Congreso dividido en Estados Unidos

El pasado martes 8 de noviembre se celebraron elecciones intermedias en Estados Unidos para renovar un tercio de los escaños del Senado (35 de 100 espacios) y la totalidad de la Cámara de Representantes (435 asientos).

Aunque es cierto que el Partido Republicano logró arrebatarle la mayoría de la Cámara de Representantes al Partido Demócrata, la llamada “marea roja” no llegó. Contrario a lo esperado, el presidente Joe Biden y su organización política lograron mantener la mayoría en el Senado y, de ese modo, podrán conservar activa su agenda por lo menos los próximos dos años.

A su vez, se renovaron las gobernaturas de 36 estados de los 50 que integran ese país y se realizaron consultas paralelas sobre diversos temas locales. En general, esos resultados tampoco desfavorecieron a las agendas o a las candidatas y candidatos demócratas, aunque es necesario aclarar que las fuerzas republicanas, sobre todo las más conservadoras, no están completamente disminuidas.

En otras palabras, los efectos para los demócratas no fueron tan demoledores como se esperaba, pero eso no significa que los republicanos no hayan aumentado su presencia en posiciones clave. El análisis de los comicios merece matizar en estos temas.

 

 

Cámaras divididas

Los resultados indican que los demócratas controlarán por ahora 50 escaños en el Senado y los republicanos 49.[1] La mayoría senatorial para el partido del presidente Biden resulta en una bocanada de oxígeno a su administración, frente a la elección presidencial en 2024, a pesar de los desafíos internos que enfrenta el país, como la creciente inflación.

Mientras que los republicanos controlarán, por lo menos, 215 de los escaños en la Cámara de Representantes, los demócratas tendrán 204 espacios. Aunque aún se encuentran en disputa 16 escaños, los republicanos requieren sólo tres asientos más para obtener la mayoría, lo que casi es un hecho que lograrán.[2] 

Es necesario aclarar que el retraso en estos distritos se debe a que los resultados finales en estados como California, el más poblado del país, tardan mucho más en conocerse porque el escrutinio oficial vence hasta un mes después desde el día de las elecciones. Las boletas que se envían por correo aún se demorarán en llegar y ser contabilizadas, y sólo en ese estado hay diez escaños que se encuentran en disputa. Los resultados finales tardarán, pero la tendencia es casi irreversible, los republicanos dominarán la Cámara de Representantes.[3]

La definición del último escaño en el Senado se realizará en segunda vuelta el próximo 6 de diciembre en Georgia. Ninguno de los dos candidatos — el demócrata Raphael Warnock y el republicano Herschel Walker — obtuvieron el 50 por ciento mínimo para declarar a un ganador. Aún cuando el escaño lo ocuparan los republicanos, el voto de la vicepresidenta Kamala Harris permitiría desempatar en las votaciones, lo que les da a los demócratas la mayoría legislativa. Georgia es conocido como un estado profundamente fragmentado entre ambos partidos. Los resultados actuales refuerzan esa idea.[4]

¿Qué implicaciones tendrán las cámaras divididas para la administración del presidente Biden? Con estos resultados el mandatario no estará ni cerca de gobernar con total libertad, pero sí con un mayor margen que otros mandatarios estadounidenses tras el proceso intermedio. Con la Cámara de Senadores pintada de azul, el presidente Biden podrá nominar y aprobar a las y los miembros del Poder Judicial, incluida la Corte Suprema, el órgano más importante del sistema judicial estadounidense.[5]

Además, el Senado podrá fungir como órgano de contrapeso o freno a las leyes de las y los representantes republicanos que busquen obstaculizar la agenda del presidente. Con una derrota en ambas cámaras, el ejercicio del poder hubiese sido mucho más complejo, con efectos directos en la campaña y en los resultados del proceso electoral del 2024, donde se renovará, entre otros puestos, al jefe del Poder Ejecutivo.[6]

Entre las malas noticias para Biden, se encuentra el cambio de presidencia en todos los comités de la Cámara de Representantes, tras la pérdida de mayoría demócrata. El hecho le reducirá capacidad para presentar, analizar y aprobar iniciativas de ley. Por tanto, su agenda de gobierno podría verse retrasada en ese órgano. Como alternativa tendrá que hacer del Senado estadounidense su trinchera legislativa.

Por otra parte, aún es muy temprano para saberlo, pero será necesario mantenerse atentos sobre los perfiles y liderazgos que encabezarán los comités de la Cámara de Representantes tan relevantes para México como el de comercio internacional, seguridad, y de asuntos exteriores. El riesgo de que sean encabezados por figuras del sector más conservador del Partido Republicano es evidente.

