Versión estenográfica del mensaje del senador Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, en la Entrega de Reconocimientos a Deportistas Chiapanecos

Muchas gracias

Saludo con afecto y respeto a la presidenta de la Mesa Directiva, que ahora en el receso es presidenta de la Comisión Permanente y que estará a su cargo estos cuatro meses, representar al Congreso de la Unión.

Y, me alegra mucho que Eduardo Ramírez, un senador destacado, chiapaneco de origen, haya tenido esta iniciativa de reconocer a deportistas, hombres y mujeres, que le han dado honor, fama y gloria a nuestro país, y obviamente a su estado.

Déjenme decirles que las primeras Olimpiadas en el mundo, fueron en el año 776 Antes de Cristo, es decir hace 2 mil 800 años, casi; y llevaban su nombre Olímpicos, porque se celebraban en una Ciudad llamada Olimpia, en Grecia. Y era con el propósito de, en las ciudades Estado, que los mejores compitieran, incluso cuando se celebraban cada 4 años estos deportes, se suspendían las guerras, los conflictos, se suspendían las enemistades entre los pueblos para ir a competir y era increíble.

Por eso es importante el deporte en nuestra sociedad y en el mundo, por eso es. Y el primero, recuerdo, el primero que ganó en la primera olimpiada en el 776, Antes de Cristo, era un hombre Corebo. Y Corebo era panadero de Olimpia, hacía ejercicio en sus ratos libres, no era un deportista profesional, no había en ese momento deportistas profesionales, eran hombres, fundamentalmente hombres, no participaban mujeres, sólo hombres.

Y así duró más de mil años, realizándose las Olimpiadas, en Olimpia.

Luego se trasladaron a Atenas, y se volvieron a reinstalar ya con países, hacia 1890, 1890, porque se prohibieron un largo tiempo las Olimpiadas, en la Segunda Guerra Mundial se suspendieron, en la Primera Guerra Mundial, y antes, y fue hasta 1890 que se reinstalaron, todavía con puros hombres, no participaban mujeres.

Fue hasta 1900 cuando aceptaron por vez primera a mujeres.

Por eso, la historia es muy rica y por eso me alegra que ustedes estén aquí, porque en efecto, son un reflejo de esfuerzo, trabajo, talento y de reconocimiento por todos los senadores y senadoras.

Me parece muy justo lo que hoy está ocurriendo aquí en el Senado de la República, que en las últimas fechas hemos abierto el Senado para reconocer a nuestros talentos nacionales y recobrar nuestro orgullo, nuestro brío, nuestra historia, nuestra emoción por reconocer a los nuestros, a los mejores y a las mejores que con su esfuerzo, han destacado y han llevado hasta la cima el nombre de nuestro país: en el futbol, en los deportes distintos, en las disciplinas distintas, ustedes ahora han destacado.

México vive un proceso de transición política. Ustedes representan ese esfuerzo admirable que debemos reconocer, ustedes son, sí, lo decían quienes me antecedieron en el uso de la voz, la senadora Olga, el presidente de la Comisión de Justicia, el senador Rafael o Ale, la senadora Alejandra o su anfitrión y convocante, Eduardo Ramírez; sí, ustedes son un ejemplo de unidad, de cohesión, son un ejemplo de congruencia.

México necesita ahora construir un ambiente de conciliación, de tolerancia, de respeto, de civilidad, de pluralidad. El nuestro, es un país extraordinario, grandioso, es un país incluyente; por eso ahora me da mucho gusto Eduardo, que hay hecho este acto.

Y, también me quedo con una expresión de quien habló a su nombre, la joven futbolista, que dijo una frase que en 1930 pronunció el presidente Roosevelt, cuando recibió un Estado con finanzas quebradas y un Estado prácticamente en la anarquía y en la insolvencia; dijo él “no tengamos miedo a nada, tengamos temor y miedo sólo al miedo mismo, porque vamos a lograr todo lo que soñemos. Vamos a lograr recuperar a este país”.

Y al parafrasearlo ella, lo que hace casi 100 años pronunció este Presidente norteamericano, habla de su nivel de preocupación social; pero sobre todo de inyectarle a los jóvenes, a los niños, a las niñas, ese espíritu de ser, de lograr y de cumplir los sueños que ustedes se propongan.

Lo vamos a logar.

Yo algún día les voy a decir lo que soñé cuando era chico, pero lo vamos a lograr, porque si no tienes sueños, eres un alma vacía. Hay que tener sueños y todo lo puedes lograr, todo, no hay nada que no puedas lograr.

Así es que enhorabuena, que les vaya bien y el Senado abre las puertas para reconocer a sus mejores hijos e hijas, como nuestros máximos representantes en el deporte.

Enhorabuena.

Felicidades.