La importancia del español en las elecciones de Estados Unidos
El 7 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció la importancia del idioma español, al considerarlo —junto con el árabe, el chino, el francés, el inglés y el ruso— como uno de sus idiomas oficiales. El antecedente de esta disposición fue que, durante la Segunda Reunión del Consejo General de la UNESCO, realizada en México en 1947, la Delegación Permanente de nuestro país presentó una resolución para invitar al Consejo Ejecutivo a adoptar el español como lengua de trabajo.[i]
Posteriormente, y con el objetivo de difundir la importancia del multilingüismo en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 2010 se establecieron los “días de las lenguas” para sus seis idiomas oficiales. El 23 de abril —aniversario luctuoso de Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616)— se instauró como el “Día del Idioma Español”, para crear conciencia respecto a la historia, la cultura y el desarrollo del uso del español como idioma oficial del organismo.
En el ámbito multilateral, el español también es idioma oficial de las siguientes organizaciones: la Unión Europea, la Unión Africana, la Organización de los Estados Americanos, la Organización de Estados Iberoamericanos y el Tratado Antártico, entre otras.[ii]
Lo cierto es que la lengua española no tiene límites geográficos ni culturales, y desempeña un papel fundamental en la comunicación global, en la economía y en la diversidad lingüística.
El español es el segundo idioma con más hablantes nativos del mundo, detrás del chino mandarín; más de 599 millones de personas en el mundo lo hablan, ya sea como lengua materna, como segunda lengua o como lengua extranjera.[iii]
La comunidad hispanohablante a nivel mundial representa el 7.5 por ciento de la población global y suma un poder adquisitivo en conjunto de cerca del 9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial;[iv]específicamente Norteamérica (México, Estados Unidos y Canadá) y la Unión Europea son las dos regiones que generan dos tercios del PIB vinculado al idioma español, y suman el 78 por ciento del poder de compra de las personas hispanohablantes. Por su parte, México concentra el mayor número de hablantes del español como primera lengua, es decir, una cuarta parte del total de personas hispanohablantes del mundo.[v]
Este idioma es también el segundo más usado en la comunicación internacional. Después del inglés, es la lengua en que más documentos de carácter científico se publican, y la tercera más utilizada en internet.[vi]
De acuerdo con el académico de la Universidad Complutense de Madrid, José Antonio Alonso, el idioma “engloba tres funciones básicas: es un medio de comunicación, una materia prima de actividades económicas y un distintivo de identidad, cultura y estatus”.[vii] En tal sentido, son tres los factores primordiales que determinan la potencia económica de un idioma: el número de hablantes, la capacidad de compra de quienes lo hablan y su uso internacional.
El español se extiende por todo el mundo: es el idioma oficial de 21 países y existen hispanohablantes en los cinco continentes. También se habla en otras naciones que no lo consideran como lengua oficial, como Filipinas y Brasil; el Congreso Nacional de este último aprobó en 2005 la Ley del Español,[viii] que opta por esta lengua como primera lengua extranjera de enseñanza en las escuelas del país.
Pero sobre todo es de destacar el uso del español en los Estados Unidos, en donde la Oficina del Censo estima que para el año 2060 habrá 111 millones de personas hispanas distribuidas por todo el país, y que será el segundo país hispanohablante del mundo, detrás de México. Lo anterior supone que casi uno de cada tres residentes en ese país será hispano y que, si la comunidad hispana de Estados Unidos fuera un país independiente, su economía sería la quinta más grande del mundo.[ix]
Actualmente, más de 63.7 millones de estadounidenses —casi el 19 por ciento de la población total del país— son de origen hispano. Asimismo, esta comunidad sigue siendo el principal detonador demográfico de la Unión Americana, ya que en los últimos cinco años el número de hablantes nativos de español nacidos en esa nación ha superado al de quienes nacieron fuera y residen en el país. En 2021, el incremento de la población hispana representó cerca del 50 por ciento del total en Estados Unidos.
Económicamente, más del 70 por ciento de las empresas en manos de población latina tienen su sede en solo cinco estados: California, Florida, Texas, Nueva York e Illinois.[x] Los datos del informe de Economía Multicultural del Centro Selig para el Crecimiento Económico de la Universidad de Georgia reflejan que el poder de compra de las personas hispano-estadounidenses es superior al PIB de España y de México y duplica el promedio del de América Latina.[xi]
La presencia de esta comunidad es diversa y se encuentra en expansión, por lo que desempeña un papel integral en la sociedad estadounidense, contribuyendo a la riqueza social, económica, política, cultural y lingüística del país.
En California y Texas, las y los hispanos conforman el grupo étnico mayoritario, y en cuanto a su representación electoral, anualmente cerca de un millón de personas latinas alcanza la mayoría de edad en Estados Unidos, con posibilidad de ejercer el voto. Del total de población hispana, 34.5 millones son elegibles para votar, lo cual representa el 14.3 por ciento del electorado estadounidense y supera en número a votantes de la comunidad afrodescendiente (que es del 13.6 por ciento): la comunidad con más peso relativo después de la hispana. Cabe destacar que ese aumento de la presencia hispana en Estados Unidos se debe tanto al crecimiento demográfico como a la inmigración.[xii]
Las personas expertas consideran que el ejercicio del voto hispano en las próximas elecciones presidenciales de noviembre de 2024[xiii] podría ser concluyente en estados decisivos como Florida o Arizona.[xiv] En Pensilvania y Georgia, dos estados péndulo importantes, las y los votantes hispanos podrían decidir los comicios.[xv] Asimismo, destacan que hace cuatro años, en las elecciones presidenciales de 2020, la comunidad hispana integró la minoría étnica más numerosa con derecho a voto —32 millones de votantes— representando el 13.3 por ciento del electorado estadounidense.[xvi]
El foro de análisis y discusión sobre temas de la actualidad estadounidense “Diálogo Atlántico” considera que “la orientación del voto latino y sus preferencias políticas dependen mucho de cuál es su primera lengua”.[xvii]Las personas latinas que tienen como primera lengua el español son más propensas a apoyar el control de armas y restricciones al aborto, y en temas como el matrimonio entre personas del mismo sexo, aceptación de personas transgénero y acceso a anticonceptivos, los hispanohablantes se consideran más conservadores que las personas angloparlantes.
En general, según los datos de la encuesta del Gordon Institute, el 58.4 por ciento de las y los hispanos encuestados se sienten representados por el Partido Demócrata y sólo el 24.1 por ciento por el Partido Republicano, pues perciben que el primero se preocupa más por sus intereses y por obtener su voto.
Sin embargo, el destacado número de votantes de la comunidad hispana no garantiza que ejerzan su derecho al voto. Los registros desde 1996 muestran que en el ejercicio real el número efectivo de votantes siempre ha sido inferior al de quienes no acudieron a las urnas. No obstante, casi el 90 por ciento de las personas que respondieron la encuesta expresaron interés en participar en las elecciones de 2024, y manifestaron que el 53 por ciento votaría por la reelección de Joe Biden y el 33.2 por ciento por Donald Trump.[xviii]
También es importante recalcar que la proporción de la población hispana con derecho al voto es variable según el estado. Maine, Montana y Vermont, que registran menor población hispana, tienen un alto porcentaje de elegibles para votar, con el 70, 68 y 65.9 por ciento, respectivamente. En Nuevo México, con una población hispana de la mitad de sus habitantes, solo puede votar el 62.7 por ciento. En Florida, el 56 por ciento de la comunidad hispana tiene derecho al voto; en California, el 51 por ciento, y en Texas, el 50 por ciento. Los estados que registran el porcentaje más bajo de posibles votantes hispanos son Carolina del Norte (con un 34 por ciento) y Tennessee (un 33 por ciento).[xix]
Por su parte, un artículo del Pew Research Center[xx] señala que el 66 por ciento de la comunidad hispana habilitada para votar vive en algunos de los estados con mayor cantidad de votos electorales: California, que cuenta con 55 votos electorales; Texas, con 38; Florida, con 29; New York, con 29, y Arizona, con 11.
