Día de Muertos

Este dos de noviembre que, además del Día de los Fieles Difuntos en México, es el Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas, nuestra colaboración debe ser de reflexión, solidaridad y compromiso, para evitar que la muerte se vuelva el sello cotidiano de la vida nacional.

Otis es el nombre que la Organización Meteorológica Mundial, con sede en Ginebra, había asignado previamente al huracán que en estricto orden cronológico se formaría durante este 2023, de un listado con 24 nombres femeninos y masculinos reservados a la cuenca del Pacífico, que cada seis años se repiten.

A propósito de lo que acabamos de vivir en Guerrero, los países afectados por algún ciclón devastador tienen el derecho de solicitar a la autoridad meteorológica internacional el retiro, la desaparición y la extinción del nombre del fenómeno que haya sido traumático, como un primer paso hacia la reconstrucción y sanación. Así procedió Estados Unidos con los huracanes Hugo, de 1989, y Katrina, de 2005, que dejaron destrucción y muerte en la costa este de esa nación.

(AP Photo/Felix Marquez)

México podría ejercer igualmente su derecho al olvido. Aunque más importante que borrar el nombre es continuar trabajando para que ese tipo de fenómenos, que no podemos evitar (huracanes, sismos, tornados, sequías), los afronte una sociedad resiliente y preparada.

Otis es un nombre germánico masculino que significa “el que escucha bien”. También es el acrónimo de las pruebas de inteligencia que se utilizan para seleccionar, contratar y reclutar personal o promover ascensos en los puestos de trabajo. Y lo que está a prueba en este momento es precisamente la capacidad del Estado mexicano, con sus tres poderes y órdenes de gobierno, para responder de manera eficaz al huracán categoría cinco que devastó, en minutos, 70 años de infraestructura, vivienda y vialidades en Acapulco.

Por eso es muy importante que el Poder Judicial, sus dirigentes e integrantes, atendiendo a la convocatoria del presidente Andrés Manuel López Obrador, se sumaran a la creación de una comisión negociadora para identificar los excedentes de recursos de sus fideicomisos, que pudieran aportarse al plan de reconstrucción de Acapulco. Es necesario “escuchar bien” el llamado a la resiliencia institucional que a todos nos planteó Otis.

Katrina es el otro nombre, sonoramente muy nuestro, muy mexicano, muy cultural, que le diera Diego Rivera a la Calavera Garbancera que nos dejó hace más de un siglo el grabador José Guadalupe Posada, para conmemorar cada dos de noviembre la realidad de la muerte. Para vivir eternamente, antes hay que morir, y vivimos transitoriamente para un día morir para siempre. Es un recordatorio lúdico, festivo, recreativo, colectivo, pero no por ello irrespetuoso, pagano, disruptivo o pesimista.

Hoy la Catrina, que cada año preside los desfiles y carnavales de esta temporada, los altares de millones de hogares, las entradas de cientos de cementerios, los versos más festivos de estos días, los dulces y panes más dulces, los maquillajes y máscaras de cientos de miles de niñas, niños, jóvenes y mayores, nos recuerda que en esta vida todos estamos de paso, en un tránsito perenne y permanente. Esa elegante figura es ya uno de los íconos con el que México es reconocido en todo el mundo.

¿Y qué decir de José Guadalupe Posada? Que murió sin saber que, además de grabador, ilustrador y caricaturista mexicano, es ahora el primer gran tanatólogo público, masivo y comunitario de México.

 

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