Versión estenográfica de la presentación del libro “Inversión y Comercio para la Región de América del Norte. Los Beneficios del T-MEC”, escrito por el senador Ricardo Monreal Ávila, coordinador del Grupo Parlamentario de Morena en el Senado de la República, en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

Muchas gracias.

Cuando uno tiene la virtud y el honor de que los presentadores realmente lean la obra y la expliquen tan bien, como aquí lo han hecho la doctora Martha Patricia y el doctor Luis Ernesto Orozco, me facilitan mucho las cosas, porque introducen con una verdadera pasión, entusiasmo, al lector.

Y déjenme decirles que tienen razón los dos. En efecto, yo intenté, en este y en otros libros, que la prosa fuera demasiado fácil para que pudiera llegar a cualquier lector. No necesitas ser experto en comercio internacional ni tampoco un economista avezado en la materia; sino los términos que uso son de fácil acceso.

Y déjenme decirles cómo inicia, porque es importante la historia.

Yo era senador en los 90, la primera ocasión. Fui diputado en el 88, siglo pasado; y luego en el 91 fui senador. Y en el 91 se presentó el inicio con Salinas de Gortari, el TLC, y yo tenía mis dudas del TLC.

Por eso el primer párrafo que lee Luis Ernesto, es muy significativo para mí.

Luego, en ese momento, en el 91, voté por disciplina, ¿por qué por disciplina, a favor? Porque era del PRI, y entonces yo sabía que en el sector agropecuario no nos iba a ir bien: y así fue.

Y después, en el 97, vuelvo a ser diputado federal y al intentar querer ser gobernador de mi tierra, ya no me acepta el PRI, me descalifica y no me permite participar. Entonces, el presidente del PRD era Andrés Manuel López Obrador, 1998, 97, y me invita a ser candidato de la izquierda.

Porque en el PRI había un sector de la izquierda, aunque no lo crean, había un sector de la izquierda. Y entonces, en el 97 soy candidato de la izquierda, ganamos; y todavía tenía dudas del TLC. Por eso fue que se construyó en mí, una visión clara de lo que es el TLC.

Y de nuevo, me toca recibir la conclusión del TLC e inician, el anterior gobierno del presidente Peña, a negociar el T-MEC. Y el presidente López Obrador y yo teníamos grandes discusiones sobre eso.

Ya siendo senador de la República, el Presidente dice “Ricardo, revisémoslo bien´”, porque no se aprobó, bueno, se aprobó un mes o dos meses antes, pero todavía no se ratificaba por el Senado de la República. Y es una obligación del Senado, aprobarlo, si no, no tiene vigencia.

Y me decía el presidente López Obrador, “chequémoslo bien”, y yo le dije “Presidente, sí es conveniente firmarlo”; “¿Pero cómo nos vamos a ver, un gobierno de izquierda, firmar un tratado comercial con el que nosotros, nuestra filosofía, ha sido no?”. Le dije: “Porque tenemos que cambiar y va a ser para el bien del país”.

¿Qué es lo que preocupa, Presidente? Y me dijo desde un principio: “El petróleo”. Resolvámoslo.

A última hora, ya en la negociación de este Gobierno, 2019, manda a sus negociadores y le dice a Trump: “Este capítulo no entra”, que es el capítulo ocho del petróleo.

Y dice en el capítulo ocho: “El petróleo y la energía son inalienables, imprescriptibles y no enajenables”, y en la nación se reserva el dominio pleno, por lo que no hay forma de negociarlo.

Y es un tironeo que hay un momento que estuvo a punto de no firmarse, de no ratificarse, y el Presidente de la República dijo: Estoy dispuesto a no firmar nada si no aceptan esa clausula. Yo no voy a aceptar eso, Ricardo.

Porque ya estaba en manos del Senado, ya no era el Ejecutivo. El Ejecutivo lo había firmado Peña Nieto y se lo había dejado al Presidente López Obrador y entonces le dije: Planteémoslo, y lo planteamos y al final, después de semanas casi de sucumbir, acepta Trump y el Congreso norteamericano dejar la clausula ocho.