Además, se estima que el voto de esta comunidad también será clave en el control de la Cámara de Representantes. Los republicanos reconocen cada vez más la importancia de este grupo demográfico, especialmente en distritos altamente competitivos.[xxi]
En ese contexto, el uso del español también se destaca como una herramienta primordial para la comunicación política. Por ejemplo, en 1960, Jackie Kennedy protagonizó el primer anuncio electoral hablando en español, en apoyo del entonces senador y candidato a la Presidencia John F. Kennedy.[xxii]
En esa línea, el informe El español en la política de Estados Unidos: análisis de su uso en la Cámara de Representantes y el Senado, del Hispanic Council,[xxiii] concluye que el uso de ese idioma en el Senado ha aumentado significativamente en los últimos seis años. En 2018, trece senadores lo utilizaban en sus comunicaciones digitales con la ciudadanía, mientras que en 2024 lo utilizan 47 de un total de 100 legisladoras y legisladores. En la Cámara de Representantes, “el 25.6 por ciento de sus miembros —113 de 435— utiliza el español en su comunicación digital”.[xxiv]
Si bien faltan datos para confirmar hasta qué punto el uso del español en la contienda política influye en el sentido del voto hispanohablante, una encuesta de Unidos US en 2023 registró que el 53 por ciento de las personas encuestadas consideraba importante que un candidato/a hablara español, aunque como habilidad fue clasificada como la penúltima menos importante de una lista de prioridades.[xxv]
Sin embargo, es crucial para las y los candidatos en Estados Unidos comprender que la comunidad hispana es diversa en sus intereses, y que varía según su país de origen, género, edad, educación, etc. También, que no pretenden afiliarse a un partido político, sino que buscan soluciones a problemas específicos, lo que demanda un trato individualizado por parte de las y los candidatos. [xxvi] Sus principales inquietudes abarcan desde cuestiones económicas, la inflación, atención médica, educación y el control de armas, hasta el derecho al aborto.[xxvii]
De igual forma, hay que subrayar que las y los votantes hablantes de español pueden enfrentar diversos retos para poder ejercer su voto, como la información falsa sobre las elecciones o no estar familiarizados con los procedimientos electorales. Además, se enfrentan a leyes electorales restrictivas, como la Senate Bill 1, en Texas, que establece requisitos más estrictos y sanciones para quienes asistan a las personas votantes, ya sea por discapacidad o falta de dominio del idioma inglés, lo que desanima a las y los voluntarios a ofrecer asistencia en las urnas. También prohíbe la compensación por ayudar a votar por correo, lo que obstaculiza la labor de organizaciones cívicas que auxilian a quienes tienen dificultades para completar los formularios.[xxviii]
En suma, el español es mucho más que un idioma. Su uso trasciende la mera comunicación, ya que nuestra lengua es un punto de enlace entre personas de diferentes culturas y lugares. Su impacto económico, junto con su gran influencia cultural, hacen de él un activo invaluable en el escenario global. Es una lengua homogénea; geográficamente compacta, es decir, los países hispanohablantes comparten fronteras, y es un idioma en expansión con miras a posicionar a las personas hispanohablantes como importantes tomadoras de decisiones políticas y económicas.[xxix]
En tal sentido, México tiene una enorme oportunidad para tomar su vocación natural de líder en el mundo de habla española que se sustenta en más de 127.5 millones de habitantes y alrededor de 12 millones de personas migrantes de primera generación que residen en Estados Unidos y utilizan diariamente el español como su primera lengua.
X y Facebook: @RicardoMonreal
Fuentes:
[i] UNESCO, Actas de la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Segunda reunión, México, 1947. UNESCO, México, 1947, 76 pp. [En línea]: https://lc.cx/sh0Qoj [Consulta: 27 de abril, 2024].
[ii] Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques, “La importancia del español: respuestas globales para su inserción en estrategias de diplomacia cultural”. Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques-Senado de la República (6 de junio, 2018), sec. Análisis e Investigación [En línea]: https://lc.cx/KWOU8f[Consulta: 27 de abril, 2024].
[iii] Centro Virtual Cervantes, “El español: una lengua viva. Informe 2023”. Centro Virtual Cervantes (2023), sec. El español en el mundo, Anuario 2023 [En línea]: https://lc.cx/3an90P [Consulta: 27 de abril, 2024].
[iv] Idem.
[v] Editorial IME, “La Importancia de la enseñanza del Idioma Español”. Instituto de los Mexicanos en el Exterior (30 de mayo, 2022) [En línea]: https://lc.cx/9zyFHx[Consulta: 27 de abril, 2024].
[vi] Idem.
[vii] Nelly Toche, “El valor económico del español”. El Economista (10 de noviembre, 2016), sec. Arte e Ideas [En línea]: https://lc.cx/7nsKXG [Consulta: 27 de abril, 2024].
[viii] Câmara dos Deputados, “Lei n° 11.161, de 5 de agosto de 2005. Lei do Espanhol”. Câmara dos Deputados (8 de agosto, 2005), sec. Atividade Legislativa, Legislação [En línea]: https://lc.cx/wfIYyK [Consulta: 27 de abril, 2024].
[ix] Centro Virtual Cervantes, “El español: una lengua viva. Informe 2023”, op. cit.
[x] Centro Virtual Cervantes, “El español: una lengua viva. Informe 2022”. Centro Virtual Cervantes (2022), sec. El español en el mundo, Anuario 2022 [En línea]: https://lc.cx/zhy1C8 [Consulta: 27 de abril, 2024].
