Elecciones en Taiwán: un proceso en favor del statu quo

Taiwán celebró comicios presidenciales y legislativos el pasado 13 de enero en un proceso que contó con amplia participación del electorado. Resultó electo Lai Ching-te, conocido como William Lai, candidato del oficialista Partido Progresista Democrático (PPD), asegurándole a este un tercer mandato consecutivo al frente del gobierno. Los resultados no solo tendrán implicaciones a nivel de política interna, sino que también impactarán en la dinámica regional, a través del Estrecho de Taiwán, y las relaciones entre Estados Unidos y China, así como en las políticas exteriores de terceros países.

Un tercer mandato sin precedente

El reciente proceso electoral taiwanés estuvo marcado por tensión e incertidumbre, pues un tema central de campaña fue cómo el Gobierno debe manejar su relación con China. Bajo el Consenso de 1992, tanto Pekín como Taipéi reconocen que hay “solo una China”; sin embargo, las dos partes tienen diferentes entendimientos de lo que eso significa, y ello despertó en los últimos años un debate amplio en Taiwán, que generalmente ocupa un lugar destacado en los procesos electorales del país. Si bien hay otros asuntos que son de interés especial para la población, como la energía nuclear, los altos precios al público consumidor, el gasto en atención médica y la vivienda pública, la cuestión sobre China resulta determinante.[1]

Esto incentivó un robusto 70 % de participación del electorado en los pasados comicios, resultando vencedor William Lai como nuevo presidente, quien tiene una posición en favor de la independencia de la isla, y dando paso así a un tercer mandato consecutivo para el partido gobernante, algo sin precedente en la historia democrática del país. Cabe señalar que la mayoría de la población de Taiwán no apoya ni la unificación inmediata ni la independencia, sino el statu quo de facto, aunque existen diferencias en el electorado sobre la mejor manera de salvaguardarlo.[2]

Lo anterior se ve reflejado en los resultados. William Lai ganó la Presidencia con el 40.1 % de los sufragios, mientras que el apoyo a la oposición se dividió entre el nacionalista partido Kuomintang (KMT), que obtuvo el 33.5 %, y el Partido Popular de Taiwán (PPT), el 26.5%.[3] El voto presidencial fue muy disputado, con el KMT que ganó más de 3.9 millones de votos, y el PPT alrededor de 3.1 millones. Esto, a su vez, muestra que existen diferencias entre partidos, sobre todo con respecto a su posición frente a China. De hecho, la oposición no logró ponerse de acuerdo sobre la mejor alternativa a favor del acercamiento, y la fallida alianza electoral planteada entre el KMT y el PPT contribuyó a la victoria de Lai, al obtener más de 5 millones de votos.[4]

Sin embargo, el PPD perdió su mayoría en el Yuan Legislativo, el parlamento de Taiwán. Ahora estará dividido entre los tres partidos, con los legisladores del PPT como minoría decisiva, lo cual podría significar un estancamiento en cuestiones vitales, como defensa y comercio a través del Estrecho de Taiwán. Los legisladores de oposición también podrían bloquear los presupuestos militares, entre otras iniciativas que resultarían relevantes para el proyecto de gobierno que encabezará William Lai a partir del próximo 20 de mayo.[5]

¿Elección que favorece la continuidad?

Ciertamente, la victoria del PPD favorece la continuidad del camino establecido por la actual presidenta Tsai Ing-wen, sobre todo para afirmar el estado que mantiene Taiwán como un país soberano y democrático. No será tarea sencilla, dadas las divergencias entre partidos. Por ejemplo, a diferencia del PPD, el KMT confía menos en Estados Unidos; asimismo, promueve el diálogo amistoso y el comercio con China, con base en un rechazo compartido de la independencia de Taiwán, como una forma de reducir las tensiones. Por otra parte, el PPT promueve una política de deferencia a través del Estrecho, similar a la del KMT.

Una mejor descripción es que el PPD está en contra de las políticas que “eventualmente podrían conducir a la unificación”, y el KMT se opone a aquellas que “podrían conducir a la independencia formal”, según explica Nathan Batto, investigador asociado en el Instituto de Ciencias Políticas, la Academia Sinica y el Centro de Estudios Electorales de la Universidad Nacional de Chengchi.[6]

William Lai es un exmédico que ha ocupado prácticamente todos los puestos políticos de alto nivel en Taiwán. Fue legislador durante más de una década, luego un popular alcalde de la ciudad sureña de Tainan. Lai es más atractivo para la ciudadanía taiwanesa partidaria de la independencia de la isla, aunque en el pasado también fue popular entre votantes centristas. Sin embargo, por momentos dejó ver sus preferencias con mayor definición. Una vez se describió a sí mismo como un “trabajador pragmático por la independencia de Taiwán”.[7]

Durante su campaña ofreció continuidad, prometiendo mantener el statu quo establecido bajo la presidencia de Tsai. De ahí que el mayor reto que enfrentará durante su gobierno será la gestión de las relaciones con China. Incluso, se comprometió a continuar con las políticas de su predecesora, quien se enfocó en realinear al Ejército y fortalecer los lazos con Estados Unidos y otros países que apoyan a la isla. Además, pugnó por un mejor trabajo para abordar problemas nacionales, como la vivienda asequible y la desigualdad económica; no obstante, el desafío será mayor frente a un Yuan Legislativo dividido y las crecientes tensiones regionales.[8]

Consideraciones en torno al statu quo

China, que reclama a Taiwán como parte inalienable de su territorio, considera que William Lai es un firme defensor de la independencia de la isla, una “línea roja” para los líderes del Partido Comunista. Así, tras los comicios, Chen Binhua, portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Gobierno chino, declaró que los resultados de las elecciones mostraban que el PPD “no puede representar a la opinión pública general en la isla”, y que China sigue firme en la “unificación nacional”.[9]

El presidente de China, Xi Jinping, considera que la unificación con Taiwán es una tendencia inevitable, lo cual, por las implicaciones que tendría en la geopolítica regional, genera preocupación. En tanto, a Washington le preocupa que la postura de William Lai pudiera volverse más estridente que la de su antecesora, lo que podría conducir hacia una confrontación.

