Versión estenográfica de la presentación del libro “El Senado de la República. Panorama General de su Historia I. Orígenes e Inicios en México”, escrito por el senador Ricardo Monreal Ávila, coordinador del Grupo Parlamentario de Morena

Muchas gracias, Rafael, por moderar esta reunión académica.

Cuando uno presenta un libro, le facilita siempre la explicación, cuando se tiene a excelentes académicos como presentadores. Quiero agradecerle a quienes hoy han hecho ese trabajo tan extraordinario.

A Khemvirg, al doctor Puente Martínez, muchas gracias por esta descripción tan puntual.

A la ministra Margarita Luna Ramos, también, muchas gracias. Excelente presentación.

Al doctor Jaime Cárdenas Gracia, que es un estupendo legislador y fue siempre un hombre honorable, un buen académico. Muchas gracias, Jaime.

Y al presidente del INAP que, en efecto, me une con él una amistad de muchos años y de identificación ideológica.

Quiero agradecerle a Omar, al maestro Omar; a Natividad, que también estuve aquí, estaba recordando con el actual presidente, que vine en varias ocasiones, cuando Natividad era el presidente de esta institución.

A las comisionadas del INAP, a todos los asociados, maestros, académicos, la gente que está por la vía digital conectada.

Hace muchos años, 1988, fui diputado federal, luego fui senador, en el 91. En el 91, presidí la Comisión del Pacto Federal, es decir, hace ya 30 años, 31 años, 32 años y, desde entonces fui en el viejo estilo nuestro, que nos enseñaron en metodología, en talleres, fui recopilando tarjetas informativas sobre el Federalismo.

Cuando obtuve el grado de Doctor en Derecho, mi tesis fue sobre el Federalismo. Lo que le valió que el jurado y el Director de la Escuela de Derecho, lo recomendara para publicación con Porrúa Hermanos, y así se hizo, desde hace más de 20 años se publicó.

Entonces, no es un tema nuevo, en efecto, es un tema que ahora estoy sacudiendo del polvo, muchos de mis archivos, artículos y tarjetas; y armando la historia, compaginándola con la actualidad.

Por eso me apasionó mucho dese que inicié, esta tercera ocasión que soy senador, cuando fui senador en el 2006, por segunda ocasión, anécdota que comparte con ustedes Jaime Cárdenas, también intenté escribir sobre la historia del Senado.

Pero ahí fue muy complicado porque nuestra vida como oposición era más complicada: nosotros no teníamos asesores, no teníamos forma, éramos oposición, entonces teníamos que hacer todo, aparte de acudir a mítines, representar a Andrés Manuel López Obrador en las colonias, hacer territorio y deliberar y debatir.

Y, en esta tercera ocasión que soy senador, me propuse concluir ese anhelo de la historia del Senado. Por eso decía que cuando tienes buenos presentadores, poco te dejan de explicar, y aquí han sido prolijos y han sido muy claros en la exposición, en la intención de este primer libro.

Intento, lo hice en el 2018-19, me propuse en el articulado, en el capitulado de los libros, que fueran seis tomos, y me propuse del 2019 concluirlos el 2024.

No va a ser fácil, pero, ¿por qué el 2024? No porque sea la elección presidencial, no tenía que ver nada de eso. El 2024, porque se cumplen 200 años del Senado Mexicano y 200 años de la primer Constitución Mexicana, realmente la que se aplicó en 1824.

Y en este primer libro, en efecto, abarco toda la concepción romana, griega de Atenas y de Esparta, y muestro y trato de, con claridad expresar que el Senado es una institución con raigambre popular, pero también una Cámara de sabiduría.

En los primeros órganos deliberativos, que los conocemos como cuerpos senatoriales, la edad mínima para ser senadores era de 60 años, de 60 años hacia arriba; porque se consideraba que quienes estaban ahí eran los más aptos, los más capaces y los más prudentes.

En algunas ocasiones eran los órganos que declaraban la guerra, que delimitaban territorios o que nombraban embajadores o representantes, o los que proponían la libertad de los esclavos en provincias conquistadas; o los que negociaban con Estados nacionales. Por eso se reservaba a los más grandes, a los ancianos, a los sabios.

