Endeudamiento y vacunas
Estar “entre la espada y la pared” es un dicho popular muy común cuando nos encontramos ante un dilema, especialmente cuando se debe elegir, entre distintos escenarios negativos, el menos pernicioso, pero existe una referencia más antigua que nos permite vislumbrar una alternativa diferente a la de optar por el mal menor.
En la Grecia clásica existía un mito, recuperado en la Odisea, obra del poeta Homero, sobre dos monstruos marinos —Escila y Caribdis —, ubicados a ambos extremos de un estrecho canal en el mar, lo que hacía casi imposible cruzarlo, pues al alejarse de uno, las embarcaciones inevitablemente se ponían al alcance del otro. Sin embargo, Odiseo, el personaje central, logró sobrevivir.
Escila, una hermosa ninfa que posteriormente fue convertida en un monstruo marino, puede ser analogía del endeudamiento ofrecido como una atractiva salida temporal a los problemas de financiamiento que impuso la pandemia provocada por la COVID-19, pero que en el pasado ya ha mostrado su rostro más crudo, representado por el déficit fiscal y el aumento de la deuda pública que se deberá pagar, reduciendo la cantidad de recursos futuros para la reactivación económica.
Caribdis, un remolino que tragaba todo a su alcance, podría ser la analogía de escasez de vacunas, que supone mayores contagios y lamentables pérdidas humanas, lo que a nivel internacional implica un acaparamiento de las dosis entre los países más desarrollados, condenando a las otras naciones del mundo a un largo y complicado proceso para su obtención, mientras que la enfermedad y el confinamiento siguen golpeando con mayor dureza a las familias más pobres.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) afirma que la crisis sanitaria global ha ampliado las necesidades financieras para afrontar la emergencia, y generado un aumento en los niveles de endeudamiento, que pone en peligro la recuperación y la capacidad de los países para una reconstrucción sostenible y con igualdad en la región.
En enero de este año, el Fondo Monetario Internacional había financiado con 66,500 millones de dólares a América Latina y el Caribe, lo que representaba un 63 por ciento del total de empréstitos que había destinado a 85 economías en desarrollo, por lo que la Comisión ha sugerido que en el corto plazo se debe favorecer la expansión del gasto público y prestar atención especial a los grupos vulnerables, en particular a los segmentos de ingresos bajos y a las personas mayores.
A este respecto, Éric Toussaint, presidente del Comité para la Abolición de las Deudas Ilegítimas, ha señalado que al haber aumentado tremendamente la deuda, en los países con gobiernos neoliberales habrá más austeridad y reformas estructurales a favor del sector privado, gracias a la presión en las finanzas públicas.
Por su parte, la Organización Panamericana para la Salud ha lamentado que, mientras los países ricos pueden acaparar dosis para cinco veces su población, pagando por adelantado, Latinoamérica enfrenta un lento proceso de vacunación, al estimar que las naciones de altos ingresos reciben el 48.7 por ciento de los antígenos; las de ingresos medianos, el 34.3 por ciento; las que están en la categoría de bajos medios, el 16.6 por ciento; y los bajos, sólo el 0.2 por ciento.
Pese a que la existencia de patentes de vacunas anti-COVID-19 en favor de las farmacéuticas que las elaboraron resulta útil como estímulo para la inversión en investigación médica, por razones humanitarias y mediante la ponderación de derechos, se podría hallar una alternativa viable para su democratización en el mundo.
Por ello, Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, y Joe Biden, su homólogo estadounidense, entre otros mandatarios, han manifestado en distintos foros internacionales, como la ONU, el G20 y la Cumbre Mundial de la Salud, la posibilidad de liberar las patentes, para ponerlas a disposición de los pueblos y naciones del mundo entero, sin ningún tipo de distinción, ya sea por razones políticas, económicas o sociales.
El caso mexicano en América Latina sin duda es ejemplo de cómo un gobierno popular, comprometido únicamente con la población y no con intereses de grupos, puede hacer frente de manera más eficaz a los retos de las crisis sanitaria y financiera.
El presidente AMLO mantuvo firme la decisión de no solicitar préstamos para afrontar los retos actuales, y en lugar de ello, mantener la política de austeridad republicana para eliminar gastos excesivos y lujos en el gobierno, como la recientemente aprobada nueva Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, para que ningún funcionario o funcionaria de los tres Poderes de la Unión ni de los órganos autónomos pueda ganar más que el jefe del Estado mexicano.
En este sentido, nuestro país, pese a todas las dificultades, ha logrado surcar las agitadas aguas del mundo actual, evitando el endeudamiento y ocupando los primeros lugares en la región y en el mundo con el avance de su plan nacional de vacunación, demostrando que entre Escila y Caribdis, como Odiseo, es posible encontrar una tercera vía.
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