Memoria necesaria, acciones contundentes
El 27 de enero es el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto. El Senado de la República se sumó a este homenaje a partir del año 2010, cuando así lo propuse por medio de un punto de acuerdo.
A 77 años de la liberación de Auschwitz, quienes sobrevivieron al Holocausto y fueron la memoria viviente de lo allí acontecido ya no están entre nosotros, en su mayoría, para seguir estimulando la conciencia de la población mundial.
Por ello, los actos de homenaje a las víctimas del Holocausto son fundamentales, y las instituciones como la Cámara Alta deben ser portadoras de la llama de la memoria.
El Holocausto no se perpetró en la oscuridad de la Edad Media, sino en el corazón mismo de Europa, en la Alemania de Goethe, Schiller y Beethoven. Y quienes encendieron el fuego del odio y diseñaron la solución final para acabar con los judíos de Europa fueron las élites: las doctoras más prominentes, los filósofos más renombrados. Muchas de las mentes más preclaras se sumaron con entusiasmo al partido nazi.
Resulta difícil de aceptar que, a 77 años del Holocausto, el antisemitismo y otras ideologías xenófobas estén reviviendo en el mundo.
Las atrocidades del Holocausto y el resurgimiento de los idearios del odio son un recordatorio y una exigencia para que las senadoras y los senadores sigamos construyendo un cuerpo normativo que combata la discriminación de cualquier tipo, proteja los derechos humanos y resguarde la diversidad. Pero que lo haga con celeridad.
Frente a las injusticias no podemos actuar con neutralidad. Tampoco de manera tardía.
En el caso del Holocausto, la justicia llegó tan tarde que no fue capaz de impedir la muerte de 6 millones de personas, entre ellas, un millón de niñas y niños.
Como legisladoras y legisladores, tenemos que colocarnos siempre en el lado contrario del de los opresores, con contundencia y con presteza; sin contemplaciones y sin tibieza.
Tenemos la gran responsabilidad de no guardar silencio al encontrarnos con actos que no se pueden tolerar, pero también la de construir las leyes que eviten que estos crímenes se vuelvan a cometer.
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