Versión de la presentación del libro “El Senado de la República. Panorama General de su Historia I. Orígenes e Inicios en México”, escrito por el senador Ricardo Monreal Ávila, coordinador del Grupo Parlamentario de Morena

Fue aquí donde surgió la conspiración, positiva, que daría inicio a la independencia.

Aquí fue donde se trasladaron los poderes cuando la invasión estadounidense a México.

En la antigua Academia de Bellas Artes, fungió como recinto de la Cámara de Senadores y de la Cámara de Diputados, y aquí fue donde también dieron fin al conflicto bélico.

Pero también fue el estado donde se sepultó la traición, en el Cerro de las Campanas, donde se ejecutó el fusilamiento del emperador Maximiliano de Habsburgo y de los generales conservadores Miramón y Mejía.

La historia legislativa no sería lo mismo sin el ejemplo del Constituyente que sesionó en 1916, en el emblemático Teatro Iturbide, el cual dio origen a la Constitución del 17, que nos rige hasta la fecha.

Ese Teatro, por cierto, es propiedad del Senado, lo sabe el exgobernador Enrique Burgos. Por cierto, ayer que cené con el gobernador me lo quiere comprar, pero yo no lo voy a vender; me lo quiere comprar para Querétaro, pero le dije yo “no lo necesitas, te lo prestamos cuando quieras”.

Es un ícono, es un ícono, y yo quiero agradecerle a la Rectora que esté aquí, por su disposición, por su actitud, por su pluralidad.

Igual que a Edgar. Gracias, Edgar, y felicidades por ese lugar al que han llevado a la Facultad de Derecho.

Tienen un excelente aliado, Gilberto, Gilberto Herrera, su padre era zacatecano, excelente periodista; pero siempre está defendiendo la Universidad. Siempre en la Tribuna, en la Plenaria, en las comisiones defiende a los universitarios con pasión y defiende su Alma Mater con pasión. Tienen un buen defensor en Gilberto Herrera, como senador de Querétaro.

También quisiera agradecerles a los senadores que me acompañan.

Casimiro Méndez, es de Michoacán. Raúl Bolaños, es el vicecoordinador del Partido Verde, de Oaxaca.

También está Soledad Luévano, que me acompaña, es senadora de Zacatecas. Eli Cervantes, senador de San Luis Potosí. Cristóbal Arias, senador por Michoacán.

Y le agradezco al doctor Nieto, egresado de esta Universidad, que me acompañe. Le tengo respeto y deferencia porque es un funcionario, ha sido un funcionario probo, digno y muy capaz. Estoy seguro que le esperan mejores niveles de desarrollo político en el futuro.

Le agradezco a Enrique Burgos, que somos amigos desde hace muchos años, que esté aquí.

Que estén también todos los abogados, maestros. A Gerardo, felicidades por tu nueva encomienda. A todo el Comité, que hoy les hemos tomado protesta, felicidades y deseo que les vaya muy bien, y como siempre, estamos en el Senado a la disposición.

A Juan José, que fue compañero mío senador y que ahora es diputado. A la doctora Peniche. Armando, Andrea Tovar. A Juan José, a Ernesto Prieto, diputado local.

A todos quisiera agradecerles su presencia. A quienes han acudido a la presentación de este libro. Ana Luisa Chávez, también a Rocío.

Pero déjenme decirles que este libro que hoy presento, es uno de los que más he disfrutado escribir, porque esta es mi tercera ocasión que soy senador de la República.

Tenía anotaciones desde 1990, que fue la primera vez que fui senador, en el 91, y me permití en esta última etapa de mi vida escribir sobre el Senado de la República.

Este libro está didácticamente presentado. Hice un esfuerzo por presentarlo de manera muy didáctica, fácil de leer; incluso intercalé algunas ilustraciones de la época para hacer menos pesada la lectura y para que pudiera ser del dominio y de la comprensión fácil de todos.

Este primer Tomo lo señalo y lo caracterizo desde los orígenes del Senado, en su evolución y en su definición técnica.

Desde la antigua Roma, Esparta, Grecia, las primeras instituciones y asambleas legislativas, dado que el término Senado viene del latín senatus, nombre que se designaba en la antigua Roma a la Asamblea de patricios que formaban el Consejo supremo, destinado a asesorar a los magistrados.

Por eso el término Senado refiere precisamente a un órgano de deliberación, de representación parlamentaria, donde prevalecía y prevalece la experiencia y el conocimiento como herramientas fundamentales para su desempeño profesional.

