Elecciones y violencia
La violencia política es el mayor desafío para nuestra democracia, y ya no proviene de un Estado mexicano como persecutor de disidentes y violador de derechos humanos.
El amago que sufrió Mario Delgado, presidente de Morena, en la autopista Matamoros-Reynosa de Tamaulipas, por parte de un grupo de hombres armados, no puede ni debe ser minimizado, mucho menos trivializado, como lo intentaron hacer desde el mismo día de los hechos autoridades y grupos políticos no afines en la entidad.
Ayer lunes, a las 6:30 de la mañana, Yuri Karina Calderón Siller, candidata de Morena a presidenta de Miguel Alemán, municipio ubicado en la llamada “frontera chica” de Tamaulipas, fue objeto de un atentado directo desde dos camionetas pick-up, cuando salía de su domicilio para iniciar sus actividades del día.
Es un municipio donde históricamente, desde la época del alemanismo, se trasiega con migrantes indocumentados, droga, dinero y armas, y donde actualmente los cárteles del crimen organizado se disputan el control a sangre y fuego (véase Historias de polvo y sangre. Génesis y evolución del tráfico de drogas en el estado de Tamaulipas, de Carlos Antonio Flores Pérez, publicaciones de la Casa Chata).
No es fortuito que Tamaulipas ocupe uno de los primeros lugares en personas desaparecidas. Así que, si las autoridades locales minimizan estos sucesos, la Federación no puede ni debe hacerlo.
Está en curso la votación más grande en la historia del país. La numeralia es impresionante. Más de 100,000 aspirantes se disputan 20,292 cargos de elección popular, locales y federales, y 92 millones de electoras y electores podrán sufragar en 163,244 casillas.
En las 32 entidades federativas habrá comicios, al menos para un cargo de elección popular, federal y local. Se eligen 15 gubernaturas, 300 diputaciones federales, 30 congresos locales (1,063 diputaciones) y 1,926 ayuntamientos en 30 entidades federativas (el 78 por ciento de los 2,457 de todo el país). Es un super domingo electoral, en el que habrán de materializarse por vez primera dos reformas constitucionales que promovieron desde el 2003 la concurrencia de elecciones locales con federales.
Este proceso electoral reporta ya, lamentablemente, candidatas y candidatos asesinados. El cuarto informe de violencia política en México, de la consultora Etellekt, reporta que entre septiembre de 2020 y abril de 2021 se han registrado 476 agresiones contra personajes políticos y candidatos/as, con un saldo de 79 víctimas mortales, 12 de ellas, mujeres.
La violencia política en México ha tenido diferentes períodos de gestación y manifestación. Durante los años sesenta y setenta del siglo pasado, las y los destinatarios fueron dirigentes sociales y estudiantiles de izquierda. En el sexenio de Salinas se ultimó a más de 600 perredistas en diversos hechos. Pero el asesinato de Luis Donaldo Colosio vino a dar un giro cualitativo a esa violencia. La guerra de Calderón afectó también a las elecciones y, desde entonces, autoridades y aspirantes de todos los partidos han sido víctimas.
La diferencia con otras épocas es que ahora el gobierno federal ha instalado una mesa de seguridad para candidatas y candidatos, a fin de enfrentar la violencia política, la cual ha dejado de provenir del Estado, y ahora su generadora es, mayormente, la delincuencia organizada, que en algunas partes del país es ya un factor real de poder a nivel local.
Esta violencia política es el mayor desafío para nuestra democracia, y ya no proviene del Estado mexicano del siglo pasado, como persecutor de disidentes y violador de derechos humanos.
Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA