La historia nacional registra cuatro ciclos de reformas que contienen diversos procesos de políticas antipopulares, en la razón de la fuerza se ha impuesto a los argumentos evidencias comprobadas. Las llamadas reformas estructurales emprendidas por e1 gobierno, entre las que destacan la laboral, educativa, la de telecomunicaciones, de transparencia, financiera, hacendaria, política y energética, tienen su carta de naturalidad en la economía borbónica y en la visión de Porfirio Díaz, y se inspiran en el ideario del salinismo. En los últimos dos años, el actual gobierno ha acometido modificaciones profundas, que tocan la estructura nacional en todos sus niveles. Pero el foco de atención es la reforma energética, que está provocando el desmantelamiento de la empresa más exitosa en la historia: Petróleos Mexicanos, ello sin dejar de lado el contratismo, y la enorme corrupción de dirigentes sindicales y funcionarios. La antesala de esta reforma fue la hacendaria, que no lo aplicó nuevas cargas impositivas e incrementó el déficit público, sino que también agrede la base económica de la nación, al compartir el dominio y disfrute de la renta petrolera.