Versión estenográfica de la presentación del libro “Otro Campo es Posible”, escrito por el senador Ricardo Monreal Ávila, coordinador del Grupo Parlamentario de Morena en el Senado de la República
Tepatitlán, donde desde hace muchos años visito por razones de comercialización, de trabajo legislativo en la región, desde hace varios años que convivo con amigos de estos lugares.
Y me alegra mucho que me acompañen dos de las mejores senadoras que tiene el Senado de la República: Antonia Cárdenas, que es muy buena senadora; y Nestora, ella es de Guerrero y obviamente Antonia es de aquí.
Pero les decía que incluso aquí en Arandas venía cada año con Pepe Valle, éramos diputados federales y nos pasábamos a Tepatitlán, porque siempre me impresionó el trabajo de la gente de Tepatitlán. Yo soy de una región semidesértica de Zacatecas, pero aquí en Tepatitlán y todos Los Altos, la gente siempre fue muy emprendedora.
Coincidíamos en una cosa, que muchos de nuestros padres, hermanos, familiares se fueron a Estados Unidos o fueron a las ciudades en los años 20’s, 30’s, 40’s, porque no había alternativas en esta zona. Y ahora que yo he estado pendiente, me da mucho gusto que tengan una mayor capacidad de organización, pero también que tengan éxito en varias cosas.
En la industria avícola, en la industria porcícola, también en la industria del tequila, de los agaves; y ahora me he estado dando cuenta que están empezando también a sembrar aguacate, plantar aguacate e incluso limones en algunas regiones.
Y tiene razón Roberto, que introdujo el libro, porque este libro “Otro Campo es Posible”, yo lo escribí hace más de un año, un año dos meses, porque tenía y tengo un compromiso con el campo mexicano. Soy de origen campesino, con mucho orgullo; nosotros tenemos un rancho rumbo a Zacatecas, al norte, y somos de tercera generación agricultores.
Aunque nosotros estudiamos, seguimos teniendo el rancho de mis abuelos, desde hace más de 100 años, y somos ganaderos y productores de hortalizas y también de maíz, y alimento para los animales.
Nos vincula mucho el campo, pero puedo decir con simpatía que Tepatitlán nos lleva años de adelanto.
Estuve por la mañana conversando con algunas personas que están dedicadas a la industria avícola o a la industria ganadera o a la producción de alimentos, y me sorprendió el ánimo, el entusiasmo, las ganas que le ponen a su industria, a su empresa. Y por eso Tepatilán, a pesar de que le hacen falta muchas cosas, entre otras infraestructura carretera, para poder sacar los productos a comercializar.
También, una ruta que está soñada en años, de ferrocarril, de aquí a Aguascalientes. O bien, entroncar con las vías para sacar mercancías; pero Tepatitlán está produciendo una cantidad impresionante de alimentos, de huevo, de carne porcícola, de carne avícola, de carne de ganadería, y está generando una producción de alimentos impresionante.
Por eso me alegra mucho estar aquí en Tepatitlán, porque tengo muy buena opinión de los agricultores de Tepatitlán, de la gente que produce alimentos, de la gente que ha dado su vida.
Hace un rato me platicaban de la historia de gente que se fue a Estados Unidos en los 30’s. Regresó y se hizo un gran productor; y ahora veo sus empresas integradas, desde el cono o cartón para el huevo, hasta el círculo virtuoso de cómo industrializan los alimentos, el huevo, la carne y otros productos agropecuarios.
Por eso es que quise presentar el libro de “Otro campo es posible”, porque Tepatitlán es un ejemplo, y yo insisto en que para que México salga adelante requerimos el apoyo al campo, si no, no va a salir adelante.
Si no volteamos a ver al campo, vamos a batallar más, porque el campo es el que produce los alimentos que consumimos y el campo es el único detonador de desarrollo económico y social.
Esto es lo que digo en el libro.
En el libro estudio desde todos los sistemas, el ejidal, el comunal, la propiedad privada y cómo podemos coexistir todos sin lastimarnos.
Y para que el campo produzca, requiere tres tipos de seguridad, que es lo que planteo en el libro, lo que describo en el libro.