Era una especie de ayuntamiento de los ancianos a quien el Gobierno, la República, les otorgaba un lugar privilegiado; por eso se prefería a los hombres de edad, no había jóvenes.

El Senado romano en la antigua Grecia, en Esparta y en Atenas, tenía una composición, pero no podías ingresar a él si no tenías cuando menos 60 años de edad. Y lo hacían porque se supondría que era la gente más sabia, que por la experiencia acumulada eran los que opinarían mejor por la República en su construcción y su diseño.

Por eso en la actualidad, particularmente en lo regímenes democráticos, la presencia del Senado es pieza clave en el sistema bicameral, en esta teoría de Montesquieu, tomada a su vez de Locke y de Benham, incluso en el tercer estado, y ahí tiene una enorme influencia nuestro país.

En las crónicas del constituyente de 1821, cuando estaba este experimento que falló del imperio, un año con Iturbide, y luego más tarde en 1823 en el otro constituyente que dio paso a la Constitución del 24, las crónicas sostienen que debajo del brazo de los constituyentes traían la Constitución Americana de 1789 y la Constitución Francesa.

Por eso es que nuestra influencia es enorme de parte de la teoría de Montesquieu, de toda la Revolución Francesa y de lo que había pasado con la independencia de las 13 colonias de Estados Unidos y con la Constitución de Filadelfia.

Y cuando se inicia la discusión sobre la instauración del Senado después del fallido intento del imperio en 1823, cuatro personas que a mí me apasiona leerlos: Valentín Gómez Farías, Francisco García Salinas, Servando Teresa de Mier, entre otros.

Habían sido ellos partícipes de instaurar -Ramos Arizpe-, de instaurar el Senado en la naciente República de 1824.

Y había un sector de constituyentes que decían “no copiemos el viejo molde europeo, porque sólo son cámaras de enclaustramiento de la vieja monarquía, de la nobleza y de la aristocracia, y serían cámaras de nulidades, que no representarían al pueblo. En 1823, esa era la discusión.

Servando Teresa de Mier, que era diputado, tuvo un discurso extraordinario, donde dijo: “no; yo no litigo por esas viejas cámaras ni por esos viejos resabios europeos de cámaras de nulidades. Yo litigo por cámaras de representación democrática y republicana. Que surjan del pueblo los senadores futuros que nos representen”.

Y decía una cosa interesante Servando Teresa de Mier: “Las cámaras, una es de Diputados, representantes comunes, del pueblo, que representan a la población; y, la otra, que representan a los estados”.

Era el viejo sueño de los federalistas: que las provincias o los estados tuvieran la misma representación: dos senadores por estado, independientemente del tamaño y de la población que tuvieran. Era el Pacto Federal. Y los senadores son conocidos por ser representantes del Pacto Federal, no precisamente de la población.

Por eso es que da origen a que los diputados representen a la población, y por eso hay un número impar, de acuerdo con la población. Querétaro tiene cuatro diputados; Estado de México 43.

Ese era el origen en 1923. Y decían: “No. La Cámara de Diputados, pueden estar jóvenes, pero tiene que haber una Cámara que pueda frenar la intemperancia y los excesos de los jóvenes”.

La Cámara de Senadores, es una Cámara de reposo, es una Cámara de sabiduría, es una Cámara de prudencia, es una Cámara que sirve para revisar los excesos y las intemperancias del lenguaje que puede ocasionar furia momentánea, pero que tiene que ser revisado y reposado en el Senado, en la Cámara de Senadores.

Este es el origen del Senado. Y el libro habla sobre de eso, el libro que intento sean varios tomos; es el primer tomo.

Me propuse, para el 24, concluir la obra. Porque el 24 cumplimos 200 años de instaurado el Senado y el Congreso mexicano; 200 años del México independiente. Y por eso los orígenes del Senado se decantan, como afirmamos, en el respeto al conocimiento y a la experiencia de las personas.

La cultura clásica, como Grecia, como Roma y como las propias precolombinas, en las sociedades, los gobernantes se apoyaban del Senado, de los consejos formados por las personas mayores, aunque también en muchas ocasiones el Senado sirvió como centro de conspiración contra los gobernantes, emperadores y reyes.

También, los senadores, servían como centros de conspiración para desplazar o asesinar a emperadores y a reyes, porque este concejo de sabios llegaba a la conclusión de que la nación y la República estaba en riesgo y en peligro, con tiranos. Y conspiraban y asesinaban o desplazaban o exiliaban

Por eso, en el libro describo los ejemplos de Grecia y de Roma. El Concejo de Ancianos, en Grecia, la Ecclesia, así le llamaban a la organización soberana, y estaba integrada por ciudadanos; pero nacidos en Atenas, no aceptaban foráneos, y tendrían que tener 60 años.

