Elecciones parlamentarias en Francia: la sombra de la extrema derecha
El ascenso de la extrema derecha en Francia y en Europa no es un fenómeno político espontáneo, sino un acontecimiento presente desde hace tiempo. En el continente europeo, la extrema derecha ha venido ganando terreno en las últimas décadas en países como Austria; desde luego, Francia, pero también en Italia, Hungría y Finlandia, entre otras naciones.
En las elecciones europarlamentarias del 9 de junio pasado, la ultraderecha vio acrecentar cuantitativamente su representación por medio del Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (CRE) y del Grupo Identidad y Democracia (ID) en el Parlamento Europeo (PE). Dentro del Grupo ID, se encuentra la representación política que personifica, por parte de Francia, a la extrema derecha, denominada Agrupación Nacional, la cual obtuvo 30 asientos en el PE, doblando en preferencia a Renacimiento, el partido oficialista del presidente Emmanuel Macron.
Este resultado llevó al jefe del Estado francés a tomar la decisión, el mismo 9 de junio, de disolver la Asamblea Nacional (AN) de su país, para generar la convocatoria de nuevas elecciones parlamentarias, las cuales se llevaron a cabo el 30 de junio y el 7 de julio pasados, en su primera y segunda vueltas electorales, respectivamente. Las motivaciones político-electorales de esa decisión presidencial fueron diversas, pero, sin duda, el objetivo fundamental fue impedir el avance y la llegada a la jefatura de gobierno, que no de Estado[1], por el momento, de la extrema derecha, a través de la figura de un primer ministro.
En este contexto, es oportuno analizar el hecho de que la extrema derecha ya tiene presencia no solo en diversos países europeos, sino también en la nación gala desde hace tiempo, y que su aumento en número en el PE en estas últimas elecciones no fue casual. Además, si bien el resultado logrado por la extrema derecha francesa en estas elecciones europarlamentarias motivó la disolución de la AN por parte del Ejecutivo francés, los resultados del escrutinio a nivel nacional no fueron los esperados por el jefe de Estado, Emmanuel Macron, para lograr, entre otros objetivos, una mayoría oficialista.
I. La extrema derecha en Europa: una fuerza política en ascenso
La presencia de la extrema derecha en varios países europeos no es un fenómeno político nuevo o reciente, ya que se ha venido dando desde tiempo atrás. Por ejemplo, en 1999, en Austria, el partido de la Libertad (FPÖ, por sus siglas en alemán), liderado por Jörg Haider, obtuvo el 26,9[2] por ciento de los sufragios dentro del Parlamento de ese país. Se ubicaron, en aquel momento, como segunda fuerza, formando un gobierno de coalición con el Partido Popular (ÖVP, por sus siglas en alemán)[3].
La Unión Europea (UE) incluso suspendió sus relaciones bilaterales con el Gobierno austriaco, aunque la medida solo duró algunos meses[4].
En Francia, a pesar de que el fundador del partido Frente Nacional (hoy, Agrupación Nacional) Jean-Marie Le Pen, padre de Marine Le Pen, lo creó en 1972, no fue sino hasta 2002 que el propio Le Pen consiguió pasar a la segunda vuelta electoral, en los escrutinios nacionales franceses, para disputar la Presidencia de la República frente al entonces candidato de la derecha Jacques Chirac.
En aquel momento, las fuerzas de izquierda se sumaron a las corrientes políticas de derecha y de centroderecha, las cuales estaban representadas justamente por el candidato Chirac, para conformar un frente republicano y democrático en contra del partido Frente Nacional, al cual vencieron finalmente con más del 80 por ciento de los votos. Así, Jacques Chirac se reelegía como presidente de la República Francesa para el periodo 2002-2007.
Por su parte, Marine Le Pen, tomó las riendas del partido y lo transformó en Agrupación Nacional, a fin de renovarlo y “desdiabolizarlo”, para dejar atrás su pasado radical, el cual exaltaba “ideas antisemitas, xenófobas, racistas y coloniales”[5].
