COVID-19 y COA-4T

Lo que se puede hacer con la COA-4T es transformarla en una bacteria probiótica, es decir, útil para la tonificación, alimentación y autodefensa de la vida pública.

Junto con el virus SARS-CoV-2, que produce la enfermedad del COVID-19, importada presuntamente de China, se desarrolla en el país una bacteria totalmente endémica, que busca montarse y transportarse en el genoma del primero, aprovechando sus niveles de letalidad, destrucción y reproducción, para invadir vías, plazas y redes públicas. Es la COA-4T o Coalición Opositora Anti Cuarta Transformación, popularmente conocida como “grilla”, “polilla” o “carcoma”.

La COA-4T ha infectado ya algunos grupos de empresarios, mandatarios estatales y municipales, algunos medios de comunicación y comunicadores, así como partidos de oposición y grupos de interés de la sociedad civil.

A diferencia del virus que es mucho más pequeño y carece de estructura celular, la bacteria del COA-4T es fácilmente visible, ubicable y reproducible. A veces se mueve a plena luz del día, buscando oxígeno, pero otras veces labora de noche, al amparo de sombras protectoras.

La bacteria de la “grilla” o “polilla” vive de manera inversamente proporcional al sistema inmunológico del cuerpo social huésped. Al menor indicio de caída, baja de aprobación o defensas del cuerpo, la bacteria COA-4T se infla y sale al ataque. Su función es debilitar o minar al anfitrión, para después liberar y succionar los recursos proteínicos, presupuestales y alimenticios que necesita para reproducirse.

La bacteria del COA-4T busca ganar varias batallas. La primera de ellas es la lucha electoral del 2021, cuando habrán de elegirse la totalidad de la Cámara de Diputados (500 cargos) y 15 gubernaturas, además de tres cuartas partes de alcaldías y casi la mitad de congresos locales.

De la Cámara de Diputados depende la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación de la 4T de los próximos tres años, y de la mayoría de los congresos estatales depende la aprobación de las reformas constitucionales. Si el COA-4T avanza en esos dos frentes, más el de los gobernadores, paralizaría o mantendría contra las cuerdas al Ejecutivo federal hasta el año 2024, cuando se daría la batalla final entre la 4T y sus anticuerpos.

Ahora bien, la bacteria de la “grilla” es endémica en la vida pública de México. Resultarían inútiles y hasta autoritarios los intentos por encontrar una medicina o cura definitiva. Ha desarrollado su propia inmunidad de rebaño.

Entonces, exterminarla o erradicarla es una mala apuesta. Lo que se puede hacer con la COA-4T es transformarla en una bacteria probiótica, es decir, útil para la tonificación, alimentación y autodefensa de la vida pública del país, similar al efecto de los lactobacilos, que ayudan incluso a incrementar las defensas frente a los virus destructivos provenientes del exterior.

Nuestro sistema constitucional contempla diversos mecanismos de aclimatación de la COA-4T, que van desde los esquemas semiparlamentarios de nombramientos de funcionarias y funcionarios, hasta la figura de “gobiernos de coalición”, si el carcoma llegase a invadir todo el cuerpo. Pero la más útil e inédita de todas las opciones es la revocación/ratificación de mandato. Es de estirpe eminentemente zapatista, porque la revocación (vista desde la oposición) o la ratificación (vista desde el gobierno), es de quien la trabaja.

 

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