Desafíos para el liderazgo internacional de China

La influencia internacional de China es indiscutible. Es la segunda economía más grande, tan sólo por detrás de Estados Unidos, tiene una presencia importante en todas las regiones del mundo y participa activamente en las diversas instituciones del sistema de gobernanza internacional, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Además, continúa impulsando iniciativas multilaterales centradas en sus prioridades de política exterior, como la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés), que está en proceso de consolidación, así como el bloque de los BRICS (junto con Brasil, Rusia, India y Sudáfrica), que se encamina hacia su expansión para incluir a más países del denominado Sur Global.

Sin embargo, el gigante asiático enfrenta una serie de problemáticas estructurales que lo exponen al riesgo del estancamiento económico y del desgaste de su liderazgo internacional.

Un actor global influyente

La presencia de China es de alcance global. Es el mayor socio comercial de cerca de 120 países, como Japón, Corea del Sur, Vietnam y Taiwán, dada su proximidad geográfica, No obstante, también es el principal socio de la Unión Europea, Rusia y Ucrania. En África, es el socio más importante de Sudáfrica y Kenia. En Oriente Medio, de Arabia Saudita; mientras que en América del Sur, de Brasil, por ejemplo.[1] Su posición económica le brinda la capacidad de influir en otras naciones.

En tal sentido, avanza en su objetivo de ampliar su red de acuerdos comerciales. Entre 2022 y 2023, la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés) entró en vigor en los 15 países que lo integran: la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEN, por sus siglas en inglés), más Australia, China, Corea del Sur, Japón y Nueva Zelanda.[2] La iniciativa de integración económica liderada por China le permite aprovechar aún más su potencial comercial para asegurar un mayor acceso al mercado en Asia-Pacífico.[3]

De manera complementaria, profundiza sus vínculos bilaterales con países como Nicaragua, otrora aliado de Taiwán. En agosto, ambas naciones concluyeron las negociaciones para un tratado de libre comercio centrado en el intercambio de bienes, servicios y acceso al mercado para la inversión.[4] También acordaron un marco para las transacciones electrónicas, la protección de datos personales en línea y la cooperación en la economía digital.[5]

El país asiático busca obtener una mayor influencia económica en América Latina, región que tradicionalmente ha dependido más de Estados Unidos para el comercio. En julio, tras la visita a China de la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, ambos países anunciaron el inicio de conversaciones para un acuerdo de libre comercio bilateral.[6]

En la última década, obtuvo mayor alcance dentro del sistema de Naciones Unidas, tradicionalmente dominado por los países occidentales.[7] En junio de 2019, por ejemplo, Qu Dongyu, viceministro chino de Agricultura y Asuntos Rurales, venció al candidato respaldado por Estados Unidos para convertirse en director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). Además, fue reelecto para un segundo periodo en julio de 2023.[8]

China llegó a dirigir simultáneamente hasta cuatro de los 15 organismos especializados de la ONU: además de la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (UNIDO), la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU) y la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Conviene recordar que ese país es igualmente uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, lo que le otorga un amplio poder de decisión sobre los asuntos globales.

En el ámbito multilateral, el Gobierno chino mantiene el impulso sobre otras iniciativas que son prioritarias para sus objetivos de política exterior. Recientemente, la BRI cumplió una década desde su lanzamiento en 2013 por el presidente Xi Jinping en un esfuerzo por revivir la Ruta de la Seda, una antigua red de rutas comerciales que unen a China con Asia Central, Oriente Medio, África y Europa. Más de 150 países, que representan casi el 75 por ciento de la población mundial y más de la mitad del PIB global, se han suscrito al plan.

China invirtió también cientos de miles de millones de dólares en préstamos y subvenciones para la construcción de ferrocarriles, carreteras y otras infraestructuras que de otro modo no podrían haber sido financiadas. De esa manera se convirtió en el mayor acreedor y en una fuente crucial de inversión en muchos países en desarrollo que no tenían acceso a financiamiento para infraestructura.[9]

Ciertamente, la iniciativa enfrenta varios obstáculos; sin embargo, China busca revitalizarla al cambiar el modelo económico bajo el cual se construye y pasar a enfocarse en industrias como las telecomunicaciones, la inteligencia artificial (IA) y la computación en la nube, para con ello dar forma a la Ruta de la Seda Digital (Digital Silk Road). De esa manera da una nueva dimensión a la geopolítica en el mundo digital.[10]