Desde 1979, cuando Estados Unidos y China establecieron lazos diplomáticos, Taiwán ocupa una posición diplomática incierta. Este statu quo, en el que Taipéi no declararía formalmente su independencia; China no recurriría al uso de la fuerza para unificarla, y Washington no tomaría partido con respecto a la situación política de Taiwán, ha sido la base de una tenue paz y estabilidad regional, y si bien el futuro presidente taiwanés prometió mantener su moderación, es previsible que la situación en el Estrecho permanezca tensa.

Los esfuerzos de los presidentes estadounidense y chino para estabilizar las relaciones, durante una cumbre en noviembre pasado, facilitaron los contactos de alto nivel entre ambos países. El desafío para el Gobierno entrante será, por tanto, cuidar el delicado equilibrio que existe entre Taiwán, China y Estados Unidos.[10] Un punto álgido son los recientes contactos entre Estados Unidos y Taiwán: un caso destacable fue la visita a la isla de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, en agosto de 2022, que dejó un precedente importante en los intercambios bilaterales.[11]

No obstante, estos acercamientos tuvieron repercusiones. El 15 de enero, a pocos días de las elecciones, el Gobierno de Naurú, un pequeño país de Oceanía, con 12,500 habitantes, informó sobre su intención de reanudar plenamente las relaciones bilaterales con la República Popular China, como ya hizo entre 2002 y 2005, por lo que rompió relaciones diplomáticas con Taiwán. De esa manera dejó de estar entre las 13 naciones que reconocen la independencia de la isla.[12]

El anuncio ocurrió el mismo día en que una delegación de ex altos funcionarios de Estados Unidos visitó Taipéi para expresar su apoyo al nuevo Gobierno taiwanés. Ciertamente esto no es una novedad, pues la Casa Blanca ha enviado ¾desde el año 2000¾ delegaciones tras las elecciones en Taiwán, con la intención de ayudar a mantener estables las relaciones a través del Estrecho.[13] Estos nuevos desenlaces nos permiten medir el pulso de la situación.  

Así entonces, es posible aducir que factores estructurales como la competencia estratégica entre China y Estados Unidos desempeñarán un papel aún más preponderante que esta elección, especialmente en la configuración de la dinámica regional y en la conducción de las relaciones entre China y Taiwán. Por ello, es fundamental abogar por que se mantenga el statu quo y se evite la confrontación, tal y como lo manifestó la voluntad popular del pueblo taiwanés en las urnas.

 

ricardomonreala@yahoo.com.mx

X y Facebook: @RicardoMonrealA

 

Fuentes:

[1] Nathan Batto, “Questions about China dominate Taiwanese elections, says Nathan Batto”. The Economist (08 de enero, 2024), sec. By Invitation [En línea]: https://econ.st/3tWLv8j [Consulta: 16 de enero, 2024].

[2] The Economist, “Defying China, Taiwan elects William Lai Ching-te as president”. The Economist (15 de enero, 2024), sec. Asia [En línea]: https://econ.st/47DKakl [Consulta: 17 de enero, 2024].

[3] Idem.

[4] Simona Grano, “The Geopolitical Implications of the Taiwanese Elections for China, the United States and the World”. Asia Society Policy Institute (enero, 2024) [En línea]: https://bit.ly/491TLT4  [Consulta: 17 de enero, 2024].

[5] Stuart Lau, “Taiwan’s new president: 5 things you need to know about William Lai”. Politico (13 de enero, 2024) [En línea]: https://bit.ly/47GYTLE [Consulta: 18 de enero, 2024].

[6] N. Batto, op. cit.

[7] The Economist, “Lai Ching-te will be the next president of Taiwan”. The Economist (13 de enero, 2024), sec. Taiwanese election 2024 [En línea]: https://bit.ly/48Z9McK [Consulta: 19 de enero, 2024].

[8] The Economist, “Defying China, Taiwan…”, op. cit.

[9] Xinhua, “Mainland spokesperson comments on Taiwan election results”. Xinhua (13 de enero, 2024), ed. English [En línea]: https://bit.ly/48Z9PVY [Consulta: 19 de enero, 2024].

[10] The Economist, “America braces for Taiwan’s election—and vice versa”. The Economist (04 de enero, 2024), sec. Asia [En línea]: https://econ.st/48Vu3zC [Consulta: 19 de enero, 2024].

[11]  Paul Haenle y Nathaniel Sher, “How Pelosi’s Taiwan Visit Has Set a New Status Quo for U.S-China Tensions”. Carnegie Endowment for International Peace (17 de agosto, 2022) [En línea]: https://bit.ly/3SdUASm [Consulta: 19 de enero, 2024].

[12] Además del Vaticano, los 11 miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que reconocen a Taiwán como país soberano son los latinoamericanos Guatemala, Paraguay, Haití, Belice, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas, la africana Suazilandia y las oceánicas Islas Marshall, Palaos y Tuvalu.

[13] Inma Bonet Bailén, “Taiwán pierde dos días después de las elecciones uno de los 13 Estados que reconocían su soberanía”. El País (15 de enero, 2024), sec. Internacional, ed. América-México [En línea]: https://bit.ly/3S8DvsI [Consulta: 19 de enero, 2024].