Estado de la visita de Estado

“Si Biden gana la elección presidencial, que se prepare el presidente mexicano a regresar a Washington, porque será uno de los primeros jefes de Estado que invitaremos”.

Pregunté a un amigo legislador demócrata del estado de Texas, muy cercano a la comunidad hispana, si la visita del presidente AMLO sería considerada como un apoyo tácito a Trump y a su pretendida reelección, o una injerencia directa en el proceso electoral venidero, o si podría causarle molestia a Joe Biden y su equipo de campaña.

“La Casa Blanca seguramente buscará capitalizar políticamente la visita, sobre todo entre los hispanos, donde el presidente López Obrador es querido y respetado. Pero entendemos perfectamente el marco de la visita. Viene a dar el banderazo de inicio a un tratado comercial que, como pocos, ha recibido la más alta votación de demócratas y republicanos en el Congreso. Literalmente, es una visita de Estado, viene a darse la mano de par a par, no a levantarle la mano a un candidato en campaña, porque además aún el proceso electoral no arranca formalmente.

“Como demócratas y como ciudadanos, nos molestaría mucho si el presidente mexicano hiciera un llamado a votar por Trump o si le echara confeti y globos, así fuera verbalmente, pero creo que el mandatario mexicano y el primer ministro canadiense, si llegara a venir, serán muy sobrios y diplomáticamente correctos. Hay protocolos de Estado, para visitas de Estado, para encuentros con jefes de Estado, y si esos protocolos se siguen puntualmente, no habrá nada que reclamar.

“Además de la vertiente comercial, entendemos también que ambos países padecen la tragedia común del coronavirus. Los hispanos, y de manera especial los mexicanos, es uno de los grupos poblacionales más golpeados por la pandemia. No nos extrañaría, por el contrario, nos gustaría mucho que el presidente mexicano diera un mensaje de aliento a sus connacionales.

“Si el presidente mexicano, después de estar en la Casa Blanca fuese a la oficina de Joe Biden a saludarlo, para quedar bien con los dos, allí sí habría una injerencia electoral directa, violatoria de la ley, que todos denunciaríamos, tal como ocurrió cuando el presidente Peña Nieto recibió al candidato republicano Donald Trump en la casa presidencial mexicana, algo que todavía deben recordar con vergüenza ustedes, porque el gobierno anterior se puso de tapete, y Trump se limpió la suela de los zapatos en él hasta que se cansó.

“Aquí algunos comentaristas hablan de lo parecidos que son López Obrador y Trump en cuanto a carácter, personalidad y actitud política desafiante. Sin embargo, los demócratas nos fijamos más en las coincidencias de lo que está haciendo el presidente mexicano con lo que nosotros proponemos para Estados Unidos. De entrada, admira a uno de los mejores presidentes demócratas que ha tenido esta nación, Franklin D. Roosevelt. Después, ha promovido una reforma fiscal similar a la que estamos impulsando: que paguen más quienes más tienen, y que las grandes corporaciones privadas no evadan sus impuestos. Por último, le está dando un vuelco al gasto público en lo social, como nunca antes se había visto.

“Todo esto es cien por ciento demócrata. Y si Biden gana la elección presidencial, que se prepare el presidente mexicano a regresar a Washington, porque será uno de los primeros jefes de Estado de América que invitaremos los demócratas y la comunidad mexicana”.

¿Así o más claro?

 

ricardomonreala@yahoo.com.mx

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