Asimismo, el país asiático está centrado en revitalizar el bloque de los BRICS. Durante la 15.ª Cumbre, celebrada en agosto pasado en Johannesburgo, Sudáfrica, el presidente Xi Jinping hizo un llamado a acelerar la expansión del bloque. Sudáfrica refirió que al menos 40 naciones habían expresado interés en unirse al grupo, particularmente Argentina, Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.[11] Igualmente, el mandatario destacó que los BRICS acordaron lanzar un grupo de estudio sobre IA y ampliar aún más la cooperación en la materia, incluso mediante el fortalecimiento del intercambio de información y la cooperación técnica.[12]

Estas acciones van en línea con su estrategia de promover instituciones internacionales alternativas y ampliar su capacidad de influencia.[13] Un estudio del German Marshall Fund (GMF) muestra que un 30 por ciento de las personas encuestadas creen que China superará a Estados Unidos como el actor más influyente en los asuntos globales. La muestra del sondeo la integraron ciudadanas y ciudadanos de países como Canadá, Alemania, el Reino Unido, Suecia, España y Polonia, quienes consideran el surgimiento de China como una economía más competitiva y un mundo multipolar.[14]

Retos para la economía

No obstante, China enfrenta una serie de problemas estructurales que ponen en riesgo su posición a nivel internacional. Su producción económica anual pasó de menos de 500 mil millones de dólares a 18 billones de dólares entre 1992 y 2022, con años de crecimiento de dos dígitos que impulsaron el PIB anual per cápita de menos de 400 a 13 mil dólares en ese periodo.[15] Hoy, la desaceleración de la economía china se ubica como uno de los temas más preocupantes, tanto para el país asiático como para la economía global.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la recuperación de China ha sido más débil de lo esperado. Las estimaciones de septiembre apuntan a un crecimiento del PIB en un 5.1 por ciento este año, menor al 5.4 por ciento proyectado en junio pasado. Para 2024, calcula que la economía crecerá en un 4.6 por ciento, es decir, medio punto porcentual por debajo de lo previsto anteriormente.[16] Una mayor desaceleración en esa nación frenaría el crecimiento de sus socios comerciales en todo el mundo y podría reducir la confianza empresarial afectando las inversiones.

Esta desaceleración tiene que ver con el aumento de la deuda del país y el lento dinamismo en el sector inmobiliario, lo cual está estrechamente relacionado con la sobreoferta. El problema es tal que el país ha acumulado suficientes apartamentos vacíos para satisfacer la demanda de siete años. Aunado a ello, las tendencias demográficas adversas que limitan la ventaja de China en mano de obra joven, barata y calificada amplifican los costos de bienestar social y hacen que disminuya la demanda del mercado de la vivienda.

Así también, la cuestión del desempleo entre personas jóvenes es un tema fundamental, puesto que aumentó por encima del 20 por ciento en junio pasado.[17] Esto se debe a que las y los universitarios recién graduados están encontrando menos oportunidades que se ajusten a su nivel educativo, y a que la fuerza laboral del país carece en general de las habilidades para dar el salto hacia un empleo mejor pagado y de mayor valor añadido.[18]

La combinación de estos factores desacelera el consumo interno y reduce las expectativas de crecimiento de la economía. Si consideramos que una de las prioridades del presidente Xi mediante su “estrategia de circulación dual” es precisamente impulsar el crecimiento a través de una combinación de la demanda doméstica y las exportaciones e inversiones extranjeras, el panorama se torna más complejo.[19]

Ciertamente, la economía sigue dependiendo de la inversión, pero ésta es cada vez más improductiva en sectores como el de construcción y exportación; las empresas estatales son cada vez menos competitivas y la deuda es creciente. La decisión de los gobernantes de ampliar el papel del Estado en la economía, ignorar o suprimir las fuerzas del mercado y evitar el surgimiento de un sector privado independiente y una clase media sólida son factores determinantes.[20] La tendencia se mantiene, pues la expansión del sector estatal en los últimos dos años contrasta con el avance del sector privado durante la década anterior a mediados de 2021, según un análisis del Instituto Peterson para la Economía Internacional (PIIE, por sus siglas en inglés)[21]

Reequilibrio en un escenario cambiante

En el fondo, la fricción China-Estados Unidos interviene; las diferencias por la competencia económica y la seguridad nacional persisten y se profundizan, y el comercio entre los países se mantiene fuerte. China es el tercer socio comercial más grande de EUA, después de Canadá y México.[22] Sin embargo, las dos naciones ampliaron las restricciones al comercio bilateral, especialmente en el sector de tecnología; de ahí que la proporción de las importaciones de la Unión Americana provenientes del gigante asiático van disminuyendo, una señal de cómo algunas empresas están rompiendo vínculos con empresas chinas, lo cual afecta en la economía exportadora del gigante de Asia.[23]

