Caminar por estas veredas durante horas te alimenta el espíritu, te ayuda a pensar; y la actitud, el silencio del campo te ayuda bastante.
Es una zona semidesértica nuestra, que aquí la gente trabaja mucho para sacarle producto a la tierra.
Por más de 100 años aquí hemos estado los Monreal, en Puebla del Palmar. Aquí nos enseñó mi abuelo y mi padre a amar a la tierra y nos enseñó a siempre sentirse orgulloso de tu origen.
Yo me siento muy orgulloso de ser de origen campesino.
Mis 14 hermanos, a todos mi padre les dio un pedazo de tierra y casi todos viven aquí, tienen su casa, tienen su lugar de recreación; y no hay una cosa mejor que el campo, que el rancho donde se vive con tranquilidad