Versión estenográfica del mensaje del senador Ricardo Monreal Ávila, coordinador del Grupo Parlamentario de Morena, durante el Primer Informe de Actividades Legislativas del senador Navor Rojas Mancera
Hace muchos años que participaba, en 1988, en aquel partido, el PRI, 1988, cuando en 1988 el ingeniero Cárdenas, Cuauhtémoc Cárdenas luchó por democratizar al PRI, junto con Porfirio Muñoz Ledo y e Ifigenia Martínez, y un grupo de mexicanos extraordinarios, a los que les debemos ahora lo que somos.
Y, en 1988 quiso democratizar al PRI, ¿y saben qué sucedió? La intolerancia, la persecución y la actitud obcecada de algunos malos priístas y mexicanos, lo llevaron por fortuna a constituir el movimiento más importante de las últimas décadas: la corriente democrática, que después constituyó el Frente Democrático Nacional.
¿Saben lo que decían en el PRI, donde yo estaba, en el 88? “acusen a Cárdenas de traidor, porque es traidor a la revolución, es traidor a su padre, es traidor al movimiento y es traidor al PRI”; ¿y saben lo que pasó? Cuauhtémoc Cárdenas ganó la elección de 1988.
Cuauhtémoc Cárdenas fue quien inspiró lo que ahora tenemos de trayectoria. Yo tengo 26 años acompañando al presidente López Obrador.
Muchos de los que gritan, son nuevos, son neomorenistas, y yo digo que deberían tener tolerancia, tolerancia, porque así empiezan las destrucciones de los movimientos sociales que le dan vida al país. Así fue.
Y miren ustedes, así fue. Yo sé quiénes son, yo sé quiénes son, yo sé quiénes los encabezan; pero se sentiría muy triste -esos que gritan-, se sentiría muy triste si estuviera aquí Angélica y ver a sus seguidores actuar de esa manera. Angélica, que fue senadora y que dio su vida por este movimiento.
Yo no tengo temor, les aseguro, no tengo preocupación. He vivido en la adversidad, he vivido contra estos gritos en el anonimato, y he vivido siempre de frente; los puedo mirar a los ojos: ¡lo único que quiero es democracia en mi partido! ¡Es lo único que deseo: participar con honestidad y verticalidad!
¿Les duele mucho eso? ¿Creen que es mucho pedir? Y, ¿creen que esto puede resultar? porque mañana las notas van a ser: “¡qué dividido está Morena!”, “Qué vergüenza que Morena esté así, cuando venimos a un Informe de Actividades Legislativas”.
¿Qué va a decir mañana la prensa? “no se entienden ni ellos mismos”; es el inicio de la catástrofe, cuando tenemos a un gobernador digno que salió de las filas de Morena y que es parte de las nuevas militancias de Morena, y que mucho nos alegra.
Yo tengo 26 años luchando por el presidente de la República, 26 años recorriendo ejidos. Aquí en Hidalgo, todos los municipios los recorrí representándolo, tocando puertas; nos escupían, nos cerraban las puertas, éramos 20, 30, 50 y ahora es muy fácil estar aquí y gritar desde el anonimato.
¿Pero dónde estaban hace 26 años, cuando iniciábamos nuestra lucha? Yo soy de origen campesino y los campesinos sabemos resistir el temporal; sabemos cuando hay malas épocas y sabemos cuando la sequía aprisiona y no permite que la cosecha se coseche.
Por eso les digo: estoy muy tranquilo. Creo en Dios y Dios sabe el lugar que me tocará; pero ustedes deberían ser más tolerantes. Y no hablo por todos, porque veo a gente sensata, escuchando, cuidadosos, que no están en el coro del linchamiento y que no están dividiendo a nuestro movimiento.
¿Es mucho pedir democracia y dignidad? Yo creo que no.
Y miren, los aplausos son más que los gritos, y eso me queda muy tranquilo en mi mente y en mi consciencia; porque eso no es lo que quiere el Movimiento Nacional de Morena, y por eso, señores, señores…
¡Ese es el grito: la unidad en lugar de la descalificación, en lugar de la torpeza, en lugar del insulto, la unidad es lo único que va a salvar a nuestro movimiento.
Y está demostrado a través de la historia que, cuando se inicia una purga en movimiento, es la autodestrucción del movimiento. Si eso quieren, allá ustedes, pero no se dejen manipular.
Algunos de los que gritan ni me conocen, no conocen mi historia, no conocen mi lucha, no conocen lo que he hecho, simplemente, escudados en el anonimato, siguen la indicación de que cuando llegue Monreal griten en contra, abuchéenlo, como cuando fue el informe, el informe de la toma de protesta de Julio, eran los mismos que estaban adelante, que siguen a una aspirante y gritan y gritan para decir: No quieren a Monreal en Hidalgo. Lo abuchearon.
