Migración sobre la mesa

El pasado 27 de diciembre, una delegación de funcionarios estadounidenses encabezada por Antony Blinken, secretario de Estado, se reunió con el presidente Andrés Manuel López Obrador para sostener un diálogo de alto nivel, a fin de alistar el encuentro de trabajo que en fecha próxima tendrá el mandatario mexicano con su homólogo del vecino país del norte, Joe Biden, cuyo tema central será la migración.

Tal y como lo dio a conocer el presidente López Obrador, el encuentro se pactó la semana pasada, cuando el mandatario estadounidense le externó, vía telefónica, su preocupación por la magnitud de la crisis migratoria.

En tal sentido, la visita de la delegación extranjera obedece a la invitación del presidente López Obrador, quien siempre ha mostrado especial interés por atender el tema migratorio desde un punto de vista humanista y de respeto a los derechos humanos de las personas en tránsito, impulsando una política para construir puentes en lugar de muros.

No es la primera vez que México toma la iniciativa para atender esta situación: recordemos que en octubre pasado se llevó a cabo la Cumbre de Palenque, en la que participaron mandatarios y representantes de países como Ecuador, Colombia, El Salvador, Honduras, Belice, Venezuela, Haití y Cuba, quienes abordaron el tema de la migración y la colaboración regional.

De igual manera, en octubre pasado se realizó la tercera reunión del diálogo de alto nivel, en la que el secretario Antony Blinken y la canciller mexicana, Alicia Bárcena, analizaron el combate al fentanilo y, por supuesto, el tema migratorio; ambos tópicos fueron abordados también por los presidentes López Obrador y Biden durante la reciente reunión que sostuvieron en la ciudad de San Francisco.

Hoy, la situación migratoria ha alcanzado niveles críticos y derivó en el cierre de varios puertos fronterizos; sin embargo, lejos de ser un obstáculo, este hecho representa una oportunidad para fortalecer los lazos de cooperación entre ambas naciones en temas de movilidad humana, algo necesario, ya que la magnitud de la migración irregular es alarmante, como lo evidencia el número récord de 242 mil detenciones en la frontera entre ambas naciones tan solo en noviembre pasado.

La postura proactiva de los mandatarios es alentadora. Sus esfuerzos por buscar soluciones que permitan la reapertura de todos los puertos fronterizos son un claro indicativo del interés que tienen por atender el tema.

Por otra parte, abordar esta crisis no solo implica resolver un problema migratorio inmediato, sino que conlleva la necesidad de establecer políticas a largo plazo que aborden las causas subyacentes de la migración. La colaboración entre naciones es esencial; sabemos que los desafíos son enormes, pero la disposición para enfrentarlos es el primer paso hacia una respuesta conjunta efectiva.

 

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