De esta manera, Marine Le Pen ha logrado el ascenso del partido hasta el punto de que ella misma, como candidata presidencial, llegó a pasar a la segunda vuelta electoral en los comicios presidenciales de 2017 y de 2022, frente a Emmanuel Macron, el cual la venció en ambos escrutinios.
En Italia, la extrema derecha gobierna, desde octubre de 2023, en la figura de Giorgia Meloni, líder de Hermanos de Italia (FDI, por sus siglas en italiano). Esta formación política, cofundada en 2014 por la actual y primera mujer presidenta del Consejo de Ministros de Italia, tiene sus orígenes en el Movimiento Social Italiano (MSI, por sus siglas en italiano), heredero del fascismo, al que sucedió luego la Alianza Nacional (AN, por sus siglas en italiano)[6].
En Hungría, el partido Fidesz-Unión Cívica Húngara gobierna desde 2010. Quien preside este instituto político es Viktor Orbán, actual primer ministro de la nación. Es un partido de ideología populista, antiinmigrante, conservadora y nacionalista, entendida esta última como una tendencia de derecha. Sus valores son la protección de la cultura europea, el cristianismo y la familia tradicional[7].
En Finlandia, el Partido de los Finlandeses, de extrema derecha, quedó en segunda posición en las elecciones parlamentarias del 2 de abril de 2023. Es parte de la coalición que lidera la formación conservadora Coalición Nacional, en la cual se encuentran el Partido Cristiano Demócrata de Finlandia y el Partido Popular de Finlandia[8].
La presencia de la extrema derecha en el PE también se ha venido incrementando a lo largo de sus legislaturas, excepto la de 1999. Así, en 1979, ocupaba el uno por ciento de escaños; en 1984, el 2.7 por ciento; en 1989, el 4.1 por ciento; en 1994, el 5.5 por ciento; en 1999, el 3.4 por ciento; en 2004, el 8.3 por ciento; en 2009, el 10.2 por ciento; en 2014, el 16 por ciento, y en 2019, el 21.8 por ciento[9]. En esta última elección de eurodiputados en el PE, la extrema derecha obtuvo el 24.7 por ciento de los asientos[10].
Dentro de este último porcentaje, la extrema derecha francesa, es decir, el partido Agrupación Nacional, obtuvo un resultado de 30 asientos en el hemiciclo europeo, duplicando en preferencia al partido del presidente Emmanuel Macron.
II. El avance de la extrema derecha francesa en el PE y su impacto político en el país galo
El avance de la extrema derecha francesa en el PE significó un 31 por ciento para el partido Agrupación Nacional, frente a un 14.6 por ciento para Renacimiento, el partido oficialista del presidente Macron[11].
Esta situación llevó al jefe de Estado francés a pronunciarse al respecto: “No ha sido un buen resultado para los partidos que defienden Europa […] así que no puedo fingir que no ha pasado nada […]. Quiero que los franceses elijan un nuevo Parlamento y aclaren esta situación”. Ello significó, además de la disolución de la AN, la convocatoria a elecciones parlamentarias de las y los 577 diputados que la componen.
Así, este escrutinio quedaba fijo para el 30 de junio (primera vuelta) y, eventualmente, si ningún partido o sus candidatas y candidatos obtenían mayoría simple para ganar (50+1), habría segunda vuelta el 7 de julio. Cabe señalar también que, en el sistema político francés, las personas aspirantes que consigan más del 12.5 por ciento de la votación popular durante la primera vuelta electoral pueden presentarse a la segunda vuelta. En este escenario, es posible que haya dos, tres o hasta cuatro personas candidatas por partido o coalición de partidos que compitan en esa segunda vuelta electoral en cada circunscripción territorial.