Es interesante, porque en este libro sólo abarco, en efecto, como lo decían los presentadores, sólo llego hasta Primo de Verdad, 1808, que a mí me sorprendió bastante que desde entonces, hace 20 años, Talamantes, este clérigo que no era mexicano, por cierto, era peruano, Melchor de Talamantes, muy cercano al virrey Iturrigaray, y que tiene una propuesta de estatuto impresionante en 1808.

A final no le fue bien, su terminación fue triste, pero aportó junto con Primo de Verdad una gran experiencia cuando el ayuntamiento declara la independencia en la primer etapa.

Luego viene todo esto que ellos han comentado, los problemas del reino con las colonias de ultramar, la abdicación de Fernando, la coronación de José Bonaparte, hermano de Napoleón, pero ya con problemas muy fuertes que vinieron a desencadenar en la Constitución de Cádiz, pero hasta 12 años después. Esta parte ya no la contemplo en el libro primero.

Y en el segundo libro, que me fui de corrido porque éste libro que ahora presentamos lo entregué a la imprenta como en el mes de marzo a abril del año pasado y me lo entregaron hasta diciembre. Es decir, a pesar de que ya estaba la imprenta, tardé como ocho meses para que me lo entregaran, y al mismo tiempo entregué el segundo hacia octubre-noviembre del año pasado.

Así es que les doy la buena noticia de que ya tengo el segundo; el segundo hasta Iturbide, que es una etapa, el segundo. Yo quise detenerme en Iturbide, porque con Iturbide se crea un Constituyente, después de los elementos de Rayón, de 1813. Luego de la Constitución de Apatzingán, del 14. Luego la de Chilpancingo, en Iguala; Congreso de Iguala.

Y luego, después el Abrazo de Acatempan, del Ejército Trigarante, con Iturbide y Guerrero, cuando hay la conciliación y entra el Ejército Trigarante a la Ciudad de México entre el 20-21.

Iturbide es proclamado por el Constituyente como Emperador, aclamado; presionado popularmente. Las crónicas así lo señalan, de los periódicos que en ese momento existen.

Entonces, Iturbide llega con una gran fuerza y una gran legitimación. Pero tiene rápido dificultades y desavenencias con el Constituyente, que, en efecto, no se pensaba en ese momento en dos cámaras. Se pensaba en una sola Cámara.

Y se crea el Constituyente con sólo diputados; proclaman a Iturbide. Iturbide disuelve el Congreso, que estaba en una sola Cámara, y luego lo restituye y luego lo destituyen a él para nombrar un Presidente, que realmente recayó en tres personas.

Toda es parte, que es el periodo de Iturbide, poco lo hemos leído, y, en el segundo libro, lo detallo: por qué fracasó el imperio y qué fue lo que llevó a México a tener esta aventura de tener un Emperador, y cómo se encontraba en ese momento el país, después de la proclamación de independencia y la formación de Imperio.

En el segundo tomo abarco toda esta parte: Hidalgo, Morelos, los libertadores o independentistas, desde las distintas conspiraciones; yo digo conspiraciones positivas de independencia, y lo describo también en ese propósito.

Destacar una cosa que sí me propuse hacerlo, distinto a otros libros de mi autoría: las ilustraciones; las ilustraciones. Porque en el libro, yo, como lector, a veces me cansa mucho.

Estaba leyendo recientemente “Capital e Ideología”, son como mil hojas, y hay muy pocas ilustraciones. Aunque es muy interesante, tiene muy poco espacio de descanso.

Y me propuse poner ilustraciones relativas, relacionadas al hecho que estoy describiendo. Si estoy hablando de Talamantes, si estoy hablando de Primo de Verdad, pongo a Primo de Verdad. Si estoy hablando a la conspiración de Querétaro, pongo un óleo, una biografía o una fotografía de los personajes de la época, para que la gente un poco concatene la lectura con la descripción.

No fue fácil, porque el editor yo creo que por eso se tardó tanto, porque para la búsqueda y para la selección de fotografía va a ser muy pesado. Yo ayudé con algo, pero realmente los archivos no son fáciles.

Entonces, el libro está sazonado, digámoslo así, con imágenes que describen el momento en que estoy redactando el pasaje histórico, la historia.

En 1823, cuando estaba reunido el Constituyente, después de destituido Iturbide, y nombrado Presidente, estábamos por arrancar la Constitución de 1824.