Pero vean aquí, ¡son más los aplausos que los abucheos, porque todos quieren la unidad, la unidad!
Y por eso hay que tener calma, hay que tener calma y ser felices. No se amarguen; hay que ser felices, porque lo otro no sirve, se los digo por experiencia.
Desde hace muchos años, sí, miren, reclaman España. Cuando Vasconcelos en el libro de “El Ulises criollo”, dice: “Tuve la oportunidad de ir con una mujer a la que yo quería y al mismo tiempo me surgió la cita de trabajo que yo requería, al mismo tiempo y a la misma hora” y dice en su libro “El Ulises criollo”: “¿Qué creen que preferí? Ir a mi cita de trabajo. Allí me di cuenta que mi vida iba a estar marcada por el sentido del deber, no por el sentido del placer”.
Y lo que yo fui a hacer a España fue a representar a mi país. Era presidente de la delegación mexicana, era el presidente de la Binacional Interparlamentaria, y logramos cosas importantes para México; logramos cosas importantes para nuestra nación.
Claro, esta furia no permite ver hacia adelante, sólo ve nuestro ombligo, no ve con altura de miras lo que está pasando en el país.
La arrogancia, esta soberbia, piensan que ya se resolvió la elección del 24. Están equivocados: Si no estamos unidos, estamos en riesgo de no ganar el 24.
No actúen con arrogancia, no actúen con soberbia.
Joven Abraham, de la Delegación de aquí de Desarrollo Social, no actúen así, les hace mucho daño al país; les hacen mucho daño al inyectarles odio a la gente, encono a la gente, enojo a la gente, furia a la gente.
¿Saben qué desearía? Que todos aquellos que aspiran viniéramos con ustedes a debatir, a deliberar sobre la seguridad pública, sobre la política social, sobre la política de Estado, sobre el empleo, sobre la educación, sobre la salud y que ustedes nos escucharan a los cuatro o cinco que aspiramos a suceder al Presidente López Obrador; pero que no los ciegue la sordera y que ustedes decidan con libertad quién debe de ser el que encabece la decisión del pueblo.
Por eso les digo, el pueblo decide y yo me someto a él, pero ustedes no me expulsen del pueblo al que yo pertenezco.
Por eso, me alegra mucho que el auditorio esté así. Y a pesar de que sabía que iba a estar aquí les di la cara, llegué solo; llegué solo. No traigo acarreados, no traigo pandilla, no traigo invitados, vengo solo, ¡solo!, y les doy la cara solo a los que gritan en el anonimato.
A ellos les digo: tengan calma, modérense, serénense, no se dejen engañar; no se dejen engañar, escuchen a todos; escuchen a todos y seleccionen quién es el mejor para suceder al Presidente de la República; que no los obnubile la furia, que no los ciegue el odio y el rencor.
Imagínense ustedes, a un miembro del partido fundador, ¿del partido de 26 años con Andrés Manuel recibe ese trato? ¿No les parece ingrato todos esos que gritan? ¿No les parece un despropósito?
Pero venimos, fíjense ustedes, a escuchar el Informe de un gran legislador. Venimos a escuchar el Informe de un gran legislador, de Navor; Navor, que ha hecho una estupenda labor en el Senado mexicano.
Entonces, miren, no pasa nada. A esos que gritan les expreso mis respetos; a esos que insultan les ofrezco mi mano; a esos que agreden les digo tolerancia, que Dios los cuide y les quite ese odio, porque no sirve para nada.
Me acompañan, venimos un grupo de senadores acompañando a Navor, porque Navor es un buen legislador. Navor ha sido un destacado político y, en efecto, el Senado ganó por doble partida: porque cuando iniciaron en el Senado Angélica y Julio Menchaca, Julio Menchaca se destacó de manera muy rápida en el Senado.
Fue presidente de la Comisión de Justicia y logró, Julios Menchaca, lo que no se había logrado en muchas legislaturas: sacar las reformas que el presidente López Obrador quería y que nos propusimos en la campaña sacarlas. Y todas las reformas que propuso el Presidente de la República, todas se han aprobado, ¡todas!, no ha habido una sola que hayamos regateado al Presidente de la República. Y Julio cumplió; Julio cumplió.
No somos mayoría, somos 60 senadores de 128, y para la mayoría calificada se requieren 86 cuando menos, y por eso es necesario conversar con la oposición; de lo contrario no saldrían ninguna de las reformas aprobadas.
