Colombia y Venezuela, una nueva era en la relación bilateral
El 29 de agosto, Armando Benedetti, nombrado por el presidente colombiano Gustavo Petro como el nuevo embajador de su país en Venezuela, entregó sus cartas credenciales al mandatario Nicolás Maduro. El hecho marca el inicio de una nueva era en la relación bilateral entre ambas naciones. Del lado venezolano, Félix Plasencia, será el representante en Bogotá.
La historia de los lazos entre Colombia y Venezuela es ardua y difícil. Los altibajos y desencuentros sostenidos durante las últimas dos décadas derivaron en mutua desconfianza, alejamiento y pérdida de los vínculos bilaterales. Tras años de tensiones, la llegada de la izquierda al poder en Colombia es una nueva oportunidad para recomponer las relaciones, rotas desde 2019 y con contactos intermitentes previos.
Para Ricardo Lozano Forero, último embajador que había tenido Colombia en Venezuela, “el proceso será largo y complejo […] y el plan tiene que estar basado en la reciprocidad […] en generar confianza y en construir una relación de complementariedad”. Al mismo tiempo, considera que esto puede ser un gran apoyo para la reconstrucción de la economía venezolana.[1]
Desde la campaña electoral, el mandatario Petro anunció que restituiría las relaciones con el régimen de Nicolás Maduro,[2] y mencionó que no tenía ningún sentido que dos países con tantos intereses se perjudicaran mutuamente.[3] Una vez que tomó posesión del Ejecutivo colombiano, dejó claro que uno de sus objetivos era el restablecimiento de las relaciones con Venezuela y la reapertura de la frontera para “reactivar unos intercambios que nunca debieron ser suspendidos”.[4]
Para el embajador Benedetti, la prioridad es potenciar la economía, sobre todo la fronteriza. “Vamos a restablecer el comercio del que viven más de ocho millones de [ciudadanos] colombianos, vamos a buscar una zona económica, exenciones de impuestos y una legislación que permita que el Gobierno colombiano pueda invertir en obras que impacten en el desarrollo de la región”, indicó.[5]
En este proceso de normalización de la relación bilateral, los primeros pasos han sido el reconocimiento mutuo, la reapertura fronteriza en el tránsito vehicular y comercial, y la reactivación de los vuelos comerciales. Enseguida, se espera que los líderes colombiano y venezolano sostengan un encuentro, el cual aún no tiene una fecha concreta. Mientras esto ocurre, temas como la recuperación del intercambio comercial, los tratados de extradición, las cuestiones fronterizas y la seguridad, la gestión migratoria, así como la mediación en las negociaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y la reactivación de los acuerdos bilaterales prevalecen en la mesa de las negociaciones.
Colombia y Venezuela: una historia de arduos desencuentros
Como se mencionó, las relaciones entre Colombia y Venezuela no han sido fáciles. En 1987, la entrada de una corbeta de la Armada colombiana en aguas venezolanas generó una de las primeras crisis diplomáticas.[6] Más tarde, durante los gobiernos de Hugo Chávez (1999-2013) y Nicolás Maduro (desde 2013), en Venezuela, y de Andrés Pastrana (1998-2002), Álvaro Uribe (2002-2010), Juan Manuel Santos (2010-2018) e Iván Duque (2018-2022), en Colombia, las acusaciones, tensiones, rupturas diplomáticas, congelamiento de las relaciones, cierres de frontera y suspensión del intercambio comercial fueron una constante en la historia compartida por ambos países.
Los roces entre la administración Pastrana y el gobierno de Chávez se dieron porque Venezuela se declaró neutral en el conflicto interno colombiano y por el asilo político que Colombia otorgó a Pedro Carmona, expresidente de la patronal de Fedecámaras.[7] Posteriormente, en 2005 inició una etapa de diversas hostilidades, particularmente durante los mandatos de Uribe y Chávez, que culminó en la primera ruptura de relaciones en 2010.
En aquella etapa, las acusaciones de Venezuela a Colombia fueron tenaces en los siguientes casos: 1) por violar su soberanía para capturar al portavoz internacional de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Granda, en 2005; 2) por revocar la decisión de autorizar la mediación del presidente Chávez para liberar a personas secuestradas en poder de las FARC, a cambio de guerrilleros presos en 2007; 3) por la muerte de Raúl Reyes a manos del Ejército colombiano, segundo mando de las FARC, en 2008, y 4) por los planes del mandatario Uribe de permitir a Estados Unidos acceder a siete bases militares colombianas en 2009.
