La Guardia

En el diálogo “La República”, Platón presenta una discusión sobre la justicia y el buen gobierno. Se enfoca en la importancia de la ley y la necesidad de que los líderes respeten las normas establecidas.

Argumenta, además, que la ley es esencial para garantizar que los líderes ejerzan su poder de manera justa y equitativa; es decir, éstos deben respetar las leyes que han sido establecidas, y no ser ellos mismos quienes las establezcan. De esta manera, la ley proporciona una garantía de justicia y equidad, y es esencial para un buen gobierno.

Lo anterior viene a cuento a propósito de que la semana pasada, por mayoría de votos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) invalidó la transferencia de la Guardia Nacional a las órdenes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Luego de dos días de debate en el Pleno de la SCJN, las y los ministros consideraron que la medida es contraria a la Constitución y que la Guardia Nacional debe mantener su carácter civil, lo que implica que estará de nuevo bajo el control y la administración de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).

La postura no tiene nada de novedoso: basta recordar que en 2022 la propia Corte anuló la transferencia de la Guardia Nacional a la Sedena, argumentando que la presencia de militares en tareas de seguridad pública era una medida excepcional y temporal, y que el traslado vulneraba la Constitución.

En su momento también fuimos claros al expresar nuestra postura, cuando en 2019 se aprobó por unanimidad la reforma constitucional que creó la Guardia Nacional como una institución civil, por lo que cualquier cambio tendría que ser discutido y evaluado por las Cámaras de Diputados y de Senadores.

La Guardia Nacional pasará entonces, de nueva cuenta, a estar bajo el control y la administración de la SSPC, ya que la SCJN consideró que se violaba el artículo 21 de la Constitución mexicana, específicamente porque perdería el carácter civil con que se le concibió.

Desde su creación, la Guardia Nacional sigue manteniendo altos índices de confianza ciudadana. También señalamos en su momento que fue aceptada por la población como una institución honesta y con prestigio.

En contraparte, según la encuesta de percepción ciudadana de 2022, es baja la confianza en las autoridades encargadas de las funciones de justicia. Aunado a ello, el índice de la cifra negra de delitos (es decir, los no denunciados o denunciados que no derivaron en carpeta de investigación) alcanzó un porcentaje del 93.2; esto vuelve crucial trabajar en vertientes como la prevención del delito, pero sobre todo en garantizar el acceso a la justicia para todas las personas en México, a fin de terminar con la espiral de impunidad.

Por otra parte, datos de 2019 muestran que siete de cada diez mexicanas y mexicanos consideran que las personas juzgadoras son corruptas, mientras que el 43 por ciento piensa que el Poder Judicial es injusto, y hacen énfasis en la importancia de transparentar las sentencias y los salarios de jueces y funcionarios para aumentar la confianza de la ciudadanía en el Poder Judicial, un punto que ya hemos abordado en anteriores ocasiones, respecto a la urgente necesidad de realizar una reforma de fondo al interior de aquél.

No obstante, el camino hacia la construcción de la paz en México sigue siendo un asunto complejo en el que se requiere el trabajo conjunto, lo que incluye asegurar que la Guardia Nacional, como instancia de seguridad pública creada para fortalecer las instituciones existentes, continúe consolidándose como un cuerpo de élite que, efectivamente, cumpla con los objetivos para los que fue concebido.

No debemos dejar de lado este tema, ya que tiene que ver directamente con la tranquilidad de millones de mexicanas y mexicanos. De ahí la necesidad de estar pendientes de lo que ocurra al respecto en el transcurso de los días siguientes; es preciso continuar trabajando para lograr la pacificación del país.

En cualquier caso, es importante que cualquier medida que se tome esté en consonancia con la Constitución y con los derechos humanos, y que garantice una adecuada rendición de cuentas y transparencia en las operaciones de la Guardia Nacional.

Sin embargo, y ante todo, se deben privilegiar el diálogo, los acuerdos y el consenso, de tal manera que el respeto a nuestra Carta Magna sea la constante de todas las iniciativas que tengan que ver con el delicado tema del fortalecimiento de la seguridad y la construcción de la paz en México.

 

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