Migrar no es un crimen

La migración es un fenómeno inherente a la historia de la humanidad, y ha sido un pilar para el desarrollo económico, social y cultural de las sociedades. A lo largo del tiempo, la movilidad de personas ha enriquecido a las naciones receptoras con nuevas ideas, talentos y mano de obra, que han dinamizado sectores económicos y sociales. Reconocer la importancia de la migración significa entender que no se trata de un problema a resolver, sino de un proceso que demanda atención y políticas públicas integrales para atender su complejidad y, fundamentalmente, que sean respetuosas de los derechos humanos de las personas. En particular, para México y Estados Unidos, la migración no es un hecho coyuntural, sino una realidad que forma parte esencial de nuestra relación bilateral.

En Estados Unidos la comunidad migrante ha sido un pilar en la construcción y desarrollo del país. De los estados que conforman a la Unión Americana, California se ha caracterizado por su vínculo histórico y cultural con las comunidades migrantes, en especial con la mexicana. A diferencia de otras entidades que han adoptado enfoques más restrictivos, California ha promovido políticas de inclusión e impulsado reformas que buscan proteger a las personas migrantes frente a acciones federales coercitivas. La ciudad de Los Ángeles, en especial, encarna como ninguna otra el ideal de una sociedad plural, profundamente diversa, y a la vez cohesionada por vínculos comunitarios sólidos. Es la segunda ciudad con más mexicanos en el mundo, la mayor comunidad salvadoreña fuera de El Salvador, la mayor concentración de personas guatemaltecas fuera de Guatemala, y una de las más representativas de la identidad multicultural estadounidense.[1]

Además, California es una tierra que históricamente ha simbolizado resistencia y defensa de los derechos laborales y civiles, convirtiéndose en un referente nacional de diversidad y protección a las minorías. Esta trayectoria se expresa tanto en su cultura política, como en la composición demográfica y socioeconómica de su población: el estado es hogar de 39 millones de personas, donde 2.7 millones son migrantes en situación irregular[2], y las y los de origen extranjeros integran cerca de un tercio de la fuerza laboral.[3]Particularmente, en el condado de Los Ángeles, aproximadamente 36 por ciento de sus 9.7 millones de habitantes son inmigrantes,[4] y alrededor de un millón de personas están en condición irregular, la mitad de ellas provenientes de México.[5]

De acuerdo con un estudio de la Universidad Luterana de California, los migrantes irregulares contribuyen al 4.9 por ciento del producto interno bruto (PIB) estatal, esto equivale a cerca de 151 mil millones de dólares;[6]mientras que, en Los Ángeles, los inmigrantes contribuyen con más de 38 mil millones de dólares en impuestos locales, estatales y federales.[7]

Es en este contexto de interdependencia, identidad y pluralismo donde se enmarcan las recientes redadas migratorias llevadas a cabo por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés). El uso desmedido de la fuerza representa una seria amenaza a los derechos humanos fundamentales y a la convivencia pacífica de millones de personas, tanto migrantes como no migrantes. Además, la llegada de la Guardia Nacional y de los marines a California se suma a una narrativa migratoria agresiva promovida por la Administración del presidente Donald Trump, que ha convertido la migración en un eje de su discurso político y electoral. El gobierno de California rechaza este despliegue y lo está combatiendo con recursos legales.

El presidente Trump busca cumplir su promesa de llevar a cabo una deportación masiva que materializa, más allá de una medida gubernamental, un esfuerzo simbólico para movilizar emociones en contra de los migrantes en una parte del electorado.[8] Estas acciones van más allá de controlar la frontera. Representan una intervención en la vida cotidiana de comunidades enteras: escuelas, iglesias, centros laborales y vecindarios son escenarios de miedo e incertidumbre. Para la población migrante, que tanto ha aportado a Estados Unidos, perseguirlos es un acto de profunda ingratitud y una amenaza a la prosperidad compartida.

La escalada en el uso de la fuerza en Los Ángeles, incluyendo la ciudad aledaña de Paramount donde el 82% de la población se identifica como hispana,[9] refleja la colisión de dos concepciones sobre la gestión migratoria. Mientras a nivel local y estatal, en entidades como California y ciudades santuario como Los Ángeles, prevalece un enfoque que prioriza la integración social, la protección de derechos y la colaboración con las comunidades migrantes; desde el ámbito federal se ha impuesto una lógica centrada en el estricto control, la criminalización y la aplicación punitiva de la ley. Son, en el fondo, visiones contrapuestas sobre cómo entender el fenómeno migratorio: como un desafío de seguridad o como una realidad humana, social y económica que requiere soluciones holísticas. Esta pugna evidencia que el debate migratorio en Estados Unidos es profundamente político e ideológico. Las redadas se insertan así en una estrategia para polarizar a la sociedad, movilizar el voto conservador y relegitimar un aparato institucional marcado por el uso desproporcionado de la fuerza.

