Elecciones intermedias en Estados Unidos

Este martes 8 de noviembre se celebran elecciones intermedias en Estados Unidos, para renovar un tercio de los escaños del Senado (35 de 100 espacios) y la totalidad de la Cámara de Representantes (435 asientos). De acuerdo con información de CNN, en la Cámara Baja la representación republicana necesita obtener cinco escaños más de los hoy ocupa, para arrebatarle el actual control del órgano a las y los demócratas. Desde 2018, el Partido Demócrata ha mantenido el dominio de este espacio legislativo.[1]

¿Por qué son tan importantes estas elecciones? Primero, porque la Cámara de Representantes, además de elaborar, discutir, modificar y aprobar leyes federales, cuenta con facultades exclusivas, como presentar proyectos de ley de ingresos, iniciar procesos de destitución en contra de funcionarios federales y elegir al presidente o a la presidenta del país, en caso de un empate en el Colegio Electoral: potestades de una relevancia mayúscula en el sistema político estadounidense.[2]

Además, quien preside la Cámara de Representantes, funcionaria/o de mayor rango, que se elige de entre sus integrantes y pertenece al partido mayoritario, es la tercera persona en la sucesión, en caso de que el Poder Ejecutivo quede vacante.[3]

En segundo lugar, esos comicios intermedios determinan en buena medida el rumbo que tomará la administración del presidente en turno en sus dos años restantes de mandato. Asimismo, en este caso, con la posibilidad existente de que el presidente Joe Biden busque reelegirse, las decisiones que se tomen y el contexto en el que se desenvuelva su administración serán fundamentales para obtener nuevamente la victoria o no. Por tanto, los buenos o malos resultados de esa elección para el partido en el gobierno podrían influir incluso en la reelección presidencial dentro de dos años.

Dado que el control de la Cámara se obtiene con 218 escaños y hoy el Partido Demócrata cuenta con 220 legisladoras y legisladores, esa organización política ha podido apoyar con relativo éxito las iniciativas del presidente Biden, pero si finalmente los resultados favorecen al Partido Republicano, como los pronósticos anuncian, entonces la agenda del mandatario podría enfrentar mayores obstáculos en ese ámbito.

De acuerdo con el Race Ratings de CNN para la Cámara de Representantes, dada la clara ventaja republicana, ésta tiene asegurados casi 216 escaños. Mientras que, el Partido Demócrata ganaría casi indudablemente 199. Los 20 espacios restantes aún no tienen una clara tendencia, pero dado que se requieren 218 escaños para obtener el control de la Cámara Baja, al Partido Republicano sólo le restaría ganar dos de los más competidos para aumentar su influencia en el órgano legislativo.[4] En tal sentido, la administración del presidente Biden probablemente enfrentará un largo e interesante camino durante los siguientes dos años, hacia su posible reelección y la permanencia del Partido Demócrata al frente del Poder Ejecutivo.

Voto latino

Debido a la relevancia del proceso del 8 de noviembre en la vida pública estadounidense para los próximos años, cada persona y voto cuentan. Al ser la comunidad hispana en esa nación la segunda con más votos potenciales, ya que constituye el 20 por ciento del total de la población, sus sufragios son los que más han crecido en los últimos años. Por ejemplo, en Arizona, 38,000 personas identificadas como parte de esta comunidad cumplen 18 años, por lo que podrán ejercer su voto por primera vez. Por ello, las y los candidatos que pretender ocupar un espacio en el Congreso de aquel país buscaron acercarse de alguna manera a este sector.[5]

En Estados Unidos hay cerca de 32 millones de personas identificadas como latinas autorizadas para votar: el equivalente a la quinta parte del total del padrón electoral. En estados como Nuevo México y Texas la proporción aumenta a tal punto que la comunidad hispana representa la mitad del electorado.[6]

A diverse group of unrecognizable people stand in line to vote. A woman at the end of the line holds an American flag.

Sin embargo, los números señalan que el llamado voto latino no es tan poderoso, porque pocas personas de esa comunidad ejercen su derecho. Por ejemplo, Arizona es un conocido “estado bisagra” (swing state), lo que significa que no es claro el partido ganador de la contienda electoral. El 32 por ciento del padrón está conformado por latinas y latinos, pero sólo el 19 por ciento de ese total vota con regularidad en los distintos procesos. De acuerdo con voces expertas, la movilización de votantes hispanos en 2020 fue el factor que le permitió a Joe Biden ganar el estado de Arizona con un 0.3 por ciento de ventaja.[7]

Aunque es necesario señalarlo, las preferencias e identificaciones de la comunidad latina en Estados Unidos no son homogéneas. Como cualquier otro grupo social, además de las coincidencias, lo más interesante de entender y explicar son las diferencias. El comportamiento electoral de las comunidades hispanas del sur de Florida poco tiene en común con las que habitan Arizona, Nevada y Colorado, afirma Dan Restrepo, analista sobre temas latinos en EUA y presidente del Equis Institute, organización que promueve el voto latino en ese país.[8]

Restrepo agrega que, en general, contrario a lo que regularmente se piensa, el electorado latino no forma parte de los votantes base de ninguno de los dos partidos,[9] por eso, esta comunidad se ha convertido más en una especie de “grupo bisagra” que columpia favorablemente la balanza hacia el partido por el que inclina. La búsqueda de ese voto es un objetivo importante para las organizaciones políticas en Estados Unidos, pero tal apoyo —coincido— se debe construir con paciencia, anticipación y más allá de los contextos electorales.