Es de señalarse que el presidente Macron tenía por lo menos dos motivaciones para disolver la AN. Una de ellas era lograr una mayoría parlamentaria clara afín a su ideología política de centro y centroderecha, debido a que la coalición de gobierno, conformada por su partido Renacimiento, el partido Movimiento Demócrata (Modem) y el partido Horizontes, contaba solo con 250 diputadas y diputados en la AN, de un total de 577[12]. Por su parte, el bloque de izquierda, que todavía hoy se encuentra conformado por Francia Insumisa, el Partido Socialista, el Partido Comunista y los Ecologistas, contaba —como coalición parlamentaria en aquel momento— con 149 diputadas y diputados. Le seguían Agrupación Nacional, con 88, y el partido Los Republicanos (derecha tradicional), con 61. En los últimos sitios de la representación parlamentaria se encontraban las y los legisladores del partido Libertad, los independientes, las y los diputados de ultramar y territorios, con 22 escaños, y los no inscritos, con siete[13].
Si el presidente Macron lograba una mayoría parlamentaria favorable a su ideología política, es decir, a su coalición, ello hubiera significado que podría nombrar a un primer ministro del mismo tinte político de su gobierno y no a uno de extrema derecha o de otra tendencia política diferente de la suya.
El segundo propósito del presidente francés fue impedir el crecimiento y avance de la extrema derecha en su país, para no cohabitar políticamente con un primer ministro de esa ideología, en caso de que ganara el partido Agrupación Nacional una mayoría absoluta (289 diputados, de un total de 577) en la AN, pero también con miras a que ese partido no gane la elección presidencial de 2027. Si la aceptación del presidente Macron, como ha venido sucediendo, sigue decreciendo[14] frente a la mayoría de su población, era y es posible que Marine Le Pen pudiera y pueda tener un resultado favorable en la primera vuelta electoral en 2027 y acceder, nuevamente, a la segunda vuelta electoral. Ello la ubicaría, una vez más, en la antesala de la presidencia de la República.
Algunos factores que explican el crecimiento de la extrema derecha en Francia son la crisis de representación partidista, sindical, parlamentaria, etc.; el acercamiento al centro del espectro político de los partidos de izquierda y de derecha tradicionales; la precarización laboral; el deterioro de los servicios públicos; la disminución del poder adquisitivo de la población, así como el alza de los precios de la electricidad y de los energéticos. En resumen, la derechización política y la vigencia de las políticas económicas neoliberales.
Si bien Francia tiene una de las economías más grandes del mundo y es una importante potencia diplomática y militar, muchos votantes franceses están luchando contra la inflación, los bajos ingresos y la sensación de que la globalización los está dejando atrás. El partido de Le Pen, que culpa a la inmigración de muchos de los problemas del país, ha aprovechado esa frustración de los votantes y ha construido una red de apoyo a nivel nacional, especialmente en pueblos pequeños y comunidades agrícolas que ven a Macron y la clase política de París como desconectados de los problemas de los ciudadanos[15].
En este contexto de disolución de la AN y de cálculos y motivaciones políticas por parte del presidente de la República, comenzó la campaña legislativa con miras a la primera y segunda vueltas electorales del 30 de junio y del 7 de julio, respectivamente.
III. Las elecciones legislativas: el giro político-electoral que cimbró Francia
Ante la convocatoria de elecciones al Parlamento, las fuerzas políticas en Francia se agruparon, grosso modo, en tres bloques y un partido; a saber: la extrema derecha, es decir, Agrupación Nacional y una parte de la derecha tradicional[16] del partido Los Republicanos; el Nuevo Frente Popular —es decir, la izquierda—, compuesto por el movimiento Francia Insumisa, el Partido Socialista, el Partido Comunista y Los Ecologistas; el centro y la centroderecha, es decir, el bloque Juntos por la República, que agrupa a los partidos Renacimiento, Modem y Horizontes, y, finalmente, la otra parte de la derecha tradicional del partido Los Republicanos, que decidió no aliarse con Agrupación Nacional.
Sobre las propuestas que expuso cada bloque durante la campaña electoral, cabe señalar que Agrupación Nacional y una parte de Los Republicanos abogan por reducir los fondos del Gobierno francés a la UE, descartan el envío de tropas a Ucrania, reservar cargos públicos a nacionales franceses, reducir el costo de la factura de electricidad, disminuir los costos de vida de las y los franceses, incrementar en forma paulatino los salarios, aprobar una ley de inmigración que facilite la expulsión de delincuentes e islamistas, entre otras[17].
