La Unión Europea: realidades y perspectivas

Después de la Segunda Guerra Mundial, Europa comenzó su reconstrucción y el fortalecimiento de sus Estados nacionales. La soberanía y el Estado de bienestar han sido pilares de varios países europeos desde entonces; sin embargo, al transcurrir el tiempo, se generó la idea de crear un espacio común que aglutinara a diversas naciones para evitar guerras, promover el libre comercio, el multilateralismo, el multiculturalismo, los derechos humanos y el diálogo político en el Viejo Continente.

La idea original de Jean Monnet y Robert Schuman, como padres fundadores de la integración europea, consistía fundamentalmente en la construcción de la Europa Comunitaria, así como en su desarrollo institucional, jurídico, político, económico y social, además de la consecución de la paz, la prosperidad y la recuperación de la influencia europea perdida en la escena internacional.

Todos estos propósitos han subsistido hasta nuestros días, aunque el pilar del libre comercio, es decir, el económico, se ha expandido de tal manera que ha representado una parte muy importante para la Unión Europea (UE), mayor incluso que la del diálogo político y la de la cooperación. Baste mencionar las asociaciones estratégicas que la UE tiene con diversos países, como México, Brasil, Estados Unidos, Japón y Canadá, entre otros, y que la apuntalan como un actor que busca consolidarse globalmente para incidir con mayor fuerza en la toma de decisiones mundiales y regionales en los diferentes asuntos de la agenda internacional.

Esto último nos lleva a entender la inclinación europea en el establecimiento de tales asociaciones estratégicas con determinados países cuyo peso y tamaño son un factor importante en el mundo. Éstas tienen como motor fundamental seguir consolidando a la UE como una estructura económica poderosa, y que su modelo pueda ser exportado a sus socios.

Lo anterior quiere decir que, por ejemplo, en América Latina, la UE busca estar presente de manera mucho más importante a través de un comercio libre con mínimas restricciones. Los mercados latinoamericanos siguen siendo prioritarios para las multinacionales europeas, que buscan posicionarse frente a las estadounidenses en condiciones de mucha mayor competitividad. Esto no solamente por lo que al mercado de Latinoamérica se refiere, sino, como en el caso de México, como plataforma de exportación a otros países, hacia los Estados Unidos y Canadá. Mano de obra, acceso a recursos naturales, como petróleo, gas y agua, son considerados como estratégicos por los europeos.

 

El tema de los recursos energéticos es tan importante para la UE que uno de los objetivos intrínsecos de estas asociaciones estratégicas es buscar no sólo la prevención de cualquier conflicto potencial o real [1] que pueda representar un encarecimiento o falta de suministro de estos recursos, sino también la comercialización de los mismos, en un país o en una región, a través de empresas europeas. Recordemos que tan solo en México la presencia de empresas como Repsol, Iberdrola, Endesa y Shell, en materia petrolera o eléctrica, es un ejemplo de lo anterior.

En el caso del gas, la UE se encuentra actualmente diversificando su red de gasoductos para tener un mayor abastecimiento de este insumo. Así lo demuestra el gasoducto Nord Stream 2, cuya construcción para llevar gas de Rusia a Alemania es apoyada por la canciller Angela Merkel, a pesar de la oposición de un sector de la clase política de ese país, a raíz del presunto envenenamiento del opositor ruso Alexéi Navalny, por parte del Gobierno de Rusia, a lo cual el Ejecutivo alemán ha solicitado una explicación pronta y clara al Kremlin.

Y es que las relaciones entre la UE y Rusia nunca han sido sencillas, pues han oscilado entre la confrontación y la interdependencia. Confrontación, porque Rusia ve a los europeos occidentales como una amenaza a sus intereses de seguridad nacional y a su política exterior. La ampliación de la UE y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el reconocimiento de Kosovo como país independiente por varias naciones de la UE, así como la expansión de los valores de ésta a través de las “revoluciones de color”, [2] entre otros, son ejemplos en ese sentido. Hoy, el futuro político de países como Ucrania, Georgia o Belarús [3] sigue estando en juego entre Rusia y la UE.