Primero, seguridad jurídica. Que los dueños de la tierra se sientan seguros de su patrimonio; que no los perturbe nada siendo dueños de la misma.
Pero aparte de la seguridad jurídica, se requiere seguridad social. Es decir, que los trabajadores de la industria de agroexportación y agroalimentos tengan seguro social, puedan tener su pensión a la terminación de su vida útil, y puedan gozar de una pensión digna al término de haber trabajado los años que la ley señala. Seguridad social, seguro social, que es lo que requieren los trabajadores del campo.
Aquí ya hay mucho, pero falta.
Y la otra gran seguridad, aparte de la seguridad jurídica y seguridad social, también tiene que ver la seguridad pública. Es decir, que nadie se sienta amenazado ni en sus bienes ni en su familia ni en su persona.
Que nadie de quienes se dedican a delinquir puedan perturbar o afectar la seguridad pública de los productores.
Son tres grandes seguridades que el Estado Mexicano tiene la obligación de ofrecer a los productores.
Por eso creo que Tepatitlán se ha organizado bien, pero falta atender a Tepatitlán.
Los productores y la gente que trabaja alrededor de su agroindustria, de su empresa agroexportadora, o bien, productora de alimentos, tiene esa visión de trabajo.
Por eso creo que Tepatitlán y toda la región de los altos de Jalisco, tiene esa visión. Sé que en algunos lugares ya están experimentando con fruta: fresa o algún otro tipo de berros o de otro tipo de verduras.
Sé que en Ciudad Guzmán y en varios municipios están empezando empresas, nacionales y trasnacionales, a generar convenios con los productores para mejorar la producción.
Y aquí necesitamos también mejorar la producción de maíz, tenemos que elevar la productividad, porque actualmente somos deficitarios. Este años vamos a importar, es decir, comprarle fundamentalmente a Estados Unidos, cerca de 17 millones de toneladas de maíz amarillo, 17 millones de toneladas. Y un país que depende de otro en la producción de alimentos, no es soberano, simple y sencillamente.
Por eso es que requiere el campo mexicano, respaldo y apoyo del Gobierno. Tenemos que ser muy claros, en todo el mundo, en las economías agrícolas avanzadas, el Gobierno subsidia, el Gobierno respalda, el Gobierno apoya a los productores para poder lograr mayor productividad y alcanzar la soberanía alimentaria.
“Otro Campo es Posible”, ese es el título del libro que escribí, que edita Porrúa Hermanos y que intenta dar una explicación del campo mexicano, sus principales problemas, pero también aporta soluciones y aporta alternativas para sacar adelante a nuestro país.
Habla sobre la historia, desde 1814, y habla de cómo se fueron concentrando las tierras después de las compañías deslindadoras con Porfirio Díaz, y como en el 17 la Revolución del 10 produjo una constitución en donde, en el artículo 27 constitucional, empezaban los primeros indicios de la tierra, la propiedad a través de sus sistemas, distintos de tenencia, que la Constitución preveía.
Y fue en 1915, y antes, cuando la primera Ley Agraria del 6 de enero, de Carranza, ahora estamos en un proceso de consolidación, y una de las garantías principales es respetar la tenencia de la tierra, respetar al propietario y productor e intentar respaldarlo con seguridad social, seguridad jurídica y seguridad privada.
Y aunado a ello, financiamiento, créditos, que también aquí lo analizo, porque México es de los países que menos financiamiento destina a los productores, y el financiamiento que se otorga por la banca privada, es muy costoso. Es muy complicado, pero además, muy caro para los productores en México.
Por eso, otro campo es posible. Sí, otro campo es posible. Yo tenía un compromiso con el campo mexicano, porque yo fui secretario de la CNC en Zacatecas, fui líder campesino en el estado, y entonces conozco muy bien los problemas de la tierra.
Claro, en este momento y desde que decidí estudiar, gracias a mi padre, me hice abogado, estudié en la UNAM, soy maestro de la UNAM, doctor en Derecho, y logramos sacar adelante, aunque ya no vivo del campo, a uno nunca, nunca se le olvida su origen y su raíz: el campo es el lugar que nos corresponde vivir y morir.