Considero prioritario hacer un llamado a la paz y al diálogo, rechazando cualquier forma de violencia que pueda deslegitimar los esfuerzos de defensa de los derechos de nuestras comunidades. Los Ángeles, y California en general, han sido históricamente un lugar de encuentro, generosidad y crecimiento compartido con México. Los actos represivos como las recientes redadas no sólo contravienen estos valores, sino que tensan innecesariamente la convivencia ciudadana, a la par que minan la confianza y la cooperación entre México y Estados Unidos. En un momento en que las tensiones políticas en Estados Unidos amenazan con escalar, México debe mantenerse vigilante, pero también proactivo, exigiendo respeto para su diáspora, construyendo alianzas con autoridades locales y fortaleciendo y apoyando su red consular.

Reiteramos nuestro llamado para abordar la migración desde una perspectiva integral, ordenada, segura y regular, enfocándonos en atender las causas estructurales que impulsan a las personas a abandonar sus países de origen. Criminalizar la migración no lleva a ningún lado, desata el caos y pone en peligro a las personas vulnerables. Sencillamente, la migración es un derecho humano que debe ser protegido y respetado. Más aún, se trata de defender a comunidades enteras que, pese a la adversidad, contribuyen cada día al bienestar económico, social y cultural de su entorno. Callar ante esta injusticia sería alejarnos de nuestros connacionales, y también de los principios fundamentales de respeto, equidad y justicia que México defiende en todos los espacios multilaterales.

Nuestro reclamo será siempre firme, claro y respetuoso, apelando al Estado de Derecho, los derechos humanos, al entendimiento entre ambas naciones y basado en la corresponsabilidad. Continuaremos trabajando incansablemente para garantizar la protección de las y los mexicanos, promoviendo siempre el diálogo, la diplomacia y la cooperación como únicas vías para resolver las diferencias y alcanzar una convivencia armónica y justa. Porque proteger a nuestras comunidades en el exterior no es sólo una obligación jurídica, sino también una responsabilidad moral. Y frente al miedo, responderemos con unidad; frente al odio, con justicia; frente a la división, con solidaridad.

 

Fuentes:

[1] Migration Policy Institute, Profile of the Unauthorized Population: Los Angeles County, CA, s.f. Consultado el 10 de junio de 2025 en: https://www.migrationpolicy.org/data/unauthorized-immigrant-population/county/6037

[2] Migration Policy Institute, “Profile of the Unauthorized Population: California”, s.f. Consultado el 10 de junio de 2025 en: https://www.migrationpolicy.org/data/unauthorized-immigrant-population/state/CA

[3] California Immigrant Portal Data, “Economic Contributions”, 2024. Consultado el 10 de junio de 2025 en: https://immigrantdataca.org/indicators/economic-contributions.

[4] US Census Bureau, “QuickFacts Los Angeles city, California”, s.f. Consultado el 10 de junio de 2025 en:  https://www.census.gov/quickfacts/fact/table/losangelescitycalifornia/POP645223

[5] Migration Policy Institute, “Profile of the Unauthorized Population: Los Angeles County, CA, op. Cit.

[6] Damooei, Jamshid, Demographic Profile and Economic Impact of Undocumented Immigrants in California, s.f. Centro de Economía de los Problemas Sociales (CESI), School of Management, California Lutheran University. Consultado el 10 de junio de 2025 en: https://drive.google.com/file/d/1PtTCXSdAF6k01LjTFbzwM5sS-8fHhvrX/view

[7] California Community Foundation, Immigrants Are Los Angeles, s.f. Consultado el 10 de junio de 2025 en: https://www.calfund.org/funds/immigrants-are-la/#:~:text=The%20immigrant%20community%20in%20the,%2C%20local%2C%20and%20federal%20taxes

[8] Aristegui Noticias, Raíz racista, xenófoba e ideológica en redadas contra migrantes: Tonatiuh Guillén, 9 de junio de 2025. Consultado el 10 de junio de 2025 en: https://aristeguinoticias.com/0906/mexico/trump-esta-atacando-comunidades-no-solo-personas-tonatiuh-guillen/

[9] Data USA, “Paramount CA”, s.f. Consultado el 10 de junio de 2025 en: https://datausa.io/profile/geo/paramount-ca/#:~:text=Population%20&%20Diversity,third%20most%20common%20ethnic%20groups

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