Asimismo, es casi imposible pensar que bajo esta configuración legislativa se discutirán y aprobarán leyes que modifiquen el estatus actual de la regulación de armas en ese país — fenómeno que afecta directamente a México — o que aborden la migración irregular desde una perspectiva de Derechos Humanos, con el objetivo principal de mitigar la crisis en nuestra frontera común.

 

Gubernaturas: preámbulo de las presidenciales

Los resultados de las gobernaturas indican que los republicanos ganaron 24 posiciones disputadas, mientras que los demócratas se impusieron en 22. Resulta especialmente relevante que los demócratas lograron cambiar las gobernaturas de Maryland y Massachusetts a su favor. Además, encabezarán estados clave como California, Nueva York y Pensilvania.

El gobierno de Florida seguirá dirigido por Ron DeSantis, quien logró su reelección con una clara ventaja sobre su contrincante más cercano, el demócrata Charlie Crist. A la par de Florida, Texas también será gobernada por los republicanos. Ambos gobiernos podrían tener una actitud ríspida hacia México e, incluso, convertirse en espacios donde domine el sector más conservador del espectro político.

Las elecciones a nivel estatal son profundamente relevantes porque muestran un panorama previo a las elecciones presidenciales en dos años. Los interesados e interesadas comienzan a perfilarse en la arena nacional y demuestran su posible apoyo electoral frente al escrutinio nacional. En el lado demócrata, el interés puede ser más sutil, por lo menos hasta que el presidente Biden anuncie oficialmente si buscará la reelección o no. Pero entre los y las republicanas el escenario es distinto y comienzan a revelarse posibles nombres.

Por ejemplo, la victoria del republicano DeSantis ha sido leída como la ratificación de la posibilidad de ser candidato presidencial. Sin embargo, de confirmarse su intención tendrá que enfrentarse a la búsqueda de Donald Trump por abanderar nuevamente la candidatura del partido. La carrera interna entre ambos políticos, y los que se sumen durante los siguientes meses, será profundamente interesante dado que provienen del mismo estado y de corrientes políticas conservadoras.[7] 

De concretarse, DeSantis desafiará a una de las figuras más importantes para los y las republicanas en los últimos años. De hecho, el gobernador de Florida se ha convertido ya en un liderazgo relevante dentro de su partido y ha encabezado algunos de los movimientos conservadores más evidentes en ese país, como la oposición a imponer restricciones de movilidad y libertad por la pandemia de COVID-19 y la adopción de una ley que limita la discusión de asuntos relacionados con la comunidad LGBTI+ en las escuelas.[8]

Estas posiciones, que sin duda están estrechamente vinculadas a la agenda del presidente Trump, se encontrarán de alguna manera en el centro de la campaña del Partido Republicano sin importar quien lidere la candidatura. Parece que, aunque en el Congreso los republicanos no lograron desbandar del todo al Partido Demócrata, en general su ala más radical se mantiene en buena estima entre la población estadounidense, pese personajes como DeSantis y Trump. No hay duda, algunas victorias en las gubernaturas marcan el preámbulo para el proceso electoral del 2024 y las ideas que se defenderán en campaña.

Consultas paralelas

Las y los estadounidenses no sólo votaron por sus representantes en el Poder Legislativo y gobernaturas. También fueron consultados localmente sobre asuntos como el aborto, el uso recreativo de la marihuana, el sistema electoral y la abolición de la esclavitud moderna, incluidos los trabajos forzados de personas privadas de su libertad.

Tras la consulta, se reportó que cuatro estados blindaron la protección del derecho al aborto. De esta manera, Míchigan, Kentucky, California y Vermont garantizan en referéndum los derechos reproductivos de las mujeres.[9] Apenas en junio pasado, el Tribunal Supremo de Estados Unidos decidió retirar el derecho federal al aborto, garantizado desde 1973 en ese país. Por tanto, los estados deben legislar localmente acerca de este asunto.[10]

El gobernador de California, Gavin Newsom, y la gobernadora de Míchigan, Gretchen Whitmer, ambos demócratas, posicionaron en el centro de sus campañas de reelección el derecho al aborto. Los dos buscaron diferenciarse de los candidatos republicanos a través de su apoyo a las libertades de las mujeres sobre su cuerpo, entre otros asuntos. Tanto Newsom como Whitmer fueron reelegidos como gobernadores de sus respectivos estados.