El contexto

Además de la incertidumbre natural sobre los resultados, tal y como debe ser en una democracia, hay asuntos también muy importantes que serán vigilados durante el proceso. En junio pasado, el Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos emitió un boletín en el que advirtió sobre un “entorno de amenaza” en las elecciones. Desde entonces, se ha mantenido la atención sobre las posibilidades de episodios violentos relacionados directa o indirectamente con el presente proceso electoral.[10]

No hay duda de que algunos movimientos de extrema derecha han cobrado mayor relevancia en aquel país y amenazan la consolidada institucionalidad democrática. Es lamentable, por ejemplo, el reciente ataque a Paul Pelosi, esposo de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Las herramientas electrónicas, como las redes sociales, permiten que la planificación de agresiones sea mucho más fácil. Además, la información falsa corre de manera más libre, con un alcance nunca visto, y las armas de fuego continúan al alcance de la mayor parte de la población.

Varias y varios de los candidatos que se encuentran en la boleta electoral cuestionaron la democracia estadounidense y discutieron la legitimidad del proceso electoral del año 2020.[11] El presidente Joe Biden denunció que cientos de aspirantes del Partido Republicano para cargos estatales, federales y locales son negacionistas: “dicen que no gané las elecciones, a pesar de que cientos de intentos de impugnar eso han fracasado, incluso en los tribunales republicanos”.[12]

Por eso, más allá de los resultados, el contexto indica que este proceso electoral puede mostrar la buena —o no tan buena— salud de la democracia estadounidense. De acuerdo con las encuestas de The New York Times y Siena College, el 70 por ciento de estadounidenses (demócratas, republicanos e independientes por igual) coincide en que “la democracia está amenazada”.[13]

Christopher M. Tuttle, director de Renewing America Initiative del Council on Foreign Relations, programa que evalúa los problemas internos más críticos en Estados Unidos, afirma que los altos niveles de percepción sobre un mal funcionamiento de las instituciones y la ausencia de medios democráticos para el debate y la confrontación de ideas, cada vez más personas podrían recurrir a mecanismos antidemocráticos para aliviar las diferencias sociales.[14]

Es cierto que Estados Unidos no se encuentra en esa condición, porque los canales de comunicación entre las diversas fuerzas políticas están vigentes, pero es innegable que existe una percepción negativa sobre esos espacios de diálogo, y el crecimiento del escepticismo y la desconfianza impactará de algún modo en el desarrollo del proceso electoral presente, así como en los venideros.[15]

Por ahora, no queda más que desear y confiar en que el proceso electoral de la Unión Americana tenga un desenlace positivo para la población en general y para los socios más cercanos a ese país, como México. Desde aquí nos mantendremos al tanto de los resultados y esperamos que las y los estadounidenses, sus instituciones y sus actores políticos superen los desafíos presentes y futuros.

ricardomonreala@yahoo.com.mx
Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA

 

Fuentes

[1] CNN Español, “¿Qué es, qué hace y cómo se compone la Cámara de Representantes de EE.UU.?”. CNN en Español (5 de noviembre, 2022), sec. Elecciones en Estados Unidos [En línea]: https://cnn.it/3Ughg49 [Consulta: 7 de noviembre, 2022].

[2] Idem.

[3] Idem.

[4] CNN Español, “¿Cuántos asientos hay en juego en las elecciones a la Cámara de Representantes de EE.UU.? ¿Cómo puede afectar a las presidenciales 2024?”. CNN en Español (6 de noviembre, 2022), sec. Elecciones en Estados Unidos [En línea]: https://cnn.it/3EbPFLL [Consulta: 7 de noviembre, 2022].

[5] Carolina Chimoy, “¿Decidirá el voto latino las elecciones en EE. UU.?”. DW (3 de noviembre, 2022), sec. Actualidad, Política, ed. Español [En línea]: https://bit.ly/3TflYxF [Consulta: 7 de noviembre, 2022].

[6] Idem.

[7] Idem.

[8] Dan Restrepo, “El poder político de los latinos estadounidenses y las elecciones”. El País (7 de noviembre, 2022), sec. Opinión, Elecciones EE UU, ed. América-México [En línea]: https://bit.ly/3TjTy5w [Consulta: 7 de noviembre, 2022].

[9] Idem.

[10] Colin P. Clarke, “Fears of Political Violence Gather Ahead of the U.S. Midterm Elections”. World Politics Review (7 de noviembre, 2022), sec. Latest, Briefings [En línea]: https://bit.ly/3tb94Gs [Consulta: 7 de noviembre, 2022].

[11] The Economist, “What to watch ahead of the midterms”. The Economist (5 de noviembre, 2022), sec. United States [En línea]: https://econ.st/3NIakdD [Consulta: 7 de noviembre, 2022].

[12] Will Weissert, Adriana Gomez Licon et al., “Biden slams GOP while Trump urges voters to reject Democrats”. AP News (7 de noviembre, 2022), sec. Midterm elections [En línea]: https://bit.ly/3zRkxPe [Consulta: 7 de noviembre, 2022].

[13] Philip Bump, “Americans agree democracy is at risk. They disagree vehemently on why.”. The Washington Post (18 de octubre, 2022), sec. Politics [En línea]: https://wapo.st/3hoDvX3 [Consulta: 7 de noviembre, 2022].

[14] Christopher M. Tuttle, “Beyond the Results, the Midterms Can Tell Us a Lot About How American Democracy Is Faring”. Council on Foreign Relations (2 de noviembre, 2022), sec. Renewing America [En línea]: https://on.cfr.org/3hnrNf0 [Consulta: 7 de noviembre, 2022].

[15] Idem.