Entre las propuestas del Nuevo Frente Popular están el aumento al salario mínimo hasta 1,600 euros en el primer año de legislatura; una intensa inversión pública en infraestructura y servicios públicos, con el objetivo de reposicionar al Estado como actor de la redistribución social, financiando sus propuestas en materia de salud, vivienda, educación y lucha contra el cambio climático, a través del aumento de los impuestos a las grandes fortunas francesas; derogación de la reforma de pensiones del presidente Macron y devolver la edad de jubilación a los 60 años, y la construcción de un sistema de inmigración abierto y multidimensional[18].
La plataforma política del oficialismo, el cual se constituyó en el ya referido bloque partidista Juntos por la República, se ha basado en los proyectos legislativos defendidos por el gobierno del presidente Macron. Estos incluyen la reforma a las pensiones, rebajar los impuestos existentes, mantener la austeridad del gasto público, implementar una reforma al seguro de desempleo, e introducir controles migratorios más estrictos —en especial respecto a menores no acompañados—, entre otros[19].
Tres semanas de campaña transcurrieron aproximadamente desde la disolución de la AN hasta el 30 de junio, día en que se llevó a cabo, como se ha señalado, la primera vuelta electoral.
Los resultados arrojaron una participación del 66.71 por ciento de votantes, y más de 300 circunscripciones tuvieron al menos tres candidatas y candidatos calificados para la segunda vuelta electoral[20].
El partido Agrupación Nacional y una parte de sus aliados de derecha obtuvieron el 33.2 por ciento de los votos; el Nuevo Frente Popular, el 28.1 por ciento; Juntos por la República, el 21 por ciento, y Los Republicanos, el 10 por ciento[21].
Si bien el presidente Macron preveía lograr una mejor posición para su partido y coalición durante esta primera vuelta, ello no se logró. De hecho, la extrema derecha consiguió fortalecerse y la izquierda pudo unirse en un solo bloque por medio de la condensación de un programa político y de tres partidos y un movimiento político (Francia Insumisa y los partidos Comunista, Los Ecologistas y Socialista).
Mientras tanto, la derecha tradicional, es decir, el partido Los Republicanos (el otrora fundado por el expresidente Jacques Chirac, Agrupación por la República, de tradición gaullista y conservadora), fue relegado al cuarto sitio.
Para la segunda vuelta electoral, Agrupación Nacional y una parte del partido Los Republicanos llamaron al electorado a confiarles una mayoría absoluta (289 de 577 curules, como se mencionó) en la AN, para orillar al presidente Macron a nombrar a Jordan Bardella[22] como primer ministro[23] de Francia.
En todo caso, tanto la coalición de izquierda como la oficialista Juntos por la República llamaron a la ciudadanía a formar un frente republicano y democrático y votar por otros partidos y candidaturas, con el propósito de detener a la extrema derecha durante la votación de la segunda vuelta. Convocaron también a retirar a sus candidatas y candidatos, en caso de que hubieran calificado para la segunda vuelta electoral en tercer lugar, detrás de la extrema derecha. Esto significó concretamente que, si un candidato o candidata de la coalición de la izquierda o de la coalición del partido oficialista había quedado en tercer lugar, declinarían por la persona aspirante que se encontrara en segundo lugar, ya fuera de izquierda, de centro o de derecha tradicional no aliada a Agrupación Nacional. Ello, desde luego, en el caso de que la o el candidato de Agrupación Nacional se encontrara en el primer lugar de la preferencia, como resultado de la primera vuelta.
Sin embargo, el presidente Macron y su coalición realizaron una acotación a dicho llamado, en relación con las y los candidatos de Francia Insumisa. Esto debido a la rivalidad política que mantienen ambas corrientes ideológicas ya que Francia Insumisa y, en particular, Jean-Luc Mélenchon, uno de sus más importantes liderazgos, han sido muy críticos de la política gubernamental del presidente Macron, especialmente la económica. Mientras que, por otro lado, algunos miembros del gobierno del presidente Macron, así como la coalición oficialista, han criticado a Mélenchon y al movimiento Francia Insumisa por sus presuntas posiciones antisemitas, antirrepublicanas y extremistas.
Lo anterior quiere decir que, a pesar de que la izquierda impulsó un frente republicano y democrático durante los comicios presidenciales de 2002, con el entonces candidato Jacques Chirac, en estas elecciones parlamentarias, la coalición gubernamental se mostró “selectiva” respecto al apoyo a las y los candidatos del movimiento Francia Insumisa frente a la extrema derecha representada por Agrupación Nacional.
En este contexto, el 7 de julio se llevó a cabo la segunda ronda electoral, cuyos resultados fueron los siguientes: Nuevo Frente Popular, 193[24] escaños; Juntos por la República, 164[25]; Agrupación Nacional y una parte del partido Los Republicanos, 143; Los Republicanos, 45; izquierda diversa, 13, y otros, 26,[26]. Mientras tanto, la tasa de participación alcanzó el 66.6[27] por ciento, una cifra no vista desde 1997 que, además, contrasta con la tasa de participación del 46.23 por ciento en 2022[28].
Los resultados de la segunda vuelta electoral dejan una AN fragmentada prácticamente en tres grandes bloques políticos. El presidente Macron ha pedido a su primer ministro Gabriel Attal que permanezca en sus responsabilidades hasta que las fuerzas políticas recientemente elegidas acuerden el nombre del nuevo primer ministro que tenga el apoyo mayoritario de las mismas. Desde luego, es más factible que la inclinación del mandatario francés será preferentemente por un primer ministro ideológicamente conservador que de izquierda, a pesar de que el Nuevo Frente Popular sea la primera fuerza política dentro de la AN. En cualquier caso, estas elecciones parlamentarias son la antesala hacia el escrutinio presidencial que se llevará a cabo en el país europeo en 2027.
Las elecciones europarlamentarias del 9 de junio pasado reflejaron un aumento cuantitativo de la extrema derecha a nivel continental dentro de la UE. Ello no es ni inédito ni sorpresivo, ya que esta fuerza política ha venido situándose en distintos gobiernos nacionales europeos y creciendo en distintas legislaturas dentro del PE.
Esto no fue la excepción en Francia, ya que el partido ultraconservador Agrupación Nacional tuvo un resultado importante a nivel europeo, con 30 asientos, lo cual provocó inmediatamente la rección de Emmanuel Macron, en el sentido de disolver la AN de su país y convocar, así, a elecciones legislativas.
Si bien los resultados de la primera y segunda vueltas electorales no fueron favorables a la coalición oficialista del presidente Macron, sino más bien a la coalición de izquierda, sí se logró detener el avance de la extrema derecha en Francia a nivel legislativo, concretamente, al impedir el nombramiento de un primer ministro de esa tendencia política, además de minar la fuerza del partido político Agrupación Nacional, a su presidente Jordan Bardella y a su líder Marine Le Pen, con miras a las elecciones presidenciales de 2027.
La AN ha quedado prácticamente fraccionada entre tres grandes fuerzas políticas, como ya se ha visto. Las iniciativas legislativas presidenciales y de los partidos ahí representados deberán negociarse caso por caso, salvo los decretos, como el de pensiones, el cual será cambiado a su redacción original, para regresarlo a los 60 años, como lo propuso en su programa político la coalición del Nuevo Frente Popular. Esto podría hacerse por medio de la utilización del artículo 49.3 constitucional, como señaló Jean-Luc Mélenchon, uno de los liderazgos más importantes del movimiento Francia Insumisa.
Por otro lado, aún no se sabe con certeza si habrá cohabitación política entre un presidente de centro, centroderecha —como Macron—[29] y una o un primer ministro de izquierda. Eso dependerá de la correlación política de fuerzas dentro de la AN y los acuerdos a los que lleguen las fracciones parlamentarias, para proponer y apoyar a algún liderazgo para esa responsabilidad.
Finalmente, cabe recordar que no podrá haber otra disolución de la AN, sino hasta después de que transcurra un año, en caso de que así lo decidiera el presidente de la República.