Sobre las consultas que legalizan la marihuana para usos recreativos, en Maryland y Misuri se votó por una gran mayoría a favor. Mientras que, Arkansas, Dakota del Norte y Dakota del Sur se posicionaron en contra. En 2012, Colorado autorizó la medida y desde entonces han sido 39 estados los que han seguido ese camino. Es necesario decir que la ley federal en Estados Unidos lo prohíbe, por eso cada estado individualmente ha decidió sobre el tema.[11]

Por otra parte, se sometieron a consultas algunas medidas aún vigentes relacionadas con la esclavitud. En Alabama, Oregón, Tennessee y Vermont se decidió eliminar de la legislación estatal la esclavitud en forma de trabajo forzado para las personas privadas de su libertad. Luisiana mantendrá la medida. Las cuatro iniciativas aprobadas no forzarán cambios inmediatos en las prisiones de los estados, pero es posible que se promuevan procedimientos legales para acabar con la práctica de obligar a las personas condenadas a prisión a trabajar bajo la amenaza de sanciones.

Los resultados mixtos de las consultas revelan mucho de la composición política de la población estadounidense. Por ejemplo, mientras se festejan algunos avances sobre derechos y libertades individuales y colectivas, en Ohio se aprobó una medida que bloquea los intentos para permitir que personas que no son ciudadanas estadounidenses voten en las elecciones locales. La medida respondió a la propuesta de que los residentes legales permanentes y autorizadas para trabajar en el país pudiesen votar en los procesos locales. En Iowa ganó mayoritariamente la iniciativa que consagra el derecho a portar armas.

Las decisiones con cierto toque conservador se contraponen en buena medida con las iniciativas que protegen libertades individuales, como el aborto y el uso de la marihuana. Los extremos políticos justamente son reflejos de los dos lados en los que la población en Estados Unidos se encuentra actualmente. ¿Qué está sucediendo con los extremos ideológicos en Estados Unidos?[12]

 

 

 

Extremos ideológicos

La posición de algunos estados de proteger el derecho al aborto estaría vinculada de algún modo con la victoria de algunas candidaturas demócratas. Las mujeres representan la mayor proporción del electorado estadounidense y analistas coinciden en que la oposición al aborto marcó en cierta medida las derrotas de las candidaturas republicanas más conservadoras. Asimismo, la población más joven votó más de lo esperado en estados como Pensilvania, donde las posiciones más radicales del Partido Republicano están tomando fuerza. Esto indicaría que la juventud está preocupada por el posible retroceso a sus derechos y libertades frente a los movimientos más radicales.

Por ejemplo, Harry Enten, analista de CNN Politics, afirma que había poca simpatía hacia gran parte de las candidaturas republicanas, con altos índices negativos cuando eran más extremas sus posiciones políticas. Por ejemplo, ese grupo tenía en común su crítica al proceso electoral de 2020 “por la existencia de fraude”, por lo que afirman que la presidencia de Biden es ilegitima. En contraste, los y las demócratas eran percibidos favorablemente en casi todos los espacios de confrontación electoral, como más moderados.[13]

La posición política extrema de los y las candidatas republicanas fueron percibidas negativamente por la población estadounidense. En tanto, se dejó a un lado los altos niveles de inflación y la baja popularidad del presidente Biden. Enten afirma que el éxito de los demócratas fue convertir la elección en una competencia entre las organizaciones políticas, sus candidaturas y sus posiciones políticas y no en un referéndum sobre la actuación del mandatario demócrata.[14]

Las ideas que de algún modo enarboló el entonces presidente Trump durante su mandato continúan vigentes con personajes como DeSantis o el propio exmandatario que continúa activo en la vida pública y política del país. Pero es verdad que en estas elecciones parece que hubo un rechazo de algunos sectores a ese grupo de republicanos. En las elecciones estatales para gobernador en Pensilvania, Maryland, Illinois y Michigan, todos los candidatos perdieron. Nuevamente, el elemento común fue su pertenencia al grupo conservador cercano a Trump.[15]

Analistas consideran que este proceso electoral demuestra que “poner en peligro la democracia no es un éxito político […] Resulta que tratar de anular una elección no es muy popular entre el pueblo estadounidense”, afirmó Whit Ayres, encuestador republicano, en referencia a la posición común de los derrotados en los comicios, que cuestionan el triunfo de Biden. Las teorías de conspiración y cuestionamientos sobre el funcionamiento de la democracia estadounidense traerían consigo la derrota de candidaturas a gubernaturas, fiscalías y secretarías de Estado local.[16]

Aunque es cierto que un buen número de esos republicanos perdieron por sus posiciones extremas sobre temas tan importantes para las mujeres como el aborto, y por sus ideas de conspiración sobre el sistema electoral en Estados Unidos, es necesario insistir en que el movimiento más conservador continúa vigente. Además, ya se sembró una duda sobre las reglas, lo que dañaría a la democracia en aquel país, de acuerdo con el periodista de AP, Nicholas Riccardi.[17]

 

 

¿Cómo votó la comunidad latina?