Por ejemplo, las manifestaciones en contra de la reelección del presidente Lukashenko en Belarús, por presunto fraude electoral, tortura y brutalidad policial, han hecho que la UE condene la violencia, avizore sanciones en contra de funcionarios bielorrusos responsables de tales actos, y solicite que los resultados reflejen la elección del pueblo.

Mientras tanto, Rusia exigió a otros países que se abstuvieran de inmiscuirse en los asuntos internos de Belarús, y mostró su disposición de prestar la ayuda necesaria para resolver los problemas sobre la base de los principios del tratado de la Unión Estatal [4] y también, de ser necesario, a través de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva. [5]

Respecto de la interdependencia entre la UE y Rusia, ya se ha señalado la importancia que tiene el comercio, particularmente de petróleo y gas, entre ambas, y el cual le representa ingresos a la segunda.

Por otro lado, con Estados Unidos las relaciones han sido bastante fluctuantes, sobre todo a partir de la llegada del presidente Donald Trump al poder, y de la rivalidad de ese país con China. Sin duda, no le resulta fácil a la UE hacer valer sus intereses cuando existe un mundo en el que la Unión Americana y el gigante asiático se han enfrentado permanentemente en diferentes ámbitos, particularmente en el comercial y en el tecnológico. El responsable de la diplomacia europea, Josep Borrell, afirmó, en junio de 2020, que la UE “no debe quedar atrapada en la bipolaridad China-Estados Unidos. Debe ver el mundo desde su punto de vista”. [6]

Con el American First (“Estados Unidos primero”), el sentimiento europeo de que se puede contar y confiar en ese país ha disminuido sensiblemente. Jeremy Shapiro, investigador en jefe del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (institución que apoya a gobernantes del continente a saber qué demanda el electorado), refirió que “los europeos han perdido la fe en EE. UU., en su poder y competencia para liderar el mundo”. [7]

Por su parte, la determinación del presidente Xi Jinping hacia el fortalecimiento del liderazgo chino en todos los ámbitos ha representado un serio desafío para la UE. De ahí, el interés de Bruselas en afirmar su liderazgo y trabajar por un mundo multipolar en donde los equilibrios determinen las decisiones.

Con Estados Unidos, la UE mantiene, asimismo, una guerra comercial, ya que, por ejemplo, el país norteamericano impuso, en octubre de 2019, aranceles a las importaciones de diversos productos con origen en el bloque europeo.

Tales impuestos fueron del 10 % sobre aviones [8] de Francia, Alemania o el Reino Unido; del 25 % sobre café y algunas herramientas y maquinarias de Alemania; del 25 % en diversos quesos, aceite de oliva y carne congelada de Alemania, España y el Reino Unido, y del 25 % sobre algunos productos de carne de cerdo, mantequilla y yogur de varios países. [9] Lo anterior, por un valor de alrededor de 7,500 millones de dólares. [10] Sin embargo, ya en junio de 2018, el presidente Trump también había ordenado imponer aranceles al acero y al aluminio provenientes de la UE.

En respuesta a los impuestos al aluminio, al acero [11] y al resto de los productos, la UE estableció entre el 10 y el 50 por ciento de aranceles a diversas mercaderías estadounidenses, como motocicletas, máquinas, aparatos eléctricos, acero, hortalizas, entre otras, por un valor de alrededor de 3,200 millones de dólares. [12]

En lo que se refiere a un aspecto crucial para Europa, como es la seguridad regional, cabe señalar que el gobierno estadounidense decidió, el 29 de julio de 2020, el retiro de territorio alemán de 11,900 soldados, de un total de 34,500 que tenía allí. Al respecto, Peter Beyer, coordinador de la canciller Merkel para las Relaciones Transatlánticas, señaló: “Esto es completamente inaceptable, especialmente dado que nadie en Washington pensó en informar por adelantado a Alemania, un aliado en la OTAN”. [13] Y es que voces de especialistas han expresado que esta decisión podría debilitar a la misma OTAN. [14]

