Crisis en Suez: Fragilidad del comercio y ventaja para México

El hecho destaca la fragilidad del comercio internacional y los efectos negativos sobre las cadenas de suministro en todo el mundo.

Seis días demoró en desencallar el portacontenedores Ever Given inmovilizado en el canal de Suez, en Egipto. Los fuertes vientos en la zona desviaron a la embarcación, que cuenta con un tamaño de 400 metros de eslora, equivalentes a cuatro campos de futbol. El cauce artifical, con una longitud de 193 kilómetros, conecta al mar Mediterráneo con el mar Rojo, de manera que es la ruta comercial más corta entre Asia y Europa. Cuando quedó varado, el buque se dirigía de China a Róterdam, en Países Bajos.

Aproximadamente, el 12 por ciento del comercio mundial atraviesa la zona, de ahí la importancia del estrecho. Sin su existencia, los petroleros que provienen del continente asiático tendrían que rodear el cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica, para llegar a territorio europeo. El Ever Given bloqueó a lo largo de seis días el paso de cientos de embarcaciones con mercancía cuyo destino era Europa, con un valor de cerca de 9,600 millones de dólares, según la revista Lloyd’s List. En promedio, por el canal cruzan 51.5 barcos por día, por lo que durante la crisis se contabilizaron cientos de ellos detenidos en los extremos de la vía marítima.

En ocasiones como ésta, la siguiente ruta viable de comercio marítimo en la zona es a través del extremo sur de África. Sin embargo, tomar este camino significaría un aumento en el tiempo de viaje, mayores costos en combustibles y transitar a través de una región peligrosa por su piratería activa.

El hecho destaca la fragilidad del comercio internacional y los efectos negativos que este tipo de accidentes pueden ejercer sobre las cadenas de suministro en todo el mundo, afectadas ya desde hace varios meses por la pandemia de COVID-19. En el marco de la crisis de salud, existe una necesidad creciente de transportar materias primas, especialmente para farmacéuticas; sin embargo, los constantes confinamientos han ralentizado el intercambio comercial. A su vez, se reporta una extraordinaria demanda de productos de consumo y, por tanto, de escasez de contenedores que permitan transportarlos en embarcaciones como el Ever Given. Esto ha imposibilitado que las mercancías fluyan de manera adecuada desde China, principalmente hacia sus principales consumidores en Estados Unidos y Europa.

Si la crisis se hubiese prolongado, es posible que en general las cadenas de suministro en todo el mundo se vieran afectadas. Y aunque la mayoría de los productos que transitan por este canal se dirigen hacia Europa, lo cierto es que la globalización ha conectado a todos los mercados en el mundo, por lo que, seguramente, también habría impactado en las cadenas de suministro en Estados Unidos y, en general, en el continente americano.

El bloqueo de esta importante vía fluvial demuestra la vulnerabilidad de las cadenas de suministro globales. Las demoras derivadas del retraso en la recepción de insumos o productos terminados se pueden percibir en algunos sectores. Por ejemplo, entre las consecuencias inmediatas se reportó el aumento del cuatro por cierto en los precios del petróleo crudo. Alrededor de 20 petroleros provenientes de Medio Oriente hacia Europa quedaron sin paso durante varios días. De acuerdo con Dun & Bradstreet y E2open (compañías que miden el riesgo comercial y financiero), el Viejo Continente es la región con el mayor impacto de este incidente.

Ante este escenario, es de vital importancia prever otros alternos. Por ejemplo, México tiene una ventaja comparativa frente a sus competidores en Asia: su cercanía con Estados Unidos, y sus puertos hacia dos océanos. La posición geográfica de nuestro país le permite continuar con el intercambio de productos y materias primas con la Unión Americana y Europa, aun cuando algunos enclaves marítimos entren en crisis.

Nuestra oportunidad de comerciar a través de los océanos Atlántico y Pacífico hacia los continentes asiático y europeo, así como en nuestra frontera norte directamente con Estados Unidos, nos da la delantera. Desde esta perspectiva, México tiene un enorme potencial para atender la creciente demanda de productos hacia el territorio del vecino país del norte, dados los retrasos desde el mercado asiático.

La pandemia de COVID-19 ha profundizado el comercio regional. Tan sólo la semana pasada, el Gobierno de Estados Unidos anunció que México se situó nuevamente como su principal socio comercial durante el primer bimestre de 2021. La crisis en el canal de Suez favorece este fenómeno y abre aún más las oportunidades para el intercambio directo con esta nación e inclusive con Europa.

 

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