Uso ético de la IA

Actualmente, es innegable la revolución desatada por el uso de la inteligencia artificial (IA) en diversos ámbitos, desde la medicina hasta la administración y el conocimiento, prometiendo eficiencia mejorada, avances y optimización de procesos. Sin embargo, los beneficios vienen acompañados de riesgos, como desinformación y deepfakes, sesgo algorítmico, recopilación masiva de datos y vulneración de la privacidad.

Por eso, a partir del debate sobre la IA, su influencia en nuestras vidas y el delicado equilibrio entre sus beneficios y peligros potenciales, presenté ante Pleno del Senado de la República una propuesta con proyecto de decreto que busca regular el desarrollo, la comercialización y el uso de sistemas de IA en México.

La iniciativa aborda los desafíos descritos, al establecer un marco jurídico que equilibra la promoción del desarrollo tecnológico con la protección de los derechos individuales y la seguridad. Asimismo, prevé la creación de una Comisión Nacional de Inteligencia Artificial, encargada de asesorar al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) en la regulación y supervisión de la IA en el país.

De igual manera, incluye un enfoque basado en riesgos, que clasifica los usos de la IA según el nivel de riesgo que representan para la sociedad, desde aquellos considerados de riesgo inaceptable (que podrían causar graves perjuicios físicos o psicológicos) hasta los que no implican un riesgo significativo. La regulación busca identificar y mitigar los posibles impactos negativos de la IA.

Al impulsar la autorización para la comercialización de sistemas de IA y establecer criterios claros para su uso ético, buscamos sentar las bases para un desarrollo responsable de la tecnología en México. Asimismo, se pretenden aprovechar los beneficios mientras se protegen los derechos de las personas y se fomenta el bienestar de la sociedad.

Geoffrey Hinton, conocido como el “padrino” de la IA, así como Elon Musk y otros líderes tecnológicos, han advertido sobre los posibles alcances de esta herramienta, instando, incluso, a hacer una pausa en los experimentos masivos debido a los riesgos profundos que conllevan.

El impacto de la inteligencia artificial trasciende las fronteras. Por ello, nuestra iniciativa de regulación contribuye al debate global sobre su uso ético. Así, al establecer estándares claros y transparentes, México puede influir positivamente en la agenda internacional y promover una cooperación global en la gestión de los peligros y beneficios asociados con la IA.

En última instancia, queremos dar un paso adelante hacia un futuro en el que la innovación tecnológica y la ética vayan de la mano. Al regular la IA en forma integral y proactiva, México se posicionará como un líder en el desarrollo de políticas que garanticen su uso seguro, ético y beneficioso para la sociedad en su conjunto.

 

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