo está todo.
Sin embargo, es más en mi caso, escucharlos, porque nosotros queremos trasladar sus inquietudes a la parte normativa, en el desarrollo legislativo, y por eso yo quiero agradecerles a todos ustedes. Incluso se tuvo que abrir un espacio más, porque estaba gente afuera esperando y ya no pudo tener acceso al desayuno para conversar.
Quiero además, decirles que no hay que tenerle miedo a nada. El Presidente Roosevelt, cuando recibió el Gobierno, a principios de 1930, si mal no recuerdo, estaba quebrado el país; los bancos en pleno apogeo porque estaban embargando y quitando ranchos, ejerciendo hipotecas con altas tasas de intereses. O sea, era un problema gravísimo.
El Presidente Roosevelt cierra los bancos, llega al Gobierno y el primer discurso que dice: “tengan confianza, no le tengamos miedo a nada, sólo tengamos miedo al miedo mismo, porque vamos a sacar adelante al país”.
Y, yo les digo: tenemos mucho país, mucho país, no hay que tenerle miedo a nada. Hay que pensar en innovar, en construir, en avanzar y, yo creo, hace unos días estuve invitado por los Emiratos Árabes, me invitaron, no se ha publicado, espero que no se publique; pero me invitaron a los Emiratos Árabes hace unos días, y me sorprendió una frase que vi en el Palacio Nacional, en Abu Dabi, que dice “hemos comprendido que la conciliación y la moderación, ayudan a la estabilidad”.
Es un país, al que lo conozca, está lejísimos, son 26 horas de vuelo, pero vale la pena porque es una nación que se construye de siete Emiratos Árabes, que era sólo desierto, tribus, y en 50 años, óiganlo bien, 50 años ha generado un proceso impresionante.
Ves aquel avance, aquel desarrollo en 50 años, impresionante, bueno, métanse a internet y van a ver la manera de cómo se ha desarrollado. Entonces dice esa frase entre sus proclamas: “la conciliación y la moderación logran estabilidad en los pueblos”.
Y, yo creo eso, yo creo en la conciliación. Yo creo que podemos llegar al mismo puerto, juntos, yo creo que podemos lograr juntos, construir una nación poderosa.
Añorve no es mi enemigo, porque sea del PRI, con él puedo construir una Agenda Legislativa. Mancera no es mi enemigo, porque sea del PRD, porque en los hechos hemos construido juntos leyes para el país. Ni tampoco considero al PAN o a nadie, un enemigo. Puedo platicar con ellos.
Tampoco lo considero a la COPARMEX, por eso estamos aquí. Ni a CANACINTRA; ni a ningún hotelero, ni a ningún empresario, ni a ningún industrial, porque podemos platicar y por eso estamos aquí, tenemos la capacidad de dialogar.
Y, por eso creo que si todos estamos juntos, lograremos construir una nación más poderosa, porque si el desierto fue transformado en 50 años, sin tener ningún recurso; imagínense nuestro país, con tanto recurso, lo que podríamos hacer.
Ahora están desalinizando el agua, en el desierto no les falta agua, tienen un superávit de agua. El año pasado les sobró agua y el desarrollo tecnológico y científico es impresionante.
No tienen más que nosotros: ni en recursos, ni en inteligencia, ni en grandeza. Pero es parte de una nueva filosofía, que tenemos que ir construyendo, por eso no quiero extenderme más.
Me da mucho gusto estar con ustedes, buen provecho.
Muchas gracias a todos los que han venido, de corazón.
Muchas gracias. Saludos a todos.