Incluso ayer el Senado norteamericano, ayer le pidió al Presidente Biden por unanimidad que hiciera consultas con el Gobierno Mexicano sobre ese capítulo de energéticos y petróleo, obviamente electricidad.

Hoy le he enviado yo una carta al presidente del Senado, a Patrick Leahy, que es el presidente pro-témpore del Senado norteamericano, donde le digo: “Senador, ustedes no pueden de ninguna manera consultar, dado que eso quedó en el capítulo ocho, y ahí establecimos con claridad que el petróleo no se negocia ni la energía”.

Hoy estoy enviando la carta diciéndole: Estamos dispuestos a dialogar, pero no hay forma de que ese capítulo… Ese fue el motivo que el Presidente tuvo dudas, no creo que ni él ni el Senado vayan a aceptar modificaciones en esa materia.

Sin embargo, estoy convencido que hicimos lo correcto. No sólo ahí.

Antier me reuní con el embajador de Brasil y le dije: Exploremos. Él, esa nación quiere llegar a un acuerdo comercial con México porque tenemos que abrirnos al mundo.

Hablaban aquí sobre la situación de China los presentadores, la doctora y Ernesto; y, en efecto, China y Estados Unidos entraron a una guerra comercial, y Estados Unidos, que era el principal receptor de mercancías de bienes y servicios de China, cerró las puertas, sobre todo en la Costa Oeste; pero alguien tiene que abastecer a ese sector de la población norteamericana y nadie la está abasteciendo.

Es donde México tiene una ventaja competitiva y comparativa, y por eso yo digo que Chihuahua y Ciudad Juárez están destinados a hacer eso: innovación tecnológica, competitividad, mejores salarios, mejores condiciones de vida.

Juárez es la frontera que antes del T-MEC, antes del TLC, ya había demostrado que era una ciudad binacional, con comercio fluido binacional, y aquí lo describo en el libro.

Por eso, me dio mucho gusto que la doctora hubiese sido muy cuidadosa en los capítulos, en los cinco capítulos, que describió sólo tres con profundidad, incluyendo las conclusiones finales.

Porque esa es la idea del párrafo primero. Cómo un gobierno de izquierda, dirían en el mundo, se atreve a firmar con gobiernos de derecha.

¡Pues sí! Porque el comercio no reconoce ideologías y la necesidad de empleo, de competitividad, de innovación de tecnología de la información, de la robótica, de lo que viene en el futuro, tenemos que empezar a prepararnos.

Aquí llegaron en los 90 las maquilas; si no recuerdo en los 90, en los 80, porque yo caminaba todavía por Juárez, como a las 02:00 de la mañana a tomar la pesera a “La Cuesta”, cuando venía, y era tranquilo Juárez en los 80’s. Tendría 18 o 19 años; 1978-79. Nadie te molestaba.

Salías del “Cosmos” a altas horas de la noche, o del “Noa-Noa”, o del “Café Saratoga”, que lo cerraban temprano. Pero ya por la noche te ibas a las flautas de “La Mejía” o de “La Perú”, o a las tripas de “La Bolívar”.

Pero entonces, yo viví esa etapa. Viví esa etapa donde el espejismo del centro del país, el espejismo de las maquilas, atraía gente. Llegaron gente de Veracruz, de Zacatecas, de Michoacán, de Durango, aquí a la frontera.

Bueno, hasta Pedro, que era mi vecino en el barrio de Zacatecas, se vino y fue diputado del PAN, y venía de Zacatecas. Nadie es perfecto; es lo que yo le dije.

Cuando conocí a Cruz, en el Senado, le digo: “Oye, muy bueno, Cruz -porque era una gente disciplinada, capaz, talentosa, estudioso-. Oye; muy bueno ese Cruz.

