Algunos desafíos que plantea la “era de la ebullición”

El cambio climático afecta diferentes facetas de la vida humana. Voces expertas estiman que los últimos años han sido los más cálidos en la historia. Además, los incendios forestales cada año causan innumerables pérdidas en distintos ámbitos, y la disminución en los cauces de los ríos dificultan la comunicación y el comercio.

Como comunidad internacional hemos avanzado en generar un régimen institucional que organiza la colaboración de todos para evitar una catástrofe futura. Sin embargo, parece que estamos caminando menos rápido de lo que deberíamos. En este artículo haré referencia a tres fenómenos observados en estos días: las olas de calor sin precedente en diferentes partes del mundo, los incendios en distintas latitudes y la afectación en algunas vías fluviales por la sequía. Al final presento un esbozo de mi visión hacia el futuro.

Julio: mes más caluroso en la historia

Es muy probable que este año reemplace al 2016 como el más caluroso que se conoce.[1] Julio de 2023 fue el mes más cálido registrado hasta ahora en el planeta, según comunicaron el Servicio de Cambio Climático de Copernicus de la Unión Europea y la Organización Meteorológica Mundial. Junio había tenido el récord anterior. Al respecto, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, afirmó hace unos días que esto que sucede es “totalmente consistente con las advertencias […] la única sorpresa es la velocidad del cambio. La era del calentamiento global ha terminado […] la de la ebullición global ha llegado”.[2]

En Europa se observaron altas temperaturas a consecuencia de la denominada cúpula de calor que se extiende sobre el sur de la región. En Estados Unidos hubo avisos meteorológicos de calor “extremadamente peligroso” en el suroeste. Asimismo, en el noroeste de China las temperaturas alcanzaron los 52.2 °C, lo cual significó un récord.[3] En la ciudad de Hermosillo, Sonora, al norte de nuestro país, se registraron también temperaturas no vistas antes debido a una circulación anticiclónica, según publicó Protección Civil del estado en su cuenta de Twitter (X). Más de 6500 millones de personas, o el 81 por ciento de la población mundial, padecieron en julio al menos un día de altas temperaturas atípicas, según un informe de la organización Climate Central.[4]

Hasta ahora, la Tierra registró un calentamiento global de 1.2 °C por encima de los niveles preindustriales, y la ciencia alertó que si esta diferencia llega a ser de 1.5 °C los efectos para la vida humana serán catastróficos. También señala que si se mantienen los niveles de calentamiento actual ocurrirán ondas de calor atípicas una vez cada 15 años en América del Norte, cada 10 años en el sur de Europa y cada cinco años en China. En cambio, si la temperatura global aumenta a 2 °C por encima de los indicadores preindustriales, el calor atípico se presentará entre cada dos y cinco años.[5]

Adicionalmente, la temperatura del agua del Atlántico norte y también de la Antártida aumentó, aun en el invierno austral, con superficies de hielo marino menores a lo normal.[6] En junio, en el norte del océano Atlántico, las temperaturas promedio de la superficie fueron las más cálidas registradas en estos meses por bastante margen. Asimismo, se observaron temperaturas atípicas en el Mediterráneo occidental, alrededor del estrecho de Gibraltar, en el mar Báltico y en áreas cercanas a Nueva Zelanda y Australia. Además, recientemente, personas científicas señalaron la posibilidad de que ocurra una ola de calor al sur de Groenlandia en el mar de Labrador.[7]

Además del cambio climático, hay otros factores que pueden incidir en estas altas temperaturas. El primero es la erupción en 2022 del volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Ha’apai, cerca de Tonga, en el Pacífico Sur. Su actividad vaporizó un gran volumen de agua de mar. Este vapor atrapa el calor y puede elevar las temperaturas globales en más de 0.03 °C los próximos años.

