Del ‘machismo’ al humanismo

De todas las diferencias que dan origen a las sociedades desiguales, las de género son las más irracionales y violentas.

El llamado pacto patriarcal es el patriarcado como sistema de dominación social, económica y política basada en la distinción de género, es decir, en la dominación de los hombres sobre las mujeres, por la sola razón de ser sexualmente diferentes.

De todas las diferencias que dan origen a las sociedades desiguales (raciales, religiosas, generacionales, económicas, educativas, culturales, tecnológicas, etc.), las de género son las más irracionales y violentas.

De hecho, la diferencia original y originaria entre liberales y conservadores nace histórica e ideológicamente del tratamiento que se da a estas diferencias. Los primeros consideran que las mujeres y los hombres son diferentes por naturaleza, mientras que los segundos consideran que la igualdad es el punto de quiebre entre la civilización y la barbarie.

En este sentido, romper el pacto patriarcal es caminar sobre pequeños, pero constantes y sucesivos escalones, a través de los cuales se puede transitar, sin violencia, de las sociedades patriarcales a las sociedades igualitarias.

¿Cuáles son los 10 peldaños más importantes de esta escalera en forma de espiral?
Primero: acceso a la educación universal, sin distingo de género.
Segundo: acceso al mercado laboral, en condiciones de igualdad de capacidades.
Tercero: garantizar el derecho a la salud sexual y reproductiva.
Cuarto: acceso a una vida libre de violencias y discriminación.
Quinto: políticas públicas con perspectiva de género, debidamente fondeadas (feminismo sin presupuesto es demagogia).
Sexto: acciones afirmativas para garantizar la integración paritaria de los órganos del Estado y niveles de gobierno en un país.
Séptimo: impulsar desde la familia y la escuela un nuevo orden de convivencia social, basado en el respeto, el cariño y el apoyo mutuo de géneros.
Octavo: castigar con severidad el feminicidio.
Noveno: en tiempos de redes sociales, prevenir el bullying, el mobbing, el sexting y la violencia digital.
Décimo: edificar un Estado de derecho con equidad de género.

Al respecto, recordaré el marco legislativo que se ha venido construyendo en el país para fincar un Estado humanista más igualitario y justo para las mexicanas. Los ordenamientos más importantes son:

Ley Federal para Prevenir y Erradicar la Discriminación (2003): tiene por objeto prevenir y eliminar todas las formas de discriminación que se ejerzan contra cualquier persona en los términos del artículo 1 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como promover la igualdad de oportunidades y de trato.

Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres (2006): Tiene por objeto regular y garantizar la igualdad entre mujeres y hombres, y proponer los lineamientos y mecanismos institucionales que orienten a la nación hacia el cumplimiento de la igualdad sustantiva en los ámbitos público y privado, promoviendo el empoderamiento de las mujeres.

Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (2007): establecer la coordinación entre la Federación, las entidades federativas, el Distrito Federal y los municipios, para prevenir, sancionar y erradicar todo tipo de violencias contra las mujeres.

Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas (2007): su objeto es la prevención y sanción de la trata de personas, así como la protección, atención y asistencia a las víctimas de estas conductas, con la finalidad de garantizar el respeto al libre desarrollo de su personalidad.

Y, por supuesto, el impulso de un código nacional para tipificar y castigar el feminicidio.

 

ricardomonreala@yahoo.com.mx

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