Versión estenográfica del mensaje del senador Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, en la inauguración de la exposición fotográfica “481 Aniversario de la Fundación de Morelia”
Muchas gracias.
Bienvenidos, bienvenidas.
Bienvenido presidente municipal, Alfonso Martínez.
Bienvenidos senadores y diputadas, diputados federales.
Es un evento significativo. Hace unos meses escribí un libro sobre el Senado, que ya se publicó, y ahí abarco la parte independiente de nuestro país; y Valladolid, la Ciudad de Morelia, es clave en toda la historia de México.
Morelia cumple 481 años, fue fundada por el Virrey Antonio de Mendoza, y esta ciudad ha ocupado un lugar especial.
Pasó a llamarse Valladolid en 1578. Cambió su nombre a Morelia en 1828, en honor al más ilustre de sus hijos, don José María Morelos y Pavón, el Siervo de la Nación, quien en Chilpancingo rehusó el sobrenombre de Alteza Serenísima, y donde dijo en ese Congreso: “no, no acepto ese mote. Prefiero que me digan Siervo de la Nación”.
La UNESCO declaró a Morelia Patrimonio Cultural de la Humanidad. Recorrer sus calles es penetrar en el arte y la historia; tiene joyas arquitectónicas de casi cinco siglos. Las primeras construcciones hechas por franciscanos y agustinos; edificios barrocos como Las Rosas, la Catedral y el Palacio de Gobierno; platerescos, como El Carmen y la Casa de la Cultura.
Paseos como la Calzada Fray Antonio de San Miguel; arquerías al estilo romano, como el Acueducto. Símbolos de identidad como las tarascas; y modernos edificios y centros comerciales.
Morelia es desde sus primeros años, un centro de cultura y educación. Es impresionante lo que le ha dado a América. En Morelia impartió cátedra Fray Alonso de la Vera Cruz, uno de los fundadores de la Universidad de México.
El Colegio de San Nicolás, fundado por don Vasco de Quiroga, sigue abierto a las nuevas generaciones, por las aulas nicolaitas han pasado personajes como Miguel Hidalgo, José María Morelos y Pavón, Francisco J. Mújica, Pascual Ortiz Rubio y el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas. En este recinto se resguardan la Biblioteca y el corazón del filósofo de la reforma, Melchor Ocampo.
En la antigua Valladolid se escucharon las cátedras de Francisco Javier Clavijero, el autor de la Primera Historia de México. Se discutieron los conceptos del ilustrado José Pérez Calama. Y se dio la acción humanitaria de Fray Antonio de San Miguel.
En esa ciudad de cantera, similar a la ciudad de Zacatecas, de donde soy originario, ocurrió en 1809 la primera conspiración en pro de la independencia, le llamo yo en el libro, “conspiración positiva”. Los patriotas José María García Obeso, Mariano Michelena, Nicolás Michelena, José Soto Saldaña, Vicente Santamaría, Manuel Ruiz de Chávez y el indígena Pedro Rosales; planearon un levantamiento para lograr un país libre y soberano.
La conspiración fue descubierta, pero la semilla ya había germinado. Miguel Hidalgo, alumno y luego rector del Colegio de San Nicolás, dio el grito de Dolores e inició la revolución de independencia.
El Virrey Venegas escribió: “La ciudad de Valladolid ha sido el origen de la revolución y constante foco de ella”. Morelia es la cuna de la libertad.
En el edificio que actualmente ocupa la Preparatoria número 5, Miguel Hidalgo y Costilla decretó el 19 de octubre de 1810, la abolición de la esclavitud. Medio siglo antes de que Lincoln hiciera lo propio en Estados Unidos.
A Valladolid llegó a buscar a Hidalgo, su antiguo alumno de San Nicolás, José María Morelos y Pavón; pero ya había partido. Lo alcanzó en Charo y recibió del Padre de la Patria, la comisión de insurreccionar al sur.
Desde 1828, la ciudad se llama Morelia, en honor al autor de los Sentimientos de la Nación. Forjador del Estado mexicano, creador de la primera Constitución, del primer Tribunal de Justicia y del primer gobierno de insurgencia.