[xi] Terry College of Business, “Hispanic consumer market in the U.S. is larger than the entire economies of all but 13 countries in the world, according to annual UGA Selig Center Multicultural Economy study”. Terry College of Business-University of Georgia (1 de mayo, 2012) [En línea]: https://lc.cx/Q5Yyks [Consulta: 28 de abril, 2024].
[xii] Maira Esperanza Relova, “Notes on the Latino Vote for the 2024 U.S. Presidential Elections”. CIPI (20 de enero, 2024) [En línea]: https://lc.cx/cOgofO [Consulta: 28 de abril, 2024].
[xiii] Abby Cruz y Laura Romero, “How the growing Latino vote could factor in to 2024 election”. ABC News (2 de octubre, 2023) [En línea]: https://lc.cx/ka0Epr[Consulta: 28 de abril, 2024].
[xiv] Bloomberg Government, Voter Demographics and Redistricting. Breaking down demographic data, the diversifying U.S. population, and what it means for the 2022 elections and beyond. Bloomberg Government, s.l., 2022, 15 pp. [En línea]: https://lc.cx/Ln7OEW [Consulta: 28 de abril, 2024].
[xv] Factchequeado, “Por qué son clave los latinos y latinas en Arizona, Nevada, Pensilvania y Georgia”. El Tiempo Latino (1 de abril, 2024), sec. Política [En línea]: https://lc.cx/c95R4K [Consulta: 28 de abril, 2024].
[xvi] David Fernández Vitores, “¿Hablará español el próximo presidente de los Estados Unidos?”. Diálogo Atlántico (19 de abril, 2023) [En línea]: https://lc.cx/xNqli6[Consulta: 28 de abril, 2024].
[xvii] Idem.
[xviii] Jack D. Gordon Institute for Public Policy y Adam Smith Center for Economic Freedom, Hispanic Voices: A Comprehensive Annual Survey in the United States. Jack D. Gordon Institute for Public Policy y Adam Smith Center for Economic Freedom, s.l., s.f., 47 pp. [En línea]: https://lc.cx/Mlw3u6 [Consulta: 28 de abril, 2024].
[xix] Timothy L. O’Brien, “The Latino Community Won’t Be Ignored in 2024”. Bloomberg (30 de enero, 2024), sec. Opinion, ed. US Edition [En línea]: https://lc.cx/QTrq0s [Consulta: 28 de abril, 2024].
[xx] Jens Manuel Krogstad, Jeffrey S. Passel et al., “Key facts about Hispanic eligible voters in 2024”. Pew Research Center (10 de enero, 2024) [En línea]: https://lc.cx/1ELdzr [Consulta: 28 de abril, 2024].
[xxi] Idem.
[xxii] Museum of the Moving Image-The Living Room Candidate, “1960 Kennedy vs. Nixon”. Museum of the Moving Image-The Living Room Candidate (s.f.) [En línea]: https://lc.cx/Rw5PK1 [Consulta: 28 de abril, 2024].
[xxiii] Pablo García Bautista y Daniel Ureña, El español en la política de Estados Unidos: Análisis de su uso en la Cámara de Representantes y el Senado. The Hispanic Council, s.l., 2022, 59 pp. [En línea]: https://lc.cx/gwgzWO [Consulta: 28 de abril, 2024].
[xxiv] Idem.
[xxv] Unidos US, National Survey of Latino Voters. Unidos US, s.l., 2023, 28 pp. [En línea]: https://lc.cx/QP97UB [Consulta: 29 de abril, 2024].
[xxvi] M. E. Relova, op. cit.
[xxvii] Stéphanie Chevalier Naranjo, “Temas clave para los latinos en las elecciones de EE. UU. 2024”. Statista (15 de marzo, 2024) [En línea]: https://lc.cx/r6Znor[Consulta: 29 de abril, 2024].
[xxviii] Kendall Karson y Jasleen Singh, “El derecho de ayudar a los votantes se encuentra bajo ataque”. Brennan Center en español (13 de febrero, 2024), sec. Nuestro trabajo, Análisis y Opinión [En línea]: https://lc.cx/PLUZ0j [Consulta: 29 de abril, 2024].
[xxix] Francisco Moreno Fernández y Jaime Otero Roth, Altas de la lengua española en el mundo. Fundación Telefónica, Ariel, Editorial Planeta, España, 2016, 143 pp. [En línea]: https://lc.cx/NmVBHH [Consulta: 29 de abril, 2024].