Escuela en casa

El reto es cubrir el porcentaje de estudiantes donde no llegan la televisión privada ni la pública.

El programa que presentaron ayer el presidente AMLO y el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, para que más de 35 millones de niñas, niños y jóvenes reinicien sus clases el próximo 24 de agosto, a distancia, a través de la televisión abierta, es tal vez la iniciativa más importante de la llamada “nueva normalidad”.

Ante la imposibilidad del regreso presencial a clases, y frente a una cierta probabilidad de perder el año lectivo, el gobierno federal tomó esta medida que hace posible garantizar dos derechos o bienes públicos fundamentales: la protección de la salud pública de estudiantes, docentes, madres y padres de familia, y el derecho a la educación pública que mandata la Constitución.

El esquema es el siguiente: las televisoras ponen a disposición de la SEP uno de sus canales de transmisión, para dedicarlo de manera exclusiva (24 horas del día) a la difusión de cursos escolares, cuyo contenido y producción son responsabilidad de la propia Secretaría, la cual hará entrega de los mismos a la Segob (mediante la Dirección General de Radio Televisión y Cinematografía), para que los distribuya a los concesionarios privados.

Según lo informado por el secretario de Educación, los cursos escolares iniciarán a las 8 de la mañana y terminarán a las 7 de la noche. Es decir, once horas continuas de clases por televisión, diariamente, divididas en segmentos y horarios escalonados, desde preescolar hasta preparatoria, pasando por primaria y secundaria. Después de las 7 p. m. se repetirán los cursos del día para quienes quieran reforzar o revisar la clase matutina. En total, cinco canales privados y dos públicos, todos ellos ubicados en la barra de multiprogramación.

Nada se dijo de la educación superior. Pero son precisamente los 16 grados de educación básica y educación media en donde se concentra el grueso de la población escolar nacional a la que se busca atender bajo la modalidad de educación a distancia por televisión (35 millones de estudiantes). De hecho, la educación superior es la que más ha aplicado durante la contingencia esa modalidad de educación, mediante las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).

Para cubrir la matrícula escolar a distancia de estos 16 grados educativos, durante cuatro meses (del 24 de agosto al 18 de diciembre), la SEP producirá más de 4,500 cursos escolares de media hora cada uno, en promedio. Introduce también una nueva materia: “Vida Saludable”, con la finalidad de promover la nutrición, el deporte y la higiene preventiva personal y familiar.

Las y los maestros seguirán siendo clave en esta nueva etapa. Son insustituibles. Ellos seguirán teniendo contacto con sus estudiantes a través de la telefonía y, en muchos casos, de las aplicaciones para la comunicación virtual en grupo, como de hecho lo hicieron durante los meses de marzo, abril y mayo pasados, durante la Jornada Nacional de Sana Distancia.

El reto es cómo cubrir el porcentaje de estudiantes en donde no llegan ni la televisión privada ni la pública. Hablamos de un 15 por ciento de la población escolar. Allí se complementará con la radio y con cuadernillos impresos que repartirá la SEP. Hablamos, en su mayor parte, de comunidades y pueblos indígenas.

En suma, “Regreso a Clases. Aprende en Casa II” es una iniciativa inédita, que seguramente tendrá su curva de aprendizaje, pero que será mucho más útil y benéfica que no hacer nada.

 

ricardomonreala@yahoo.com.mx

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