Infancias

Cada 30 de abril, además de celebrar a nuestras infancias, también debemos reflexionar sobre la importancia de sus derechos. Las niñas y los niños son personas con dignidad, con sueños, con necesidades urgentes y con un derecho pleno a una vida feliz, libre de violencia y con acceso igualitario a las oportunidades.

El periodo neoliberal las y los dejó en el abandono. Se les vio como una carga, no como inversión social. Se desmantelaron políticas públicas, se recortaron apoyos, se privatizó lo que debía ser un derecho y se dejó a millones de niñas y niños a merced de la pobreza, la violencia y el olvido institucional. Las infancias pagaron los costos más altos de una lógica que priorizó al mercado por encima de su bienestar.

Por eso, resulta alentador que la Presidenta Claudia Sheinbaum haya puesto a las niñas y los niños en el centro de su proyecto de nación. No es un gesto simbólico, sino una declaración de principios: gobernar con perspectiva de infancia es tener visión de futuro y un compromiso real con el presente.

Esta voluntad política ya se expresa en acciones concretas, como es el caso de los programas sociales, las becas escolares y los Centros de Educación y Cuidado Infantil (CECI). Estos últimos son una de las iniciativas más avanzadas en este sentido: más que guarderías, son espacios integrales de desarrollo temprano.

Se trata de sitios en donde niñas y niños de hasta cuatro años estarán recibiendo atención educativa, alimentación, seguridad y afecto, sin importar si sus madres están afiliadas al IMSS o si trabajan en la informalidad, porque todas las infancias cuentan.

Este modelo elimina la subrogación de servicios y garantiza estándares pedagógicos, de infraestructura y de cuidado sin precedente. Son lugares seguros, sin gas, con sistemas contra incendios y vigilancia continua, pues cuidar la vida de las niñas y los niños es también construir paz y justicia desde la raíz.

Otro acierto es el impulso al Sistema Nacional de Cuidados, una clara señal de un nuevo rumbo en el cual el Estado reconoce su responsabilidad en la crianza colectiva, en el combate a la pobreza infantil, en la protección de quienes migran y en la erradicación del trabajo infantil.

La agenda de la 4T a favor de las infancias representa una ruptura histórica con la indiferencia; son acciones afirmativas para combatir la pobreza, la violencia, el abandono y la explotación, y simboliza una esperanza real para las familias.

Como lo ha señalado la Presidenta: las niñas y los niños son el presente de México. Por eso, este 30 de abril celebremos también con decisiones firmes y políticas públicas que les reconozcan como lo que son: el corazón palpitante de nuestra patria, la esperanza de un México más justo y más igualitario.

ricardomonreala@yahoo.com.mx

X y Facebook: @RicardoMonrealA

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