Versión estenográfica de la presentación del libro “Otro Campo es Posible”, escrito por el senador Ricardo Monreal Ávila, coordinador del Grupo Parlamentario de Morena en el Senado de la República, desde el Tribunal Superior Agrario
Muchas gracias.
Normalmente, cuando son libros que me han dejado huella y que he disfrutado mucho el escribir, invito a personalidades a que presenten el libro para que, con su capacidad y talento lo expliquen y yo ya, solamente los salude.
Eso es el día de ahora, porque la doctora Matilde González, fue verdaderamente muy talentosa en el desarrollo de las ideas que pretendía describir. Desarrolló puntualmente, con una técnica pedagógica extraordinaria, que difícilmente la explicación pudiera superar.
Y, la doctora Maribel Méndez de Lara, tocó el otro aspecto que a mí me preocupa bastante: el de la ecología, el medioambiente, el cambio climático, la Agenda 2030 y este reto que ya nos llegó.
Por eso, les confieso que era un reto y era un compromiso escribirlo, desde hace varios años.
Le decía hace un rato a los magistrados, antes de venir a la Sala, estaba también la doctora Matilda, que yo tengo una frustración enorme: sí he sido todo lo que dice el maestro de ceremonias, tres veces senador, tres veces diputado, regidor, gobernador, jefe delegacional; pero tengo la frustración de no haber sido magistrado agrario o haber trabajado al menos, haber trabajado como proyectista, secretario de acuerdos o secretario general en el Tribunal.
Y es que yo de muy joven, trabajé en una Comisión Agraria Mixta, que algunos de ustedes todavía no nacían, pero era un órgano administrativo que hacía las veces de un órgano jurisdiccional. Era quien resolvía los conflictos interejidales e intercomunidades, y resolvía sobre la privación de los derechos agrarios.
En aquel momento, mi tesis de Licenciatura fue, precisamente sobre la necesidad de crear tribunales agrarios y los procedimientos administrativos de privación de derechos agrarios.
Por eso, estoy muy empapado. Participé en la creación del Tribunal Agrario, también participé muy de cerca en las modificaciones constitucionales y legales, que después se presentaron. Y he estado muy cercano a la función jurisdiccional del Tribunal Agrario, que soy de los que piensa que debería ser incorporado al Poder Judicial Federal, como parte del Poder Judicial Federal y no estar como un ente aislado, como un hijo desobediente, como un ente lejano, casi desahuciado de los órganos de justicia en el país.
Pero se va a lograr, se los aseguro. Este es un proceso que tiene que llegar.
Y, me parece que es importante decirles que en efecto, el libro tiene seis capítulos, como lo describió la doctora Matilda, y el libro intenta desde el punto de vista histórico, retomar los conceptos sobre tenencia de la tierra y sobre los planes agrarios que han existido, no sólo en la época colonial o antes, el propio calpulli; sino también en los planes, que aquí los describió muy bien la doctora.
El Plan de San Luis, el Plan de Guadalupe, también la Ley del 6 de enero de 1915, la disposición del 27 constitucional y después el Código Agrario, los códigos agrarios 34, 42 y demás; hasta la reforma constitucional y legal recientemente, en la etapa del señor Salinas de Gortari.
Todo esto lo analizo en el libro, y lo reviso desde un punto de vista académico, estrictamente académico, no introduzco mi posición política, porque tengo mis reservas sobre la reforma de esa época, la última, que ha generado este proceso de privatización en los ejidos y, lamentablemente también ha destruido grandes extensiones de uso común.
Es más, ustedes como magistrados seguramente han recibido alguna queja, recurso, impugnación sobre el parcelamiento de los bosques o de las áreas que estaba impedido hacerlo.
Lo hicieron en Yucatán, lo hicieron en Quintana Roo, lo están haciendo en áreas donde tiene un gran valor la tierra ejidal y la tierra comunal.
Por esa razón, a mí me ha preocupado bastante la materia climática.
Estoy sumamente preocupado, porque estamos heredándole a las generaciones nuevas sólo tristeza y degradación.
La verdad es que nos acabamos los bosques.
En este momento la deforestación acelerada es increíble. La afectación de áreas naturales y de espacios verdes que durante siglos se conservaron están siendo destruidos o por inmobiliarias o por desarrollos o por obras de todo tipo; pero esa es la parte que debe de preocuparnos y que debemos atender.
Por eso la obra es muy completa, aunque halago en boca propia es vitupero. Intente, al escribirla hacerla de lenguaje común en una forma muy fácil de entender.
Aunque tiene muchos cuadros, la apoyo con cuadros comparativos o con estadísticas sobre la tierra, sobre los bosques, sobre la tenencia o la propiedad privada. Trato de hacerlo muy fácil de leer.
Este libro particularmente yo lo disfruté. Yo siempre he sido un inconforme con lo que pasa en materia del campo mexicano.
