Versión del mensaje del senador Ricardo Monreal Ávila, en la presentación del libro “Diosas, vírgenes y mujeres libres”, del autor Marco Levario

Muchas gracias.

En la literatura antigua, a mí me encanta la vida de la Diana “La Cazadora”. Diana “La Cazadora”, le arrebató la vida a Acteón. La historia la describe como una mujer fatal, una diosa fatal, porque Acteón se atrevió a verla desnuda y por esa razón le arrebató la vida.

El libro que escribe este gran periodista, un amigo personal y a quien yo reconozco, Marco Levario, es un libro apasionante.

Cuando yo lo vi y empecé a leerlo, y me hizo el favor de invitarme a presentarlo, le pregunté: ¿Y dónde lo quieres presentar? Y me dijo: “En Oaxaca”. Y le dije: Es una provocación que lo hagas ahí.

Porque, a pesar de que en Oaxaca corre una vena liberal histórica, también en la antigua Antequera, en esta población dominada también como Colonia, se impuso mucho la visión en un sector del conservadurismo normal.

Y, al ver el título de este libro “Diosas, vírgenes y mujeres libres”, me atrajo.

Las propias fotografías que aparecen en el libro y que describen la desnudez de la mujer, sin leer el contexto de lo escrito, podrías entrar a esa clasificación de provocación. Pero no, cuando vas leyendo el libro, te vas adentrando a la historia.

Y es el libro que describe el devenir histórico de la desnudez vista ésta como lo es, una descripción filosófica, una descripción más allá del momento, pero sobre todo del papel que el feminismo y las mujeres en lo individual han venido desempeñando a través de la historia.

A mí en lo personal me gustó mucho y por eso acepté presentarlo y también a felicitar al mismo tiempo al autor de la obra.

Miguel, hoy por la mañana que se enteró, también me pidió hacer una entrevista. Fuimos al mercado, y también es un provocador.

Seguramente va a salir la entrevista en los próximos días, pero tocamos temas claves.

Y es que este libro, al caminar por la historia, señala la importancia; recordé a Olim, recordé a mujeres extraordinarias que le dieron sentido, a Sor Juana, a Leona Vicario, a Josefa Ortiz, a las mujeres que participaron en la Revolución Francesa, en la Revolución Mexicana, en la Revolución Inglesa, en la Guerra de Reforma, y es admirable recordar.

¿Qué es lo que hace Marco Levario? Marco, lo que hace es expresar el punto de vista masculino sobre el feminismo, sobre el feminismo; porque incluso no se ha entendido bien la lucha, esta revolución que bien describe él que está viviendo México desde hace una década, esta revolución feminista que apenas está abriendo los ojos y está adquiriendo conciencia social.

Cómo logramos derrotar la concepción matriarcal hace siglos y ahora cómo vamos a derrotar el sentimiento patriarcal que ha dominado el pensamiento mexicano en muchas partes del mundo en las últimas etapas.

A mí me da tristeza ver a nuestros líderes decir que el asesinato de una mujer tiene que ver con la descomposición social, no das crédito a decir que es, es por el proceso social.

No es así. Es la impunidad, la falta de justicia, es no entender lo que está pasando en la revolución feminista del país.

Yo creo que este libro aprenderá, ojalá y lo lean, a despertar a muchos de los pensamientos que todavía siguen fincados en la tradición patriarcal.

Es un libro de consulta, es un libro agradable.

Ayer por la tarde noche, ya tarde, hablé con Raul, y a Raúl Castellanos me decía: ¿Estás aquí? –Sí, vengo a presentar un libro de Marco Levario, que lo estaba leyendo la última parte. Y dice: ¿De qué es el libro? –El libro es esto, aunque pienso que presentarlo aquí es una provocación, lo hubiéramos presentado en un lugar… Pero no, es adecuado, es idóneo.

Porque incluso en las comunidades, en los pueblos originarios, en las comunidades campesinas, está imprimiéndose este sentimiento feminista.

En el Congreso Mexicano hemos diseñado una agenda feminista, una agenda que no sólo es la paridad de género, no sólo es el dar la mitad de puestos en los ayuntamientos, en los congresos, en las cámaras o en el Gobierno; no. Va más allá de lo que debemos aceptar y lo que debemos impulsar en esta revolución feminista.

Es más, cuando lean el libro, muchos de los hombres, él dice aquí: Hay 29 mujeres y con ellas doy el mensaje hacia afuera de lo que pretende el libro.

Yo diría que incluso al leerlo los hombres, nos vamos a solidarizar con la lucha femenina, poco comprendida.

Ahora que se está presentando este cáncer de homicidios y de femincidios, nos parece absurdo y nos parece una barbarie que, por el simple hecho de ser mujer, estén padeciendo y estén sufriendo persecución, acoso.

Este libro intenta hacernos notar cómo precisamente la segregación, la discriminación histórica, el sojuzgamiento de la mujer, ha provocado retrasos en lo social, retrasos en lo cultural, retrasos en los sistemas de innovación democrática.

Por eso es recomendable, porque aquí se pulió Marco Levario.

La concepción masculina del movimiento femenino, la visión de un hombre al describir en el libro, en el devenir histórico el papel de la mujer y, sobre todo, lo que representa en la sociedad moderna este tipo de emancipaciones o de revoluciones de la mujer. Yo estoy convencido de eso.

Yo era gobernador en 1997, hace 25 años y, sin que hubiera ley o Constitución que me obligara, la mitad del gobierno eran mujeres, mucho antes que la ley lo obligara; y empezamos una revolución, pero no fue fácil.

Ahora veo que las condiciones son más propicias y también que las mujeres están desempeñando cada día más papeles preponderantes en la sociedad, en la cultura, en la economía, en la empresa, en la Academia, en la educación, en la intelectualidad; por fortuna, veo cómo el acenso ha sido en las últimas décadas, diría dos décadas más fuerte todavía.

La primera vez que fui senador de la República, fue en 1991, y habíamos el 80 o 90 por ciento hombres en el Senado de la República, y el 10 por ciento, si acaso, mujeres.

Ahora somos la mitad y la mitad; la mitad hombres, la mitad mujeres, y eso es precisamente un avance. La paridad ya es un principio constitucional y nadie lo va a poder retardar ni retrasar.

Sí debemos legislar para acentuar y para mejorar el papel que el Estado debe de dar al movimiento feminista. Yo lo veo con mucha fuerza.

Sí tenemos que definir con claridad el tipo penal del feminicidio. No podemos dejar que los estados legislen al arbitrio o a la libre discreción sin una visión de Estado.

Y debemos homogeneizar todos los Códigos Penales para que no quede ninguna rendija, a través de la cual se pueda colar la impunidad, no sólo en el caso de feminicidios sino también de violencia intrafamiliar, de discriminación, de abusos y de justicia salarial. A puesto igual salario igual, sin importar si es masculino o femenino quien presta el servicio o quien es empleado o servidor público o privado. Entonces, tenemos mucho que hacer.

Yo recientemente escribí un libro; no recientemente, hace tres, cuatro años, se llama “El acceso de las mujeres a la justicia”, y hablo sobre las debilidades del sistema nuestro en esa materia. Lo editó Porrúa.

Y recuerdo, porque ahí lo describo, un papel triste, miserable, trágico, porque describo varios casos de por qué no había, o no hubo el acceso de la justicia.

Trato un caso real que sucedió no hace mucho; hace unos años. Resulta que, a una joven, entre tres tipos, la secuestran, la raptan, la llevan a un hotel y la violan. En la noche empiezan a tomar; toman los tres y logra escaparse de los captores, de los fulanos que la raptan.

Y en el momento de salir del hotel, del cuarto del hotel, despierta uno de ellos, todavía borracho, y forcejea con él; en el intento de detenerla y ella de liberarse.

Esto fue hace unos años, no crean que es cosa del pasado. En el forcejeo ella alcanza, ella estaba lúcida, fue humillada, sojuzgada, pero estaba sin ninguna bebida o efecto, y al forcejeo le quita la navaja con la que la amenaza y hiere a su agresor; hiere a su agresor y sale del cuarto del hotel.

Va ella inmediatamente a la policía, al ministerio público, va y dice “me acaban de secuestrar, hace cuatro horas. Pasó esto. Me violaron; me alcancé a escapar. Forcejeé con uno de ellos, y ahí están en tal lugar, en tal hotel, en tal cuarto.

Para sorpresa para ella, es que otro día a ella la acusan de homicidio, porque al que hirió murió. Y no sólo eso. Al ver todo el expediente, el ministerio público y el juez que la juzgaron sin perspectiva de género; el juez, porque el que murió era hijo de un político, y al final a ella la acusan de homicidio, y en el expediente, dice el juez, algo así como: “eso les pasa por andar de; dedicadas a la prostitución”. Cosas así.