Esa es la razón por la que me reúno con ellos para ayudarle al Presidente a sacar las reformas que él quería. Y así fue como las sacamos todas las reformas, todas las reformas salvo dos no han salido, y las dos que no han salido no se han enviado a la Cámara de Senadores. Una se envió, o las dos se enviaron, la Reforma Eléctrica se envió a la Cámara de Diputados, no se aprobó; y la otra está por discutirse, que es la Reforma Electoral, tampoco somos Cámara de origen.
Pero todas las reformas que al Presidente le interesaban, junto con los nombramientos, todas las aprobamos en el Senado de la República. No tenemos nada pendiente.
Y por eso, cuando Julio acepta ser candidato a mí me dio mucha preocupación; y dije “¿qué vamos a hace sin Julio Menchaca?”, porque Julio también platicaba con todos los partidos, si no, no podía sacar las reformas.
Y, cuando ya vino de candidato, llegó Navor, y déjenme decirles que yo pensaba que era abogado, por su sentido práctico, por su sentido común, por su capacidad de diálogo. Y me sorprendió bastante su agilidad, su sentido común, su actitud política y, la verdad, la verdad es que Hidalgo, después de 93 años hizo historia con Julio Menchaca.
Julio Menchaca va a ser, como lo dije en la campaña, el mejor gobernador que haya tenido Hidalgo. Fíjense bien lo que les digo: el mejor gobernador de las últimas décadas de Hidalgo; y Navor va a ser un excelente senador y va a continuar ayudándole al estado de Hidalgo.
Es de estirpe, es de estirpe hidalguense, con cariño y amor. Y por eso venimos un grupo de senadoras y senadores a acompañar a Navor; porque es nuestro amigo, es nuestro compañero y es un estupendo legislador.
Viene Nancy Sánchez, desde Baja California Norte, senadora. La senadora Antares Vázquez, de Guanajuato. La senadora Soledad Luévano, de Zacatecas. El senador Álvarez Lima, de Tlaxcala. La senadora Ana Lilia Rivera, también de Tlaxcala y vicepresidenta de la Cámara de Senadores.
Adolfo, que es un líder extraordinario, carismático, sencillo, desde Oaxaca; Adolfo.
Daniel Gutiérrez, un académico prestigiado de la Universidad de Aguascalientes, senador por Aguascalientes.
Sergio, de Morelos, Sergio es senador por Morelos. Elí Cervantes es senador por San Luis Potosí. Israel es senador por la Ciudad de México.
Raúl Elenes, es senador por Sinaloa. Margarita, es senadora por Durango.
Todos ellos venimos a acompañar a Navor, porque se ha ganado el cariño y el respeto de nosotros. Es un hombre de lucha, de integridad.
Por eso parafraseo al final de mi intervención a un excelente patriota: Vicente Guerrero.
A Vicente Guerrero, en 1821 Vicente Guerrero firmó un acuerdo de paz con Agustín de Iturbide, en Abrazo de Acatempan, lo saben muchos maestros que aquí están.
Y cuando se abrazan, Agustín de Iturbide, Jefe de las Fuerzas Realistas del Ejército Virreinal y Guerrero del Ejército Insurgente del Sur, ambos se abrazan y terminan con 11 años de guerra civil en la lucha por la Independencia.
A Guerrero, sus partidarios lo acusaron de traidor y le dijeron a Guerrero: “eres un traídos. ¿cómo es posible que firmes el acta con el más grande de los traidores del virreinato del Ejército Realista, Agustín de Iturbide? ¿Por qué nos has traicionado, Vicente?” Vicente dijo: “No, no soy traidor, porque si no hay reconciliación habrá más muertes, más sangre, más odio”. Dijo una frase que a mí en lo personal me estremece. Dijo: “Sin reconciliación, no habrá Nación”. “Sin reconciliación, no habrá Nación”.
Y les puedo decir que yo creo en la reconciliación, sí creo, porque este país será más grande, mucho más grande si por consenso, si por acuerdos logramos transitar hacia estadios de desarrollo.
Sí nombré a Álvarez Lima -me dicen-, sí lo nombre, y nombré… ¡Y sí! ¡Es un honor estar con Obrador! “¿Quién dice lo contrario?” “¡Es un honor estar con Obrador!”
Muchas gracias por su tolerancia, muchas gracias por escucharme, y muchas gracias a la mayoría del auditorio por aceptar mi reflexión.
Muchas gracias.
Vamos a resistir. ¡Vamos a resistir!
¡Ánimo!
¡Que viva México!
TODOS: ¡Viva!
SENADOR RICARDO MONREAL: ¡Viva Hidalgo!
TODOS: ¡Viva!
SENADOR RICARDO MONREAL: ¡Viva Navor!
TODOS: ¡Viva!