Transformación e impacto de las personas beneficiarias de DACA

Los procesos migratorios están en constante cambio, las rutas, la demografía, la narrativa, las oportunidades de integración y las distintas realidades en el trayecto engloban múltiples variables. Se trata de un fenómeno histórico en continuo desarrollo que necesariamente debe adecuar marcos jurídicos, políticas públicas y marcos bilaterales y multilaterales, así como la empatía por parte de la sociedad para su abordaje en el contexto actual y con perspectiva de derechos humanos.

En su momento, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama (2009-2017), en 2012 como respuesta a una realidad y demanda migratoria particular,[1] implementó el programa “DACA” Deferred Action for Childhood Arrivals (Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia) que otorgó protección temporal a miles de jóvenes que habrían cruzado siendo menores la frontera hacia Estados Unidos (EE.UU.) “sin culpa propia”[2] de la mano de sus padres y madres. Su estatus migratorio irregular incidía en las escasas oportunidades laborales y de educación.

Preliminares y coyuntura de DACA

El antecedente de DACA surge en 2001 con la propuesta de Development, Relief, and Education for Alien Minors Act (DREAM Act, por sus siglas en inglés) – Ley de Desarrollo, Alivio y Educación para Menores Extranjeros-, que proponía que las y los estudiantes sin documentos para residir legalmente en EE.UU. tuvieran acceso a las mismas tarifas universitarias que las y los estudiantes estadounidenses. Durante su periodo de estudio obtendrían una visa de residencia temporal, y una vez graduados podrían optar por la residencia legal permanente bajo ciertos requisitos.

La propuesta fue desechada por el Congreso, presentándose a lo largo de los años múltiples proyectos de ley subsecuentes sin éxito. Surgió entonces el movimiento DREAMers,[3] como un grupo de activistas que impulsaba la Ley DREAM en el Congreso.

📸 Caroline Brehman | CQ Roll Call

En 2012 algunos aspectos de las propuestas del DREAM Act se incorporaron en la política ejecutiva DACA mediante el memorándum del Departamento de Seguridad Nacional “Exercising Prosecutorial Discretion with Respect to Individuals that came to the United States as Children”[4] (“Ejercer la discreción procesal con respecto a las personas que llegaron a los Estados Unidos cuando eran niños”) que ordenaba a las agencias de Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), al Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unido (USCIS, por sus siglas en inglés) y a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) retrasar la deportación de ciertas personas que llegaron siendo menores de edad a EE.UU. “y que sólo han conocido a este país como su hogar.”[5]

En ese sentido, la implementación del programa DACA permitió a estas y estos menores inmigrantes permanecer en el país temporalmente sin temor a la deportación al tiempo que les brindó una oportunidad para continuar sus estudios.

Los requisitos para optar al beneficio del programa DACA se centraron en haber llegado a los EE.UU. antes de cumplir 16 años; haber residido de manera continua en el país durante al menos cinco años antes del 15 de junio de 2012 (la fecha en que se anunció el programa DACA); estar matriculado en la escuela (incluyendo programas vocacionales o de la escuela para adultos), o haberse graduado u obtenido un certificado educativo, un certificado de desarrollo de educación general (GED por sus siglas en inglés) o ser un veterano honorablemente dado de alta por la Guardia Costera o por las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos; no tener antecedentes penales significativos, como condenas por delitos graves o múltiples delitos menores; estar presente físicamente en los Estados Unidos en el momento de presentar la solicitud al programa y tener presencia física continua en el país desde el 15 de junio de 2007, hasta el momento de presentar la solicitud y pagar la tarifa correspondiente del trámite: 495 dólares.[6]

Ser beneficiario del programa permite una autorización temporal renovable cada dos años para trabajar legalmente en el país, la oportunidad de continuar estudiando y obtener una licencia de conducir, así como la seguridad de no ser objeto de deportación.[7] Sin embargo, a diferencia de lo estipulado en algunas versiones de las propuestas del DREAM Act, DACA no les proporciona una vía hacia la ciudadanía o la residencia permanente.

Asimismo, la posibilidad de renovar cada dos años el permiso de trabajo requiere que el programa siga vigente, demostrar que a la fecha se cumple con los requisitos iniciales del programa DACA (2012), no haber sido arrestados por delitos mayores durante los últimos dos años anteriores y realizar el pago correspondiente.[8]

Sin embargo, el 5 de septiembre de 2017, la Administración del entonces presidente de EE.UU. Donald Trump propuso rescindir el programa.[9] La decisión se basó en la opinión de que DACA era inconstitucional y estaba fuera del alcance de la autoridad ejecutiva, argumentando que el expresidente Obama había extralimitado su autoridad al crearlo. En respuesta, varios Estados y organizaciones civiles estadounidenses presentaron demandas legales para mantener DACA generando una serie de disputas judiciales.