El régimen de Chávez respondió con acciones que fueron desde retirar a su personal diplomático y desplazar a los militares en la frontera común, hasta suspender el intercambio comercial bilateral.[8]
Colombia, por su parte, culpó directamente a Venezuela de apoyar y dar refugio a integrantes de las FARC y del ELN, incluso con la venta de armamento.[9] En julio de 2010, el entonces mandatario Uribe denunció ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) la presencia de campamentos de las FARC y el ELN en territorio venezolano. En respuesta, Venezuela decidió romper relaciones con Colombia.[10] Sin embargo, la ruptura no fue más allá de una disminución en los canales diplomáticos.
A su llegada a la presidencia, Juan Manuel Santos se reunió con su homólogo venezolano para relanzar la relación bilateral. Nuevos embajadores fueron nombrados y el comercio se restableció. No obstante, cuando Nicolás Maduro asumió el poder los vínculos volvieron a debilitarse. El disgusto llegó cuando el entonces mandatario colombiano recibió al líder opositor venezolano Henrique Capriles en el Palacio de Nariño, la residencia oficial presidencial.[11]
Dos años después (agosto de 2015), otra crisis diplomática ensombreció los vínculos bilaterales. El mandatario venezolano, bajo el argumento de luchar contra el contrabando, el narcotráfico y los paramilitares, cerró varios cruces fronterizos con Colombia y deportó a más de mil ciudadanas y ciudadanos colombianos que vivían en su territorio. Por temor a las medidas, más de 20,000 personas naturales de Colombia también abandonaron voluntariamente ese país.[12] La reapertura se acordó un año después, pero la relación binacional no se recuperó del todo, particularmente tras la llegada de Iván Duque en 2018.
Duque ha sido uno de los líderes regionales que con más fervor impulsó al Grupo de Lima, con el objetivo de buscar una salida pacífica a la crisis en Venezuela, con el respaldo de varios gobiernos de derecha en la región, que sancionaron política y económicamente al régimen de Maduro. Más aún, en enero de 2019, cuando el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, se proclamó presidente interino de ese país, recibió el reconocimiento inmediato de Estados Unidos y, posteriormente, de los miembros del Grupo de Lima.[13]
En febrero de 2019, Guaidó buscó llevar ayuda humanitaria a Venezuela a través del principal cruce fronterizo con Colombia, el Puente Internacional Simón Bolívar, pero el intento terminó en disturbios fronterizos. El Gobierno de Maduro aseguró que se trataba de una excusa para invadir su país, cerró la frontera y rompió relaciones con Colombia. En paralelo, acusó a Estados Unidos.[14]
Esta segunda ruptura, a diferencia de la ocurrida en 2010, con Hugo Chávez en el poder, trajo un conflicto político mayor,[15] al tiempo que las recriminaciones y acusaciones desde Venezuela por querer desestabilizar al régimen de Maduro fueron constantes y se intensificaron. En Colombia, el Gobierno de Duque reiteraba la presencia de guerrilleros en territorio venezolano.
Bajo este contexto, en octubre de 2021 el Senado colombiano propuso crear una comisión parlamentaria que estudiara la normalización de las relaciones. El presidente Maduro aplaudió la iniciativa, pero ésta no contó con el apoyo del mandatario Duque quien, en cambio, insistió en no reconocerla.[16]
Ejes y tareas pendientes: comercio, extradición, cuestiones fronterizas, seguridad, migración, paz y otros
La frontera colombo-venezolana llegó a ser la más activa de América Latina. 2008 ha sido considerado el mejor momento para el intercambio comercial binacional, con más de 7 mil millones de dólares y con un saldo favorable para Colombia. No obstante, desde entonces este valor se desplomó.[17] En 2015 retrocedió hasta poco más de 1,330 millones, y en 2020 apenas alcanzó los 221 millones, su peor indicador. Enseguida, la pandemia de COVID-19 empeoró la situación, con los cierres de los pasos fronterizos.[18]
Tras su designación, el embajador Benedetti prometió elevar el comercio hasta los 10 mil millones de dólares.[19] El presidente Petro, por su parte, señaló que el objetivo es recuperar los 8 mil millones registrados en 2008, y que, “necesariamente, las dos economías tienen que integrarse”.[20] Tras la reanudación, llegó un buque al puerto de Barranquilla con toneladas de urea provenientes de Venezuela. Otro componente será el energético, que podría involucrar la compra de gas y la explotación conjunta en la zona de la frontera.[21] Sin duda, este ámbito será eje para ambos países en el restablecimiento en ciernes de las relaciones.
En materia de extradición, el mandatario colombiano aseguró que reconocerá el estatus de las y los ciudadanos venezolanos asilados en su país —particularmente periodistas y políticos— y que en ningún caso los pondrá en manos de la justicia venezolana.[22] Al mismo tiempo, Benedetti recordó que el Gobierno de Petro “respeta el Estado de derecho” y no va a extraditar, aunque se lo soliciten, a las personas venezolanas asiladas en Colombia.[23]
En cuestiones fronterizas, el cierre propagó los mercados negros, los pasos ilegales y el fortalecimiento de los grupos armados delictivos. La frontera nunca estuvo cerrada del todo, por lo que el tránsito de personas y mercancías siguió por caminos irregulares.[24] Según la Cámara colombo-venezolana, hay más de 1,500 millones de artículos legales que están pasando en forma ilegal.[25]
Peor todavía: la suspensión de 2015 no ayudó al objetivo de combatir el contrabando, el narcotráfico y a los paramilitares. Autoridades colombianas refieren que, de tres grupos armados criminales que operaban hace seis años en la zona, ahora son 16.[26] Además, la criminalidad aumentó con el cruce migratorio, que acentuó el tráfico de personas y la trata de mujeres,[27] así como el flujo de armas y el narcotráfico.
En medio de este restablecimiento, hay 45 municipios en la frontera, y el 80 por ciento de éstos tienen relación directa y cotidiana. En paralelo, existen vínculos comerciales y familiares, además del paso de estudiantes que cruzan a diario de un país a otro.[28] Asimismo, cerca de 2.5 millones de ciudadanas y ciudadanos venezolanos viven en Colombia, y un tercio de ellos no está regularizado, siendo este país el que ha acogido al mayor número de migrantes.[29] Más de medio millón se ha asentado en Bogotá, y le siguen Medellín y Cúcuta.[30]
Por otro lado, en la apuesta del mandatario Petro por impulsar la paz total en su país, pidió a su homólogo venezolano ser el garante de las negociaciones con el ELN. La propuesta fue aceptada por el presidente Maduro,[31] y los diálogos se retomarán a partir de la primera semana de noviembre.[32]
También está el caso de la compañía venezolana Monómeros, con sede en Colombia, la cual es fabricante de insumos agrícolas y se encuentra en disputa. En el pasado, ambos países ostentaban su copropiedad, pero hoy se halla en situación de quiebra y, luego de ser gestionada por Guaidó, retorna al control del mandatario Maduro, quien deberá decidir si acepta la oferta de su homólogo Petro, que busca adquirirla para abaratar costos para los agricultores colombianos.[33]
Desde el Senado de la República hemos seguido, con respeto y con pleno apego a nuestros principios constitucionales de política exterior, lo que ocurre en Venezuela. No olvidemos que en 2021 México acogió los diálogos entre el Gobierno venezolano y la oposición.
Mientras las relaciones colombo-venezolanas se normalizan, hoy nos congratulamos por este restablecimiento, y hacemos votos para que derive en mejores beneficios para los pueblos venezolano y colombiano, particularmente en el marco de los objetivos planteados rumbo a esta recuperación, que podrían traer paz para Colombia y estabilidad política para Venezuela,[34] así como una mayor cohesión y solidaridad regionales, en aras de abrir nuevas oportunidades para toda América Latina.
Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA
Fuentes
[1] Daniel Pardo, “‘Colombia puede ser un gran apoyo para Venezuela en la reconstrucción de su economía’: Ricardo Lozano, último embajador colombiano en Caracas”. BBC News Mundo (12 de agosto, 2022), sec. América Latina [En línea]: https://bbc.in/3CXCddK [Consulta: 13 de octubre, 2022].