¿Y dónde estaba ese Cruz? Ya me dijeron: “No, pues estaba en el PAN. ¡Cómo que estaba en el PAN! Qué grave error, le dije: Pero, ¿cómo le hiciste?” No, cada quien, cada quien. Cada uno sabe.

Pero lo que puedo decir, que fue el que lo impulsó más. Si él hubiera sido candidato a gobernador, él hubiera escrito historia. Pero a veces los intereses se oponen.

Pero bueno, yo creo que ahora tiene una gran oportunidad, porque Ciudad Juárez necesita mucho respaldo institucional, ¡mucho!

Miren, yo recuerdo los 80’s; qué les digo. Y venía cada año, porque vive mucha familia aquí de los Ávila, todos mis tíos prácticamente se vinieron aquí; eran muchos.

Los 80’s, cuando llegaron, todo este boom de maquilas no cuidamos y en los 90, cuando vine, que me dio mucha tristeza, vi los primeros centros a los que le llamaban “los picaderos”; terrible.

Apenas empezaba y no los contuvieron, la autoridad; al contrario. Era obvio que la destrucción del tejido social se tendría en los pocos años siguientes; en los 90’s; fue terrible.

Lo digo terrible porque primos míos, más jóvenes que yo, ya fallecieron. Y obviamente mucha de mi familia, que venía con la esperanza de mejorar su vida, no fue así.

Yo la primera vez que pasé a Estados Unidos, pasé mojado, en una llanta de tractor, con una tabla. Así era, pero no había problemas; pasabas, una llanta inflada, en tabla, y te sentaban como a cuatro o cinco, y te bajaban. Y otras cosas que no puedo decirles, porque todo se graba; pero tenía una novia aquí.

Y luego ya, trabajé en las maquilas y nos escribíamos cada seis meses, y a los ocho meses me mandó su carta de invitación para la boda. Entonces, ya, era de Plateros.

Pero bueno, son vivencias, por eso yo les dijo que soy como juarense, porque el único lugar donde yo venía era aquí, porque éramos 14 de familia, somos 14 hermanos, entonces obviamente mi padre no podía darnos vacaciones en Cancún, todavía no existía, o en Puerto Vallarta.

No podía, teníamos que venir donde vivían nuestros tíos, para no pagar hotel ni comida ni nada; pagaba nada más el tren, que duraba 24 horas para llegar. Salía a las 11 de la mañana y llegaba otro día a las 6 de la mañana, a Juárez. Y eran tablas, en los asientos eran tablas, en el tren.

Pero bueno, volviendo al T-MEC, por eso la experiencia es muy viva y por eso sí, sigo siendo maestro en la UNAM, maestro frente a grupo, doy ya nada más en la Maestría, estaba dando el Doctorado y Maestría. Yo soy egresado de la UNAM, bueno estudié, soy de provincia, estudié la Licenciatura en Zacatecas.

Y luego me becó la UAS y la UNAM, a realizar estudios de especialidad de Maestría y Doctorado. Y, tengo muchos años dando clases en la UNAM, y me siento muy contento; soy maestro frente a grupo y nunca fallo a las clases. Ahora digitalmente, me facilita más las cosas.

Pero, por eso es que es importante el renacer. Yo estoy de acuerdo con los tratados comerciales, México tiene que expandirse.

Humberto hacía una pregunta, sólo en esta materia le diría “no”. La izquierda tiene que tener capacidad de reinventarse, y de lo que era dogma, tiene que convertirlo en práctica en beneficio de la gente; lo que era una posición inamovible, la izquierda tiene que ser capaz de consensar, de negociar, de acordar lo que a la gente la pueda beneficiar.

Abandonar el dogmatismo y tratar de implementar políticas progresistas, de acuerdo con lo que estamos viviendo en el mundo.

La socialdemocracia en los países nórdicos, es extraordinaria, para mí es un sistema, no perfecto, no hay sistema perfecto; pero más acabado. Y creo que México está en un proceso de transición política inacabado, que va a ser su continuidad, su continuación, importante para México.