Y el que conoce el campo, el que vive en el campo, el que disfruta el campo, jamás se deshace de él. Al contrario, hace de su vida un ejercicio de extensión, de felicidad al vivir en el campo.
Ahora, en este periodo de pandemia, todos los sectores de la producción se vinieron abajo: el de la construcción, el de la industria, el de los textiles. Sólo el campo logró crecer en la pandemia; creció más del 3 por ciento y el campo se mantuvo, incluso los contagios del Covid-19 fueron más escasos en el campo, no hubo los contagios que en la zona urbana, obviamente por los conglomerados, pero el campo es el único sector que creció.
Y por eso insisto en que tenemos que desregular, ayudar y respaldar al campo mexicano, para que se convierta en el corto plazo, en una solución para México.
Nosotros tenemos que destinar nuestra visión al campo, en el campo viven entre 5 y 6 millones de personas, en una población de 110 millones de habitantes; es decir, muchos productores, muchos campesinos se han ido a vivir a zonas urbanas, han ido a zonas urbanas a autoemplearse o a emplearse en trabajos de rutina industrial, y lo deseable sería que los productores y los campesinos y sus familias, siguieran viviendo con alternativas de calidad de vida, en el campo mexicano; con los servicios elementales y de buena calidad que esto implica.
Por eso, me parece que esta zona, Jalisco, y el país, necesitan el tener ese proceso el campo. En el campo, también necesitamos cuidar nuestros bosques, nuestros agostaderos, no deforestar, cuidar el medioambiente, el cambio climático y, una cosa muy delicada que aquí analizo: el agua.
Aquí en Tepatitlán, como en otros lugares del país, se perforaron pozos hasta 300 metros, para sacar una pulgada o dos pulgadas de agua. Lo que necesitamos es obras de infraestructura hídrica o hidráulica y aprender a cosechar agua, que cae del cielo y que cada vez se convierte en un recurso indispensable.
Todos los que venimos del semidesierto, de regiones áridas donde poco llueve, valoramos de sobremanera que llueva y por eso, tenemos que buscar fórmulas imaginativas para cosechar agua y para no permitir que el agua se vaya al mar, sino que la retengamos donde caiga.
Por eso, es muy importante decirles que sí hay solución en el campo, que sí hay solución para los productores y que sí hay salidas dignas, para los productores organizados.
Aquí hay del Consejo Nacional Agropecuario, representantes de las distintas industrias en materia agropecuaria, y saben muy bien que lo que falta es respaldo institucional para sacar adelante nuestro trabajo y vivir con dignidad en el campo mexicano.
Por esa razón, les agradezco a todos que estén aquí.
El libro es de consulta, el libro es importante. Recientemente, el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, firmó un acuerdo para frenar la carestía y la inflación, y le da un peso específico de importancia al campo mexicano; y dice que va a influir en este acuerdo de manera determinante para que, en maíz, en frijol y en arroz, con respaldo y apoyo institucional, con semillas fertilizantes y apoyo para aperos de labranza.
Ya se sabe que mientras respalden al sector agropecuario podemos lograr la soberanía alimentaria, pero si se abandona al campo vamos a comprar más alimentos en el exterior y vamos a depender más del extranjero en nuestra vida cotidiana, hasta para poder satisfacer nuestras necesidades de comida y de autoconsumo.
Por eso es que estoy preocupado personalmente. Conozco el campo y sé cómo se vive en el campo.
Fuimos aquí en mi población, que es una comunidad, Puebla del Palmar se llama, nacimos de mi madre 14 hermanos y mi padre estudió hasta el segundo año de primaria.
Tuvo la visión y la inteligencia de conducirnos y de casi esforzarse de manera notable para darnos educación y para intentar orientarnos a formarnos académicamente. Fue una visión de gran alcance.
Estos 14 hermanos vivimos en la tierra y vivimos de la tierra, y por esa razón yo soy un hombre comprometido con el campo, porque sigo (falla de audio de origen) bien y quienes orientan a dos aspectos fundamentales, para mí notables, diría tres:
Un país tiene que destinar un interés primordial a la educación, primero educación; segundo, salud; y tercero, el campo mexicano. Porque estos tres generan bienestar, generan empleo.