Esto responde igualmente al hecho de que múltiples empresas extranjeras buscan países alternativos como fuentes de insumos y están relocalizando su producción fuera de China para reducir su dependencia y la exposición al riesgo, luego de los efectos que tuvo la pandemia sobre las cadenas de suministros altamente concentradas. La capacidad de respuesta de China parece funcionar parcialmente, sobre todo al diversificarse mediante iniciativas como la RCEP. El Banco Mundial calcula que el comercio entre las naciones del bloque podría aumentar en un 12 por ciento hacia 2035, en comparación con un escenario sin acuerdo, no obstante que el nivel de dependencia en el comercio con socios como Estados Unidos es todavía mayor.[24]

China requiere transitar hacia una economía más productiva e innovadora, que dependa menos de las exportaciones y genere mejores empleos para la fuerza laboral joven. Esto podría requerir una reforma estructural de amplio alcance destinada a garantizar una mayor competencia al interior del país y una posición menos privilegiada del sector estatal.[25]

La decisión de Beijing en marzo pasado de relajar los controles sobre el sector tecnológico puede reflejar los primeros esfuerzos en esta dirección.[26] Sin embargo, la carga regulatoria sigue siendo un desincentivo, así como la guerra comercial con Estados Unidos y el creciente riesgo de conflicto por la situación de Taiwán. Más aún, el Gobierno chino debe construir una red de seguridad social lo suficientemente robusta como para dar a las y los trabajadores la confianza de gastar más.[27] Esto podría incluir beneficios de salud pública y pensiones financiadas por el Estado. Crear estas condiciones no es tarea sencilla.

Si China no logra superar estos desafíos y la tendencia se mantiene, puede caer en la conocida “trampa de los ingresos medios”, sin lograr transitar hacia una economía de altas percepciones. Incluso podría enfrentarse a riesgos aún más graves, como una crisis financiera. Cualquier escenario tendría consecuencias mucho mayores, tanto al interior como al exterior del país, y podría mermar su liderazgo internacional. Los desafíos que enfrenta ese país son una cuestión de la mayor relevancia para la comunidad internacional y desde México habremos de seguirla con mucha atención.

 

Fuentes:

ricardomonreala@yahoo.com.mx

X y Facebook: @RicardoMonrealA

 

[1] Ambassador Mark A. Green, “China Is the Top Trading Partner to More Than 120 Countries”. Wilson Center (17 de enero, 2023) [En línea]: https://bit.ly/3ZmQ5aY [Consulta: 18 de septiembre, 2023].

[2] Association of Southeast Asian Nations, “Joint Media Statement of the 2nd RCEP Ministers’ Meeting”. Association of Southeast Asian Nations (21 de agosto, 2023), sec. Home, Statements [En línea]: https://bit.ly/48lDN6U [Consulta: 18 de septiembre, 2023].

[3] Yi Wu, “How the RCEP Has Benefitted China: Initial Findings from 2022”. China Briefing (16 de mayo, 2022) [En línea]: https://bit.ly/3Pm9mVz [Consulta: 18 de septiembre, 2023].

[4] Wang Keju, “China, Nicaragua sign free-trade agreement”. China Daily (31 de agosto, 2023), sec. Home, World, Diplomacy, ed. Global Edition [En línea]: https://bit.ly/3LtN2Z5 [Consulta: 18 de septiembre, 2023].

[5] Bernard Orr, “China, former Taiwan ally Nicaragua sign wide-ranging free trade deal”. Reuters (30 agosto, 2023), sec. Asia Pacific [En línea]: https://reut.rs/3Zom3Uh [Consulta: 18 de septiembre, 2023].

[6] Reuters, “China, Honduras launch negotiations over free trade agreement”. Reuters (4 de julio, 2023), sec. World [En línea]: https://bit.ly/3LtUvas [Consulta: 18 de septiembre, 2023].

[7] Courtney J Fung y Shing-hon Lam, “Mixed report card: China’s influence at the United Nations”. Lowy Institute (18 de diciembre, 2022), sec. Publications, Analyses [En línea]: https://bit.ly/3sZZBF3 [Consulta: 18 de septiembre, 2023].

[8] Food and Agriculture Organization of the United Nations, “QU Dongyu of China re-elected FAO Director-General”. Food and Agriculture Organization of the United Nations (2 de julio, 2023), sec. News, ed. English [En línea]: https://bit.ly/3Rnkxjq [Consulta: 18 de septiembre, 2023].