En junio de 2020, la Corte Suprema de los Estados Unidos emitió un fallo por el cual el argumento de extralimitación, no era legalmente suficiente, lo que impidió temporalmente la cancelación del programa DACA. Este fallo permitió a las personas beneficiarias seguir renovando su estatus, permanecer en el país y tramitar el permiso adelantado de viaje (Advance Parole) emitido por el USCIS para salir legalmente de los EE.UU. sin poner en riesgo su estatus migratorio.[10]

El 31 de octubre de 2022, la Administración del presidente Joe Biden con el fin de proteger el programa DACA, emitió la “Regla Final del Departamento de Seguridad Nacional para preservar la política de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA)”. La regla final DACA afirma que:

  • “La acción diferida, la autorización de empleo y el permiso adelantado de los beneficiarios actuales de DACA seguirán siendo reconocidos como válidos bajo la regla final.
  • DACA no es una forma de estatus legal, pero sus beneficiarios se consideran “legalmente presentes” para ciertos propósitos.
  • Los no ciudadanos que cumplan con los criterios de elegibilidad, aprueben todas las verificaciones de antecedentes de seguridad nacional y seguridad pública, y se determine que merecen un ejercicio favorable de discreción, pueden recibir una acción diferida y obtener una autorización de empleo renovable de dos años. No obstante, debido al litigio pendiente, actualmente se tiene prohibido otorgar acción diferida a cualquier nuevo receptor de DACA”.[11]

Hay que destacar que esta Regla Final es una medida de protección temporal para DACA, por lo que el programa sigue siendo objeto de litigio en los tribunales y su continuidad es incierta.

Además, el Congreso estadounidense sigue presentado variaciones del DREAM Act desde hace dos décadas y actualmente como un esfuerzo bipartidista, los senadores Dick Durbin (demócrata) y Lindsey Graham (republicano) presentaron el 10 de febrero, 2023 un proyecto de ley que podría dar la residencia legal a casi 2.3 millones de inmigrantes que viven en los EE.UU.[12] (una quinta parte de la población total de inmigrantes indocumentados) según el DREAM Act 2023. Habrá que seguir el proceso legislativo que corresponde.

El debate etiqueta esta propuesta de ley como una amnistía que podría alentar una mayor inmigración indocumentada suponiendo que se podrían dar nuevas versiones del DREAM Act; mientras otras voces declaran que debería promulgarse solo como parte de una reforma migratoria integral.

Transformación e impacto de las personas beneficiarias de DACA

En suma, el programa DACA, que otorga una autorización de trabajo y protección contra la deportación a los inmigrantes que llegaron a suelo estadounidense a una edad temprana sigue siendo una solución limitada, temporal y bajo una amenaza legal inminente que compromete el futuro del programa del cual el 81 por ciento del total de sus beneficiarios son mexicanos y mexicanas.

En ese sentido, y después de que el 19 de abril pasado en la Antigua sede del Senado un grupo de senadoras y senadores nos reuniéramos con un nutrida comunidad de jóvenes -mujeres y hombres- beneficiarios de DACA[13] y en la que mediante un diálogo abierto, pude constatar de primera mano que ellos y ellas han dejado de ser esos menores y se han desarrollado personal y profesionalmente.

Ya no son las y los niños y jóvenes que inicialmente cruzaron nuestra frontera norte de la mano de sus padres buscando un futuro mejor, sino que hoy son ejemplo y protagonistas binacionales de ese futuro que anhelaban sus padres y madres; personas profesionales respetadas y cabezas de familia responsables.

Según datos de FWD.us para el segundo semestre de 2022, una década antes (2012) la edad promedio de los beneficiarios de DACA era de 21 años; 45 por ciento de los solicitantes aprobados acudían a la escuela; solo un tercio se había graduado y cerca del 60 por ciento participaba en la fuerza de trabajo con un ingreso promedio de 4100 dólares anuales.

Una década después, el 85 por ciento participa en el mercado laboral, en promedio tienen 28 años y han vivido 22 años en Estados Unidos. El 99 por ciento son graduados de secundaria y el 47 por ciento han obtenido algún tipo de educación universitaria, más de un tercio se ha casado y el 42 por ciento son padres o madres, por lo que casi la mitad viven en familias mixtas donde al menos un miembro del hogar no es beneficiario DACA.

