No existe voz minoritaria

El resultado de las elecciones en segunda vuelta para definir los dos escaños del Senado por el estado de Georgia, Estados Unidos, ha dado un giro a la integración y el control del Congreso, pero también al papel de las comunidades desestimadas, minoritarias o que simplemente no participaban en los comicios.

 

El ambiente político desde las elecciones generales del pasado 3 de noviembre tuvo como detonante justamente a las comunidades históricamente excluidas, cuya movilización hoy por hoy, en la nueva integración demográfica estadounidense, marcó la diferencia en el resultado de los comicios que hasta el momento han sido los más complejos en esa nación.

El propio presidente electo Joe Biden declaró en un mitin en la ciudad de Atlanta, Georgia:

“Este estado puede cambiar el rumbo no sólo durante los próximos cuatro años, sino también para la próxima generación”.

Y en efecto, los resultados de las elecciones que allí tuvieron lugar dieron la victoria al reverendo Raphael Warnock y el periodista Jon Ossoff, con un 50.63 y un 50.31 por ciento, respectivamente, sobre los contendientes republicanos Kelly Loeffler y David Perdue, y con ello le dan al Partido Demócrata el control del Congreso en ambas cámaras, lo que permitirá que quien será el nuevo ocupante de la Casa Blanca lleve a cabo su agenda, promulgue sus prioridades legislativas e integre a su gabinete sin contratiempo.

 

Resultados de las elecciones al senado en el estado de Georgia 3 de noviembre de 2020, EEUU

Los recientes comicios parciales para el Senado en Georgia tuvieron una participación sin precedente: 4.6 millones de electoras y electores, y una votación anticipada que representa un nuevo hito para un proceso semejante. Pero la participación de la comunidad afroamericana —una de cada tres personas votantes pertenece a ella— fue crucial para el resultado a favor de los candidatos demócratas, no únicamente por haber elegido al primer senador afroestadounidense en la historia del estado, sino principalmente por el papel que jugaron en la victoria de Joe Biden, eligiendo a un demócrata para la presidencia, algo que no ocurría desde 1992. Sin duda, este sector de la población será determinante en la influencia del partido.

 

El resultado electoral del 6 de enero materializó el esfuerzo de años para registrar e involucrar a votantes de color que generalmente no se interesaban por participar. La integración y organización de diversos grupos, como el movimiento Black Voters Matter, el New Georgia Project y los grupos de jóvenes y mujeres afroamericanas, entre otros, dieron voz, empuje y la confianza de la importancia y repercusión del voto, pero el mérito es justamente la inversión en tiempo, interés y escucha hacia las comunidades, sus organizaciones y liderazgos, para integrar una sola voz fortalecida que demande una sociedad más equitativa en lo social y lo económico.

 

Photo by Josh Hild

 

Stacey Adams, ex lideresa de la minoría de la Cámara de Representantes (2007-2011), contendiente a la gubernatura de Georgia en 2018 y reconocida como la responsable de los resultados demócratas en el estado sabe de la importancia de la labor que realizan las personas voluntarias, organizadoras y encuestadoras —con quienes ha trabajado por más de diez años de la mano de otras mujeres sureñas— para transformar al electorado.

La estrategia para que estas voces fueran escuchadas se centró en integrar una estructura que cohesionara a las y los ciudadanos afroamericanos de Georgia, así como en aumentar la participación política de las comunidades de población latina y asiática, que representan votantes elegibles que también fueron esenciales para la victoria demócrata, lo mismo que las personas jóvenes.

Georgia, un ex estado confederado y tierra natal de Martin Luther King, está celebrando la elección de su primer senador afroamericano demócrata, y demuestra que no existe voz minoritaria organizada que no pueda hacerse notar.

 

ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA