Reino Unido y Unión Europea: la era post Brexit
Con el 2021, una nueva etapa ha comenzado para el Reino Unido y para la Unión Europea. En el inicio de la era posbrexit queda mucha incertidumbre por delante, por lo que deberemos estar pendientes del impacto total y todavía incógnito de los acuerdos, las probables tensiones emergentes y otros obstáculos que se mantienen en suspenso.
El Reino Unido abandonó el bloque europeo el 1 de febrero de 2020. En ese momento dejó de participar en las instituciones políticas y en el Parlamento Europeo, aunque permaneció en la Unión Aduanera y en el Mercado Único. A partir de esa fecha y hasta el 31 de diciembre, con la finalidad de evitar un brexit duro, se entró en una fase de transición en la que ambas partes negociaron los términos de la relación futura.
Derivado de las negociaciones, las partes alcanzaron el Acuerdo de Comercio y Cooperación, instrumento que a partir del 1 de enero de este año y hasta el 28 de febrero es aplicable con carácter provisional, debido a que hasta ahora sólo lo ha aprobado el Parlamento británico, y se está a la espera de la conclusión del proceso legislativo en el Parlamento Europeo y en los parlamentos nacionales del bloque comunitario.
El Reino Unido fue parte de la Unión Europea, originalmente Comunidad Económica Europea, por 47 años, pero la relación entre ambos siempre fue difícil. Reservado y reticente a una mayor integración europea que involucrara aspectos más allá de los económico-comerciales, a ceder cuestiones de soberanía nacional y a que las instituciones del bloque concentraran un mayor poder, aquél, conocido por su euroescepticismo permanente y constante entre la clase política y su población, fue repetidamente calificado como el “miembro incómodo” de la Unión.
El referéndum de 2016 fue apenas una continuidad del constante debate británico sobre su permanencia en el bloque, y que inició a tan sólo dos años de su adhesión. La sorpresa estuvo en que nadie imaginó que la convocatoria del entonces primer ministro David Cameron llevaría a la conclusión del brexit.
En esta nueva etapa, el Reino Unido, al dejar de ser miembro de jure, ha abandonado todas las políticas comunitarias, los mecanismos y las instituciones del bloque, así como los acuerdos internacionales suscritos por la Unión Europea con otros Estados y organismos. Para ambos actores, los siguientes meses serán clave en la implementación del Acuerdo de Comercio y Cooperación. Mientras esta cuestión se resuelve, a nivel político y diplomático, las tensiones y los obstáculos no han desaparecido.
A un mes de la salida formal del Reino Unido de la Unión Europea, la disputa por la “guerra de las vacunas” ha reavivado la tensión diplomática en torno al Protocolo para Irlanda del Norte, uno de los episodios y documentos más complejos durante las negociaciones y el período de transición. La tensión se reactivó luego de que la Comisión Europea pretendiera imponer entre Irlanda e Irlanda del Norte un control a las exportaciones de vacunas elaboradas en territorio comunitario, tras la sospecha de que parte de la producción se hubiera destinado hacia el Reino Unido. A la par, prevalece la crisis de las vacunas en el conflicto entre la Unión Europea y AstraZeneca, a causa de que la farmacéutica redujo la entrega de su primer envío al bloque comunitario.
Otro obstáculo pendiente es el deseo de Escocia de celebrar un nuevo referéndum para regresar a la Unión Europea, y con ello la posibilidad de dejar de ser parte del Reino Unido.
Por otro lado, el 21 de enero, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido anunció que no concedería inmunidad diplomática ni João Vale de Almeida, representante de la Unión Europea en ese país, ni a su equipo, estatus del que hasta ahora gozaban sus antecesores. La decisión causó tensión y descontento entre las autoridades de la Unión, que sugirieron al Reino Unido “ser cuidadoso” y llamaron a “lograr una solución objetiva e inteligente”.
En otros aspectos y respecto a la política exterior británica, como uno de los efectos del brexit, Reino Unido ha reiniciado su política comercial, al celebrar y renegociar diversos acuerdos de continuidad comercial con sus principales socios, entre ellos México. También ha manifestado su intención de adherirse al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP).
Debido a la siempre difícil relación entre el Reino Unido y la Unión Europea, el brexit se preveía como la solución más benéfica para ambos. No obstante, para las políticas interna y externa británicas representa el mayor desafío actual, junto con la pandemia de la COVID-19. Diversos retos se deberán enfrentar, entre ellos, las relaciones con nuevos líderes en el mundo, como con el reciente mandatario estadounidense Joe Biden, un vínculo que involucra el histórico deseo británico de la alianza transatlántica.
Finalmente, mientras los lazos con el bloque europeo se renuevan o reinventan, para la Unión Europea, la salida del Reino Unido podría implicar dos efectos: 1) una reacción en cadena del brexit en otros Estados miembros, o bien, 2) una mayor integración, luego de la salida del socio adverso.
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