Económicamente, actualmente ganan en promedio 23,000 dólares anuales y contribuyen cada año con cerca de 11.7 mil millones de dólares a la economía estadounidense. Si tuvieran la vía para convertirse en ciudadanos y ciudadanas estadounidenses, los analistas proyectan que contribuirían con más de 680 mil millones de dólares a la economía de los EE.UU. y pagarían cerca de 230 mil millones en impuestos combinados en la próxima década.[14]

Sin embargo, DACA no se ha desarrollado o actualizado en 10 años, ni siquiera en la fecha límite de elegibilidad en la que los solicitantes debían haber ingresado a los EE.UU.

Por ello la población elegible para DACA es en su gran mayoría la misma que cuando se implementó la política en 2012. En este momento, aquellos menores, son ciudadanos preparados, ávidos de contribuir a la economía estadounidense y retribuir al país de sus padres en el cual están sus raíces.

Es decir, son ciudadanos binacionales y con retos y desafíos en ambos lados de la frontera; que demandan políticas públicas y marcos legales -tanto en Estados Unidos como en México- que les aseguren su pleno desarrollo personal y profesional. Como inmigrantes han superado innumerables obstáculos, constituyen una voz unísona que exige derechos y se compromete con sus responsabilidades ciudadanas a pesar de que el contexto político y social les es hostil e incierto. [15]

Ambos países estamos en deuda en cuanto a la aplicación de soluciones que protejan sus derechos, que les brinden oportunidades y revalidación educativas, de inserción laboral y programas familiares en ambos lados de la frontera para su completa integración como actores binacionales de impulso y cambio. Se trata de integrar redes tanto en el país de origen como en el de destino que aseguren la supervivencia del núcleo familiar migrante y que eleven los beneficios de su biculturalidad.

 

ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA

 

Fuentes:

[1] Jessica Valenzuela, “The DREAMers: How the Undocumented Youth Movement Transformed the Immigrant Rights Debate”. DePaul University (2015) [En línea] https://bit.ly/41ysjt9 [Consulta: 21 de abril, 2023].

[2] Joey Sweeney, “A Plea: Stop Saying “Through No Fault Of Their Own” When Talking About Dreamers”. Philebrity (s/f) [En línea] https://bit.ly/3Ngeg71 [Consulta: 25 de abril, 2023]

[3]  “#DREAMers”. Berkeley University (s/f) [En línea] https://bit.ly/3HbngXi [Consulta: 21 de abril, 2023].

[4] Janet Napolitano, “Exercising Prosecutorial Discretion with Respect to Individuals Who Came to the United States as Children”. DHS (15 de junio, 2012) [En línea] https://bit.ly/3NbXpCu [Consulta: 21 de abril, 2023].

[5] Ídem.

[6] “Consideración de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA)”. USCIS (s/f) [En línea] https://bit.ly/3oHlOFT [Consulta: 23 de abril, 2023].

[7] “DACA celebra 3 años en Estados Unidos”. Secretaría de Relaciones Exteriores (6 de julio de 2015) [En línea] https://bit.ly/40AIqVy [Consulta: 24 de abril, 2023].

[8] “Renovar su DACA”. USCIS (s/f) [En línea] https://bit.ly/3oFOL4U  [Consulta: 24 de abril, 2023].

[9] Memorandum on Rescission Of Deferred Action For Childhood Arrivals (DACA) Department of Homeland Security”. DHS (5 de septiember, 2017) [En línea] https://bit.ly/3L4Lkfx [Consulta: 24 de abril, 2023].

[10]  Caitlin Dickerson, “¿Qué es DACA y por qué terminó en la Corte Suprema de Estados Unidos?”. The New York Times (18 de junio, 2020) [En línea] https://bit.ly/3oJqQSg [Consulta: 24 de abril, 2023].

[11] “Final rule Deferred Action for Childhood Arrivals”. Department of Homeland Security (28 de septiembre, 2021) [En línea]  https://bit.ly/3NaZIpb [Consulta: 24 de abril, 2023].

[12] “Dreamers By the Numbers”. FWD.us (7 de marzo, 2023) [En línea] https://bit.ly/3V51uKn [Consulta: 24 de abril, 2023].

[13] Senado de la República, “Visita de un grupo de jóvenes dreamers al Senado de la República”. Youtube (19 de abril de 2023) [En línea] https://bit.ly/3LpE934 [Consulta: 20 de abril, 2023].

[14] “Dream Act of 2023 Priority Bill Spotlight”. FWD.us (7 de marzo, 2023) [En línea] https://bit.ly/3ArojP5 [Consulta: 24 de abril, 2023].

[15] “The DREAMers: How the Undocumented Youth Movement Transformed the Immigrant Rights Debate”, op.cit.