COVID-19 en India: reto global y solidaridad internacional
En las últimas semanas el mundo ha recibido con pesar noticias sobre la crisis de salud en India, provocada por el rápido aumento de los casos de COVID-19. En los primeros meses de la pandemia, el epicentro de la crisis se encontraba en Europa, principalmente en países como Italia y España, luego se trasladó a Norteamérica. Mientras que, en India, con todo y los retos que su sistema de salud enfrenta y la alta densidad de población, no se presentaron los contagios que se pronosticaban.
Los expertos afirman que, lo que impidió una crisis temprana fueron las rápidas decisiones del Gobierno indio, como los cierres temporales, y factores como la estructura poblacional, compuesta principalmente por jóvenes, sector presumiblemente menos afectado por la enfermedad. En esos momentos se creyó que India había domado la pandemia.[1]
Pero ahora este país es el epicentro de nuevos contagios, con alrededor del 40% de los casos globales diagnosticados. En tan sólo un par de meses, India pasó de contabilizar 10,000 infecciones diarias a más de 300,000. Hasta el momento, no se había reportado esta tasa de propagación en ningún lugar, ni siquiera en los momentos más graves en Estados Unidos.[2]
El sistema de salud indio está colapsado. La falta de camas, oxígeno y otros suministros para atender a los pacientes, y proteger a las y los profesionales de la salud, son las constantes. La curva de contagios se ha transformado en una línea casi completamente vertical ascendente tan sólo en el mes de abril; lo que se ha visto reflejado en el crecimiento vertiginoso de los fallecimientos y el colapso del sistema sanitario, como lamentablemente lo evidencian las escenas que han circulado en distintos medios de comunicación internacionales que revelan la aparición de crematorios al aire libre[3]
En los primeros días de marzo, el Gobierno indio anunció que la pandemia había sido controlada en su territorio. Además, siendo India el mayor productor de vacunas en todo el mundo, se supondría una cobertura amplía de inmunización entre su población. Entonces, ¿qué sucedió?
Se ha dicho que la actual crisis se debe al relajamiento de las medidas de seguridad recomendadas a nivel internacional para evitar los contagios: distanciamiento social y uso de cubrebocas en espacios cerrados y abiertos. Además, se realizaron eventos masivos de carácter religioso, político y deportivo que posiblemente también propiciaron el aumento en los contagios entre la población. En general, la alta movilidad por trabajo y ocio, dentro y fuera del territorio, parece ser la razón que explica la situación actual. En adición, a pesar de su alta producción de vacunas, India ha exportado la mayor parte de las dosis a otros países. También se ha dicho que una nueva variante más contagiosa del virus recorre el país y eso ha favorecido los altos niveles de contagios.[4]
¿Administración de Modi debilitada?
El pasado 29 de abril concluyó el largo proceso de votación, dividido en ochos jornadas, que supuso la realización de elecciones locales en cuatro estados de India. Durante marzo y abril se realizaron las respectivas campañas políticas, lo que implicó la celebración de eventos masivos que, de acuerdo con los expertos, fueron factor que posiblemente contribuyó al aumento de contagios de COVID-19. Incluso, se manifestaron críticas por parte del Tribunal Superior de uno de los estados con elecciones, por la realización de los comicios y no imponer protocolos de seguridad contra el COVID-19 durante las campañas.[5]
Los resultados ya anunciados indican que el partido Bharatiya Janata (BJ), organización que encabeza el primer ministro Narenda Modi, sólo obtuvo resultados positivos en uno de los cuatro estados disputados. Las elecciones se anunciaron antes del inicio de esta nueva ola de contagios, por tanto, los resultados no estuvieron vinculados directamente con la crisis actual, ni fungieron como una especie de referéndum sobre las decisiones gubernamentales durante la pandemia.[6]