Y en el debate del Senado, un diputado, Servando Teresa de Mier; había un gran número de personas que no querían el Senado, en efecto; no querían. Diputados, eran ciento y tantos, pero un buen porcentaje de diputados constituyentes, rechazaban al Senado, porque decían “tiene un origen aristocrático, es un órgano rancio, consultor de los monarcas y de los reyes, que si estamos creando una República, no nos sirve. Entonces, dejémoslo en una sola Cámara”.

Pero Servando Teresa de Mier tiene un debate y un voto particular espléndido, en donde dice “yo no vengo a litigar por ese Senado, ese Senado arcaico, ese Senado impopular, ese Senado convertido en nulidades y en asesores de los monarcas, convertidos en élites y en privilegios. No, yo no vengo a litigar por eso, yo vengo a pugnar por un Senado popular, electo democráticamente”.

Que ahora, por cierto, Jaime ha hecho una serie de reflexiones al final, con la reforma que describe en materia electoral, que me temo que es parte de la autoría de esa reforma, Jaime, porque además es correcta. Digo, las interrogantes que él se hace, son motivo de discusión, pero tal y como se concibe ahora, en la propuesta de reforma electoral, el desaparecer las mayorías, los distritos y atenuarlo en 300 distritos, todos electos por listas nacionales o por listas estatales; o representaciones proporcionales, quiere decir que quizás se piense y se vaya a pensar en el debate colateral, la necesidad de hacer una sola Cámara.

Porque los dos son el mismo principio, ya no representan a los estados los senadores, ya no representan al Pacto Federal; sino van a representar a una población y en razón de ella, se van a distribuir.

A mí me parece interesante la propuesta, va a debatirse con mucha profundidad, sobre todo esto de la elección directa de magistrados y de consejeros electorales, que también es digno de comentarse.

El debate particular del 23, que da origen a la Constitución del 24, es impresionante; y eso lo describo en el segundo tomo.

Por cierto, cuando se crea la Constitución de Cádiz, con el desorden que tenía el Reino de España y que no quería dejar el dominio de las colonias de ultramar, en gran parte se crea la Constitución de Cádiz y se acepta la representación de la Nueva España y de las provincias nuestras, porque querían acallar el sentimiento independentista que ya existía desde 1808, que es hasta donde llego a este primer tomo.

Se crea la Constitución de Cádiz y nombran diputados de colonias de ultramar, creo que van 22 diputados a las cortes de Cádiz, diputados mexicanos o diputados de la Nueva España, pero lo hicieron con el ánimo de que no siguiera la sublevación popular que ya se observaba, sobre todo en los movimientos criollos fundamentalmente que se sentían alejados y excluidos de cualquier beneficio de la Corona, incluso de ser parte de la burocracia de la Nueva España.

Aunque yo sostengo que empieza el movimiento independentista desde las reformas borbónicas, que empezó desde ahí ya el sentimiento antiespañol y después de la expulsión de los jesuitas, de la apropiación de sus bienes empezaron a generarse movimientos pro independentes.

Entonces, sí son; los recomiendo, halago en boca propia es vituperio, pero aquí ya mis presentadores ya se los recomendaron.

Así es que es un libro que, espero, ya tengo muy poco tiempo, me quedan sólo dos años para la conclusión, pero espero tenerlos en 2024; al menos algunos de ellos.

Pero este segundo libro también lo disfruto mucho. La pandemia me ayudó, porque tenía las clases, que también doy clases, como todos, como la mayoría, me permiten, porque el Senado se redujo a la mínima expresión, no hubo reuniones interparlamentarias, no hubo reuniones de Comisiones, no hubo plenos, o pocos plenos.

Entonces teníamos mucho tiempo para investigar y mucho tiempo para poder escribir y eso fue lo que me permitió avanzar en estos dos tomos que hoy les presento. Aunque hoy sólo presento uno, porque el segundo tomo me acaba de llegar; incluso todavía tengo que revisarlo, pero ya está, según me dijo la editorial.

Entonces, muchas gracias.

Yo quiero agradecerle al INAP. Muchas gracias, Presidente.

Porque siempre había venido aquí, tenemos convenios. Que, por cierto, cuando estaba Natividad de senador, impulsó mucho estos convenios.

Los sostenemos todavía, los tenemos, y tenemos una relación muy estrecha con todos los docentes, asociados y maestros de esta institución, que están dando doctorados, diplomados, maestrías en el Senado de la República, a los senadores o a los propios trabajadores y funcionarios del Senado.

Muchas gracias por la presentación.

Muchas gracias a todos.

Buenas tardes a todos.