En materia electoral, la comunidad hispana en Estados Unidos es la que más ha crecido en los últimos años y representa el 20 por ciento total de la población. Ahora mismo este grupo equivale a un quinto del total del padrón electoral. Sin embargo, los números señalan que el llamado “voto latino” no es tan poderoso porque pocos ejercen su derecho.[18] Afortunadamente en los últimos años, las cifras se han modificado, aunque aún se pueden mejorar. En 2018 el 40 por ciento de esa comunidad participó en el proceso electoral; un aumento de cerca del 50 por ciento comparado con 2014. El crecimiento en participación fue el doble que en otras comunidades.[19]

En esta ocasión, la mayoría de los votos de la comunidad latina fueron para el Partido Demócrata, con excepción de Florida. El apoyo de este grupo no es homogéneo, pero durante este proceso parece que percibieron una amenaza generalizada en el Partido Republicano. Las preferencias e identificaciones de la comunidad de latinas y latinos en Estados Unidos no están cerca de ser las mismas. Como cualquier otro grupo social, además de las coincidencias, lo más interesante de entender y explicar son las diferencias, afirma Dan Restrepo, analista sobre temas latinos en Estados Unidos y presidente del Institute Equis, organización que promueve el voto latino en ese país.[20]

Los resultados indican que en la Cámara de Representantes el 60 por ciento de los latinos respaldó a las candidaturas demócratas y el 39 por ciento a las republicanas. En la elección para gobernador, la proporción de latinos apoyando al candidato republicano llega hasta el 58 por ciento, en contraste con el 40 por ciento que apoyó al candidato demócrata. En el resto de las elecciones en otros estados el apoyo no rebasa el 50 por ciento para el Partido Republicano. Incluso, en Pensilvania se reduce hasta el 25 por ciento y el apoyo hacia los demócratas sube al 72 por ciento.[21]

Varias y varios fueron los candidatos latinos que el Partido Republicano postuló en esta elección, por ejemplo, en Texas y Virginia, pero no lograron convencer a su sector y perdieron. En contraste, en Pensilvania, Arizona y Nevada los demócratas recibieron el apoyo de la comunidad latina con un importante margen sobre sus contendientes.[22]

La gran excepción sin duda ha sido Florida. En Miami-Dade, un condado con presencia latina, desde el 2020 ya había votado drásticamente en favor de Donald Trump, en esta ocasión también lo hicieron por DeSantis y el senador Marco Rubio. Como Restrepo afirma, es más interesante analizar las diferencias de esta comunidad que sus similitudes, y los expertos coinciden que en Florida se comportan distinto por su combinación de expatriados, inmigrantes, nacionalidades y relaciones sociales completamente diferentes a otros espacios latinos en Estados Unidos. Hay una clara influencia política de los republicanos sobre los votantes de ascendencia cubanoamericana y sudamericana en Florida.[23]

A pesar del posible voto mayoritariamente demócrata en esta ocasión, la población latina está lejos de ser monolítica. Las complejidades estatales demuestran que hay diferencias políticas y electorales. Esta población no está casada con ninguna organización, por eso en periodos electorales pasados se afirmó que incluso se tornaba más cercana a los republicanos. El trabajo y el compromiso con sus causas y necesidades son clave para llevarse su apoyo. Por ahora los demócratas lograron sumar el apoyo latino, pero en 2024 podría cambiar.[24]

 

 

Para concluir

Biden y el Partido Demócrata han logrado mantener una importante ventaja hacia los próximos años, complicados por los retos sociales y económicos que enfrenta Estados Unidos y el mundo. También influyen las disputas políticas, el debate de ideas sobre el rumbo que aquel país debe tomar, y la polarización de una sociedad compleja y diversa.

Sin embargo, es necesario decir que los resultados no favorecerán al mandatario estadounidense sin la atención adecuada a los desafíos más apremiantes, como el aumento de la inflación, por mencionar un ejemplo. Esto incluye a la comunidad latina, que ha mostrado apoyo generalizado a los demócratas, pero que no es incondicional al partido. Todavía queda un largo camino que recorrer, pero no hay duda de que las piezas para las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos comienzan a moverse.