Y yo agregaría uno más: cambio climático, cuidado del medio ambiente, del suelo, del agua, de la tierra.
Necesitamos tener cuidado con el cambio climático, porque nos hemos acabado el medio ambiente en las últimas décadas, deforestando, contaminando y quemando fósiles que afectan la atmósfera y afectan el medio ambiente.
Cuando yo me inicié en la política, había concluido mis estudios y mi primer puesto de elección popular fue regidor, fui regidor de mi pueblo y luego fui secretario del gobierno municipal; tres veces he sido diputado federal y tres veces, con ésta, senador de la República.
Ahora tengo una propuesta de ley para un nuevo Código Agrario, una nueva Ley Agraria, en donde establezco todo esto que les estoy diciendo.
No se ha aprobado, está en comisiones, pero en el libro describo por qué tenemos que apostarle al campo mexicano; por qué debemos orientar o reorientar nuestros ojos al campo mexicano.
Por eso decidí presentar este libro aquí en Tepatitlán.
Lo he presentado en el Tribunal Agrario hace unas semanas y éste debe ser el tercer lugar donde lo presento.
Me está pidiendo Sinaloa que lo presente y Tamaulipas. No he podido por falta de tiempo, pero ahora que salimos ya del periodo de sesiones ordinarias, voy a platicar con productores de todo el país para hacer una cruzada y un frente para poder respaldar al campo mexicano.
Quiero agradecerles a los organizadores. Gracias, Merilyn, todo el equipo, que hayan hecho posible esta convocatoria.
Roberto, Pepe, Octavio, todos muchas gracias. Omar, muchas gracias, porque es verdaderamente interesante; estoy porque el libro pueda descargarse gratuitamente; no lo he logrado con la Editorial, pero los que puedan adquirirlo, adquiéranlo, porque es un libro de consulta, es un libro importante y en Tepatitlán, repito, son un ejemplo de trabajo y de productividad. Son un ejemplo de organización y de amor a la tierra, el cariño a la tierra, en donde nos arraigamos y donde también nos, de verdad, nos sentimos muy bien los que somos de ahí.
Ojalá y lo vean.
Muchas gracias a todos, senadoras, senadores, muchas gracias a todos los compañeros que vinieron, a todos los líderes; porque sé que en esta reunión hay dirigentes sociales, sé que no solamente es un conglomerado de ciudadanos, sino que hay líderes, dirigentes que saben de lo que les estoy hablando, que saben que es necesario ponernos de acuerdo para sacar adelante a nuestro país.
El campo es solución, el campo no es problema. El campo es solución, por eso insisto e insistiré en que el Estado mexicano debe destinar más recursos al campo mexicano; construcción de presas, infraestructura hidráulica, bordos, apoyo crediticio barato, organización de productores, seguridad social, seguridad jurídica y seguridad pública; son los elementos que requerimos para producir con tranquilidad y en abundancia, y resolver o atender el problema de la autosuficiencia alimentaria.
Ojalá y lo adquieran, lo lean y, una vez que lo podamos descargar gratuitamente en su teléfono, podamos todos hacerlo del conocimiento de quienes estén interesados.
Quisiera agradecerles cumplidamente a Noé Larios, muchas gracias.
A José Luis Munguía;
A Francisco Guzmán de la Torre;
A Martín Franco;
A Jorge Antonio Gómez, gracias por venir, Rector;
A Leopoldo Jiménez;
A Miguel Oropeza;
A Amayeli González;
A Luis González;
A Tomás Cordero; a todos en lo individual les estoy agradecido y reconocido por su asistencia, por su presencia en este evento.
De nueva cuenta, gracias senadoras por acompañarme a la presentación de este libro.
Éste es el libro número 37 de mi autoría, pero quiero decirles que es uno de los que más he disfrutado al escribirlo, porque lo siento, porque ese es mi origen, porque lo viví y porque, aunque ya no vivo de esa actividad, siempre regresas a ella, siempre estás en ella. Nunca te deshaces de tu esencia ni nunca te olvidas de tu origen campesino, con mucho orgullo.
Muchas gracias.
Saludos a todos y enhorabuena.
¡Felicidades!