La revolución violeta sí está transformando a México.
El sábado pasado vimos las marchas feministas más nutridas en la historia del país, desde que el 8M o el Día Internacional de la Mujer se conmemora de manera masiva y libre en la plaza pública.
Es un movimiento auténtico de la sociedad civil, convocado en redes y liderado por colectivos feministas. La CDMX fijó en 200 mil el número de participantes, con el menor número de fuerza policial desplegado a lo largo del recorrido. Eran mujeres policías cuidando a mujeres civiles.
Me tocó ver el sábado a familias completas marchando por las avenidas Juárez y Reforma; padres de familia mostrando carteles con mensajes contundentes: “Marcho con mis hijas hoy, para no marchar por su desaparición mañana”. O el cartel de una joven universitaria: “A mí también me gustan las mujeres y no las acoso”. O el de la madre buscadora de dos hijas desaparecidas: “No llegaron todas; me faltan mis hijas”.
La ola violeta marchó durante cuatro horas para protestar y visibilizar los flagelos de las mujeres del México de hoy: el machismo, la violencia vicaria, el feminicidio y las desapariciones. Lo hizo por las mismas calles de las marchas oficiales del Día del Ejército, del de la Independencia de México o del de la Revolución mexicana, pero estas de la sociedad civil van en sentido contrario: de poniente a oriente. Marchan a contracorriente, porque así, contra la corriente de las instituciones responsables de garantizar seguridad e impartir justicia, las mujeres mexicanas agraviadas se han ido abriendo paso.
A la altura de la librería Porrúa, sellada por cortinas de acero, un vendedor de libros tenía sobre la banqueta textos sobre el feminismo contemporáneo. Le compré uno: Tu argumentario feminista en datos; 150 razones para combatir el machismo, de Júlia Salander, edición para México, de editorial Montena.
Es un glosario de lo espeluznante. “A los 18 meses ya se aprenden los estereotipos de género”, “El 11 % de los anuncios de juguetes sexualiza a las niñas”, “En 2021, solo 13 bebés tuvieron como primer apellido el de la madre”, “Si naces mujer, a las 48 horas te perforan las orejas”, “3 de cada 4 mexicanas experimentan el síndrome de la impostora”; “el 56 por ciento de las adolescentes cree en el mito de la media naranja”; “el 25 % de los hombres cree que los celos son prueba de amor”; “Más de 111,889 mujeres han sido reportadas como desaparecidas en México”; “3 de cada 4 asesinatos machistas ocurren en días festivos o fines de semana”. Contra todo esto se protestó el sábado. La revolución violeta sí está transformando a México.
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