Otro elemento para considerar es un cambio en la cantidad de energía que irradia el Sol, que aumenta y disminuye levemente cada 11 años. El tercer punto es que en el océano Pacífico se aproxima la fase más cálida del fenómeno del Niño, lo que significa que las aguas templadas del océano irradian calor al aire. Si bien estos factores contribuyen a las altas temperaturas, la ciencia considera que el cambio climático es su causa predominante.[8]

La pesadilla de los incendios forestales 

En estos meses los incendios han sido funestos para varios países en el sur de Europa y el norte de África. Al menos en nueve naciones del Mediterráneo ocurrieron quemas forestales. Miles de bomberos trabajan para apagar las llamas que avivan las atípicas temperaturas, las condiciones secas, los fuertes vientos y también algunas conductas delictivas.[9]

Por tercer verano consecutivo, los incendios provocaron una tragedia en Argelia. Entre del 23 al 26 de julio, hubo unos 140 de ellos en 17 provincias, la mayoría en el noreste del país, en la región amazig de la Cabilia. Esto causó la muerte de al menos 40 personas y más de 200 resultaron heridas.[10] Los fuegos se extendieron también a la vecina Túnez. En Italia, el aeropuerto de Palermo, en Sicilia, cerró por los incendios.[11] En Grecia, en la isla turística de Rodas, más de 20 mil personas tuvieron que abandonar el lugar. La isla española de Gran Canaria y la zona montañosa portuguesa de Cascais, cerca de Lisboa, también sufrieron daños.[12] Según el Observatorio Europeo de la Sequía, más de una cuarta parte del territorio de la Unión Europea se encuentra en condiciones de alerta por la falta de precipitaciones y de humedad del suelo.[13]

Antes fue Canadá, en donde las condiciones cálidas y secas causaron una temporada temprana e intensa de incendios forestales, que ocasionó la salida de 120 mil personas de sus hogares. De acuerdo con el Centro Interinstitucional Canadiense de Incendios Forestales, más de 1.1 millones de hectáreas ardieron, frente a la media de unas 800 mil hectáreas en otros años. El humo de los incendios se extendió y afectó a millones de personas en América del Norte. Las fotografías de Washington D. C. o la ciudad de Nueva York fueron ilustrativas del problema. Adicionalmente, en los últimos días se registraron numerosos incendios dentro del Círculo Polar Ártico canadiense.[14]

El cambio climático es un elemento que afecta la ocurrencia de incendios forestales. Las olas de calor y las sequías atípicas hacen que el entorno sea más propenso al fuego y que las regiones susceptibles, como el Mediterráneo, enfrenten un mayor riesgo de desastre. Para medir la vulnerabilidad de los espacios, la ciencia mide qué tan inflamable se vuelve la vegetación bajo un conjunto de condiciones climáticas. En el Mediterráneo, este índice muestra que la frecuencia de valores extremos aumentó más rápido que en cualquier otro sitio de la Tierra. De no reducirse las emisiones de efecto invernadero, se incrementarán los días con condiciones propicias para los incendios.[15]

El primer ministro griego señala que “la crisis climática puede ser una realidad, pero no puede ser una excusa”. En este tenor, es pertinente la sugerencia del profesor Johann Georg Goldammer, director del Centro Mundial de Vigilancia de Incendios, de invertir en atender las causas de los fuegos, como la formación en silvicultura y la gestión de la tierra.[16] También, con esto en mente, personas funcionarias de varios países mediterráneos y de Estados Unidos se reunieron recientemente en Israel para compartir sus experiencias y discutir la cooperación para enfrentar los incendios forestales.[17]

Las sequías y la baja en el caudal de los ríos

Otro efecto de la situación climática se observa en la disminución de los cauces de los ríos, ocasionada por sequías atípicas. Por ejemplo, España padece escasez de agua, particularmente en Andalucía, donde los embalses están al 25 por ciento de su capacidad. La mayor parte del Mediterráneo occidental se encuentra en condiciones de advertencia y alerta (los dos niveles más graves), según un indicador de sequía. Por este motivo, las siembras se han retrasado y la vegetación registra estrés severo.[18]

En Alemania, la profundidad media del río Rin suele ser de unos dos metros en esta época del año, pero ahora en algunos lugares ha bajado a menos de un metro. La sequía y las nevadas por debajo del promedio del invierno pasado generaron una pérdida importante de caudal. La disminución del nivel del agua afectó a algunas empresas, como las químicas BASF o la siderúrgica Thyssenkrupp AG, que debieron modificar sus planes de trabajo, por ejemplo, sustituyendo las grandes naves que utilizan por embarcaciones más pequeñas que puedan navegar sin riesgo en un caudal bajo.[19]

Uno de los efectos del conflicto en Ucrania es la dificultad para la exportación de granos. Este problema empeoró con la ruptura del acuerdo de cereales por parte de Rusia. Por el conflicto, Kiev tuvo que buscar rutas largas y costosas de salida, como la del río Danubio, que se convirtió en una alternativa para transportar los granos en el último año, incluso por encima de los envíos por el corredor del mar Negro. Sin embargo, el caudal fluvial disminuyó y complica el paso de los transportes.[20] Lo anterior, sin considerar los continuos ataques a los puertos ucranianos e instalaciones de almacenamiento de alimentos.

En el hemisferio occidental, debido a una sequía prolongada, el canal de Panamá extendió las restricciones que impuso en junio sobre la profundidad máxima de los barcos que transitan por el estrecho. También limitó el número de cruces promedio de 36 a 32 barcos por día. Como parte de un fenómeno más amplio, en los últimos seis meses el canal ha padecido una estación seca con altos niveles de evaporación y la posible llegada del fenómeno el Niño antes de terminar el año.[21]

La severa sequía que padece Uruguay ocasionó la disminución del caudal del río Santa Lucía. Por tanto, la represa Paso Severino, que toma agua dulce de este río y que es de donde sale el agua para Montevideo, está en niveles muy bajos. Esta escasez obligó a las autoridades, hace semanas, a tomar recursos hídricos del río de La Plata, que tiene más sal. [22] Afortunadamente, tras unos días de lluvias, el río recuperó un poco su cauce.[23] En Estados Unidos, la cuenca del río Colorado, un sistema que da acceso al agua a 40 millones de personas, y que nutre millones de acres de tierras de cultivo, ha perdido más de 10 billones de galones de su líquido en los últimos 20 años. Este volumen de agua equivale a la capacidad de almacenamiento total del lago Mead, el embalse más grande de Estados Unidos formado por la presa Hoover. [24]

Perspectivas hacia el futuro

Además del régimen internacional construido en torno al Acuerdo de París para actuar frente al cambio climático, los países tratan el tema constantemente en foros regionales y multilaterales; sin embargo, las aproximaciones y los intereses son diferentes y difíciles de conciliar. Por ejemplo, en la última reunión de ministras y ministros de Medio Ambiente y Clima del Grupo de los 20, en India, no se lograron consensos sobre la transición energética, la reducción de emisiones, los impuestos fronterizos verdes y la disminución gradual de los combustibles fósiles.[25]

Un tema clave en esta lucha es el financiamiento y el diferente grado de responsabilidad entre los países desarrollados y las economías emergentes o pobres. Un grupo experto independiente estimó que el mundo necesita asignar un billón de dólares al año, desde ahora hasta 2030, para que los países en desarrollo, además de China, respondan a la crisis climática. El cálculo de recursos del Banco Mundial es aún mayor.[26] Al respecto, hace unas semanas, más de 40 líderes de diferentes naciones se reunieron en París para discutir posibles opciones para reformar el sistema financiero global, a fin de promover un desarrollo sustentable.

La cumbre cerró con un movimiento hacia mecanismos más ágiles de emergencia del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, la necesidad de establecer sistemas de alerta temprana para desastres, la pertinencia de tener seguros contra catástrofes activados automáticamente por condiciones extremas, así como fijar pausas en los pagos de la deuda.[27]

Sin embargo, el encuentro apenas se adentró en los problemas de fondo que impiden a los países en desarrollo invertir en medidas climáticas y de desarrollo, sobre todo sus niveles de deuda.[28] No se lograron generar acuerdos como la creación de un impuesto sobre las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por el transporte marítimo internacional, que estaba pendiente, ni materializar las promesas de recursos por 92 mil millones de euros a los países pobres por parte del FMI.[29] Ahora, falta ver si en la cumbre climática 28 en Arabia Saudita hay avances en los compromisos adquiridos y en los acuerdos para distribuir la responsabilidad climática entre países con diferentes capacidades y recursos.

Es inaplazable lograr una justicia social sostenible. Para alcanzar este objetivo es necesario atender las causas del cambio climático y hacer uso responsable de nuestro patrimonio y los recursos naturales. Es pertinente enfocar el esfuerzo en cuatro sectores clave: una firme transición hacia fuentes de energía renovable; una economía con emisiones cero de carbón; atención y protección de nuestros ecosistemas, así como el desarrollo urbano sustentable.

 

ricardomonreala@yahoo.com.mx

X y Facebook: @RicardoMonrealA

 

Fuentes:

[1] Eric Roston y John Ainger, “An Overheating Planet Requires Extreme Climate Solutions”. Bloomberg (27 de julio, 2023), sec. Green, ed. US [En línea]: bloom.bg/3rXQgNx [Consulta: 2 de agosto, 2023].

[2] Naciones Unidas-Noticias ONU, “El mes de julio más caluroso de la historia indica que ya estamos en la era del horno global”. Naciones Unidas-Noticias ONU (27 de julio, 2023), sec. Cambio climático y medio ambiente, ed. Español [En línea]: bit.ly/47lkzh9 [Consulta: 2 de agosto, 2023].

[3] AJLabs, “July set to become world’s hottest month on record: What happened?”. Al Jazeera (31 de julio, 2023), sec. News, Interactive [En línea]: bit.ly/458dcZf [Consulta: 2 de agosto, 2023].

[4] Seth Borenstein, “Climate change made July hotter for almost every human on Earth”. AP News (2 de Agosto, 2023), sec. Climate [En línea]: bit.ly/43ZToFH [Consulta: 2 de agosto, 2023].

[5] DW, “Current heat almost impossible without climate change: study”. DW (25 de julio, 2023), ed. English [En línea]: bit.ly/44TbfiS [Consulta: 3 de agosto, 2023].

[6] Jorge Comensal, “El calor que viene por nosotros”. El País (30 de julio, 2023), sec. América futura, ed. América-México [En línea]: bit.ly/47jFdhS [Consulta: 2 de agosto, 2023].

[7] Isabella Kaminski, “There’s a heatwave in the sea and scientists are worried”. BBC (4 de agosto, 2023), sec. Future [En línea]: bbc.in/3DFemyX [Consulta: 24 de agosto, 2023].

[8] Yale School of Environment, “It’s Not Just Climate Change: Three Other Factors Driving This Summer’s Extreme Heat”.   Yale Environment 360 (28 de julio, 2023), sec. E360 Digest [En línea]: bit.ly/3DD0eXf [Consulta: 3 de agosto, 2023].

[9] Helen Sullivan y Lorenzo Tondo, “‘Like a blowtorch’: Mediterranean on fire as blazes spread across nine countries”. The Guardian (26 de julio, 2023), sec. Climate crisis [En línea]: bit.ly/3Qls1mB [Consulta: 1 de agosto, 2023].

[10] Ricard González, “La feroz ola de incendios deja un rastro de dolor e incomprensión en Argelia”. El País (28 de julio, 2023), sec. Clima y Medio Ambiente, ed. América-México [En línea]: bit.ly/3DLS1je [Consulta: 2 de agosto, 2023].

[11] Hibai Arbide Aza y Daniel Verdú, “Arde el Mediterráneo: los incendios se ceban con Grecia, Italia y Argelia”. El País (25 de julio, 2023), sec. Clima y Medio Ambiente, ed. América-México [En línea]: bit.ly/3s3Xbo8 [Consulta: 2 de agosto, 2023].

[12] Kate Whiting, “‘The era of global boiling has arrived’–plus other nature and climate stories to read this week”. World Economic Forum (31 de julio, 2023), sec. Climate and Nature, Climate Change [En línea]: bit.ly/3KrGw4B [Consulta: 2 de agosto, 2023].

[13] Alice Tidey, “Wildfire season has started. Here’s what Europe’s doing wrong”. Euronews (25 de junio, 2023), sec. My Europe, ed. English [En línea]: bit.ly/3Qk20nC [Consulta: 1 de agosto, 2023].

[14] Naciones Unidas-Noticias ONU, “De China a Estados Unidos, el verano boreal está marcado por los récords de temperaturas e incendios”. Naciones Unidas-Noticias ONU (31 de julio, 2023), sec. Cambio climático y medioambiente, ed. Español [En línea]: bit.ly/45cptv5 [Consulta: 1 de agosto, 2023].

[15] Matthew William Jones, Chantelle Burton et al., “Greece wildfires: how climate change is involved, and what we can do about it”. The Conversation (28 de julio, 2023), ed. Global [En línea]: bit.ly/43VIAZs [Consulta: 1 de agosto, 2023].

[16] A. Tidey, op. cit.

[17] Debbie Mohnblatt y The Media Line, “Mediterranean nations, US, meet in Israel to discuss wildfires, climate change”. The Jerusalem Post (28 de julio, 2023), sec. Jerusalem Post, Environment & Climate Change [En línea]: bit.ly/45aGHZO [Consulta: 2 de agosto, 2023].

[18] European Commission-EU Science Hub, “Severe drought: western Mediterranean faces low river flows and crop yields earlier than ever”. European Commission-EU Science Hub (13 de junio, 2023), sec. Home, JRC news and updates [En línea]: bit.ly/3rMBZmz [Consulta: 1 de agosto, 2023].

[19] Ángel Luis de Santos, “La sequía en Alemania baja tanto el caudal del río Rin, que podría dejar de ser navegable y hundir la economía germana”. La Razón (27 de julio, 2023), sec. Medio Ambiente [En línea]: bit.ly/3OFURwx [Consulta: 1 de agosto, 2023].

[20] Megan Durisin y Aine Quinn, “Ukraine grain relies on a river that’s drying up”. The Japan Times (21 de julio, 2023), sec. World [En línea]: bit.ly/3rYONXi [Consulta: 3 de agosto, 2023].

[21] Elida Moreno, “Drought-hit Panama Canal restricts daily crossings in water-saving move”. Reuters (25 de julio, 2023), sec. World, Americas [En línea]: reut.rs/47ekWdn [Consulta: 1 de agosto, 2023].

[22] María Clara Calle Aguirre, “Montevideo y el área metropolitana de Uruguay se están quedando sin agua”. France 24 (17 de junio, 2023), sec. Programas, Medio Ambiente, ed. Español [En línea]: bit.ly/3QpNPh0 [Consulta: 2 de agosto, 2023].

[23] Pedro Tristant, “Alivio a la sequía en Uruguay: crece el caudal de los ríos y proyectan cuando volvería a la normalidad el suministro de agua potable”. Infobae (12 de julio, 2023), sec. América Latina [En línea]: bit.ly/43RPP4E [Consulta: 2 de agosto, 2023].

[24] Oliver Milman, “Colorado River has lost 10tn gallons of water since 2000 due to climate crisis”. The Guardian (27 de julio, 2023), sec. World, US [En línea]: bit.ly/43UTrTa [Consulta: 2 de agosto, 2023].

[25] Rakesh Sharma y Laura Dhillon Kane, “G-20 Ministers Fail to Agree on Key Climate Issues in Wide Rift”. Bloomberg (28 de julio, 2023), sec. Green, ed. US [En línea]: bloom.bg/3qlfgxy [Consulta: 2 de agosto, 2023].

[26] Cyrielle Cabot, “Paris summit aims to overhaul global financial system for ‘climate solidarity’ with South”. France 24 (21 de junio, 2023), sec. Environment, ed. English [En línea]: bit.ly/44RvRs4 [Consulta: 2 de agosto, 2023].

[27] E. Roston y J. Ainger, op. cit.

[28] Zia Weise y Zack Colman, “Paris climate finance summit delivers momentum but few results”. Politico (23 de junio, 2023) [En línea]: politi.co/44TfKdw [Consulta: 2 de agosto, 2023].

[29] Philip Andrew Churm y AFP, “Global climate summit in Paris fails to agree ambitious plans”. Euronews (23 de junio, 2023), sec. News, World, France, ed. English [En línea]:  bit.ly/3KpXK22 [Consulta: 2 de agosto, 2023].