El fin del Título 42

Las autoridades estadounidenses dieron a conocer que, después de más de dos años, el polémico Título 42 finalizará el 23 de mayo de 2023, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de esa nación.

Se trata de una regulación implementada en 2020 —durante la pandemia de COVID-19—, por el Gobierno del vecino país para permitir la expulsión inmediata de migrantes en la frontera, por motivos de salud pública, cuya próxima conclusión implicará grandes retos para México, Estados Unidos y Latinoamérica.

Estos desafíos, de naturaleza compleja, requerirán de una respuesta integral y coordinada para garantizar el bienestar, la seguridad y, sobre todo, el respeto integral de los derechos de las personas migrantes.

En este contexto, el Departamento de Defensa de Estados Unidos anunció el envío de 1,500 soldados a la frontera sur de su país, debido a que se espera la llegada de una nueva ola de migrantes, principalmente de Centro y Sudamérica.

Lo anterior, ha vuelto a convertir a la política migratoria de Joe Biden en objeto de atención y críticas, lo que ocurrió desde que asumió la presidencia de Estados Unidos. A pesar de que durante su campaña prometió una reforma migratoria, ésta aún no se implementó, debido a la falta de apoyo bipartidista en el Congreso de ese país.

En cambio, su Gobierno mantiene vigentes algunas medidas polémicas de la anterior administración, como es el caso del Título 42; sin embargo, lo verdaderamente importante consistiría en dilucidar las causas del fenómeno migratorio, y abordarlas para reducir la necesidad de su repetición.

La administración Biden declaró que busca invertir en Centroamérica y trabajar con países de origen y tránsito de migrantes, para mejorar la seguridad, economía y gobernanza en la región, visión con la que muestra concordancia el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

No obstante, nuestro país también enfrenta importantes retos en materia migratoria, incluyendo el respeto y la protección de los derechos humanos de las personas migrantes, la provisión de atención médica y asistencia humanitaria para éstas, la seguridad en la frontera sur y la gestión de la presión política de Estados Unidos.

La más reciente caravana de migrantes, que partió desde el sur de nuestro país hacia la Ciudad de México, así como las que se han registrado en años recientes —sin olvidar los lamentables hechos ocurridos en la estación migratoria de Ciudad Juárez en marzo pasado—, son una clara muestra de que es impostergable poner manos a la obra de manera integral.

De aquí en adelante, el manejo adecuado de estos desafíos requerirá de políticas claras, coordinación entre Gobiernos y, en particular, una visión humanitaria y respetuosa de los derechos humanos de las y los migrantes.

 

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