Soberanía energética ante todo
La soberanía energética se refiere a la capacidad de un país para controlar sus propios recursos energéticos y satisfacer su demanda de energía, sin depender en exceso de fuentes externas. México, como nación productora de petróleo y gas, ha dependido históricamente de la exportación de estos recursos para financiar su economía, lo cual le representa un alto costo en términos de su independencia energética y su capacidad para responder a las necesidades internas de energía.
Alcanzar la soberanía energética es crucial para nuestro país por varias razones. En primer lugar, le permitiría reducir su dependencia respecto a los precios internacionales del petróleo y del gas, que son muy volátiles y están fuera de su control. En lugar de vender sus recursos energéticos al mejor postor en el mercado internacional, México podría utilizarlos para satisfacer su propia demanda de energía y establecer precios más estables y predecibles para el consumo interno.
En segundo lugar, esta independencia haría posible que México redujera su huella de carbono y promoviera el desarrollo de energías renovables. La transición hacia una economía más sostenible y baja en carbono es una necesidad urgente en todo el mundo, y nuestro país no es la excepción. Al controlar sus propios recursos energéticos, podría invertir en tecnologías y proyectos de energía renovable a largo plazo, en lugar de depender de los combustibles fósiles.
En tercer lugar, la soberanía energética tendría un impacto positivo en nuestra economía y la seguridad nacional. Al no depender en exceso de las importaciones de energía, el país podría reducir su vulnerabilidad a las interrupciones en el suministro y mejorar su capacidad para responder a situaciones de emergencia. Además, la inversión en proyectos de energía renovable y la promoción de la autosuficiencia energética favorecerían la generación de empleos, así como el desarrollo económico local.
Para la presente administración federal, alcanzar la soberanía energética es un objetivo clave. De ahí la importancia del anuncio del presidente Andrés Manuel López Obrador respecto a la compra de 13 plantas eléctricas a la compañía española Iberdrola, en lo que constituye una nueva nacionalización, ya que formarán parte del patrimonio público y serán operadas por la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Estas plantas generan un volumen total de 8,539 megavatios, lo que equivale a casi el 10 por ciento de la capacidad total instalada; asimismo, esto beneficiará a las y los consumidores, ya que en esencia se garantiza, por una parte, que no aumentarán las tarifas de luz eléctrica y, por otra, un fortalecimiento significativo de la CFE. Si bien puede haber desafíos en el camino, el logro de la soberanía energética es un objetivo que vale la pena perseguir para México y su futuro.
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