México y la elección estadounidense

México y el muro no fueron el centro del debate político-electoral de esta contienda. Una victoria importante del Gobierno del presidente AMLO.

Hoy habrá elecciones presidenciales en los Estados Unidos de América. Y lo que suceda allá nos interesa aquí y ahora.

De un conjunto de 50 indicadores que reflejan el nivel de integración entre México y EUA, sólo tomaré dos: 1) el 80 por ciento de las exportaciones mexicanas dependen del mercado norteamericano, y 2) la principal fuente de divisas en nuestro país y el ingreso económico de 10 millones de hogares (el 31 por ciento del total) dependen de las remesas que envían más de 30 millones de connacionales y personas mexicanoestadounidenses.

Es decir, cuatro quintas partes de nuestro cuerpo económico está metido “allá”, y una tercera parte de nuestro cuerpo social comparte la misma condición, para no hablar de la “mente colonizada”, que significa que una cuarta parte de compatriotas (especialmente de la frontera) votarían a favor de que México se convirtiera en el estado 51 de la Unión Americana (en contrapartida, el 65 por ciento de estadounidenses rechazaría tal pretensión).

Y a pesar de todo ello, no podemos hablar de que México sea una “colonia del imperio”, porque aún poseemos un margen de autonomía suficiente en política interior, política exterior, seguridad nacional, política energética, materia jurisdiccional y política educativa, por señalar los rubros más evidentes.

En el Senado mexicano, corresponsable con el Ejecutivo federal de la evaluación de la política exterior, tenemos claramente definida la diferencia entre integración y dependencia respecto a los Estados Unidos: colaboración y cooperación, sí; sumisión y sometimiento, no.

¿Qué papel asumir frente a la elección presidencial norteamericana? La respuesta es sencilla: no apostarle ni a Trump ni a Biden, sino a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que mandata la neutralidad diplomática y la no intervención en los asuntos internos de otras naciones, así como el reconocimiento oficial de quien resulte democráticamente electo.

¿Quién le conviene más a México: Trump o Biden? Lo que conviene es una política de Estado que garantice reglas claras de integración, no de sumisión, con independencia de los cambios político-partidistas en Estados Unidos y en México. De hecho, esa política de Estado debe ser trilateral, contemplando la incorporación de Canadá, en un mecanismo similar al Consejo de los Estados y al Parlamento Europeo, que ha hecho posible la continuidad de la Unión Europea por encima de los cambios y sobresaltos que en cada país miembro introducen las elecciones presidenciales o parlamentarias nacionales.

¿Algo qué observar y aprender en la elección norteamericana de hoy, martes? Sí, al menos tres temas: 1) cómo votar en medio de una pandemia (el controversial voto por correo y el voto presencial con medidas de seguridad sanitaria); 2) el procesamiento de un resultado electoral cerrado, con pronóstico reservado (el tercero en la historia reciente del vecino país), donde se puede ganar la votación popular directa, pero perder en el Colegio Electoral; 3) el peso específico del llamado “voto hispano”, cuyo componente principal es el votante de origen mexicano.

Por último, algo digno de destacar es que el “factor México” y el muro no fueron el centro del debate político-electoral de esta contienda. No al menos con la virulencia y lesividad de hace cuatro años. Una victoria importante del Gobierno del presidente AMLO.

 

ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA