Porfirio, in memoriam

Gran polemista, mejor luchador político e insuperable parlamentario, Porfirio Muñoz Ledo y Lasso de la Vega tuvo una formación enciclopédica envidiable.

“Mi sueño era colocar en el pecho la banda presidencial al primer presidente de izquierda en México, y AMLO me cumplió”. En efecto, el 1 de diciembre de 2018, en su calidad de presidente de la Mesa Directiva de San Lázaro, Porfirio recibió la banda de Enrique Peña Nieto, el último de los mandatarios emanados del PRI, y se la colocó a Andrés Manuel López Obrador, el iniciador de la era de los presidentes fraguados en la lucha social.

Pero tuvo otros sueños que no alcanzó. Me los platicó hace apenas un mes en su biblioteca, cuando conversamos por última vez. El más anhelado, la Presidencia de la República: “no se me hizo, porque preferí ser aliado a empleado de los presidentes… Los presidentes siempre buscan dejar al más incondicional y siempre se equivocan”.

Otro sueño trunco, “la presidencia de MORENA. Nunca creí en esas encuestas, porque son fotografías de una realidad, no la realidad misma. Las encuestas son el nuevo fetiche o amuleto en México, las usan hasta para hacer vudú y exterminio político, cuando sólo son una técnica de investigación social”.

Promovió dos institutos de formación política profesional, que no avanzaron por falta de consensos. El Instituto para la Reforma del Estado, con Vicente Fox, y el Instituto para la Formación y Práctica Parlamentaria, en la Cámara de Diputados, desde donde impulsaría el parlamentarismo como forma de gobierno para México.

La embajada de nuestro país en Cuba fue otro de sus sueños incumplidos. Tuvo un expediente diplomático variado: desde representante de México ante la ONU hasta embajador en Francia, pasando por la Unión Europea. Pero añoraba hacer diplomacia en la isla caribeña. ¿Por qué no lo logró? Es una de las interrogantes que no atinó a responder en vida.

De carácter combativo y duro, tenía un lado generoso y humanista. Fue propuesto para recibir la Medalla Belisario Domínguez este año, junto con Elenita Poniatowska, pero decidió motu proprio ceder su lugar a la afamada escritora y esperar al próximo año para recibir la presea. Ahora buscaremos que reciba ese reconocimiento post mortem.

Pero fueron mucho más los servicios prestados a la democratización y apertura de la vida pública del país, que aquellos que no alcanzó a ejercer en vida. Dos veces secretario de Estado y director de diversas dependencias durante los gobiernos del PRI; dos veces aspirante presidencial y una vez candidato a la Presidencia (por el extinto PARM), su incursión más productiva y prolija en la vida pública se dio como tenaz defensor del IFE y en la formación de movimientos políticos precursores del nuevo sistema de partidos que tenemos en el país.

En efecto, junto con el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas y la Mtra. Ifigenia Martínez fundó la Corriente Democrática del PRI, que después dio lugar al Frente Democrático Nacional, el cual devino finalmente en la creación del PRD, del que fue dirigente destacado.

Gran polemista, mejor luchador político e insuperable parlamentario, Porfirio Muñoz Ledo y Lasso de la Vega tuvo una formación enciclopédica envidiable. A mí me hizo dos recomendaciones políticas. La primera, cuando formé parte de los senadores del PRI: “no se deje engatusar por el presunto nuevo PRI; el futuro de usted está en la izquierda”. La última, hace un mes: “Si ya decidió quedarse en MORENA, luche a fondo desde adentro. No permita que lo marginen… ni se deje ni se raje”.

 

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