Fui líder campesino, aunque ustedes no lo crean, por elección popular. Fui Secretario General de la Liga de Comunidades Agrarias de Zacatecas, y fui asesor jurídico de las comunidades agrarias durante varios años.
Conozco y conocí todos los procedimientos de dotación, de restitución y de confirmación de bienes comunales; los conocía muy bien y los conozco muy bien, por eso mi amor por la tierra.
Yo provengo del campo, mi origen es el campo y podría decirles que quisiera y desearía que ahí concluyeran los últimos días de mi vida; claro, después de cumplir el sueño que tengo en unos años más, pero esa es otra cosa. Luego me iría, cuando concluya los seis años que me restarían de compromiso.
Pero todo lo demás, me parece que mi abuela, yo quedé huérfano muy joven. Somos una familia numerosa, como la familia Méndez, que ella tiene la fortuna de que su padre viva con 102 años en Villanueva.
Yo era de un ejido y era un inconforme permanente y discutía con mi abuela, porque mi madre falleció muy joven. Somos 14 hermanos y mi madre falleció a los 36 años, 37 años.
Nuestra abuela, doña Dominga Ávila, Dominga Alvarado de Ávila, era muy simpática. Yo le decía, era ejidataria e iba a discutir ahí con los ejidatarios, aunque no se permitía que las mujeres fueran titulares de derechos agrarios, que ese es un gran problema.
Ahora ya está avanzando que se les permita ser titulares de derechos agrarios, pero todavía va muy lento, igual que los comisariados ejidales, los consejos de vigilancia, todavía hay un porcentaje menor de autoridades ejidales al frente de ejidos y comunidades.
Y yo recuerdo que le decía a mi abuela: “Abuela, no puede ser, abuela”, estaba el Banco Ejidal, estaba ANAXA y estaban todos estos que explotaban y quitaban dinero a los que adquirían el crédito, les quitaban el 10 por ciento y le decía: “Abuela –yo tenía 11 años, 10 años– no les des nada, abuela, no es correcto. Eso es un robo”.
Y le decía a mi abuela Dominga: “No, abuela, vamos a levantarnos en armas, ya no se vale esto, no se puede abuela, no lo toleres”. Y mi abuela me volteaba a ver y me decía: “Ay, hijito, si no te levantas temprano, ¿te vas a levantar en armas?”. Mi abuela decía: “Dios te haga un santo, ¿pero qué estás pensando?”.
Al final ella siguió siendo ejidataria porque mi abuelo, que murió antes, era viuda ella, ella se quedó con la tierra.
Pero había una filosofía distinta del campo, la gente cuidaba su tierra, no la sobreexplotaba. Incluso déjenme decirles que había una expresión en el rancho que decían: “Déjala descansar, la tierra, déjala descansar”.
¿Qué quería decir? Que un año no la sembraras, no la araras, la dejaras así con hierba y todo sin trabajarla para que la tierra se pudiera regenerar.
Y también el pastoreo, que ayer se lo recordé a los ganaderos, no había sobrepastoreo. La gente anterior decía: “No la metas a ese potrero porque ya está muy sobrepastoreado”. Y eso es parte del medio ambiente y de la ecología.
Aquí recordaban los bosques, los manglares, todo lo que tenemos México tiene los microsistemas más importantes del mundo.
México tiene, en efecto, el 58 por ciento de tierra ejidal y nuestra mayor riqueza en ecología, en ecosistemas, está en ejidos y comunidades; pero yo estoy preocupado, y por eso plantee una iniciativa de ley de un Código Agrario completo que no se ha dictaminado, lo presenté hace dos años, he tenido dificultades para que se apruebe pero espero sacarlo rápido, espero pronto porque nos quedan dos años de esta Legislatura, pero es un Código Agrario completo que, si no lo han visto, pueden consultarlo en la página del Senado, es muy interesante, porque resuelve muchos de los problemas que tenemos ahora.
Yo sí creo que el campo es solución, no es problema. A pesar de que ahora se han, como decía la doctora, han ido hacia las zonas urbanas grandes sectores de la población rural, ya no viven en la parcela, ya no viven en el solar sino que se van a la ciudad, hay todavía cinco millones de campesinos y campesinas que viven en la zona rural.
Pero la propiedad social sí se está deteriorando, se está destruyendo, se está acumulando, se está concentrando y yo en lo personal estoy muy preocupado por eso, por la devastación, por la deforestación, por la degradación que está sufriendo nuestro suelo y nuestro cielo, nuestra atmósfera, nuestro aire, nuestra agua.
Ahora tenemos un gran problema con el agua. Cuando se presentan las sequías, tenemos problemas acumulados con el agua y queremos reformar la ley, y hay aprovechamientos indebidos y abusivos, y hay poblaciones que no tienen este vital líquido por razones de inequidad y de abuso, concentración de concesiones y de permisos para la explotación de áreas que tienen agua.
En efecto, aquí decía la doctora, ahí relato la historia de la Ciudad de México y recogí alguna historia en los lugares cercanos a la Ciudad de México, y en la Ciudad de México había manantiales naturales; de ahí nos nutríamos de agua.