X y Facebook: @RicardoMonrealA
Fuentes:
[1] En Francia, la jefatura de Estado se encuentra atribuida formalmente al presidente de la República, mientras que la jefatura de gobierno está atribuida al primer ministro.
[2] Europa Press, “La evolución de la extrema derecha en los gobiernos europeos”. Onda Cero (18 de junio, 2023), sec. Noticias, Mundo, Política [En línea]: https://lc.cx/0W1nl9 [Consulta: 01 de julio, 2024].
[3] Idem.
[4] Idem.
[5] Maximiliano Pérez Gallardo, “¿Quiénes son y qué proponen los partidos y las coaliciones que se disputan las legislativas en Francia?”. France 24 (25 de junio, 2024), sec. Francia, Legislativas francesas, ed. Español [En línea]: https://lc.cx/hAS8nh[Consulta: 02 de julio, 2024].
[6] Europa Press, op. cit.
[7] Idem.
[8] Idem.
[9] Daniel Flores, “La extrema derecha en la Unión Europea: de minoritaria e irrelevante a omnipresente y decisiva”. RTVE (25 de mayo, 2024), sec. 9J Europea Decide [En línea]: https://lc.cx/GvUrJT [Consulta: 02 de julio, 2024].
[10] Daniel Flores, “La extrema derecha crece hasta rozar el 25% de los escaños del Parlamento Europeo, pero no será decisiva”. RTVE (10 de junio, 2024), sec. 9J Europea Decide [En línea]: https://lc.cx/db-5Bw [Consulta: 08 de julio, 2024].
[11] Alba Santana, “Elecciones anticipadas en Francia: claves para entender estos comicios”. France 24 (14 de junio, 2024), sec. Francia, Legislativas francesas, ed. Español [En línea]: https://lc.cx/BEO6f5 [Consulta: 02 de julio, 2024].
[12] Esto representó para el presidente Macron y su entonces primera ministra, Elisabeth Borne, utilizar, en varias ocasiones —por lo menos once— el artículo constitucional 49.3, que permite adoptar una iniciativa de ley sin el voto de las y los diputados cuando el Gobierno carece de la mayoría necesaria para la aprobación de dichas iniciativas. Esto significa gobernar por decreto. Así fue aprobada, por ejemplo, la reforma de pensiones, propuesta por el Gobierno, que retrasó la edad de jubilación de 62 a 64 años.
[13] M. Pérez Gallardo, op. cit.
[14] Del 30 de mayo al 5 de junio de 2024, el presidente Emmanuel Macron contaba con un 24 por ciento de aprobación y un 63 por ciento de desaprobación, de acuerdo con la Encuesta de Índice de Aprobación de Líderes Mundiales (Jason McMann y Sonnet Frisbie, “Global Leader Approval Rating Tracker”. Morning Consult Pro (06 de junio, 2024) [En línea]: https://lc.cx/66hEkE [Consulta: 02 de julio, 2024]).
[15] AP, “La ultraderecha triunfó en primera vuelta: ¿qué escenarios hay de cara a la segunda ronda electoral en Francia?”. France 24 (01 de julio, 2024), sec. Francia, Explicativo, ed. Español [En línea]: https://lc.cx/7AGTNL [Consulta: 11 de julio, 2024].
[16] Eric Ciotti, presidente del partido Los Republicanos (derecha tradicional), llevó a cabo una alianza con el partido Agrupación Nacional, presidida por Jordan Bardella, a fin de competir en las elecciones legislativas de primera vuelta en Francia. La alianza fue repudiada por buena parte de la militancia y líderes de ese partido político de la derecha tradicional, a tal punto, que lograron su renuncia tras un acuerdo de su Junta Directiva. Sin embargo, Ciotti logró, por medio de un juicio, que la justicia francesa suspendiera tal decisión (Europa Press, “El líder de Los Republicanos denuncia haber recibido una carta amenazante por su idea de aliarse con Le Pen”. Europa Press (19 de Junio, 2024), sec. Internacional [En línea]: https://lc.cx/k3kyyx [Consulta: 03 de julio, 2024].