[2] Infobae, “Gustavo Petro anunció que se comunicó con la dictadura de Maduro para reabrir la frontera entre Colombia y Venezuela”. Infobae (22 de junio, 2022), sec. Colombia [En línea]: https://bit.ly/3T1zRjz [Consulta: 12 de octubre, 2022].
[3] Juan Diego Quesada, “Colombia y Venezuela arrancan una nueva era de relaciones diplomáticas”. El País (28 de agosto, 2022), sec. América Colombia, ed. América-México [En línea]: https://bit.ly/3VqPC5p [Consulta: 12 de octubre, 2022].
[4] Redacción, “Colombia y Venezuela: los momentos clave de una relación tumultuosa que ahora se reanuda”. BBC News Mundo (29 de agosto, 2022), sec. América Latina [En línea]: https://bbc.in/3To44t6 [Consulta: 13 de octubre, 2022].
[5] J. Diego Quesada, op. cit.
[6] Ricardo Sucre Heredia, “Colombia y Venezuela en busca de la confianza perdida”. Nueva Sociedad (septiembre, 2022), sec. Opinión, ed. Edición Digital [En línea]: https://bit.ly/3g69Px6 [Consulta: 11 de octubre, 2022].
[7] Redacción, “Colombia y Venezuela…”, op. cit.
[8] Idem.
[9] Idem.
[10] Germán Padinger, “Así han sido las relaciones entre Colombia y Venezuela desde el 2008: acusaciones, rupturas diplomáticas y cierres de frontera”. CNN en Español (10 de agosto, 2022), sec. Colombia [En línea]: https://cnn.it/3MvBCDp [Consulta: 11 de octubre, 2022].
[11] Redacción, “Colombia y Venezuela…”, op. cit.
[12] Idem.
[13] G. Padinger, op. cit.
[14] Idem.
[15] R. Sucre Heredia, op. cit.
[16] Redacción, “Colombia y Venezuela…”, op. cit.
[17] J. Diego Quesada, op. cit.
[18] G. Padinger, op. cit.
[19] R. Sucre Heredia, op. cit.
[20] CNN, “Resumen de la apertura de fronteras entre Colombia y Venezuela este 26 de septiembre”. CNN en Español (27 de septiembre, 2022) [En línea]: https://cnn.it/3exAzpS [Consulta: 12 de octubre, 2022].
[21] Infobae, “El embajador Armando Benedetti anunció la llegada de un buque cargado de urea desde Venezuela”. Infobae (23 de septiembre, 2022), sec. Colombia [En línea]: https://bit.ly/3EEWciI [Consulta: 13 de octubre, 2022].
[22] J. Diego Quesada, op. cit.
[23] El País, Leonardo Fernández Viloria et al., “El encuentro entre Armando Benedetti y Nicolás Maduro, en imágenes”. El País (29 de agosto, 2022), sec. América Colombia, ed. América-México [En línea]: https://bit.ly/3RXLOp7 [Consulta: 12 de octubre, 2022].
[24] Alicia Hernández, “4 cambios que conlleva para Venezuela y Colombia la reapertura de su frontera común”. BBC News Mundo (26 de septiembre, 2022), sec. América Latina [En línea]: https://bbc.in/3Crf81G [Consulta: 13 de octubre, 2022].
[25] D. Pardo, op. cit.
[26] Idem.
[27] A. Hernández, op. cit.
[28] D. Pardo, op. cit.
[29] CNN, op. cit.
[30] Santiago Torrado, “La acogida a los migrantes venezolanos pierde impulso en la era Petro”. El País (11 de septiembre, 2022), sec. América Colombia, ed. América-México [En línea]: https://bit.ly/3Vs8twQ [Consulta: 14 de octubre, 2022].
[31] DW, “Maduro será el garante de las negociaciones entre el gobierno de Colombia y el ELN”. DW (14 de septiembre, 2022), sec. Actualidad, América Latina, ed. Español [En línea]: https://bit.ly/3MEOtTJ [Consulta: 13 de octubre, 2022].
[32] Redacción, “El gobierno de Petro y el ELN anuncian la reanudación de las negociaciones de paz desde Venezuela”. BBC News Mundo (4 de octubre, 2022), sec. América Latina [En línea]: https://bbc.in/3TibP3A [Consulta: 12 de octubre, 2022].
[33] J. Diego Quesada, op. cit.
[34] R. Sucre Heredia, op. cit.