Yo sí creo en que el proceso de cambio que vive México es positivo y creo que el Ejecutivo Federal, el Presidente López Obrador está generando un cambio con obstáculos de intereses normal, lo sabíamos y nadie creyó que sería fácil.

Aunque sí hay mejorar muchas cosas, hay que cambiar otras, hay que actuar con mayor tolerancia, yo creo en la unidad de México y creo que puede llegar al mismo puerto con otro tipo de políticas.

Por eso, como Presidente de la Junta de Coordinación Política, tengo la posibilidad, y lo hago además, de reunirme con todos.

Lo decía Cruz, yo me reúno con todos los partidos y eso no me desmerece ni me minimiza ni me cambia mi ideología el que te sientes con quien piensa distinto que tú, es parte del proceso democrático que vive el país.

Voltaire, este enciclopedista francés, junto con Diderot, Montesquieu, Locke, Bentham, decía Voltaire: “Puedo estar en desacuerdo con lo que tú dices, de hecho estoy en desacuerdo, pero defendería con mi vida tu derecho a decirlo”.

Esa es, fíjense, lo dijo en el siglo XVII, 1730-40; ¿por qué en pleno siglo XXI la tolerancia no se convierte en virtud?

Y por eso me parece que hoy en este centro académico es lo que hemos hecho: escuchar.

Yo reconozco, de verdad, el talento de mis presentadores.

Gracias, doctora, porque además sus síntesis o su presentación está muy documentada.

Y gracias Ernesto, estás invitado al Senado a presentar tu libro. Te has ganado el asiento en el Senado.

Ahí estaremos puntuales a la cita y los que quieran, maestros o maestras o alumnos de la institución que lo acompañen, serán bienvenidos.

Hay otros libros, que debe estar aquí la editorial, que en lo personal me gustó escribirlo porque hablo mucho sobre Juárez, se llama “Madero. Una historia inacabada”, porque aquí fue definitiva su presencia.

Que, por cierto, la vez pasada fui al museo, faltan muchas cosas, pero es un esfuerzo. Pero aquí fue significativa la hazaña de Madero; y ahí lo describo con Pascual Orozco y con todos, Villa; y aquí se establece toda la estrategia “Paso del norte”.

Sí intento no alejarme de la Academia, porque finalmente ahí está tu destino y tu terminación. La política, los puestos fundamentalmente, son temporales. La docencia es hasta que te mueras.

Entonces, yo voy a ser político temporal, pero maestro permanente. Por eso no dejo La Academia, y tengo alumnos extraordinarios en la UNAM. No cobro en la UNAM porque está impedido legalmente, por eso tengo que vender libros, y por eso no se los roben. Es que les di un mal consejo.

Pero les quiero decir que trato de hacer la presentación; hoy fueron buenas las presentaciones y me alegra porque lo que intento hacer es decirles que Juárez y Chihuahua tienen un gran futuro.

Va a ser esta la capital de la inteligencia artificial, de la innovación tecnológica, más tarde de la robótica. Que también hay que prepararnos porque van a desplazar miles de empleos y hay que prepararnos para esta etapa que ya está aquí.

Ya en algunas maquilas ya usan mucho la robótica y desplazan mucha gente. Pues ya llegó aquí. Y también la autoridad tiene que abrir las puertas, invertir en educación, meterle más recursos a la preparación y a la competitividad porque no hay otra alternativa en el mundo, y México está destinado a ser una gran Nación, tiene todo para hacerlo: Microclimas de todo tipo, su gente extraordinaria.

Entonces, me da mucho gusto estar aquí en la Universidad.

Gracias por aceptarme, por invitarme.

Gracias, Cruz. Gracias, Rubí.

Gracias a todos y a todas que han venido esta tarde a escuchar la presentación.

De todo corazón, muchas gracias.

Me acompaña el senador Rogelio, de Quintana Roo.

Y lamento decirles que no habrá pase de charola.