Charles Kupchan, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Georgetown e investigador principal del Council on Foreign Relations, un centro de estudios con sede en Washington, señala que pudo haber varios factores que explicasen esta decisión. Entre ellos, destacan una política exterior más aislacionista de los Estados Unidos, el aumento de tropas de esa nación en Asia Oriental o incluso la poca simpatía del presidente Trump por Europa. “Él ha desestimado desde el inicio a la Unión Europea y la ha visto como un competidor económico de EE. UU. Considera que Alemania, en concreto, ha sacado ventaja del generoso acercamiento de EE. UU. a los asuntos internacionales, comprometiendo fondos insuficientes para el área de Defensa y exportando sus autos a EE. UU.” [15]

En cuanto a la relación entre la UE y China, cabe señalar que ésta no es menos complicada, ya que, si bien existen consensos entre ambas, por ejemplo, para defender a la Organización Mundial de la Salud respecto de las acusaciones y las amenazas del gobierno estadounidense, particularmente la de suspender el financiamiento a ese organismo internacional, lo cual la Unión Americana considera una mala gestión ante la COVID-19, también es cierto que durante la 22.ª Cumbre UE-China, celebrada, el 22 de junio de 2020, por videoconferencia, no se pudo ocultar la brecha política entre los dos actores en materia política y comercial. La UE considera que la situación de los derechos humanos en Hong Kong, debido a la imposición de una legislación en materia de seguridad nacional, no es la mejor. También expresó preocupación por los derechos de las minorías uigur y tibetana, así como por los escasos avances en el terreno económico, como es el caso de la concreción de un acuerdo en inversiones.

 

Sin embargo, la UE reconoce que necesita a China para restablecer un mundo multilateral frente a los Estados Unidos, por lo que le volvió a requerir, en aquella cumbre, su compromiso para reformar la Organización Mundial de Comercio (OMC), preservar los Acuerdos de París, así como pactar un nuevo régimen de ayudas de Estado, entre otras cuestiones. Por su parte, el Gobierno chino se mostró a favor de la colaboración en la OMC, en la lucha contra el cambio climático y en el mantenimiento de la estabilidad de las cadenas de valores en el marco de la pandemia, para no afectar de manera importante a la economía mundial.

 

 

Y si bien la UE ha procurado contar con aliados y vectores (asociaciones estratégicas, acuerdos de asociación económica, concertación política y cooperación) para consolidar y fortalecer su papel verdaderamente global, también enfrenta grandes contrapesos, como las políticas comerciales, económicas, militares y tecnológicas de países como Estados Unidos, Rusia y la misma China, además de realidades y retos que acontecen en su interior, y que no son menos importantes.

Al respecto, la nueva presidencia alemana de la UE, encabezada por la canciller Merkel, a partir del 1 de julio de 2020, ha definido las prioridades de su gestión. Entre ellas se encuentran la superación de la crisis del coronavirus y sus consecuencias sanitarias, económicas y sociales, los avances en la digitalización, la protección del clima, la igualdad social y la política de seguridad común. [16]

Cabe destacar que, en materia de relanzamiento económico, la aprobación por parte de la UE de su paquete económico (rescate) y presupuestario para el periodo 2021-2027 se dio después de un intenso debate entre los 27 Estados nacionales que la componen, particularmente entre los países que no aceptaban que este paquete fuera, en su mayor parte, bajo la forma de subsidios y mancomunación de la deuda, como Austria, Holanda, Finlandia, Suecia y Dinamarca —considerados por ello como Estados frugales, por analistas—, lo cual beneficia principalmente a España e Italia, y las naciones, como Francia y Alemania, que impulsaban como mínimo 400,000 millones de euros en subvenciones, en lugar de los 350,000 millones que proponían los referidos Estados frugales.

Finalmente, el 21 de julio de 2020, la UE logró un acuerdo que contempla la creación de un fondo de recuperación financiado con deuda común de 750,000 millones de euros, de los cuales, 390,000 millones se desembolsarán en subvenciones, y 360,000 millones en préstamos, con el propósito de ayudar a los países más afectados.