La información electoral oficial revela que, como se esperaba, en el estado de Assam, Modi y su partido mantendrán su mayoría legislativa. Sin embargo, en los dos estados del extremo sur del país, Kerala y Tamil Nadu, el BJ no logró obtener ni un solo asiento; aunque era predecible un apoyo menos favorecedor, los resultados son más negativos de lo esperado. Particularmente, en Bengala Occidental, con una población de 91 millones de personas, es donde Modi y el BJ sufrieron el principal revés de. Se esperaba que, de los 294 escaños de la asamblea local, el BJ obtuviera al menos 200 asientos, pero alcanzó sólo 77 posiciones. Durante marzo y abril, Modi organizó alrededor de 20 eventos masivos en el estado, sus esfuerzos electorales estuvieron enfocados principalmente en este estado. Los resultados en Bengala Occidental se podrían leer como un rechazo generalizado a la gestión de Modi, pero podría ser parcialmente cierto.[7]
Es necesario aclarar que a pesar de estos números y de los altos contagios de COVID-19, la administración de Modi se mantiene calificada positivamente. Es cierto que, de acuerdo con mediciones de Morning Consult, la popularidad del primer ministro se redujo siete puntos porcentuales tan sólo en el último mes. Sin embargo, se mantiene en 67 por ciento, lo que aún significa un apoyo generalizado a sus decisiones. Aunque con las recientes elecciones, los liderazgos opositores se han empoderado por lo menos en tres estados, es poco probable que estos logren aglutinar un movimiento nacional poderoso contra Modi. El apoyo popular al primer ministro es innegable.[8]
Solidaridad internacional
India se ha convertido en uno de los países con mayor crecimiento económico a nivel global. En los últimos casi 20 años, no había aceptado ayuda internacional frente a los desastres naturales que su territorio ha soportado. Por el contrario, se ha vuelto un país donador de ayuda humanitaria, incluso hacia Estados Unidos (tras el huracán Katrina en 2005) y a China (luego del terremoto en Sichuan en 2008). No obstante, la crisis de salud por COVID-19 ha rebasado los recursos materiales de ese país y ha roto con esta política celosamente velada.[9]
Tan sólo en la primera semana de mayo, India recibió ayuda humanitaria de alrededor de 40 países, entre ellos Australia, Alemania, Rusia, Singapur, Canadá, Reino Unido, Francia, Irlanda, Italia, Estados Unidos y China, con cargamentos que incluían principalmente medicamentos, oxígeno y otros suministros necesarios para atender a los pacientes con COVID-19.[10]
Sorprende que la actual crisis ha provocado incluso que India acepte ayuda del Gobierno chino, país con el que enfrenta diferencias territoriales y tensiones militares. En los últimos meses las discrepancias entre ambos Estados han llevado a hablar incluso de un enfrenamiento armado directo. En tiempos como los que enfrentamos actualmente, es de suma relevancia dejar de lado las diferencias y unir fuerzas contra la pandemia.
“La cooperación internacional no es una avenida de un solo sentido”, afirma el Dr. S. Jaishankar, Ministro de Asuntos Exteriores de India; en referencia a la valorada política de su país de ayudar a otras naciones en tiempos de crisis, al reciente apoyo que ha recibido y al desarrollo de vacunas a través de la cooperación, tecnología e insumos de diversos lugares del mundo.[11]
Como parte de esta solidaridad internacional, el lunes 26 de abril, durante su conferencia de prensa matutina, el Presidente López Obrador anunció que México ya no recibirá las vacunas de AztraZeneca, previamente pactadas, provenientes de India.[12] El objetivo sería que ese país las utilice para aumentar la vacunación entre su población y, de este modo, intentar reducir el aumento de nuevos casos de COVID-19.
La llegada de ayuda internacional a territorio indio, incluso desde países con los que mantiene tensiones, es una clara muestra de que la solidaridad es la constante en tiempos de crisis. Además, nos invita a replantear el enfoque de atención a la pandemia. Aunque el interés nacional es el rector imperante en la política exterior de los países, es necesario identificar los puntos de coincidencia con otros Estados y, de esta forma, construir soluciones globales a través de redes de cooperación. No hay duda, el control de la pandemia en México, en la India o en cualquier país del mundo, es un paso más hacia el control de la enfermedad COVID-19 en todo el planeta. Por eso mismo, los retos que India enfrenta ahora mismo se convierten rápidamente en desafíos internacionales.
Retos globales
Desde que arrancaron las primeras campañas de vacunación en los últimos meses del año pasado, ya se preveían los retos que el mundo enfrentaría. Empezando con la producción global, y por tanto disponibilidad del producto, los desafíos logísticos que conlleva inmunizar a grandes poblaciones en las principales urbes, hasta llevar la vacuna a los lugares más apartados del planeta.