[9] The Economist, “China’s Belt and Road Initiative will keep testing the West”. The Economist (7 de septiembre, 2023), sec. Leaders [En línea]: https://bit.ly/4574SrS [Consulta: 18 de septiembre, 2023].

[10] David Gordon y Meia Nouwens, “The Digital Silk Road: Introduction”. International Institute for Strategic Studies (6 de diciembre, 2022), sec. Online Analysis [En línea]: https://bit.ly/3PKjvNf  [Consulta: 18 de septiembre, 2023].

[11] Joseph Cotterill, “Xi Jinping dominates Brics summit as leaders endorse Beijing-led expansion”. Financial Times (25 de agosto, 2023), sec. Emerging markets [En línea]: https://bit.ly/44ZsVc5  [Consulta: 19 de septiembre, 2023].

[12] Reuters, “China’s Xi calls for accelerated BRICS expansion”. Reuters (23 de agosto, 2023), sec. World [En línea]: https://bit.ly/3RnxWrL [Consulta: 19 de septiembre, 2023].

[13] Xinhua, “Xi expects to work with BRICS leaders for more just, equitable global governance”. Xinhuanet (23 de agosto, 2023) [En línea]: https://bit.ly/3PhDXUc [Consulta: 19 de septiembre, 2023].

[14] María R. Sahuquillo, “Uno de cada tres occidentales creen que China superará a EE UU como actor global más influyente”. El País (11 de septiembre, 2023), sec. Internacional, ed. América-México [En línea]: https://bit.ly/45YwDDZ [Consulta: 19 de septiembre, 2023].

[15] Richard Haass, “China’s Homegrown Crisis”. Council on Foreign Relations (21 de agosto, 2023), sec. Article [En línea]: https://on.cfr.org/3t2a8zB [Consulta: 19 de septiembre, 2023].

[16] Organisation for Economic Co-operation and Development, “Confronting inflation and low growth”. Organisation for Economic Co-operation and Development (septiembre, 2023), sec. Economy, Economic Outlook, analysis and forecasts [En línea]: https://bit.ly/46a0oBK [Consulta: 19 de septiembre, 2023].

[17]  Benn Steil y Elisabeth Harding, “The Root of China’s Growing Youth Unemployment Crisis”. Council on Foreign Relations (18 de septiembre, 2023), sec. Blog Post [En línea]: https://bit.ly/3ZnsU0g [Consulta: 19 de septiembre, 2023].

[18] Nate Fischler, “What China’s Demographic Decline Means for Its Labor Force”. Stratfor (2 de mayo, 2023), sec. On Geopolitics [En línea]: https://bit.ly/3RzSYmS [Consulta: 19 de septiembre, 2023].

[19] Hung Tran, “Dual circulation in China: A progress report”. Atlantic Council (24 de octubre, 2022), sec. EconoGraphics [En línea]: https://bit.ly/3ZqZzlR [Consulta: 19 de septiembre, 2023].

[20]  R. Haass, op. cit.

[21] Tianlei Huang y Nicolas Véron, “China’s state vs. private company tracker: Which sector dominates?”. Peterson Institute for International Economics (27 de julio, 2023), sec. PIIE Charts [En línea]: https://bit.ly/48e03zw [Consulta: 19 de septiembre, 2023].

[22] Ana Swanson, “The Contentious U.S.-China Relationship, by the Numbers”. The New York Times (7 de julio, 2023) [En línea]: https://bit.ly/46fZaEJ [Consulta: 19 de septiembre, 2023].

[23] Bureau of Economic Analysis, “China – International Trade and Investment Country Facts”. Bureau of Economic Analysis-U.S. Department of Commerce (2023), sec. International Economic Accounts, BEA International Facts, China Factsheet [En línea]: https://bit.ly/3t0wLEs [Consulta: 19 de septiembre, 2023].

[24] The Economist, “America is losing ground in Asian trade”. The Economist (15 de junio, 2023), sec. Finance and economics [En línea]: https://bit.ly/44T4UmU [Consulta: 19 de septiembre, 2023].

[25] Markus Jaeger, “China’s Great Economic Rebalancing, Part 2: Potential Solutions”. Stratfor (13 de septiembre, 2023), sec. On Geopolitics [En línea]: https://bit.ly/48gcNG5 [Consulta: 19 de septiembre, 2023].

[26] Idem.

[27] Keith Bradsher, “Why It’s So Hard for China to Fix Its Real Estate Crisis”. The New York Times (22 de agosto, 2023) [En línea]: https://nyti.ms/3Lwm9DA [Consulta: 19 de septiembre, 2023].