Aunado a lo anterior, la UE debe de hacer frente también a cuestiones político-democráticas de la mayor trascendencia. Aquí cabe recordar que el nacionalismo y el populismo, entendidos como ideologías de extrema derecha en Europa, han hecho su camino en países como Polonia y Hungría. El maestro en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona, Jorge Barnola, señaló al respecto que “…los principios democráticos en ambas naciones han sido debilitados considerablemente durante la última década. Esto se debe a las políticas adoptadas por los partidos nacionalistas y populistas que han gobernado mayoritariamente estos dos países: el partido político húngaro Fidesz y el polaco Ley y Justicia”. [17]

La UE ha referido que ambos países, como parte de la Unión, deben respetar los principios democráticos sobre los cuales ésta se ha edificado, además de que no deben atentar contra valores como la libertad de prensa, la independencia del poder judicial, la violación de los derechos humanos, entre otros. La Unión Europea ha expresado, asimismo, que ambos países realizaron cambios en la ley de medios de comunicación, con el objeto de tener el control sobre éstos, además de otorgar beneficios económicos a medios privados que promuevan propaganda de sus respectivos partidos políticos; además, señaló que las dos naciones han instrumentado una política migratoria opuesta a la que Unión promueve, toda vez que han transgredido el derecho comunitario, al no recibir en sus territorios a solicitantes de asilo que estaban en Italia y Grecia.

Respecto a las relaciones entre México y la Unión Europea, se han establecido diversos vectores que han amplificado la vinculación entre ambos. Uno de ellos es el Acuerdo Global, vigente desde el año 2000, pero en estado de actualización desde el 2015.

En ese contexto, el 14 de agosto de 2019, el entonces embajador de la UE en México, Klaus Rudischhauser resaltó:

…la necesidad de un nuevo acuerdo comercial, a pesar del éxito del actual en términos de crecimiento de inversiones, flujos comerciales y de intercambio comercial, el cual se incrementó en 150 por ciento, pues es necesario incluir nuevos sectores como el agropecuario y alimentario, y lo más importante, promover nuestra filosofía de un comercio justo basado en reglas, como el respeto a los derechos laborales, al medio ambiente, salarios adecuados y reducción de las desigualdades a nivel mundial. [18]

Cabe recordar que, durante los veinte años de aplicación del Acuerdo Global, el intercambio de bienes y servicios entre ambos actores creció más del triple y, en 2018, el comercio aumentó casi un 6 por ciento, con un volumen total de intercambio que ascendió a los 65 mil millones de euros. [19]

La modernización del Acuerdo Global ya ha concluido su fase última, con la aceptación, por parte de la UE, de la propuesta mexicana relativa al capítulo de compras de gobierno a nivel subfederal. México se comprometió a lograr una cobertura mínima de las entidades públicas para los estados y municipios que ofrecen acceso a los licitantes de la UE. [20] Le corresponderá al Senado de la República analizar este instrumento y, eventualmente, aprobarlo o no.

En cuanto a otro de los vectores —en este caso, parlamentario— de la relación México-UE: la Comisión Parlamentaria Mixta México-Unión Europea (compuesta por integrantes del Senado de la República y la Cámara de Diputados de México, así como por eurodiputados/as) ha permitido la profundización del diálogo parlamentario, con el objeto de mejorar las relaciones entre México y los países integrantes de la Unión Europea, defender posiciones comunes en relación con los derechos humanos, el medio ambiente, la erradicación de la pobreza, la equidad, el Estado de derecho, entre otros, así como apoyar en la realización de proyectos conjuntos en materia económica, científica y educativa.

Además, de acuerdo con el artículo 1 del Reglamento de la CPM, ésta tiene como misión examinar todos los aspectos de las relaciones entre la Comunidad Europea y México, en particular la aplicación del Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación.

Cabe recordar que la CPM ha llevado a cabo hasta el día de hoy 27 reuniones de trabajo desde su creación en 2005. En ellas se han discutido los temas estructurales de la relación bilateral entre México y la UE, así como temas coyunturales que han resultado, muchos de ellos, en posicionamientos comunes.