El Desierto de los Leones, fue el primer Parque Nacional que se declara -ahora son 65-, pero había manantiales que todavía debe de haber aquí por el Ajusco, ya no sé si deteriorados, pero en el Ajusco debe de haber manantiales que todavía corren para alimentar a las poblaciones.
Cerca, en Ixtapan de la Sal, aquí en el Estado de México, toda esa zona, el agua brotaba de manera abundante. Hay balnearios enormes donde diario limpian las albercas y diario llenan las albercas con agua de manantial, con agua cálida, por cierto, manantiales calientes que mucha gente cree que son benéficos para la salud. Pero es enorme nuestro sistema ecológico y lo estamos destruyendo.
Y por eso en el libro llamo la atención de que tenemos que adecuarnos a la Agenda 20-30, que tenemos que cuidar nuestros bosques, nuestra flora, nuestros manglares, nuestra fauna, y que no podemos seguir callados como cómplices de la degradación ambiental que México ha sufrido de manera alarmante las últimas décadas de nuestra vida.
Nosotros estamos en una generación de salida, pero nuestros nietos, nuestros hijos, las generaciones jóvenes se quejan de que estamos dejándoles un planeta destruid o semidestruido. Y por eso el libro es una llamada de atención. Por eso hablo del título: “Otro campo, ¡es posible!”
Yo sí creo en eso, sí es posible; por eso les recomiendo leerlo. Adquiéranlo porque así me ayudan para completar la dieta. Saben ustedes, ustedes también son víctimas de la austeridad, pero nosotros más. Pero lo hacemos con gusto.
Pero yo, ayora que recuerdo; soy maestro en la UNAM; soy maestro frente a grupo, y siempre les insisto a mis alumnos; ya nada más doy clases de maestría, pero el tema del medio ambiente.
Estoy muy preocupado por el medio ambiente, preocúpense ustedes también, porque está caminando a una velocidad sorprendente este deterioro ambiental que no merecemos y que cada vez nos está afectando no sólo en nuestra salud, sino en nuestro desarrollo y en nuestra calidad de vida.
Entonces, muchas gracias.
Me dio mucho gusto que la presentación haya estado, de estas dos mujeres estupendas. Con Maribel me une una amistad de muchos años, con su familia. Ella es una profesional.
Y ahora que escuché a la doctora Matilda, que lo había leído, por varios artículos y libros, constaté su capacidad extraordinaria de análisis sociológico y político; historiadora de nuestro país.
Y es un honor para mí que ellas, ambas, profesionistas de excepción, hayan presentado esta obra de mi autoría, que ojalá y lean, y que pronto esto será realidad.
Yo creo que no va a poder detenerse la propia fijación de criterios, de nuevas leyes y de políticas públicas en materia de medio ambiente, no se va a poder frenar, cada vez es un reclamo social.
Las generaciones jóvenes. El otro día hice; sólo por último les digo, el día último, el día 30 de abril, hice un seminario, abrí el Senado para niños y llegaron como mil niños, y los pasé al Pleno, y se sentaron en los escaños de los senadores y senadoras.
Entonces les dije a los niños: “Bueno, a ver, ya que estamos aquí, que por vez primera abrimos el Senado, en el Pleno, ¿alguien quiere hablar?” Una cantidad de niños y niñas impresionante. Y luego dije: “Bueno, seis niños y seis niñas”. Pero no; hablaron 50 y 50.
Pero lo que me sorprendió, es su capacidad y su habilidad de los niños y de niñas, de 6 a 7 años, pidiendo no tiren basura, que cuiden el medio ambiente, que no deforesten. O sea, muy metidos en otro chip, si pudiera decirse, o en otro cerebro.
Pero me alegró mucho ver esa generación de niños de 7 a 11 años ya más preocupados, más exigentes y más reclamantes con los que estamos en la política, o como legisladores, o como juzgadores, pidiendo más responsabilidad social frente al grave problema que padecemos.
Entonces, eso me alegró, me dio gusto, apenas hace tres días, y por eso creo que nadie va a detener este proceso.
Gracias por acompañarme a la presentación de este libro: “Otro campo, ¡sí es posible!, y gracias a las presentadoras, tanto a la doctora Matilde como a la presidenta Maribel, por esta obra académica que me enorgullece presentarla aquí en el Tribunal Agrario, con los juzgadores, con los trabajadores, con los profesionales del derecho agrario, que cubrieron una frustración mía.
Así es de que se las transmito y deben de sentirse satisfechos y orgullosos de trabajar en el Tribunal Agrario.
¡Enhorabuena!
Gracias a las magistradas, magistrados, por estar aquí, y a todos los trabajadores del Tribunal.
No podían sentarse más por las medidas de Covid, pero sé que están transmitiéndose por la vía digital en algunas partes. Saludos a todos los que se conectaron por la vía digital.
Buenas tardes a todos.
Muchas gracias.