 

ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA

 

Fuentes

[1] CNN, “Democrats will keep control of the Senate, CNN projects”. CNN (15 de noviembre, 2022), sec. Live Election [En línea]: https://cnn.it/3EdTwqe [Consulta: 15 de noviembre, 2022].

[2] CNN, “House of Representatives Results: 16 races remain to decide control”. CNN (15 de noviembre, 2022), sec. Live Election [En línea]: https://cnn.it/3TADahb [Consulta: 15 de noviembre, 2022].

[3] Ídem.

[4] Macarena Vidal Liy, “Georgia vuelve a dejar en ascuas a EE. UU. con un escaño del Senado que se asignará en segunda vuelta”. El País (9 de noviembre, 2022), sec. Elecciones EE. UU. [En línea]: https://bit.ly/3g5niFY [Consulta: 14 de noviembre, 2022].

[5] Harry Enten, “ANÁLISIS | Cómo Joe Biden y el Partido Demócrata desafiaron la historia de las elecciones intermedias”. CNN (13 de noviembre, 2022), sec. Análisis [En línea]: https://cnn.it/3hJTqPP [Consulta: 14 de noviembre, 2022].

[6] Ídem.

[7] María Antonia Sánchez – Vallejo, “DeSantis emprende su camino hacia la Casa Blanca tras lograr la reelección como gobernador de Florida”. El País (8 de noviembre, 2022), sec. Elecciones EE. UU. [En línea]: https://bit.ly/3OcZSLu [Consulta: 11 de noviembre, 2022].

[8] Idem.

[9] The New York Times, “Abortion on the Ballot”. The New York Times (15 de noviembre, 2022), sec. Elections [En línea]: https://nyti.ms/3tzFJWa [Consulta: 15 de noviembre, 2022].

[10] Sonia Corona, “Cuatro Estados blindan la protección del aborto en Estados Unidos”. El País (9 de noviembre, 2022), sec. Elecciones EE. UU. [En línea]: https://bit.ly/3EegZI7 [Consulta: 10 de noviembre, 2022].

[11] The New York Times, “Marijuana and Drug Policy on the Ballot”. The New York Times (15 de noviembre, 2022), sec. Elections [En línea]: https://nyti.ms/3g34RSk [Consulta: 15 de noviembre, 2022].

[12] Rick Rojas, “Votes on Ballot Measures Reflect the Nation’s Divisions”. The New York Times (9 de noviembre, 2022), sec. Midterm Elections 2022 [En línea]: https://nyti.ms/3hNkihW [Consulta: 10 de noviembre, 2022].

[13] Harry Enten, op. cit.

[14] Idem.

[15] Chris Cillizza, “ANÁLISIS | Donald Trump hizo el comentario más “trumpista” de todos sobre las elecciones”. CNN (9 de noviembre, 2022), sec. Análisis. [En línea]: https://cnn.it/3hPuDJW [Consulta: 10 de noviembre, 2022].

[16] Nicholas Riccardi, “Candidates who backed overturning Trump loss are rebuffed”. AP News (9 de noviembre, 2022), sec. U.S. News. [En línea]: https://bit.ly/3XiAacD [Consulta: 15 de noviembre, 2022].

[17] Idem.

[18] Chimoy, C. “¿Decidirá el voto latino las elecciones en EE. UU.?”. Deutsche Welle (3 de noviembre, 2022), sec. Política [En línea]: https://bit.ly/3TflYxF [Consulta: 11 de noviembre, 2022].

[19] Harry Enten, “ANÁLISIS | Por qué los votantes hispanos tendrán más poder este año que nunca”. CNN (27 de octubre, 2022), sec. Análisis [En línea]: https://cnn.it/3EeYZNT [Consulta: 10 de noviembre, 2022].

[20] Dan Restrepo, “El poder político de los latinos estadounidenses y las elecciones”. El País (6 de noviembre, 2022), sec. Opinión [En línea]: https://bit.ly/3TjTy5w [Consulta: 10 de noviembre, 2022].

[21] Jennifer Vilcarino y Chase Harrison, “Chart: How U.S. Latinos Voted in the 2022 Midterm Election”. AS/COA (14 de noviembre, 2022), sec. Articles [En línea]: https://bit.ly/3GkIQcq [Consulta: 15 de noviembre, 2022].

[22] Idem.

[23] Christian Paz, “Beware the post-midterm hot takes about Latino voters”. Vox (10 de noviembre, 2022), sec. Midterm Elections [En línea]: https://bit.ly/3g7GPFw [Consulta: 15 de noviembre, 2022].

[24] Idem.