[17] “M. Pérez Gallardo, op. cit.
[18] Idem.
[19] Idem.
[20] Gabrielle Colchen, “Más de 210 candidatos retiran sus candidaturas, en un intento por frenar a la ultraderecha en Francia”. France 24 (02 de julio, 2024), sec. Francia, Legislativas francesas, ed. Español [En línea]: https://lc.cx/BFFD9N [Consulta: 04 de julio, 2024].
[21] Benjamin Dodman, “Legislativas francesas: la apuesta de Macron fracasa y la extrema derecha de Le Pen lidera la primera vuelta”. France 24 (01 de julio, 2024), sec. Francia, Legislativas francesas 2024, ed. Español [En línea]: https://lc.cx/mKuct1[Consulta: 05 de julio, 2024].
[22] Jordan Bardella es presidente del partido Agrupación Nacional.
[23] Ello hubiera conllevado, de haber sido el caso, a un gobierno de cohabitación política entre un presidente de una orientación política distinta a la de su primer ministro. De haber sido así, el jefe de Estado Emmanuel Macron se hubiera limitado a sus facultades constitucionales, principalmente en materia de política exterior, mientras que el primer ministro se hubiera ocupado de la política interior como jefe de gobierno. Sin embargo, esta situación de coexistencia institucional podría acontecer, sin duda, si cualquier otra fuerza política como, por ejemplo, la izquierda, con el Nuevo Frente Popular, reuniese una mayoría suficiente con otros partidos en la AN como para tener los votos suficientes para orillar al presidente Macron a nombrar un primer ministro afín a esa mayoría opositora.
[24] Alice Tidey y Sophia Khatsenkova, “El Nuevo Frente Popular está dispuesto a gobernar en minoría si Macron y su partido lo permiten”. Euronews (09 de julio, 2024), sec. Noticias de Europa [En línea]: https://lc.cx/xVOHf_ [Consulta: 10 de julio, 2024].
[25] Idem.
[26] El País, “Resultados de las elecciones en Francia de 7 de julio de 2024 | Bardella asume su ‘parte de responsabilidad’ en la derrota de la extrema derecha”. El País (08 de julio, 2024), sec. Internacional, ed. América-México [En línea]: https://lc.cx/UhuTx6[Consulta: 08 de julio, 2024].
[27] Idem.
[28] France 24, “Legislativas francesas: los resultados de la segunda vuelta electoral”. France 24 (07 de julio, 2024), sec. Francia, Infografía, ed. Español [En línea]: https://lc.cx/SrAXDk [Consulta: 08 de julio, 2024].
[29] El presidente Emmanuel Macron hizo pública una carta el 10 de julio pasado en donde pidió “‘a todas las fuerzas políticas que se reconocen en las instituciones republicanas, el Estado de derecho, el parlamentarismo, una orientación europea y la defensa de la independencia francesa, a entablar un diálogo sincero y leal para construir una mayoría sólida, necesariamente plural, para el país’, subrayó el líder del Elíseo. El mandatario recalcó que solo bajo esos valores nombrará un primer ministro, pero pidió ‘un poco de tiempo’ para concretar esa mayoría sólida a la que insta. Aunque […] [el presidente] no mencionó al ala más radical de la izquierda ni a la extrema derecha, su alusión a valores ‘republicanos’ suele excluir a los extremos, por lo que instaría a la unión de las bancadas más moderadas de los espectros políticos. ‘Pongamos nuestra esperanza en la capacidad de nuestros líderes políticos para demostrar sensatez, armonía y calma en beneficio de ustedes y del país […] Es a la luz de estos principios que decidiré el nombramiento del primer ministro’” (Yurany Arciniegas, “Macron rompe el silencio y pide ‘una mayoría sólida’ con ‘fuerzas republicanas’ para formar Gobierno”. France 24 (10 de julio, 2024), sec. Francia, Legislativas francesas, Ed. Español [En línea]: https://lc.cx/J6wTun [Consulta: 11 de julio, 2024]).