Morelia es la ciudad que vio nacer a José María Morelos, en 1765. Morelia vio caer, en 1830, a los primeros mártires que ofrendaron su vida en defensa de la República federal.
Desde Morelia, en 1842, Melchor Ocampo demandó la abolición de la pena de muerte en México. En 1847 Ocampo fue gobernador y en medio de la invasión norteamericana, organizó el Batallón de Matamoros para ir a combatir en defensa de la soberanía y de la integridad del territorio nacional. Ocampo fue el ideólogo de la Reforma.
En la batalla del 5 de mayo de 1862, cuando las armas nacionales se cubrieron de gloria, participaron el Batallón Fijo de Morelia y la Brigada Morelia. Maximiliano de Habsburgo, durante su efímero gobierno, dijo: “Morelia es la ciudad más peligrosa y políticamente, más difícil del imperio”. La República triunfó
Estudiantes de San Nicolás, como Francisco J. Mújica, enfrentaron la dictadura de Porfirio Díaz, a principios del siglo XX. En 1910, secundaron al doctor Miguel Silva González, distinguido moreliano que encabezó la revolución en Michoacán.
En el constituyente del 17, destacaron los morelianos Manuel Martínez Solórzano, Cayetano Andrade, junto al general Mújica; y en ese año fue fundada la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. La primera que surgió del movimiento revolucionario y también, la primera Universidad Autónoma del país.
Desde el Palacio de Gobierno de Morelia, primero el general Mújica, entre 1920 y 22; luego el general Lázaro Cárdenas, entre 1928 y 32; delinearon lo que sería el proyecto social de los gobiernos de la Revolución, con el respaldo de obreros, campesinos y maestros, iniciaron el reparto agrario. Crearon escuelas y aplicaron la legislación del trabajo.
Morelia recibió, en 1937, a los niños del exilio español, en el Internado España-México. A las aulas de la Universidad Mexicana, llegaron exiliados republicanos ilustres como Adolfo Sánchez Vázquez y María Zambrano.
Hablar de Morelia es también, en efecto, como dijera el presidente municipal, de música; de Miguel Lerdo de Tejada, de Ignacio Mier Arriaga, de Miguel Bernal Jiménez, de Romano Picutti, de los niños cantores, de Alfonso Vera Núñez, de Chucho Monje, de Gonzalo Chapela, de Blanca Morelia.
Fue también esta ciudad, la cuna de los grandes juristas, uno de ellos Gabino Fraga. Morelia fue el epicentro de las luchas estudiantiles de 1963, de 1966, cuando los nicolaitas lucharon contra un Estado autoritario, para abrir espacios democráticos y ampliar las libertades públicas.
También en Morelia surgió la pluralidad política, cómo no responder a Isaac Arriaga, fundador del Partido Socialista Michoacano o a Luis Calderón Vega y Miguel Estrada Iturbide, fundadores del Partido Acción Nacional; y de Victoriano Anguiano, fundador del Partido Popular. Cómo no destacar que en el municipio de Morelia, se ha dado la alternancia y han gobernado todas las fuerzas políticas, incluyendo las independientes.
En 1986 también en Morelia, en voz de Cristóbal Arias Solís, se dio a conocer la opinión pública nacional, el documento de trabajo, uno del Movimiento de Renovación Democrática, que encabezó el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez; movimiento que hizo historia.
Derivado de ello, en 1988, brotó el Frente Democrático Nacional y aglutinó la gran corriente de izquierda que ahora gobierna México.
Para mí, Cristóbal Arias ganó la elección para gobernador en aquella época. Es historia, pero él es presente, y aquí está, de pie, luchando por la patria.
Enhorabuena. Felicidades y bienvenido, presidente, a compartir un pedazo de la historia, de la belleza, de la gastronomía, de la singularidad del municipio que gobierna.
Enhorabuena y felicidades. Esta es su casa, es la casa de todos, es la Casa del Federalismo Mexicano.
Saludos.