Por ejemplo, durante la XXVII Reunión de la CPM, es decir, la última llevada a cabo antes de la pandemia, y celebrada el 3 de febrero de 2020, en Bruselas, Bélgica, las y los parlamentarios mexicanos y europeos reconocieron el impulso de los programas sociales en nuestro país dirigidos a luchar contra la desigualdad, la pobreza o el desempleo; insistieron en la pertinencia de la diplomacia parlamentaria en las relaciones entre ambas partes y reconocieron el papel de la CPM, la cual requiere reforzar sus competencias y métodos de trabajo; saludaron las medidas emprendidas por la actual administración mexicana para combatir la violencia de género y haber situado en el centro del debate la reforma de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia

Asimismo, reiteraron que las políticas y prácticas en materia de migración deben garantizar el respeto de los derechos humanos establecidos bajo los estándares internacionales, y prestar una especial atención, entre otros, a las mujeres y a las y los menores, teniendo en cuenta la no criminalización de las personas migrantes. También resaltaron la contribución económica y social de las y los trabajadores migrantes en los países de recepción, la relevancia de los países de tránsito y la importancia de establecer vías legales para la obtención de la ciudadanía en los países de recepción, entre otros puntos. [21]

Éstas han sido algunas de las realidades y perspectivas que enfrentan Europa y la UE en este siglo XXI. El multilateralismo, la vigencia del derecho internacional, así como la erradicación de las desigualdades y el cuidado del medio ambiente son sólo una cuantas de las cuestiones que conviene siempre tener presentes por parte de la UE, pero también de todos los actores internacionales, incluido México.

ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA

 

Fuentes

[1] Cabe recordar que, en 2006, durante el conflicto entre Ucrania y Rusia, algunos países de la Unión Europea padecieron la falta de suminist ro de gas. En 1 de enero de ese año “El gigante ruso Gazprom cesa sus entregas a Ucrania después de muchos meses de contenciosos sobre el precio del gas vendido a Kiev, que Gazprom quería hacer pasar de 50 dólares por 1.000 m3 a 230 dólares. El corte perturba el suministro a varios países europeos en plena ola de frío. Gazprom acusa a Ucrania de haber “tomado ilegalmente” el gas destinado a Europa, lo que ésta niega”. RTVE.es, “La ‘guerra’ del gas: Cronología del conflicto entre Rusia y Ucrania”, rtve.es, 4 de enero de 2009, consultado en: https://bit.ly/3i6TvbF el 7 de septiembre de 2020.

[2] “Las ‘revoluciones de colores’ es el nombre dado a las movilizaciones políticas de finales del siglo XX e inicios del siglo XXI, llevadas a cabo, según sus simpatizantes, contra líderes supuestamente “autoritarios”. El fenómeno nació en Europa Oriental (el espacio exsoviético) pero se expandió también a otras zonas, como Oriente Medio. (…) El nombre ‘revoluciones de colores’ está relacionado con el uso simbólico de colores o nombres de flores que suelen adoptar los manifestantes como elementos de identificación (la ‘Revolución de las Rosas’ en Georgia, la ‘Revolución Naranja’ en Ucrania, la ‘Revolución de los Tulipanes’ en Kirguistán, etcétera)”, en: s/a, “Revoluciones de colores”, 6 de marzo de 2015, actualidad.rt.com, consultado en https://bit.ly/2FfDH7O el 9 de septiembre de 2020.

[3] “El 19 de septiembre de 1991, Bielorrusia informó a las Naciones Unidas de que había cambiado su nombre por el de Belarús”, en: s/a, “Estado Miembro”, s/f, un.org, consultado en: https://bit.ly/35la4gd el 9 de septiembre de 2020.

[4] El Estado de la Unión, también conocido como la Unión de Rusia y Belarús, es una entidad supranacional que comprende a la Federación de Rusia y a Belarús a fin de favorecer una mayor integración política, económica y social, además de un valor estratégico-militar, en: Fernández, Rodrigo, “Rusia y Bielorrusia firman un tratado de unión frente la expansión de la OTAN hacia el Este”, El País, 9 de diciembre de 1999, consultado en: https://bit.ly/334I5ih el 7 de septiembre de 2020.