En Esparta, estos cuerpos colegiados eran integrados por 28 personas y también tenían que ser mayores de 60 años.

Al principio decían que la sabiduría se acumulaba, independientemente del oficio, porque no sólo eran sabios que fueran expertos en leyes, en códices o en alguna materia; decían: cualquier gente a los 60 años es sabio, puede ser un militar y es sabio, y merece ser senador; o puede ser un hombre dedicado a las artes y oficios, y es sabio; o puede ser un juez o puede ser cualquier comerciante o agricultor, porque le otorgaban a la edad, un requisito sine qua non para poder adquirir la sabiduría.

Por eso es que describo el pensamiento de aquellos grandes en esta época, y desde el propio Alejandro. O sea, es una pleya de personas que generaron una gran cultura en aquella época, magistrados.

Y, el libro te va llevando desde esta época, hasta en esta primera etapa, 1824, y ahí describo lo que pasa en Querétaro. Después de que el virrey es informado de que hay una conspiración, después de que el virrey Iturrigaray señala que se están presentando hechos graves de traición contra el rey de España; entonces cambian y declaran esa noche en la casa de, ya saben ustedes, el señor Domínguez y su esposa, la corregidora, cambian los planes para poder adelantar la fecha de la conspiración.

Bueno, y en esa época, también en el libro describo, en esa época cómo en Europa hay un gran problema. En Europa se presenta el problema de la abdicación de Carlos IV, rey de España, a favor de Fernando VII, su hijo, y la confabulación de Napoleón Bonaparte para quedarse con España, mandando a José I como emperador de España. Y empieza una gran convulsión política en España, que aquí en México llegan tarde las noticias.

Y Primo de Verdad, junto con un obispo Talamantes, empiezan a proscribir los planes y empiezan a elaborar nuevos planes para poder declarar la independencia de México. Aprovechando esta confusión y este gran problema que había en España con el reinado y el virrey, también acepta hablar con el síndico Primo de Verdad, y con el obispo Talamantes, que era peruano, pero vivía en México.

Por cierto, escribió una declaración extraordinaria en el libro, rescato como apéndice varios documentos históricos que vale la pena leerlos.

Y en esa época, 1808-1809-1810, en México se construye toda la conspiración positiva para la Independencia de México de México frente al Rey de España.

Después vienen otros acontecimientos, pero ya se había construido desde las reformas borbonistas, ya había malestar en las colonias de ultramar de México.

El Senado se viene a convertir siempre en un remanso, en una cámara de cordura, en una cámara de reposo y de ecuanimidad que a veces nos perdemos y las perdemos.

En este momento en donde la crispación pareciera desbordar, la Cámara de Senadores tiene que actuar con inteligencia.

La polarización en todas partes, en todas las sociedades, si se torna en insalvable y permanente, siempre destruye las sociedades.

La reconciliación, el propósito común, el acuerdo, el consenso es lo que lleva a las sociedades a superar cualquier diferendo, y por eso el Senado es una institución indispensable para poder generar este tipo de proyectos de consensos y de acuerdos.

No conviene a la República asumir posiciones de desencuentro permanente, eso es lo que pienso yo, y esto es lo que nos muestra la historia, y por eso la historia es rica.

No hay que inventar nada, hay que aprender de la historia y este libro tiene ese propósito de que todos recordemos que hay posibilidades de generar condiciones.

Recuerdo aquí en Querétaro a muchos amigos que han actuado a través de la historia con esa actitud.

México es un gran país.

Ayer que presentó el Presidente de la República la Reforma Electoral, yo soy de los que piensa que sí hay posibilidades de llegar a acuerdos. Llegar a acuerdos como lo hicieron Josefa Ortiz de Domínguez o Miguel Sebastián Domínguez, cuando esto sucedió; aportaron estos queretanos enormes hazañas, tareas cumplidas, actos heroicos que con ello ahora gozamos.

O cómo olvidar a Epigmenio González Flores, también insurgente mexicano de ideología liberal.

Querétaro siempre ha sido liberal, aunque no esté gobernado por liberales, pero ha sido liberal Querétaro.

Hay hombres y mujeres que tienen una profunda raigambre liberal, una vena liberal por su historia.

Yo siempre he reconocido, por ejemplo, en la Escuela de Derecho, que hay muy buenos abogados en Querétaro. Siempre he reconocido que la Escuela de Derecho ha generado mentes lúcidas en el país; y tengo muy buena opinión de la universidad, tengo muy buena opinión de la gente que se ha formado aquí.