Por ejemplo, en India alrededor de 20 millones de personas han sido completamente vacunadas. Pero en un país con una población de más de mil millones de personas esto equivaldría apenas a alrededor de menos del 2 por ciento del total de habitantes. Los números podrían considerarse sorpresivos considerando que India es el principal productor de vacunas en todo el mundo, con una fabricación de al menos 160 millones de dosis contra COVID-19 al mes. Sin embargo, como ya se dijo, gran parte de su producción se ha exportado.[13]
Además, desde la última semana de abril, se reportó que la cifra de producción en India bajaría si Estados Unidos no reduce los controles de exportación de materias primas y equipos necesarios para la manufactura al mes de alrededor de 100 millones de vacunas AstraZeneca y entre 60 y 70 millones de Novavax. Si la reducción de los recursos necesarios no se atiende, es posible que crezca el déficit de vacunas en India, en medio de la ola de contagios más intensa en lo que va de la crisis. En adición, como uno de los principales exportadores de vacunas a nivel global, cabe la posibilidad que India no pueda cumplir en su totalidad con los compromisos de envíos ya pactados. Incluso, de fungir como un país exportador, India ha comenzado a importar vacunas desde Rusia.[14]
Es importante mencionar que los principales destinos de las dosis contra COVID-19 provenientes de territorio indio, son alrededor de 60 países en vías de desarrollo, principalmente en África. Estas exportaciones han permitido iniciar campañas de vacunación en lugares en donde, de otro modo, no hubiesen arrancado ni siquiera este año. El programa COVAX, iniciativa global de acceso equitativo a las vacunas, depende en gran parte de los suministros de India. La Unión Africana reporta que, con las dosis enviadas desde ese país, entre otras, se tenía planeado vacunar entre el 30 y 35 por ciento de la población del continente. Pero con los retrasos de esas exportaciones, es probable que la meta no se logre alcanzar.[15]
En conclusión, el aumento de casos de COVID-19 en India tan lamentable por el número de contagios y fallecidos internos, también supone un obstáculo para el control de la pandemia, pues puede retrasar los planes de vacunación en algunos de los países más atrasados en su inoculación, principalmente en África. Este fenómeno profundizará aún más la honda desigualdad en el acceso a vacunas entre países en vías de desarrollo y desarrollados.
Lo que está sucediendo en India es un claro ejemplo para los gobiernos del mundo y población en general de que la pandemia de COVID-19, con todo y los avances, aún no ha terminado. Se requiere mantenernos atentos a las indicaciones de las autoridades de salud nacionales e internacionales, y no confiarnos. Con la participación de todas y todos es posible reducir los contagios a nivel mundial.
Fuentes
[1] Joshl, A. (2021, 27 de abril). “Failed Government Messaging Created India’s COVID-19 Apocalypse”. Foreign Policy. https://bit.ly/3b6gSQX.
[2] Kugelman, M. (2021, 22 de abril). “How India Became Pandemic Ground Zero”. Foreign Policy. https://bit.ly/3xQFDKD.
[3] Ídem.
[4] Ídem.
[5] Mondal, S. (2021, 9 de mayo). “La crisis de la covid en la India agrieta la imagen de Modi”. El País. https://bit.ly/3tDRZTq
[6] The Economist. (2021, 8 de mayo). “India’s national government looks increasingly hapless”. The Economist. https://econ.st/3eyGN5S
[7] The Economist. (2021, 2 de mayo). “Battered by covid-19, Narendra Modi is humiliated by Indian voters”. The Economist. https://econ.st/3o2eQGR
[8] Ídem.
[9] Singh, S. (2021, 3 de mayo). “The End of Modi’s Global Dreams”. Foreign Policy. https://bit.ly/2PWb6u2
[10] Saikia, A. y Sharma, S. (2021, 5 de mayo). “Where is the foreign Covid-19 aid that has landed in Delhi going?”. Quartz India. https://bit.ly/3h2NXRN
[11] Bhattacherjee, K. (2021, 13 de abril). “International cooperation does not short change India, says Jaishankar”. The Hindu. https://bit.ly/3tnVPzC
[12] González, M. (2021, 26 de abril). “López Obrador: En solidaridad con la India, no recibiremos las vacunas acordadas”. CNN. https://cnn.it/3tnOmR2
[13] The Economist. (2021, 24 de abril). “American export controls threaten to hinder global vaccine production”. https://econ.st/3h4eL4b
[14] Arora, N. y Das, Krishna. (2021, 15 de abril). “Analysis: India shifts from mass vaccine exporter to importer, worrying the world”. Reuters. https://reut.rs/3xSfGKL
[15] Reuters. (2021, 2 de abril). “India AstraZeneca shot delay could be ‘catastrophic’ for Africa -health official”. https://reut.rs/3tonVuP