Es decir, no sólo padeció esa mujer la aberración de un sistema penal, sino además le destruyeron su vida. Y cuando solicita el expediente el defensor de oficio, porque no hubo ningún abogado que se atreviera a llevar el caso, le cobran una cantidad de dinero que, por su condición, no puede pagar las copias del expediente del juzgado para poderse defender.

Este es sólo un asunto que describo en el libro, por qué sucede esto. Esto es parte de lo que describe el autor.

Al acudir a la historia y plasmar historias reales sobre las mujeres, y la desnudez que describe, qué es la desnudez. Y, repito, Diana, La Cazadora, a la que describe la literatura como mujer fatal, por el simple hecho de verla desnuda. Y así fue avanzando el término de desnudez, que durante un tiempo no sólo era pecaminoso, sino era una situación condenable.

Acaba de morir, decíamos hace un rato, Meche Carreño. Los que tenemos más de 60, 70 años la recordamos. Y ella se atrevía, en los 60’s, a ponerse bikini, o a posar con bikini, y ya era una cosa pecaminosa y demoniaca.

Pero ella lo hacía incluso en un afán de libertad, de valentía. Y vimos, en el libro describe a través de la historia lo que ha sido la desnudez, la mujer, pero además su capacidad, su talento, su aportación de ideas.

Y por eso el libro es muy sugestivo, es un libro muy interesante, bien escrito, que les va a trasladar, los va a trasladar, las va a trasladar a etapas distintas de la historia de la humanidad. En lo personal, les recomiendo el libro.

Quiero felicitar a Marco Levario, autor, por esta obra. Y me estaba diciendo que está preparando ahora otra, también provocadora, o más provocadora. Dice él que quiere hacer, o que está escribiendo una especie de diccionario de las vedettes en México. También seguramente va ser demasiado publicado.

Este libro; éste, es un libro muy bueno. “Diosas, vírgenes y mujeres libres”. Y les va a gustar. “Dos antorchas”, dice el autor, dos antorchas nos guían; “Las pasiones de la carne” y Los amores queredianos”.

Es un libro que recomiendo y que es fácil de leer, comprensible, de prosa muy ligera y tiene capítulos también muy subjetivos. Recuerdo el capítulo de “La edad de la inocencia”, y uno que dice “Vivir en el barrio está cabrón”; “La neta”, o “Mi primera vez”.

No quisiera decirles más para que lo compren, porque luego lo describe uno completo y dicen “no, ya me lo ahorro”. Si no, entonces no funcionará. Entonces, léanlo. Es un buen libro: “Diosas, vírgenes y mujeres libres”.

Quisiera, por último, agradecerle al director de aquí de la Casa. Gracias por la atención.

Oaxaca no debe de dejar de ser un lugar de cultura. Oaxaca, como decía aquí nuestro amigo, no debe de asumirse como plural. Quintana decía “más allá de ideologías, más allá de partidos, más allá de posiciones políticas. Lo que importa es estrechar el mundo de la cultura, de la Academia, de la intelectualidad, independientemente de tu posición partidista”.

Y lo que ahora ha hecho el Director es abrir el espacio a la presentación de un buen libro de Marco Levario.

Es un momento de libertad y es un momento de respaldar y de entender la revolución feminista. Quien no lo entienda va a ser triturado por la historia. Es el momento de un movimiento ascendente y de un movimiento que llegó para acceder a la justicia. Es un movimiento para emancipar y es un movimiento feminista que se va a quedar y que no es temporal.

Por eso, tenemos que prepararnos a aceptar e impulsar, como lo está haciendo hoy Marco Levario. La voz masculina sobre el movimiento feminista.

Y eso a mí me alegra porque cada vez habemos más masculinos que asimilamos, comprendemos y respaldamos la lucha feminista; mucho más.

Hay una agenda legislativa que vamos a impulsar en el próximo Periodo de Sesiones, orientada a este tema. Tenemos iniciativas, dictámenes y propuestas de avanzada, en beneficio de las mujeres, del Movimiento, para poder avanzar con más rapidez en la lucha que han emprendido desde hace varias décadas.

Muchas gracias. Agradezco me hayas invitado, Marco.

Fue en el marco de La Guelaguetza. También, ayer tuvimos la oportunidad, por la tarde, de caminar. Hoy se inicia. Fue en este marco de La Guelaguetza, la fiesta grande de Oaxaca, en esta presentación de este libro y que me alegra estar aquí con mis amigos.

Y enhorabuena por la obra.

Enhorabuena.

Felicidades.