Por esa razón seleccioné Querétaro, porque es el primer estado, es la primer universidad donde presento este libro, el más reciente. Este es el primer lugar.

Y quise hacerlo también en nuestra casa, que es el teatro, que es nuestro, pero yo quería estar en la universidad. Además le voy a prestar el teatro para un acto que vamos a tener de la Universidad, para pagarle la cortesía al director de la Escuela de Derecho, pero lo quise hacer en la Universidad, porque tengo muy buena opinión de los maestros universitarios.

Yo soy maestro universitario y soy maestro frente a grupo. Antes de venir aquí, de 7 a 10 di clases, doy clases en el Postgrado, en la UNAM, doy en Maestría, a veces en Doctorado. Ahora no, ahora sólo estoy dando Maestría; pero tengo mucho respeto por los maestros, porque soy parte de esta formación, tengo años dando clases y siempre doy frente a grupo, y no soy barco.

Porque a veces eres maestro, pero mandas a tu adjunto, y ya nunca los alumnos no saben, más que aparecen en la ficha de que eras el maestro, pero los alumnos nunca te conocen.

Entonces, quiero recomendarles la obra. No quiero ser muy extenso, porque si no, no lo van a comprar.

Entonces, sí les digo que a mí me impresiona, ahora que investigué hace varios años, a Fray Melchor de Talamantes, que elaboró –pocos lo saben– un plan de independencia para México. Y ese plan de independencia para México, fue antes del 10, 1808.

Y, era un plan muy bien diseñado, muy bien, porque ahí se establecía no sólo la independencia; sino también suspender el Tribunal de la Inquisición, la autoridad civil, dándole sólo lo espiritual. O sea, empezó la separación del poder civil y del poder eclesiástico, y también los primeros tribunales de revisión.

Entonces, diseña un plan de independencia, que lo plantea al Ayuntamiento y donde ya plantea extinguir los privilegios, todos los subsidios, las contribuciones eclesiásticas, arreglar los ramos del comercio; minería, nombrar embajadores, conocer y reservar leyes, proscribir la monarquía.

Entonces, la propuesta de Talamantes es la primera propuesta que construye una vía institucional para darle viabilidad a una nueva arquitectura política, administrativa y nacional.

Y aquí menciono, en esta obra, cómo Talamantes tenía una profunda influencia del Congreso americano, y cómo empiezan las Cortes de Cádiz a tener una enorme influencia en México, tratando de abrir a las colonias de ultramar todo su ámbito para poder un poco acallar la protesta, que ya empezaba a presentarse en México con los criollos; con los criollos que empezaron a demandar ser incorporados en puestos de administración de distinta naturaleza, en las intendencias y el virreinato.

Entonces, les quiero compartir que es una obra que disfruté mucho, y que ustedes van a disfrutar mucho en leerla, porque es el Tomo I de lo que será una obra más completa, pero quise hoy presentarla aquí en Querétaro; porque no sólo es cuna del Constituyente (falla de audio de origen)… que es cuna de la independencia y es cuna de liberales, que son un ejemplo en el país.

Por esa razón, quiero agradecerles su presencia.

Ha sido una ceremonia larga porque con Gerardo convenimos que aquí tomaríamos protesta y platicar, y me da mucho gusto que haya sido en este escenario la protesta de ellos, de los abogados.

Y también agradecerle a la Rectora. Desde temprano; la vi hace rato, me reuní, tuve entrevistas.

Pero decirle a la Rectora que cuenta con nosotros los senadores; aquí hay 7, 8. Ya con los que tenemos hacemos mayoría fácil, porque es Morena, somos la mayoría de Morena, y el Verde, que siempre hemos sido aliados, y que contarán con nosotros.

Hace rato platicábamos de la Ley de Ciencia y Tecnología, que vamos a checar en los próximos días.

Pero decirles a los universitarios, a los maestros, a las maestras, y a los ciudadanos que han venido, que no son universitarios pero que han venido a escucharnos, muchas gracias.

A quienes invitaron y que hicieron el favor de venir, porque conozco a mucha gente en Querétaro, y les agradezco que hayan venido a este evento académico, porque es un evento académico, es estrictamente académico, porque me interesa, como dijo Edgar y la Rectora, tener mucha claridad en lo que estamos haciendo.

Y este libro que hoy presento aquí en Querétaro, les va a gustar.

A todos les agradezco que hayan venido, y ya después platicaremos de otras cosas.

Muchas gracias; muchas gracias.

Buenas tardes a todos.

Breve; breve.