[5] “La OTSC es una alianza militar que promueve la defensa colectiva de sus miembros en caso de agresión externa. Asimismo, la Organización promueve la coordinación de esfuerzos entre sus miembros en materia de amenazas terroristas, el narcotráfico y el crimen transnacional. (…) Los aportes de la Federación Rusa representan aproximadamente 50% del presupuesto de la Organización (…) Miembros actuales: Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Federación de Rusia, Tayikistán, Uzbekistán (…), en: s/a, “Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC)”, s/f, smallarmssurvey.org, consultado en: https://bit.ly/2R5w0Ue el 9 de septiembre de 2020.

[6] Mas de Xaxàs, Xavier, “Borrell aboga por una Europa independiente de China y EE.UU.”, lavanguardia.com, 30 de junio de 2020, Barcelona, consultado en: https://bit.ly/2FamoFc el 8 de septiembre de 2020.

[7] Ibid.

[8] “Estados Unidos había presentado quejas en 2004 (ante la OMS) sobre lo que llamó subsidios ilegales para el fabricante de aviones Airbus por parte de varios gobiernos europeos”, en: Méndez, Paco y Pablo Cantero, “La guerra comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea”, murciaeconomia.com, s/f, consultado en: https://bit.ly/2ZhbhBp el 8 de septiembre de 2020.

[9] “La OMC le otorgó a la administración Trump el derecho de imponer aranceles por $7,500 millones en bienes europeos”, en: Méndez, Paco, op. cit.

[10] CT (EFE, AFP), “Entran en vigor aranceles de EE. UU., a Europa por valor de 7,500 millones de dólares”, dw.com, 18 de octubre de 2019, consultado en: https://bit.ly/2R3Me0f el 9 de octubre de 2020.

[11] S/a, “La Unión Europea confirmó la imposición de aranceles a EE.UU.”, El Cronista, 14 de junio de 2020, consultado el 9 de septiembre de 2020 en: https://bit.ly/2ZdV5Rm el 9 de septiembre de 2020.

[12] Morales, Roberto, “La UE impone aranceles a Estados Unidos por 3,200 millones de dólares”, El Economista, 20 de junio de 2018, consultado en: https://bit.ly/2ZiHFUt el 9 de septiembre de 2020.

[13] Bermúdez, Ángel, “Qué hay detrás de la decisión de Trump de retirar de Alemania casi 12.000 soldados de EE.UU. (y cómo favorece a Rusia)”, bbc.com, 29 de julio de 2020, consultado en: https://bbc.in/2F1egHy el 9 de septiembre de 2020.

[14] Ibid.

[15] Bermúdez, Ángel, op. cit.

[16] Krug, Clara, “Juntos por Europa”, 30 de junio de 2020, deutschland.de, consultado en: https://bit.ly/2GEWlGY el 7 de septiembre de 2020.

[17] Barnola, Jorge, “¿La democracia en la Unión Europea está en juego? El caso de Polonia y Hungría”, hidrocalidodigital.com, 4 de agosto de 2020, consultado en: https://bit.ly/3hd7M53 el 7 de septiembre de 2020.

[18] S/a, “Acuerdo global entre México y la Unión Europea, el más amplio, moderno y liberal que podemos tener”, Boletín UNAM-DGCS-567, dgcs.unam.mx, 14 de agosto de 2019, consultado en: https://bit.ly/32aBZhd el 9 de septiembre de 2020.

[19] XXVII Reunión de la Comisión Parlamentaria Mixta Unión Europea-México, “Declaración conjunta”, centrogilbertobosques.senado.gob.mx, 3 de febrero de 2020, Bruselas, Bélgica, consultado en: https://bit.ly/3k2f2Tt el 9 de septiembre de 2020.

[20] Morales, Roberto, “México y la UE terminan la negociación para actualizar su TLC”, El Economista, 28 de abril de 2020, consultado en: https://bit.ly/2FeRLyo el 9 de septiembre de 2020.

[21] XXVII Reunión de la CPM Unión Europea México, op. cit.