El anillo y el dedo

¿Qué hay detrás de las reacciones sobre el anillo y el dedo? La anillada lucha por el poder en México, en medio de una crisis sanitaria a la que quieren volver económica y luego política.

Las frases políticas suelen ser dodecaédricas. Es decir, llegan a tener hasta doce interpretaciones, significados y referentes diferentes. Y si estas frases se pronuncian en una pradera cruzada por la flora y fauna de intereses económicos y políticos encontrados, se pueden generar hasta doce infiernillos o incendios menores.

Es el caso de la expresión “como anillo al dedo” utilizada por el presidente AMLO en su conferencia matutina del pasado 2 de abril.

Frase textual: “Ayer usé por primera vez el término ‘crisis transitoria’. Esto no va a tardar, y vamos a salir fortalecidos. Y vamos a salir fortalecidos porque no nos van a hacer cambiar en nuestro propósito de acabar con la corrupción y de que haya justicia en el país… Por eso vamos a salir fortalecidos, o sea, que nos vino esto como anillo al dedo para afianzar el propósito de la transformación”.

A riesgo de caer en alguno de los excesos aquí señalados, procedo a clasificar las doce interpretaciones que he leído sobre una frase tan popular como aparentemente inocua.

1. Los pandémicos: “Ese anillo tiene virus. Le está dando la bienvenida al caos y a la crisis que pueden acabar con el país, con el anillo y con el dedo”.

2. Los panegiristas: “Es la oportunidad para que caigan por sí solos los intereses que se oponen a la 4T, sólo falta el empuje de un dedo y un anillo fuertes”.

3. Los optimistas cíclicos: “Cada crisis llega con su dedo y anillo bajo el brazo. Es la oportunidad de dejar atrás lo viejo y abrirle paso a lo nuevo”.

4. Los pesimistas contracíclicos: “De ésta no vamos a salir igual: o nos salvamos todos o nos hundimos todos… con anillo y dedo juntos”.

5. Los iracundos: “Es la hora del golpe, cortar de tajo el dedo, quitar el anillo, y mandar al carajo a la 4T”.

6. Los mencheviques: “No hay que ir tan rápido; para conservar anillo y dedo debemos aplicar un plan moderado, dar un paso atrás para luego caminar dos adelante”.

7. Los bolcheviques: “Es la hora del asalto final; después de esta oportunidad, no habrá ni anillo ni dedo que vuelvan a embonar”.

8. Los anexionistas: “Esto ya se perdió. Dejemos atrás el dedo y sigamos el anillo que viene del norte”.

9. Los maoístas: “¿Quieres que este problema se resuelva? Deja que el anillo haga crisis con todo y dedo”.

10. Los neoliberales: “Primero, salvar el anillo; después le conseguimos dueño y dedo privados”.

11. Los tecnócratas: “Este plan no tiene ni pies ni cabeza, mucho menos dedo donde poner el anillo”.

12. Los globalizadores: “El anillo de Saturno es lo que necesita el dedo meñique de México para volver a crecer”.

¿Qué hay detrás de este abanico de reacciones sobre el anillo y el dedo? La anillada lucha por el poder en México, en medio de una crisis sanitaria a la que quieren volver económica y luego de allí, mutarla en crisis política.

Es el guion de una novela y de una película de ficción que ya vimos. “Tres anillos para los reyes Elfos bajo el cielo. Siete para los señores enanos que viven en palacios de piedra. Nueve para los hombres condenados a morir. Uno para el Señor Oscuro… Un anillo para gobernarlos a todos… Y un anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas”. (El señor de los anillos, J. R. R. Tolkien).

Sólo que nunca segundas partes han sido buenas.

 

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